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miércoles, 25 de enero de 2012

¿Por qué tan solo? Dimensiones del aprendizaje cooperativo


Escribe: Cristóbal Suárez

La idea es muy aceptada y defendida teóricamente, pero en la práctica educativa está poco asumida: ¿cuándo un equipo está aprendiendo de forma cooperativa? 

La premisa de la que parto es que para reconocer algo en la práctica es preciso ajustar algunos conceptos previamente, es decir, ajustar la lente para enfocar la imagen. Con el aprendizaje cooperativo pasa lo mismo en la interacción virtual o presencial.

“¿Por qué aprender solos si podemos aprender con otros en equipos cooperativos?” es una idea magnífica y alternativa al aprendizaje solitario y a la manida relación profesor-estudiante(s) como única fuente de aprendizaje. No obstante, para potenciar el uso pedagógico de la cooperación y su disfrute educativo hace falta reconocer las dimensiones que la caracterizan. Cooperar no es sólo debatir, estar conectados, estar juntos o hacer algo en grupos es, ante todo, crear interdependencia y más... De esto va el post, idea que desarrollé en el libro y específicamente en un E-Duca del CITA y en un artículo.

¿Cómo aprovechar educativamente las condiciones de interacción social que ofrece un uso colectivo y distribuido de la web? Un punto de partida es desarrollar el aprendizaje cooperativo que, entre otras alternativas, es un marco pedagógico para construir virtualmente otras condiciones sociales de aprendizaje en la educación. Se trata de pensar las nuevas herramientas tecnológicas con herramientas simbólicas significativas que aporten otra dinámica al proceso educativo.

La interacción no sólo es un punto clave en el desarrollo y análisis de contextos virtuales, la interacción está en el centro de Internet. Si lo anterior es así, la cooperación tiene sentido en Internet y constituye un camino metodológicamente plausible. Por ello, al momento de proponer, impulsar y evaluar el trabajo en equipos cooperativos –unidad de intersubjetividad- en red es importante reconocer las dimensiones del aprendizaje cooperativo. Estas dimensiones pueden ser la referencia para aprehender el hecho cooperativo.

Un equipo de aprendizaje cooperativo actúa como unidad básica de intersubjetividad si se despliegan actividades en torno a las siguientes cinco dimensiones:

1.    Interdependencia positiva
: Los alumnos identifican que su rendimiento depende del esfuerzo de todos los miembros del equipo para alcanzar la meta compartida, puesto que mejorar el rendimiento de cada uno de los miembros es cuidar el aprendizaje de todos en su conjunto. Esto sucede al enfocar, como propósito inequívoco de la relación, la conciencia que el éxito personal depende del éxito del equipo, puesto que si uno fracasa en el intento de aprender, entonces fracasan todos.

2.    Responsabilidad individual y de equipo: Cada miembro del equipo asume su responsabilidad, pero a su vez hace responsables a los demás del trabajo que deben cumplir para alcanzar los objetivos comunes a todos. En este caso, el sentido de responsabilidad con la tarea personal, como con la tarea en conjunto, es el factor que contribuye a no descuidar la parte y el todo.

3.    Interacción estimuladora
: Los miembros del equipo promueven y apoyan el rendimiento óptimo de todos los integrantes a través de un conjunto de actitudes que incentivan la motivación personal, como la del conjunto. La ayuda, los incentivos, el reconocimiento, el aliento y la división de recursos contribuyen a crear este clima de confraternidad en torno al objetivo común.

4.    Gestión interna del equipo: Los miembros del equipo coordinan y planifican sus actividades de manera organizada y concertada a través de planes y rutinas, como también, a través de la división de funciones para alcanzar la meta común de equipo. Esto implica que cada miembro despliegue acciones para estimular un funcionamiento efectivo del equipo, como la toma de decisiones, la gestión del tiempo, la superación de problemas, el liderazgo y la regulación de  turnos de trabajo.

5.    Evaluación interna del equipo: El equipo valora constantemente el funcionamiento interno del equipo en base al logro de la meta conjunta, así como el nivel de efectividad de la participación personal en la dinámica cooperativa. Esto implica analizar y valorar en qué medida se estarían logrando concretar las metas de aprendizaje compartidas, cómo se han desempeñado cooperativamente todos y cada uno de los miembros.

No se trata de redescubrir el aprendizaje cooperativo, sino de advertir que su impulso en la experiencia virtual de aprendizaje requiere, cómo no, del apoyo docente. Es aquí donde se entronca buena parte de los pasos necesarios de @ftsaez para impulsarlo.

Próximamente uniremos fuerzas, dimensiones y pasos… parte del cambio cultural que implica asumir la cooperación y la tecnología.

Imagen hormiga

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