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miércoles, 31 de marzo de 2021

Cuidar del mundo y cuidar(se) del mundo

 Escribe Carlos Magro

El estudio no tiene que ver con adquirir conocimientos o competencias o, en general, con el logro de resultados de aprendizaje, sino con la formación del sujeto y con la transformación de su relación con el mundo, es decir, con hacerla más atenta, cuidadosa, densa y profunda […] Podríamos decir, en ese sentido, que la tarea de la escuela (y de la universidad entendida como una especie de escuela) es convertir a los alumnos en estudiantes, es decir, fomentar y cultivar una disposición estudiosa en relación al mundo, concretamente a través de esa porción de mundo escolarizado que llamamos «materias de estudio» que, desde luego, no tienen nada que ver con «contenidos» a ser asimilados, con «saberes» o «conocimientos » a ser aprendidos ni con «habilidades» a ser desarrolladas.

Jorge Larrosa.

Vindicación del estudio como concepto educativo. DOI:http://dx.doi.org/10.14201/teri.20524

Tetsuya Ishida

El currículo es uno de los elementos más importantes de un sistema educativo. Expresa simultáneamente un legado del pasado y nuestras aspiraciones para el futuro. Cuando hablamos de currículo estamos siempre ante una cuestión ética y política. Reflexionar sobre el currículo es reflexionar sobre el sentido último de la escolarización. 

Cuando hablamos de currículo estamos siempre ante una cuestión ética y política. Reflexionar sobre el currículo es reflexionar sobre el sentido último de la escolarización. 

El currículo no es solo una determinada manera de entender el pasado. Es también el marco que nos damos colectivamente para ponernos, a cada uno de nosotros, en relación con el mundo. En el currículo se encuentra una doble aspiración, la de transmitir unos valores y una cultura que consideramos valiosa, y la de transformar esa misma sociedad. Es un terreno de lucha y poder. Vinculado a la evaluación determina no solo aquello que se enseña, sino también cómo se enseña. 

Qué debemos aprender en la escuela y, en consecuencia, qué es lo que debemos enseñar no son preguntas nuevas pero sí, cada día, más necesarias. Lo que se enseña y lo que se aprende no puede ser decidido por unos pocos, ni de una sola vez. Requiere de conversaciones abiertas, sinceras y desafiantes. Pensar sobre el currículo que queremos nunca ha sido más importante. El debate sobre el currículo se merece tiempo. 

El currículo es tiempo

La posibilidad o imposibilidad de abarcar los currículos y hacerlo garantizando que nadie se quede atrás, es una cuestión compleja, dependiente de múltiples variables (claridad en los fines y objetivos, formación docente, liderazgo organizativo y pedagógico, expectativas sobre los estudiantes, cultura escolar, condiciones de vida) entre las que sobresale la variable tiempo. Pensar en los aprendizajes que queremos fomentar en la escuela es también pensar en el tiempo que podemos dedicarles en el aula a cada uno de esos aprendizajes. El currículo es tiempo. También espacio. Los saberes escolares también ocupan espacio. En la escuela, el tiempo y el espacio escasean. No se puede enseñar todo lo que nos gustaría o pensamos que es fundamental. Es necesario seleccionar. Hay que priorizar. Educar siempre es elegir. Y el currículo, tanto el prescrito como el real, supone siempre una elección y una toma de postura. 

Pensar en los aprendizajes que queremos fomentar en la escuela es también pensar en el tiempo que podemos dedicarles en el aula a cada uno de esos aprendizajes.

Tetsuya Ishida

Un currículo de todos y para todas

Todo currículo es el resultado de disputas y conflictos sociales. Tiene un origen histórico y contingente. Es una posibilidad entre otras muchas, que se expresa a través de los contenidos que incluye y excluye, pero también a través de las formas que tiene de organizarse. Todo currículo muestra unas partes y esconde otras. Ilumina, al tiempo que oscurece. Es un instrumento de control y preservación del poder. Perpetúa y reproduce desigualdades sociales, económicas y de capital cultural. Pero al mismo tiempo, representa el conjunto de oportunidades educativas que la escuela ofrece a los alumnos, y es el mejor camino para fomentar la democracia y la participación. Junto a un currículo que excluye, siempre encontramos otro que incluye. Junto a un currículo reproductor, siempre encontramos uno transformador que desafía la realidad y cuestiona la reproducción de desigualdades, la falsa idea de meritocracia y los destinos prefijados. Junto a la escuela de la imposibilidad y la desesperanza, encontramos siempre la de la utopía y la esperanza. Junto al currículo de lo(s) de siempre, tenemos el de lo(s) inéditos viables. El currículo es un relato que debemos darnos entre todos. Su discusión nos compete a todos. 

Todo currículo muestra unas partes y esconde otras. Ilumina, al tiempo que oscurece. Es un instrumento de control y preservación del poder. Perpetúa y reproduce desigualdades sociales, económicas y de capital cultural. Pero al mismo tiempo, representa el conjunto de oportunidades educativas que la escuela ofrece a los alumnos

Necesitamos ir más allá de las dicotomías simplificadoras 

Ni conservador, ni progresista. Ni transmisor de un pasado olvidado, ni orientado a la construcción del futuro soñado. Ni perpetuador del status-quo, ni revolucionario. Ni centrado en contenidos, ni orientado a competencias. Ni disciplinar, ni globalizado. Ni liberado del uso habitual de las cosas, ni orientado al mercado. Ni centrado en los intereses de los alumnos, ni dándoles la espalda. Ni cerrado, ni abierto. Ni rígido, ni infinitamente maleable. El currículo debe ser lo uno y lo otro. De ahí su complejidad, pero también su riqueza y potencialidad. Necesitamos que sea origen y desenlace. Causa y efecto. Producto y proceso. El currículo no es neutro, universal e inamovible, sino un territorio complejo, controvertido y conflictivo. Su diseño no es solo un asunto técnico, sino ético y político. El currículo que necesitamos no resultará de la ocultación de su complejidad bajo capas de simplicidad, sino problematizando la realidad y asumiendo la complejidad de lo escolar. Pensar el currículo desde las oposiciones y las dicotomías nos empobrece. No necesitamos más opiniones apresuradas, ni afirmaciones rotundas, sino calma, equilibrio y sosiego.

