lunes, 16 de enero de 2023

Las redes sociales, crítica actual y qué hacer en educación

 Por Beatriz Fainholc bfainhol@gmail.com

Resumen

Las redes sociales están diseñadas y montadas a Internet por un poderoso sistema hegemónico de algoritmos e inteligencia artificial que establecen, determinan y seleccionan qué se ve, qué se considera, y que no, etc., con un registro de la historia y las conductas de los usuarios, de las visitas, participaciones, diálogos, etc., que realizan. El desmonte de principios y metodologías monopolizadoras y la práctica critico reflexiva aumentan las esperanzas de transformación de las redes sociales en educación. El rescate de valores equitativos , democráticos y de una educación para la voluntad, supera lo frágil y superficial de las redes. La tarea educativa es de crítica reflexiva para su inclusión en diseños de programas virtuales.   

Encuadre

La cultura digital del presente de producción, distribución y consumo desmesurado de información interconectada, big data , aplicaciones diversas,  en su mayoría hoy,  corren por las redes sociales electrónicas. De modo infinito y sostenidas por los algoritmos y la inteligencia artificial reconfiguran y conforman casi todas las dimensiones de la vida humana actual. Aunque en realidad poco y nada los softwares de soporte implican una “revolución” digital, sino una evolución histórico tecnológico- social.

Hasta acá no hay ninguna novedad, porque conceptualmente las redes no son nuevas en la historia de la humanidad. Ejemplo de ello han sido las redes orales y, ágrafas, comunitarias, étnicas, religiosas, etc., de las culturas antiguas o desde aun antes de los siglos de los siglos, donde algunas han desaparecido y otras aparecían en los siglos posteriores, muchas de las cuales, en funcionamiento reconfigurado, existen hasta hoy.

Las redes sociales están diseñadas y montadas a Internet por un complejo y poderoso sistema de algoritmos e inteligencia artificial que establecen, determinan y seleccionan qué se ve, qué se considera, y otros, con un registro o historial que retrotrae la historia y las conductas de los usuarios (de cualquier institución, organización social, etc.), referidas a las visitas, participaciones, diálogos, y demás, que realizan. Cada acción se halla registrada, vigilada y controlada.

Las plataformas que sostienen (con mucho  streaming) a las redes se nutren de dos modos:1) con data  manifestada explícitamente, sobre todo con imágenes (que transportan todo y cualquier contenido, casi siempre diseñado con antelación) muy seductoras (altamente comercializadas, y llenas de estandarizaciones sociales y muchas creencias anacrónicas),  que son renovadas, reemplazadas continuamente dentro de alguna app de una plataforma/s de elección, frente a lo cual la “participación”  se da cuando se levanta el dedo, se envía un icono, etc.

2) la data implícita o subyacente, que a muy pocos (solo a los estudiosos del tema) les preocupa, y que, en términos sociológicos, político-económico y culturales, (Sadin, 2020)  (Lanier, 2018) se evidencia en una acumulación, la aceleración irreflexiva de modas, compra ,  consumo desmesurado que atraviesa la vida entera, etc., son consecuencia de los excesos del capitalismo.

También, se sostenía no mucho tiempo atrás que la aparición de las aplicaciones de las redes sociales, de internet y su uso marcaban promesas y esperanzas de horizontalidad comunicacional, tratándose de la web 2.0. Ello refiere a considerar las características y el impacto de las redes en las capacidades humanas, amplificadas al posibilitar transmitir,  y dar a conocer públicamente (compartir, en general bastante superficialmente) diversos pensamientos, actividades, representaciones mentales , y otros, para medirlas cuantitativamente, sin importar las narraciones que sustentan las vivencias de los protagonistas, los contextos, las relaciones y procesos sociales .

De este modo el impacto personal y grupal de las redes, en forma y contenido conducen a la uniformización, a un disciplinamiento cultural y una normativización social, dado por un poder hegemónico que como se dijo antes, determina valores, tendencias, actitudes, y demás.

Es fácil entender el proceso y resultado consecuente del fenómeno resultante de “fortificar la fragilidad”. Ello remite a conocer que significa la fragilidad, porque de lo contrario , no habrá posibilidades educativas, al no revertirse , transformar sus características en marcos formativos distintos.

Fragilidad concepto

Su origen etimológico del latín del verbo “frangere”, traducido como “romperse”, quebrarse, destruirse fácilmente. La partícula “-ilis”, significa “que se puede”, el sufijo “-dad”, se usa para indicar “cualidad” (Pérez Porto, Merino 2017).

