Escribe: Miguel Zapata Ros
Fig. 1.- Relación
funcionalidad-movilidad, tal como se ha visto hasta ahora.
La tecnología ubícua permite al alumno realizar actividades
educativas allí donde esté, y contar con los componentes de su entorno social
de aprendizaje.
Esta es la idea que se mantiene
como tema de fondo en el artículo
que acabo de publicar en el nuevo
número de RED Revista de Educación a Distancia. Pero en él, más allá de conceptos
y definiciones, está la justificación de la calidad centrada en el aprendizaje en
estos entornos, que es la misma que en el resto de trabajos anteriores:
Suministrar elementos de referencia, rasgos, requisitos e indicadores, para el
diseño instruccional y para los usuarios.
Los entornos ubicuos se han
difundido y popularizado en actividades básicas, como por ejemplo las
económicas. Así hablamos de m-commerce
más allá de e-commerce. De esta forma
hay aplicaciones para el comercio, para la banca, las bolsas de valores, los
negocios y para el hogar. Y vemos a profesionales utilizar dispositivos 3G en
trenes, metro y aeropuertos, y Wi-Fi en salas de espera, cafeterías y
restaurantes. Este hecho es irreversible. La propia utilidad ha impuesto su
uso, sin necesidad de formación de usuario y con un valor añadido que produce
más beneficios que coste.
Desde hace tiempo la literatura
especializada (Trifonova, A., March 2003) nos muestra interesantes y
significativas iniciativas de integración de entornos ubicuos, los LMS disponen
en su totalidad versiones APP, aunque el desarrollo y el interés de las
corporaciones por dispositivos especializados no ha corrido paralelo (Keagan,
2005a).
Entre otras justificaciones para
el aprendizaje móvil, y de paso una base sólida para persuadir a este
sector de la industria, lo constituye lo que Keagan (2005a) llama "ley de
las tecnologías" de la educación a
distancia, según la cual
"No es con las tecnologías inherentes a
las cualidades pedagógicas con las que se
tienen éxito en la educación a distancia, sino con las tecnologías que están asumidas y son de
uso generalizado por los ciudadanos”.
Para apoyarla señala un ejemplo,
el de los videodiscos interactivos (laser discs) de los años
noventa ¿Quién los recuerda ahora?. Estos dispositivos reunían todas las
condiciones y las características pedagógicas, según atestiguan numerosas investigaciones
internacionales y españolas de la época, para ser utilizados en distintas
áreas de aprendizaje y disciplinares, entre ellas las ciencias sociales, el
arte y sobre todo la enseñanza de los idiomas como lenguas extranjeras y la
lectoescritura. Sin embargo no tuvieron
éxito porque no era de uso corriente, no había la suficiente cantidad de gente
que lo poseyera.
Esto no sucede ahora con la
tecnología móvil, su difusión es mayor que la de cualquier otra en cualquier
época.
Dado el interés y pertinencia de
estudiar la evaluación de los entornos ubicuos de aprendizaje, los sistemas de
enseñanaza y aprendizaje apoyados en esta tecnología, no splanteamos determinar
siguiendo el modelo desarrollado en otros trabajos anteriores (Zapata, 2003 y
Marcelo y Zapata, 2008) rasgos de calidad y los correspondiente indicadores
siguiendo una metodología similar: centrada en el aprendizaje.
Cuando nos planteamos definir
objetivos de la calidad, en éste como en los demás casos, el objetivo es
definir y proporcionar rasgos, requisitos e indicadores que permitan evaluar
las actividades que se hacen o pueden hacer con el apoyo de los dispositivos
que constituyen estos entornos, y cómo se organizan en función de los
aprendizajes obtenidos, si son distintos, nuevos o mejores que por otros
medios.
El objetivo es pues la evaluación
y la forma de evaluar la solidez
pedagógica del aprendizaje móvil o ubícuo. Para ello desarrollaremos una serie
de reflexiones sobre la aplicación de ideas y conceptos extraidos de lo
sdesarrolos teóricos constructivistas y socioconstructivistas y a partir de
ellos establecer seis elementos de evaluación: Integración de la tecnología ubicua en el sistema, fundamentación
teórica, programación y coordinación docente, presencia docente, ajuste de las
actividades a la configuración y características de los dispositivos y evaluación.
El aprendizaje
ubícuo.
Si representamos (Fig. 1) funcionalidad (capacidades para
procesar, elaborar y representar) y la movilidad de los dispositivos, la curva
tradicional casi es lineal, de una proporción inversa, con la tecnología
referida a un momento dado:
Sin embargo esto habría que
matizarlo (Fig. 2) actualmente con algunas restricciones: La funcionalidad no
disminuye a partir de ciertos límites aunque aumente indefinidamnete la
movilidad. La funcionalidad disminuye en un principio pero se mantiene debido
en buena parte a la calidad y cantidad de las aplicaciones y a una mayor
presencia potencial de la información (cloud-computing).