El currículo no es neutro, universal e inamovible, sino un territorio complejo, controvertido y conflictivo.

Tetsuya Ishida

El currículo, un texto puesto en contexto

Uno de los grandes desafíos del diseño curricular es que garantice unos aprendizajes comunes y, simultáneamente, responda a las necesidades de un alumnado y unos contextos cada vez más heterogéneos. Necesitamos un currículo común que garantice igualdad en el acceso y la construcción de saberes esenciales compartidos. Pero también un currículo para las diferencias. Un currículo que sea respetuoso y atienda a las expectativas y necesidades de todas las personas que habitan la escuela. Un currículo que surja de la atención, la disponibilidad, la receptividad y la hospitalidad. Necesitamos escuelas y currículos que sean capaces de integrar a todos y tengan sentido para todas. El sentido del currículo está siempre vinculado con el aprendiz y con su entorno. Dotar de sentido al currículo pasa por hacer un esfuerzo, en cada escuela y cada día, por poner el currículo en contexto.

Necesitamos un currículo común que garantice igualdad en el acceso y la construcción de saberes esenciales compartidos. Pero también un currículo para las diferencias.

Un currículo que va más allá de la escuela

No podemos seguir pensando y tomando decisiones sobre el currículo como si los centros escolares y el profesorado fueran los únicos escenarios y agentes educativos implicados en la educación y la formación de las personas. No podemos seguir pensando que lo que pasa fuera no tiene nada que ver con lo que ocurre dentro. Ignorándolo. Necesitamos reubicar las instituciones de educación formal en la red de contextos de aprendizaje por los que transitan los alumnos y alumnas y a partir de los cuales construyen sus trayectorias individuales de aprendizaje. Necesitamos reconocer la importancia creciente de otros contextos de actividad y de otros agentes educativos en las trayectorias individuales de aprendizaje. Ofrecer significado y sentido al aprendizaje, pasa por repensar las funciones, los objetivos, y la organización y funcionamiento de las instituciones de educación formal. Ayudar a los alumnos a construir significados sobre sí mismos es una de las funciones más importantes de la escuela hoy. El currículo no está para motivar a los estudiantes, ni para solucionar problemas sociales, pero para definirlo y para concretarlo en las aulas no podemos desconocer sus realidades, ni sus contextos de vida. 

Tetsuya Ishida

El currículo no está para motivar a los estudiantes, ni para solucionar problemas sociales, pero para definirlo y para concretarlo en las aulas no podemos desconocer sus realidades, ni sus contextos de vida. 

Un currículum para el cuidado

Durante la pandemia nos hemos dado cuenta que no vamos a la escuela solo para adquirir los aprendizajes establecidos en el currículo. La instrucción es solo una pequeña parte, o al menos eso debiera ser, de todo lo que sucede en los centros escolares. Nos hemos dado cuenta de la importancia de la presencia en los procesos de transmisión cultural. Cuidar es un núcleo esencial del acto de educar. Y la escuela es simultáneamente una comunidad de aprendizaje y comunidad de cuidados. Nos hemos dado cuenta que educar es cuidar y de lo importante que es que atendamos a una educación de los afectos y los cuidados. Que trabajemos a favor de un currículo para el cuidado que ponga el acompañamiento, la mirada atenta a los otros y la empatía en el centro de las actividades escolares.

La instrucción es solo una pequeña parte, o al menos eso debiera ser, de todo lo que sucede en los centros escolares.

Un currículo para la abundancia

Por muchas asignaturas que introduzcamos siempre habrá nuevos candidatos reclamando con urgencia su derecho a entrar.

Hemos pasado de un régimen de escasez de información a otro de abundancia. La escuela, construida sobre el paradigma de la escasez de la información y el conocimiento, debe ahora redefinirse en un escenario de abundancia. El conocimiento no cabe en nuestros anaqueles. No lo podemos contener ni en bibliotecas, ni en academias, ni en museos. No es posible encerrarlo en un currículo escolar, por muy amplio que éste sea. Por muchas asignaturas que introduzcamos siempre habrá nuevos candidatos reclamando con urgencia su derecho a entrar. No se trata, por tanto, de introducir constantemente nuevos elementos. Junto a cada nuevo conocimiento, producimos nuevos desconocimientos. La abundancia, de saberes e ignorancias, es el desafío. Necesitamos explorar nuevas formas de acceder y de trabajar con el conocimiento. El currículo no es el objetivo, es el camino para entender y dar sentido al mundo en el que vivimos. Debemos asumir que nunca sabemos suficiente, y que la abundancia no elimina la incertidumbre. La verdad es siempre incompleta. Y es siempre una producción situada. Igual que urge pensar en una pedagogía de la abundancia, necesitamos pensar en cómo debe ser un currículo para la abundancia. La abundancia implica también entender y atender las ausencias de conocimiento. Implica también reconocer y dialogar con otros saberes que han sido tradicionalmente excluidos de la escuela.   

El currículo no es el objetivo, es el camino para entender y dar sentido al mundo en el que vivimos.