La fragilidad es la precariedad que se normaliza (Zafra, 2021) pero que puede presentar esperanzas.

Nos remitimos para ello, al blog anterior referido a las redes sociales y la educación (Fainholc, 2022)

Critica a las redes sociales  

Las redes sociales se han usado antes y ahora para arrastrar mitos y doxas (opiniones) , creencias, concepciones erróneas, estereotipos, noticias falsas (fake news),  y demás, que permean la vida cotidiana cada vez más hiper -digitalizada.

Parece que se desconocería, por un lado,  el lado oscuro de las redes y su posible relación con la existencia con una adicción personal, adulteración de información, la colaboración directa e indirecta con la violencia en todas sus dimensiones y espacios mundiales,  la ya reconocida imposición/ exaltación emocional en forma y contenidos de ideologías , y demás, que se comportan finalmente , reglando datos, relaciones y procesos sociales, y afectos.

Entonces reconocer que el rastreo de datos ( capturada por la inteligencia artificial/ software) alojan y dejan enormes huellas de enorme y variada cantidad de información personal, organizacional, etc., que, reflejo de presiones sociales, en mayoría solo sirven a intereses comerciales, de producción mercadista, de publicidad, de hiperconsumo, etc. 

Lo problemático de todo ello, es que la centralización , -en registro individual ( de un solo dueño, como ocurre con twitter, o de pocos) tiende a afianzar el “negocio”, el autoritarismo y disciplinamiento de modo poderoso y monopólico .

Estudiar los principios subyacentes con criticalidad (Rogoff, 2003) y no criticismo . es proponer , crear alternativas.  Alimentar esperanzas (no ilusiones) para estimar mucho las posibilidades de transformación,  de construcción . Así se aumenta el intercambio polémico y los cuestionamientos, que producen una guía relevante para la enseñanza con las redes (como también sin ellas). Su consideración en términos formativos, debería ser tomada en cuenta una y otra vez, sobre todo referido al desmonte de principios y metodologías, que configuran conciencias e identidades .

Qué hacer con las redes en educación  

Si se trata de reconocer y entender la cultura digital, para ser desmistificada, enseñada y aprendida en los diferentes ámbitos sociales, institucionales educativos , medios masivos, etc., la aparición y manifestación de las redes sociales y demás,  deberían estar articuladas a una práctica de reflexión socio- tecnológica,  motorizada por los softwares.

Las redes podrían capitalizar sus características para transformar pertinentemente sus rasgos más salientes ,  en cuanto a su posibilidad comunicacional horizontal global, sincera, racional, solidaria, democrática y gratuita .

Si esto podría darse-, gran tarea educativa, entre otras-, con honrosas excepciones que existen-, es de imaginarse la enorme cobertura diaria activa con millones y millones de usuarios que producen aportes creativos , es decir, información con un consecuente compromiso con equidad, igualdad, democracia , solidaridad, valores que atraviesa todas las áreas.

La educación de la voluntad, de romper la inercia y de la práctica del extrañamiento, restan posibilidades de esperanza de transformación.

Consecuentemente,  se deberían tomar decisiones para dedicar tiempo e inversiones , entrenamiento de habilidades reflexivas de agencias y agentes, planeamiento curricular,  diseños , implementación y transferir a la práctica pedagógica, y viceversa, en camino de convertirse de modo genuino en programas educativos. Es decir, desarrollar habilidades “antifráfiles” en personas, grupos y organizaciones, que puedan flexiblemente responder a encajonamientos considerados “normales”.

Juegan acá los antónimos de la fragilidad nombrada arriba como síntoma sociocultural, es decir, desarrollar habilidades y actitudes consistentes, de fortaleza y solidez, entre otros. Esto requiere esfuerzo y compromiso. Se puede sugerir que las actividades y materiales didácticos, no deberían ser rígidos (pensar en los algoritmos lineales que las sostiene en las plataformas de los cursos virtuales y otros menesteres sociales), sino flexibilizarlos,- que ya hay serísimos esfuerzos-, dúctiles, plásticos, es decir modular (no modelar) comportamientos individuales y grupales de no quiebra, que entrene la no-fragilidad, antes, durante y después de la puesta en marcha de un programa educativo.