Las restricciones son en todo caso ergonómicas o por funcionalidad humana.
Fig. 2.- Relación
funcionalidad-movilidad en la actualidad.
Sin embargo el hecho en sí es el mismo, en un rango
determinado el aumento de la movilidad supone una disminución de la
funcionalidad o en todo caso unas restricciones prácticas.
De igual forma que existe un continuum desde el punto de vista de la
funcionalidad en los dispositivos utilizados, que va desde los ordenadores de
escritorio a smartphones y tablets pasando por ordenadores
portátiles,existe un continuum desde
ele-learning hasta el m-learning. Realmente se podría decir
que m-learning es e-learning con menos funcionalidades, o
funcionalidades menos finas, y con más movilidad. Esto, que puede parecer una
conceptualización obvia o irrelevante, presenta nuevos, muy potentes y
radicales cambios en la metodología, debidos al aumento de oportunidades y de
ámbitos donde realizar las actividades. Pero sobre todo por sumergir a éstas en
un contexto social muy potente y asumido por la población como entorno de
relación.
En definitiva el concepto de
aprendizaje móvil o ubicuo debería bascular sobre la movililidad a partir de lo
avanzado sobre usos y posibilidades educativas del e-learning, del aprendizaje
apoyado por la tecnología o del aprendizaje conectado.
Quizá pues quedaría por
determinar qué son en este contexto dispositivos móviles. Podemos decir que son
dispositivos que se pueden utilizar en la actividad educativa, para aprender, y
se pueden llevar en el bolsillo, en el bolso o en una cartera, y que admiten
conexión 3G o wifi, o las que en su momento las sustituyan.
La definición que
proponemos para el aprendizaje móvil o ubicuo es pues sencilla en su
formulación pero de importantes implicaciones:
Continuar la acción educativa y los procesos de
aprendizaje a través de teléfonos
inteligentes y tablets.
Hablamos de smartphones
y tablets porque son los dispositivos
vigentes, pero realmente la
característica de aprendizaje móvil es que utiliza dispositivos que
- Las personas utilizan
y llevan a todas partes.
- Son considerados como
dispositivos personales para utilizar entre amigos.
- Son baratos y fáciles de
usar.
- Se utilizan constantemente
en todos los ámbitos de la vida con variedad de configuraciones y usos que
combinan Internet con la ubicuidad.
¿Aprendizaje móvil o ubicuo? A la
hora de elegir palabra no es tan importate el término en sí como la
conceptualización, y ambas ---aprendizaje móvil o aprendizaje ubicuo--- quedan así con
un contenido entendemos que claro y equivalente. Sin embargo, por las
connotaciones que encierra el término, parece más indicado ubicuo. En este caso
observamos que hay una carga más fuerte sobre las posibilidades de acceder e
interoperar con recursos y personas en todos los sitios que en el caso de móvil
que hace más fuerza en los dispositivos “móviles”. Creemos que es más
importnate tener un accceso básico disponible en todas las partes a la
documentación los programas y aplicaciones, cloud computing, y una buena
cobertura 3G o wi-fi, que las funcinalidades de los dispositivos, que no
siempre es preciso utilizar.
Por último cabe señalar que para
que la acción educativa sea eficaz, de calidad, el sistema de formación debe
contemplar en su acción y en sus consecuencias esta nueva situación, pero
incluso de que cuando hablamos de aprendizaje ubicuo entendemos en todas partes, incluso en las aulas, o en el centro
escolar, en los pasillos, en el espacio de recreo y en la biblioteca, donde se deben generar situaciones de acceso y de uso. Las
programaciones y la acción docente deben pues garantizar un enlace educativo
entre las actividades vivas, las actividades en conexión o de aceso a los
recusos en casa o en la biblioteca y el enlace móvil, como un todo continuo e
integrado. Que además pueda ser evaluado.
ISSN 1578-7680
Depósito Legal
MU-2554-2001
© RED
Copyright 2012 RED.- Revista de Educación a
Distancia
Felicitaciones
ResponderEliminarMiguel Zapata
¿Aprendizaje móvil o ubicuo? A la hora de elegir palabra no es tan importate.
El que vale es esta nueva educación que está presente a un mismo tiempo en todas las partes, o sea, es omnipresente. Pienso que está es la acción educativa eficaz para los tiempos de hoy.
Muchas gracias por sus publicaciones. siempre acrecenta conocimiento a nuestras vidas.
Rosa Desde São Paulo, Brasil