Tetsuya Ishida

Un currículo para la mejora escolar y el desarrollo profesional

El currículo no es sólo el listado de contenidos que deben enseñar los docentes y aprender los alumnos, sino que también implica una manera particular de regular y organizar los horarios y los espacios escolares. El currículo estructura la escolarización, la vida en los centros educativos y las prácticas pedagógicas. Transmite e impone reglas, normas y orden. No solo es importante cómo esté diseñado, sino también cuánta autonomía se da a las escuelas para su implementación, y qué posibilidades tienen los docentes para apropiárselo. En muchos casos, impone una lógica de control y estandarización que deja muy poca libertad y autonomía a los centros educativos y a los docentes y que, a la larga, desmotiva y desprofesionaliza. Frente a los currículos a prueba de docentes, la flexibilidad curricular reconoce la autonomía profesional de éstos y permite mayor capacidad de respuesta a las necesidades e intereses locales. Pero la flexibilidad y la autonomía presuponen conocimientos de concreción curricular que no están distribuidos de manera uniforme y puede suponer un riesgo para la equidad del sistema. Las decisiones que debemos tomar no son sólo en términos de los saberes que deben ser incluidos en el currículo, sino también sobre las dinámicas de los centros educativos, su gestión y organización, al tiempo que repensamos también las prácticas dentro de las aulas. 

Frente a los currículos a prueba de docentes, la flexibilidad curricular reconoce la autonomía profesional de éstos y permite mayor capacidad de respuesta a las necesidades e intereses locales.

Menos currículo y más pedagogía

Hablar del currículo es hablar del currículo formal y oficial, pero también del informal; del currículo oficial y del currículo oculto, que depende de la cultura escolar y de las culturas profesionales de los docentes, sus creencias y expectativas. Hablar del currículo es hablar del currículo nulo, el que nunca se llega a impartir por falta de tiempo; del currículo ofrecido y del currículo asimilado, que incide en la brecha fundamental entre lo que se enseña y lo que se aprende. Del currículo prescrito y del real, que es el que realmente se imparte. No olvidemos que la enseñanza es siempre un intento de transmitir un contenido y que puede haber enseñanza y no producirse el aprendizaje, éste puede producirse parcialmente, o incluso puede darse el caso de que el otro aprenda algo diferente a lo enseñado. La solución a muchos de los desafíos educativos actuales no pasa tanto por reformar una y otra vez los currículos, como por dotarnos de más y mejores pedagogías. El conocimiento escolar siempre es conocimiento mediado. El currículo puede ser una camisa de fuerza o un mapa que nos orienta. Que sea una u otra cosa depende, en gran medida, de nuestra capacidad de diseñar procesos de contextualización y vinculación pedagógica. 

El conocimiento escolar siempre es conocimiento mediado. El currículo puede ser una camisa de fuerza o un mapa que nos orienta.

Este texto fue escrito como conclusión al ciclo de reflexión ¿Qué hay que aprender hoy en la escuela? perteneciente a la segunda temporada del Proyecto de la Fundación Santillana, La Escuela que viene. Puedes consultar aquí la publicación original que incluye muchos más artículos sobre este ciclo centrado en el currículo, así como de los otros tres ciclos de reflexión de esta segunda temporada.

 

Las imágenes son del artista japonés Tetsuya Ishida (1973-2005), pertenecientes a la Exposición Autorretrato de otro, organizada por el Museo Reina Sofía. Puedes descargar aquí el catálogo de la expisición.

Tomado de co.labora.red con persmiso de su autor 

martes, 30 de marzo de 2021

Qué es un “escape room” y su aplicación en bibliotecas

 Escribe Julio Árevalo 

Qué es un “escape room” y su aplicación en bibliotecas

Escape Room “Saves a Shakespeare”

Los escape room son una forma popular de incorporar la gamificación a la biblioteca. Estos juegos de aventura interactivos en vivo atraen a personas de todas las edades y habilidades, y proporcionan a la gente la oportunidad de formar parte de una historia y de su comunidad mientras resuelven problemas.

Un escape room es un juego en el que un equipo de jugadores descubre pistas, resuelve rompecabezas y realiza tareas de forma cooperativa en una o más salas para progresar y lograr un objetivo específico en un tiempo limitado. El objetivo suele ser escapar del lugar del juego, es decir terminar antes que otros participantes. En las salas se ponen pistas y códigos para desbloquear otras zonas. Completar estos juegos es como hacer un test de personalidad en línea, pero con enigmas de diferente índole. Se pueden basar en libros y películas populares, o en determinados temas (piratas, la Guerra de las Galaxias, los superhéroes de Marvel o Parque Jurásico). En este sitio de Pinterest puedes encontrar algunas ideas para montar un escape room. A través de los juegos, los jugadores desarrollan su capacidad de resolución de problemas y de comprensión lectora

Los escape room se inspiran en los videojuegos del estilo “escape the room“, un subgénero de los juegos de aventura en los que se requiere que el jugador escape de su encarcelamiento aprovechando su entorno. Este es también el probable origen de su nombre.

Un grupo trata de resolver uno de los enigmas sobre temática pirata en Taraguilla, Cádiz)

Los participantes en un escape room suelen jugar en un equipo cooperativo de entre dos y diez jugadores. Los juegos se ambientan en diversos lugares ficticios, como celdas de prisiones, mazmorras y estaciones espaciales. Los objetivos del jugador y los retos que encuentra suelen seguir el tema de la sala. El juego comienza con una breve introducción a las reglas del juego y a la forma de ganar. Esto puede ser entregado en forma de vídeo, audio o un gamemaster, una persona que actúa como organizador, oficiante de las reglas, árbitro y moderador de un juego de rol.

Los jugadores entran en una sala o zona determinada donde se pone en marcha el reloj y tienen entre 45 y 60 minutos para completar el juego. Durante este tiempo, los jugadores exploran, encuentran pistas y resuelven rompecabezas que les permiten avanzar en el juego. Los retos se inclinan más hacia lo mental que hacia lo físico.