Ello significa que la introducción de la inteligencia artificial (automatizada) implicitada en el aprendizaje físico, virtual o mixto, y por ende , en/de las redes que deberían ofrecer experiencias de aprendizaje más personalizadas, y facilitar un desarrollo, una aproximación o acompañamiento del profesor/a que permita atender de forma inmediata y simultánea a todos los estudiantes que interactúan en los diversos espacios. También de realidad aumentada, realidad virtual, etc. .

De este modo, se afirmaba (y afirma) que las redes como estrategia y recurso tecnológico educativo,  altamente interactivo, es muy valioso y de gran potencialidad expresiva. Su materialización no siempre existente , se nota en las comunidades distribuidas y colaborativas , de aprendizaje, de práctica de los profesionales, de investigación, y de producción de conocimiento.

Es ineludible la capacitación del profesor y profesora en este tema, implica una forma participativa diferente de enseñar y aprender, que se transfiere a una atención colaborativa de las necesidades sociales , laborales, etc.

Todas ellas incorporan el concepto de reticularidad en la enseñanza, hasta que sea cotidiano en los programas de e-learning, blended , y/o híbridos. Sin embargo, no se puede olvidar que sin cuestionamiento de lo que se ha vuelto de convivencia cotidiana, se acepta como realidad que, sin análisis y propuestas alternativas, se reducen las posibilidades de modificarla.

Esta es la inminente tarea educativa de reflexión crítica, desde el punto de vista pedagógico, de formación de los profesionales de la educación, y áreas asociadas, y de la comunidad toda, acerca de las redes. Es decir, intervenir en la reflexión de la sociedad y cultura digital/post digital , hoy mundial, en la que se vive.

Conclusión

Es necesario proveer un marco teórico- practico que revise el sostén de las plataformas de las redes . Esto es entender su naturaleza algorítmica lineal y a- histórica, global de penetración naturalizada superficial, salvo casos renovadores. Es una propuesta practica y una intención que revertiría,  transforme esta situación, objetivo que no fácil de lograr.

La superficialidad es la peor enemiga de aprendizajes profundos (Gardner, 1996), (Perkins, 2010) potentes y ricos: la sociedad del conocimiento se vuelve del desconocimiento. Es de imaginar desenvolver el pensamiento pobre y débil, predisponerse actitudinalmente para la inercia, y demás….?.

No porque se reitere , sino para que se haga y logre, es menestar ayudar a los estudiantes , ayudarse a sí mismos/as como docentes,  desarrollar habilidades y producir de conocimiento que persiga la obtención oportuna, válida, confiable, exitosa de información.

Una reflexión desde este punto de vista pedagógico y social digital, debería preguntarse para qué?, por qué? cual es el sentido de la elaboración de las narrativas culturales de las redes contemporáneas como procesos y productos en manos , ahora más individuales que de colectivos anónimos.

La tarea educativa contemporánea , será de rescate y apoyo : una crítica deconstructiva y reconstructiva, es bienvenida.

 

Referencias

Fainholc. B (2022) Las Redes en Educación. Blog Tecnología Educativa Apropiada y Critica. https://webquestorgar.blogspot.com/2022/01/las-redes-en-educacion.html

Gardner, H. (1996) La mente no escolarizada. Paidós.

Lanier, J. (2018) Diez razones para borrar tus redes sociales de inmediato. Barcelona: Debate (Penguin Random House).

Rogoff, I. (2003) From Criticism to Critique to Criticality. Transversal texts. Recuperado de https://transversal.at/transversal/0806/rogoff1/en 

Sadin, E. (2020) La inteligencia artificial o el desafío del siglo: anatomía de un antihumanismo radical. Caja Negra. Argentina. ISBN: 9789871622863

Pérez Porto, J., Merino, M. (2017). Definición de fragilidad - Qué es, Significado y Concepto. Definicion.de. Recuperado el 17 de noviembre de 2022 de https://definicion.de/fragilidad/  

Perkins, D. (2010) Aprendizaje pleno: Principios de la enseñanza para transformar la educación. Paidós.

Zafra, R.(2021) Frágiles. Cartas sobre la ansiedad y la esperanza en la nueva cultura, Anagrama. España. ISBN: 9788433964694

Bibliografía

Fainholc, B (2017) Una Pedagogía Virtual en el marco de los Estudios Culturales.

UOC-Universidad Oberta de Catalunya, Barcelona. ISBN: 9788491800002

Taleb, N. N (2013) Antifrágil. Las cosas que se benefician del desorden. Paidós.

 

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