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lunes, 4 de junio de 2012

Cartas sobre aprendizaje y educación abierta

Escribe: Cristóbal Suárez

Hace unas semanas ya que venimos hablando de Iván Illich, Sociedad Red, aprendizaje abierto, Open Educational Resources (OER) y, cómo no, de educación y pedagogía. Esto en el marco de la asignatura “Cultura Digital y Aprendizaje Abierto” que Jean-François Cerisier y yo, hemos organizado en la Maestría en Integración e Innovación Educativa de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) de la Pontificia Universidad Católica del Perú.

Antes de “tocar” alguna tecla tecnología pensamos y repensamos sobre el papel de la utopía educativa y, específicamente, en lo que Iván Illich reconocía como las características que debía tener una buena institución educativa formal: “Un buen sistema educacional debería tener tres objetivos: proporcionar a todos aquellos que lo quieren el acceso a recursos disponibles en cualquier momento de sus vidas; dotar a todos los que quieran compartir lo que saben del poder de encontrar a quienes quieran aprender de ellos; y, finalmente, dar a todo aquel que quiera presentar al público un tema de debate la oportunidad de dar a conocer su argumento”.

Cuando llevamos esta utopía de los 70’ al terreno del debate sociotecnológico que implica actuar hoy educativamente en Internet, esos tres aspectos se hacen plausibles. Es decir, hoy por hoy y gracias al desarrollo tecnológico, se puede hablar de posibilidades formativas –como acceder, compartir y construir conocimiento- en la escuela y más allá, especialmente.
No obstante, con lo educativo y sociotecnológico es imprescindible hablar de cultura. Y por ahí fueron los derroteros de esta asignatura. Nos centramos en entender que hablar de aprendizaje abierto implica ir más allá del relumbrón tecnológico y conviene centrarse en la percepción del cambio simbólico: la cultura del aprendizaje abierto, tal cual.

Este cambio en la cultura alude a la comunicación entre las personas que comparten el mismo espacio social en red, la estructura de acción. Aquí nos apoyó Manuel Castells (2009): “la cultura común de la sociedad red global es una cultura de protocolos que permite la comunicación entre diferentes culturas sobre la base no necesariamente de valores compartidos, sino de compartir el valor de la comunicación. Esto quiere decir que la nueva cultura no está basada en el contenido, sino en el proceso (…) desarrollado sobre la base de una creencia común en el poder de las redes y de la sinergia obtenida al dar y recibir de los demás”. Este sería el centro de gravedad del cambio que ofrece Internet a la educación, y es aquí donde se potencia la noción de aprendizaje abierto.

Ahora bien, si bien es cierto que la tecnología digital ya forma parte de los modelos y reflexión pedagógica, la cultura educativa abierta aún no. Si, “con el concepto open learning (aprendizaje abierto) se trata de diferenciar los procesos de enseñanza-aprendizaje recintual de los que acaecen fuera de las aulas, concediendo a los estudiantes mayor autonomía y auto dirección en su aprender”, García Aretio (2002), existe la necesidad de trabajar la representación sobre para qué, qué, dónde, con quién, con qué o cuándo aprender en red. Esto supone pensar una nueva forma de representación cultural de la escuela, más todavía del aprendizaje.

El aprendizaje abierto hoy se asocia fundamentalmente a una forma de pensamiento educativo que hace hincapié en ofrecer a los estudiantes diversas opciones basadas en el desarrollo digital para que ellos puedan elegir los medios a usar, el lugar de estudio, con quien aprender, el ritmo de estudio, los mecanismos de apoyo y la evaluación (The Commonwealth of Learning, 2000). Esta idea de materializó cuando los estudiantes exploraron en profundidad diversos recursos educativos abiertos (Junta de Extremadura, 2008).

Mi conclusión, a todo lo trabajado en esta asignatura, es que el desarrollo del aprendizaje abierto no entraña una renovación tecnológica, sino más bien, una renovación simbólica de orden cultural sobre la noción de educación y aprendizaje.

La cultura de aprendizaje “por defecto” que tiene el sistema educativo está ligada a la cultura de la escuela, y es aquí donde hay que trabajar buscando, entre otras cosas, abrir oportunidades educativas basadas en la interacción con otras personas, así como con la exploración y producción de recursos en Internet, más allá de las estructuras rígidas y procesos lineales de enseñanza. Ejemplos de esto son los PLE y los MOOC, como avanzadilla del cambio.

Mi pregunta sigue siendo, por tanto: ¿Hasta que punto tiene validez el modelo pedagógico nacido de una representación educativa basada en la interacción recintual entre profesor y alumnos, cuando también podemos aprender con otras personas y recursos digitales distribuidos en red? 

Parte del trabajo de reflexión de los estudiantes quedó abierto en sus blogs. Entre todas las actividades quiero destacar aquí la relacionada con la construcción de esa visión simbólica que, a modo de Declaración de la Educación Abierta –ejemplo la declaración de Ciudad del Cabo (2007), los estudiantes de la maestría formularon como “Carta para una educación abierta”. Se trata de una declaración de intenciones educativas que con gusto comparto:
Una cosa que me estaba dejando. Algunos estudiantes añadieron un vídeo de música acústica peruana en la barra lateral. Esta música, Princesita Huanca - Serenata Inkaterra que me acompañó en la lectura de los posts... gracias.  Aquí se los dejo, que disfruten.

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