Si los jugadores no son capaces de resolver los rompecabezas del juego dentro de un límite de tiempo, el operador del juego suele avisar al equipo y acompañarlo fuera de la sala. Si los jugadores logran el objetivo dentro del límite de tiempo, ganan la partida. A veces, los equipos con tiempos más rápidos se colocan en una tabla de clasificación.

El objetivo es divertirse y poner a prueba la resolución de problemas, el pensamiento lateral y las habilidades de trabajo en equipo de sus participantes, proporcionando una variedad de rompecabezas y desafíos que desbloquean el acceso a nuevas áreas en el juego cuando se resuelven. Las pistas pueden incluir rompecabezas de palabras, números y símbolos, como adivinanzas de sustitución, acertijos, crucigramas, sudokus, sopas de letras y matemáticas; objetos físicos, como rompecabezas de cerillas y ajedrez; y actividades físicas, como buscar un objeto físico oculto, montar un objeto, recorrer laberintos o deshacer un nudo de cuerda. Un ejemplo de problema de escape sería colocar un código en un ventilador que gira para que sólo pueda leerse con un estroboscopio en la oscuridad. Por lo tanto, los jugadores tienen que apagar la luz, encender el estroboscopio, fijarse en el ventilador que gira, leer el código y aplicarlo más adelante en el juego.

Durante la pandemia, a través de estas salas de escape virtuales, los bibliotecarios han podido servir a sus comunidades, así como a los que viven lejos de ellas, dando a la gente algo que hacer mientras están encerrados en casa. Estos retos digitales se han convertido en una herramienta para la enseñanza y la educación en casa, así como un dispositivo para el desarrollo del personal y la creación de equipos.

Tomado de Universo Abierto 

lunes, 29 de marzo de 2021

¿Conoces las fases en la personalización del aprendizaje?

 Escribe Javier Tourón

En una entrada previa hablé de las diferencias entre personalización, diferenciación e individualización. No son diferencias menores, desde luego. Ya me he referido en otras ocasiones al hecho de que los centros educativos deben convertirse en ámbitos de desarrollo del talento y, como el talento es diverso al igual que la capacidad, solo será posible que esto ocurra si tendemos hacia la personalización del aprendizaje.

No hay otro camino. Imaginemos la escuela como un teatro en el que se representa cierta obra. ¿Quién está en el escenario? Los actores, naturalmente. ¿Y en el patio de butacas y los palcos?, los espectadores, claro. Esto es obvio. Los espectadores van al teatro a contemplar cómo todo un conjunto de elementos se disponen para que unos personajes cobren vida y los actores representen una historia que dominan, que ya han estudiado previamente y se la saben de memoria.

Lo malo de esta comparación es que la escuela no es un teatro. Si lo fuera, los alumnos tendrían que estar en el escenario y los actores en el patio de butacas... Porque los alumnos van a la escuela a ser "actores" o a aprender a serlo y los profesores "ya lo son", de modo que lo que deben es enseñar a los espectadores a ser actores y, para eso es preciso que los "suban al escenario" y los observen y ayuden o corrijan desde el patio de butacas con las orientaciones oportunas para cada uno, en el momento que cada "actor" lo necesita. Si la escuela fuese una "escuela de teatro" así se esperaría que fuera ¿no? Sin embargo hemos convertido la escuela en un teatro, donde se representan obras cuyos actores ya las dominan y escenifican perfectamente y quienes tienen que hacerlo los ponemos de espectadores, quizá tomando notas y descubriendo en cada actor lo que se debe y no se debe hacer... Y lo curioso es que este esquema, un tanto enfatizado ahora de propio intento, lo aceptamos sin más cuestionamiento. ¡Absurdo!

Una escuela en la que los profesores venden las entradas, las recogen en la puerta, acomodan a los alumnos en las butacas, iluminan el escenario, representan la obra, etc., no es una escuela, es un teatro. Por ello es preciso que devolvamos a los alumnos el protagonismo debido en algo que solo es de ellos y exclusivamente de ellos: su aprendizaje. Y como la diversidad existe y todos los alumnos aprenden de modo diverso y a distintas velocidades, o personalizamos el aprendizaje o la escuela no sirve tal como está diseñada. Los resultados que nos muestra el sistema educativo en cifras de fracaso y abandono son bien elocuentes, ¿qué negocio lo resistiría sin hacer nada? Si no conoces el vídeo de TED de Geoff Canada que utilicé en una entrada hace un tiempo sobre los profesores, te recomiendo que lo veas.

Ahora, de la mano de Barbara Bray quiero reproducir, traducida al castellano, una tabla que resume las diversas fases en el proceso de personalización del aprendizaje, para en un próximo post explicar un poco más cómo se puede hacer realidad la personalización del aprendizaje.

 

¿Nos subimos al tren de la personalización o lo dejamos pasar? La decisión es importante porque ya sabes que algunos trenes solo pasan una vez y perdérselos es perder el viaje...

Tomado de Javier Tourón con permiso de su autor

martes, 23 de marzo de 2021

Las redes sociales en educación: desde la innovación a la investigación educativa

 Tomado de RIED


Las redes sociales son uno de los instrumentos básicos utilizados en la sociedad del conocimiento, y sobre todo en los más jóvenes, de manera que algunas personas empiezan a calificar a las nuevas generaciones como la “generación muda”, pues sus conexiones las realizan fundamentalmente a través de texto escrito en redes sociales. 

Tal presencia en la sociedad ha repercutido también para un crecimiento exponencial en los entornos de formación, donde los centros las incorporan, no solo para tareas administrativas y de información a las familias, sino también los docentes como herramientas e instrumentos, para transmitir información y crear entornos de trabajo colaborativos. 

Este artículo les presenta el monográfico de RIED que en el segundo semestre de 2019 se dedicó a las redes sociales, su impacto y utilización en la sociedad y, más específicamente en el mundo educativo.

Tal utilización ha venido potenciada por la extensión de los dispositivos móviles entre los estudiantes y la presencia de las redes inalámbricas en los centros educativos. Ahora bien, frente a esta presencia, su incorporación a la enseñanza adolece de la problemática de contar con investigaciones que nos aporten modelos y “buenas prácticas” para su utilización. 


Al mismo tiempo, también encontramos hándicaps como la visión negativa que se puedan tener de ellos tanto por parte del alumno como del docente, así como la visión social que en un momento dado pueden llegar a tener fuera del ámbito académico, la nula o escasa seguridad que dan al usuario si no configura adecuadamente la privacidad, ciertos riesgos de adicción o uso problemático de las redes, o falta de control sobre lo escrito o subido. 

Y son algunos de estos aspectos los que se analizan en el este monográfico de la revista RIED.

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Cómo referenciar este artículo: Marín-Diaz, V., y Cabero-Almenara, J. (2019). Las redes sociales en educación: desde la innovación a la investigación educativa? RIED. Revista Iberoamericana de Educación a Distancia, 22(2), 25-33. https://doi.org/10.5944/ried.22.2.24248

Tomado de RIED con permiso de sus editores 

lunes, 22 de marzo de 2021

La tecnología blockchain y las micro-credenciales

 Escribe 

El uso académico de las plataformas blockchain abre nuevas rutas para acreditar la educación y generar instancias de comprobación de grados de estudio.

Foto: Istock/juststock.

La próxima edición de nuestros webinars titulada: “Las micro-credenciales en la educación, una aplicación de blockchain”; tendrá como propósito explicar la relación entre las plataformas blockchain, la acreditación académica y las micro-credenciales.

Transmitiremos esta edición a través de nuestra página de Facebook el martes 23 de marzo, nos acompañará Anabella Laya Vizcaino, cofundadora de Acreditta, pionera del uso académico del blockchain y experta en economía del conocimiento. Para aprovechar al máximo este próximo seminario web, presentamos algunas nociones básicas para entender qué es el blockchain, para qué sirve y porqué se ha convertido en una tendencia educativa. 

¿Qué es blockchain?

Cuando escuchamos la definición de blockchain no imaginamos tan fácilmente que pudiera tener un propósito educativo, ya que normalmente lo asociamos con la criptomoneda, pero esta es solo un tipo de blockchain, en realidad, el término general comprende un registro único, consensuado y distribuido en varios nodos de una red.

La información de este registro, se distribuye a través de libros de contabilidad, que registran la información en una comunidad. En cada bloque, todos los miembros deben validar cada transacción para que se produzcan. Todos los involucrados poseen una copia de los registros de estas transacciones, evitando así, la alteración de datos.

Blockchain y acreditación

Esta nueva manera de registrar, almacenar e interconectar datos es tremendamente útil para la validación y registro seguro de grados académicos. El uso de estas plataformas como hemos mencionado en artículos anteriores, garantiza autenticidad, confianza, transparencia, inmutabilidad e integridad de la información registrada, descentralización e interconexión sin mediadores.

¿Cómo se traduce esto a una acreditación segura y expedita? Un usuario en una plataforma blockchain produce una firma única, a la que están ligadas todas sus transacciones. ¿Qué pasaría si en vez de transacciones fueran constancias de grados académicos? Las universidades podrían emitir certificaciones académicas que se almacenan permanentemente en un ecosistema de información cuyos datos no pueden ser mutados, desaparecer si la institución deja de existir ni ser transferidos a otro usuario. El Tec de Monterrey ya ha probado la implementación de sistemas de acreditación de esta naturaleza, los cuales abren nuevos horizontes en la relación candidato-especialista de recursos humanos. Los empleadores pueden acceder a esta información, producida por la universidades con la certeza de que cada instancia de certificación responde a un aprendizaje real por parte de estudiantes que completaron el curso al que pertenece cada certificado.

El sistema blockchain, posee características especialmente útiles para la continuidad y validación de las micro-credenciales: certificaciones digitales que ofrecen evidencia de que un individuo ha dominado una habilidad o área de conocimiento específica. La práctica de certificar en forma rápida las aptitudes de candidatos a puestos laborales se volvió tendencia gracias a redes sociales, sitios y bases de datos dedicadas a la búsqueda de empleo, como LinkedIn, Indeed y OCC. Los especialistas en reclutamiento detrás de estos sitios, necesitaban una forma rápida y confiable de asegurar que los candidatos que revisaban para un puesto de trabajo tuvieran las habilidades idóneas para desempeñarlo. Con la llegada del blockchain se podría decir que la encontraron.

¿Qué piensas del uso del blockchain para propósitos académicos? ¿Crees que las micro-credenciales como tendencia sean una buena práctica para validar las habilidades de los estudiantes y candidatos a puestos de trabajo? Para saber más, no te pierdas nuestro próximo webinar. Este 23 de marzo en vivo desde nuestra página de Facebook. 


Tomado del Observatorio de Innovación educativa del Tec de Monterrey

jueves, 18 de marzo de 2021

Ansiedad en la búsqueda de información y fuentes de información preferidas de los estudiantes universitarios de primera generación

 Escribe Lulio Árevalo 

Smith, J., and S. Brinkman. “Information Seeking Anxiety and Preferred Information Sources of First-Generation College Students”. Evidence Based Library and Information Practice, vol. 16, no. 1, Mar. 2021, pp. 5-24, doi:10.18438/eblip29843.

Texto completo

El objetivo del artículo es determinar si la ansiedad ante la búsqueda de información y las fuentes de información preferidas difieren entre los estudiantes universitarios de primera generación y sus compañeros de la generación continua.

Para ello se difundió una encuesta en línea en dos campus universitarios públicos. Se incluyeron en los resultados un total de 490 encuestados. Las variables independientes fueron la institución, el año en la universidad y el estatus generacional. En lugar de utilizar una variable binaria, este estudio utilizó tres grupos para la variable independiente del estatus generacional, con dos grupos de primera generación y un grupo de generación continua basado en la experiencia de los padres con la universidad. Las variables dependientes incluían 4 medidas de ansiedad de búsqueda de información y 22 medidas de fuentes de información preferidas. Las respuestas se analizaron con el programa SPSS. Se utilizaron pruebas ANOVA independientes de una vía para comparar los grupos según el estatus generacional, y se realizaron pruebas ANOVA factoriales de dos y tres vías para explorar los efectos de interacción del estatus generacional con la institución y el año en la universidad.

En los resultados no se encontraron diferencias significativas en la ansiedad general de búsqueda de información entre los estudiantes cuyos padres tenían distintos niveles de experiencia con la universidad. Sin embargo, al explorar la variable específica de experimentar ansiedad sobre “navegar por el sistema de la universidad”, se encontró una interacción bidireccional que implicaba el estatus generacional y el año en la escuela, con los estudiantes de primera generación con la menor experiencia directa con la universidad reportando niveles más altos de ansiedad en diferentes años en la universidad que sus compañeros. Se descubrió que dos categorías de estudiantes de primera generación consultaban mucho menos a sus padres que sus compañeros de la generación continua. El estudio también descubrió que las diferencias institucionales o generacionales también pueden influir en que los estudiantes pidan información a sus compañeros, bibliotecarios, centros de tutoría, profesores o asesores.

En conclusión, mientras que las investigaciones anteriores sugieren que los estudiantes de primera generación experimentan una mayor ansiedad en la búsqueda de información, este estudio no encontró diferencias generales significativas entre los estudiantes en función de su estatus generacional. El estudio reforzó la investigación anterior sobre los estudiantes universitarios de primera generación que confían menos en sus padres que sus compañeros de la generación continua. Sin embargo, este estudio complica las investigaciones anteriores sobre los estudiantes de primera generación y su utilización de compañeros, bibliotecarios, centros de tutoría, profesores o asesores como fuentes de información, y sugiere que el contexto institucional desempeña un papel importante en la búsqueda de información de la primera generación.

Tomado de Universo Abierto 

miércoles, 17 de marzo de 2021

Un buen artículo para publicar

  Escrito por Amor Pérez-Rodríguez

Las personas que se dedican a la investigación tienen la obligación moral de la difusión de sus aportaciones. Por ello, la escritura de un artículo adquiere su valor en tanto que contribuye a un campo de saber específico.

La investigación tiene sentido cuando sirve para ampliar el conocimiento y aportar soluciones. Las personas que se dedican a la investigación tienen la obligación moral de la difusión de sus aportaciones. Por ello, la escritura de un artículo adquiere su valor en tanto que contribuye a un campo de saber específico, y como ejemplo a otras personas que investigan y pueden encontrar en ese texto referentes. De otro modo, la investigación realizada quedaría sin completar.

Publicar es una tarea que, a menudo, puede confundir. La publicación permite la difusión, la transferencia, y la posibilidad de que el trabajo sea citado. Ello es importante para quienes investigan, siempre que se gestione de manera eficaz.

¿Qué miran los editores para decidir si se trata de un buen artículo para publicar? Los editores de revistas científicas atienden a aspectos concretos para la estimación o la no consideración de un texto científico en sus revistas. Algunos de ellos tienen que ver con el artículo, y otros con la propia revista.

Artículo

Contribución a necesidades del saber. El artículo debe dar respuesta a tópicos de interés que puedan ser significativos, a los que la investigación llevada a cabo aporte resultados notorios, originales y novedosos. Y en última instancia, en ocasiones, debe contestar a un call /llamada determinado, o ajustarse al enfoque de la revista.

Referencias precisas, actualizadas y diversas. Cualquier estudio debe ser consistente en cuanto a la revisión del estado de la cuestión, antecedentes y actualidad de los tópicos seleccionados, cuidando lo sesgos en las citaciones. Por ello se recomienda atender a referencias de ámbito universal y de todas las tendencias y/o escuelas, utilizar entre 40-45 dependiendo de la naturaleza del trabajo (temática, enfoque…), incluir DOI …

Estructura. De acuerdo con la revista a la que se enviará el manuscrito, se deben seguir las indicaciones que en su normativa se especifiquen respecto de la composición, enfoque, extensión, palabras clave, resumen, cuerpo del texto, figuras y tablas, etc. Cuando se reciben artículos que no cumplen la normativa, para el consejo de edición es un mal indicador, pues evidencia que no se ha considerado ni leído la revista a la cual se envía el manuscrito.

Escritura. La expresión escrita es de vital importancia. El lenguaje utilizado para la escritura debe ser cuidadoso, conciso y claro. Las ideas deben exponerse con argumentos precisos y consistentes, evitando los rodeos innecesarios, el relleno o la duplicidad de la información. Y más si se escribe en la lengua materna y después va a ser sometido a una traducción. Una mala traducción lleva a un lógico rechazo.

Revista

La lectura de artículos en revistas científicas es la mejor manera de aprender a escribir un buen texto científico. Especialmente por lo que implica en el conocimiento de las normativas, parámetros y criterios generales para la publicación, además de por el contenido específico de las aportaciones.

La elección adecuada de la publicación, a la que se quiere remitir la contribución, dependerá de factores como el enfoque, el tópico y el nivel de los resultados del trabajo. En función de la consistencia e importancia del estudio (planteamiento de la investigación, tópico, muestra, volumen de datos, resultados significativos, …), se ha de determinar la revista, considerando su mayor o menor impacto. Ser riguroso en esta selección puede aliviar el estrés ante los posibles rechazos.

El envío. Es fundamental revisar, en el caso de los autores, según lo estipulado por la normativa de la revista elegida, que se han incluido los datos de identificación y correspondencia, filiaciones profesionales… ORCID y Google Scholar. La Carta de presentación (Cover Letter) no es un mero trámite ya que en ella se manifiesta la originalidad, la novedad del trabajo y se da cuenta de la sección de la revista a la que se dirige, facilitándose, si es el caso, el consentimiento informado de experimentación. En cuanto al manuscrito, es fundamental repasar la anonimización de autores; que el título es pertinente, conciso, directo y presenta de manera inequívoca el trabajo; la estructura y formato del resumen; las palabras clave; la extensión mínima/máxima recomendada; el desarrollo del cuerpo del artículo conforme a las normas; la metodología, resultados; la discusión y conclusiones; las referencias; y las imágenes y gráficos de calidad con información pertinente y no repetida en el texto.


Finalmente, poder contar con la opción y lectura de pares, previa al envío, implica la discusión y revisión que puede incidir en una mejora sustantiva del texto. Junto a ello la oportunidad de formar parte del consejo de revisión de una revista es una manera interesante de aprender y consolidar buenas prácticas tanto de par como de escritura. Un buen artículo alcanza su máximo valor cuando se difunde y comparte. Los buenos trabajos tienen mejores opciones para ser citados. Pero la visibilidad que se logra cuando se busca que la comunidad científica conozca y pueda discutir o tomar como referente el manuscrito es otro indicativo favorable. 

Tomado de RIED con permiso de sus editores

martes, 16 de marzo de 2021

¿Cómo aumentar la tasa de finalización de un curso en línea?

Escribe 

“Asegúrate de que tu curso no sea demasiado desafiante para los estudiantes más lentos ni demasiado aburrido para los más avanzados”.

¿Cómo aumentar la tasa de finalización de un curso en línea?

En la clase en línea que imparto sobre el aprendizaje del idioma inglés, me ha costado mucho trabajo durante los últimos años maximizar la tasa de finalización del curso entre mis alumnos. Desde que inicia hasta que finaliza el curso, normalmente perdería alrededor del 35 % de los alumnos inscritos en la clase. La realidad es que, muchos cursos en línea registran cifras de abandono superiores al 52 %. Sabiendo estos datos, la tasa de finalización de mi curso podría parecer “envidiable”, no obstante, siempre existe margen para mejorar.

Con este fin, en lugar de concentrar todos mis esfuerzos en atraer nuevos estudiantes como lo habrían hecho otras escuelas en línea, cambié completamente mi enfoque de enseñanza, para aumentar la retención de conocimientos de mis estudiantes actuales y la tasa de finalización de mi curso. Este cambio me ha dado excelentes resultados.

“Involucrar a los alumnos, motivarlos para que sean creativos, se comprometan y participen activamente en su proceso de aprendizaje son las mejores formas de mejorar las tasas de retención de conocimientos”.

A continuación, les comparto consejos prácticos para mejorar la retención de los conocimientos y la tasa de finalización en los cursos en línea.

Utiliza herramientas confiables de capacitación en línea

Encontrar herramientas de capacitación en línea de alta calidad que te permitan crear un curso, ofrecer las lecciones y el material educativo a los alumnos sin problemas, es el primer paso para aumentar la tasa de finalización. Es importante considerar que los estudiantes en línea acceden a sus materiales didácticos desde una variedad de dispositivos y sistemas operativos diferentes. No todos tienen la última versión de los programas y software, y no todos tienen un ancho de banda excelente.

Las dificultades técnicas y las curvas de aprendizaje pronunciadas con el software de formación en línea, se encuentran entre las principales razones por las que los alumnos abandonan las clases en línea. Por lo tanto, es esencial que los profesores e instructores en línea impartan sus cursos a través de plataformas y herramientas de capacitación en línea compatibles con todos los dispositivos.

Una herramienta de formación adecuada debe tener:

  • Un diseño fácil de usar

  • Una interfaz intuitiva

  • Un diseño responsivo

  • Tener opciones de personalización del curso

  • Tener una excelente calidad de audio y video

La mayoría de las herramientas de capacitación en línea ofrecerán una prueba gratuita, por lo que es una buena idea probar algunas de ellas para ver cuál funciona mejor y las necesidades de tus alumnos.


Renuncia al aprendizaje pasivo

Foto de  Siora Photography  descargada en  Unsplash .

Foto de Siora Photography descargada en Unsplash.

Los estilos de enseñanza tradicionales centrados en el maestro nunca han sido tan efectivos como los enfoques centrados en el estudiante, especialmente cuando se trata de la educación en línea.

Diversos estudios han demostrado que tanto los profesores como los alumnos se benefician de cambiar del aprendizaje pasivo a la adopción del aprendizaje activo, buscando que los estudiantes se motiven, sean creativos, se comprometan y participen activamente en el proceso de aprendizaje. Los estudiantes que participan a través del aprendizaje activo tienen un mejor desempeño y logran mejores resultados que son claramente evidentes a través de los puntajes de sus exámenes.

Céntrate en el microaprendizaje

El microaprendizaje se ha convertido en una especie de palabra de moda en la comunidad docente en línea, ya que diversos estudios sugieren que puede ser una excelente manera de mejorar el rendimiento del alumno.

Es fundamental dividir un tema que sea amplio en fragmentos de información aún más pequeños, algo que pueda caber en una tarjeta de memoria flash. Algo que los alumnos podrían repasar en tan solo unos minutos. Fuera de mis cursos los estudiantes tienen horarios ocupados en otras actividades, el microaprendizaje ha sido muy apreciado. Toda la información esencial se presenta en pequeños fragmentos que son fáciles de digerir y aún más fáciles de revisar.

Considera el aprendizaje como una actividad social

Es relativamente fácil organizar las tareas grupales en el aula tradicional y convertir el aprendizaje en una actividad social. Sin embargo, todos los cursos en línea son diferentes. Los alumnos a menudo no tienen la oportunidad de reunirse y discutir lo aprendido o participar en proyectos grupales. No tienen la oportunidad de conectarse entre sí y compartir información fuera de la lección.

Mi solución a lo anterior fue la creación de salas de reuniones y la estimulación de debates en línea entre los alumnos. Muchas herramientas de capacitación en línea y software de aula virtual tienen salas de reuniones que permiten el trabajo en equipo y permiten a los instructores crear tareas grupales. Sin embargo, pocos instructores los utilizan.

Es fundamental comprender que el trabajo en equipo es tan esencial en las aulas en línea como en las aulas tradicionales. El aprendizaje social puede mejorar las tasas de retención de conocimientos, aumentar la participación de los alumnos, garantizar tasas de finalización de cursos más altas y una mejor satisfacción de los estudiantes.

Incluye elementos de gamificación en tus cursos

Aprender gamificación no es un concepto nuevo, aunque recientemente ha recibido la atención de instructores y alumnos por igual. Los niños siempre han aprendido a través de juegos. Las canciones populares pueden mejorar el vocabulario; los rompecabezas pueden mejorar el funcionamiento cognitivo; Pictionary puede mejorar la creatividad, etc.

Si bien no siempre es posible hacer que el aprendizaje sea solo divertido y juegos, es posible incluir algunos elementos de gamificación que podrían mejorar los niveles de participación de los alumnos. Las tablas de clasificación, los premios y las recompensas pueden resultar un gran incentivo para que tus alumnos se interesen en aprender.

Los estudios sugieren que la gamificación puede aumentar la motivación en más del 48%, lo cual es más que suficiente para ver un cambio positivo en las tasas de finalización de su curso.

Proporciona rutas de aprendizaje personalizadas

Foto de  Artem Podrez  descargada de  Pexels .

Foto de Artem Podrez descargada de Pexels.

Cada alumno es diferente y cada alumno tiene su propio enfoque de aprendizaje. Algunos son aprendices visuales; otros necesitan un enfoque más práctico. Algunos luchan por dominar conceptos abstractos, mientras que otros luchan con tareas prácticas o lógicas.

Si tienes un enfoque universal para la enseñanza, tu estilo no se adaptará a todos tus alumnos. Por lo tanto, es esencial brindarles rutas de aprendizaje personalizadas. Debes permitir que los estudiantes aprendan a su propio ritmo, revisen materiales pasados o salten al siguiente tópico si ya conocen un tema, etc. Es importante asegurarse de que tu curso no sea demasiado desafiante para los estudiantes más lentos ni demasiado aburrido para los más avanzados.

Interactúa con los estudiantes en las redes sociales

Las plataformas de redes sociales son una excelente solución para conectarse con tus alumnos, compartir información adicional y establecer una relación positiva con ellos. Los grupos de Facebook, por ejemplo, pueden ser excelentes lugares para iniciar debates, compartir actualizaciones y notificaciones, fomentar el trabajo en equipo y enviar recordatorios.

Solo recuerda que las redes sociales están diseñadas principalmente para entretener. Te resultará más fácil conectarte con tus alumnos si mantienes tus publicaciones informativas pero alegres y divertidas.

He descubierto que los grupos de Facebook son excelentes para compartir artículos educativos entretenidos relacionados con los temas actuales de mi clase. Mis alumnos más tímidos durante la clase responden regularmente a los comentarios y ofrecen sus propias ideas. Los estudiantes que por alguna razón no asistan a alguna de mis clases, ven mis anuncios y asisten a la mayoría de sus lecciones. Aquellos que son demasiado tímidos para hacer preguntas regularmente se comunican conmigo en las redes sociales para obtener aclaraciones.

Las tasas de finalización de mi curso se han disparado

Si bien hace apenas un año, tenía tasas de abandono del curso superiores al 35 %, los cambios que he implementado han demostrado ser bastante fructíferos. Las tasas de finalización de mis cursos se han disparado de un 85 % a un 90 % y el rendimiento de mis alumnos ha mejorado significativamente.

Aquellos alumnos que tenían un rendimiento bajo en las pruebas o exámenes son algunos de los mejores en la clase, mientras que mis estudiantes más avanzados que no participaban en discusiones debido al aburrimiento ahora están más comprometidos que nunca. Incluso el más mínimo cambio en la forma de presentar el material a los estudiantes y la manera que motivamos su aprendizaje y mejoramos nuestra comunicación puede afectar enormemente las tasas de finalización del curso.

Siempre que evaluemos los puntos débiles de los alumnos y adoptemos un enfoque de enseñanza proactivo para resolverlos, las tasas de finalización del curso y retención de conocimientos deben mejorar significativamente.

Acerca del autor

Kamy Anderson (kamyanderson91@gmail.com) es un entusiasta de la tecnología educativa con una pasión por escribir sobre tecnologías emergentes en las áreas de formación y educación empresarial. Es un experto en sistemas de gestión del aprendizaje y herramientas de creación de eLearning, actualmente asociado con ProProfs Training Maker.

Edición por Rubí Román (rubi.roman@tec.mx) - Observatorio de Innovación Educativa

Tomado del Observatorio de Innovación educativa del Tec de Monterrey