Verónica del Carmen Quijada-Monroy. @veronicaquijada Original para el Blog
¿Cuáles son los temas fundamentales a investigar y
difundir en Educación y Tecnología en el S. XXI?¿Qué?
¿Acerca de qué? ¿Cómo? ¿Para qué investigar?
Integremos un grupo de trabajo internacional
para intercambiar puntos de vista acerca de las temáticas y áreas de interés
que deberían abordarse en Educación y Tecnología en el S. XXI. Compartamos
resultados y contribuyamos al desarrollo de nuevas propuestas y proyectos.
Si investigar
acerca de Educación o de Tecnología, como dos grandes áreas del conocimiento
humano es complejo, investigar acerca de Educación y Tecnología, vistas como
una conjunción, implica otras consideraciones, que en el siglo XXI, con sus
múltiples posibilidades, cobran especial importancia.
Para iniciar un
intercambio, planteo brevemente algunas consideraciones al respecto:
El aprendizaje y la instrucción.
¿Qué es el
aprendizaje? ¿Qué es la instrucción? ¿Qué significa un modelo centrado en los
alumnos? Entre los intereses que más se aprecian entre los investigadores en
educación, especialmente en ámbitos de la psicología educativa, se encuentra el
cómo saber si la instrucción (la forma) afecta en el aprendizaje y por lo tanto,
en los resultados.
Algunas de las perspectivas para la investigación acerca del aprendizaje y la instrucción, son el enfoque conductista, el cognitivo y el contextual (Mayer, 2010). Asimismo, Mayer (2010) distingue tipos de procesos cognitivos, de conocimientos, y factores en el proceso de enseñar y aprender; destaca cuatro características de la investigación científica en educación: predicciones contrastables, métodos adecuados, conclusiones lógicas, y escrutinio constante.
Algunas de las perspectivas para la investigación acerca del aprendizaje y la instrucción, son el enfoque conductista, el cognitivo y el contextual (Mayer, 2010). Asimismo, Mayer (2010) distingue tipos de procesos cognitivos, de conocimientos, y factores en el proceso de enseñar y aprender; destaca cuatro características de la investigación científica en educación: predicciones contrastables, métodos adecuados, conclusiones lógicas, y escrutinio constante.
¿Cómo distinguir
una moda pasajera, de propuestas con fundamento científico, en las prácticas en
educación?
La educación a distancia.
Entre los ámbitos
más discutidos en cuestiones de educación y tecnología, se encuentra el de la
educación abierta y a distancia, que actualmente cumple ya más de 150 años
(García Aretio, 1999). Algunas experiencias en el nivel universitario
comenzaron en la Universidad Abierta del Reino Unido (The Open University) en
1969; en México, la Universidad Nacional
Autónoma de México, aprobó los Estatutos de su Sistema de Universidad Abierta y
Educación a Distancia (SUAyED) en 1972 (SUA, 2014); ese mismo año, en España
surge la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) a través de un
decreto (García, 2006).
¿Qué se ha
investigado acerca de la educación a distancia? Tanto la búsqueda de acuerdos
respecto a su definición, como la identificación de sus metas, indicadores,
efectividad y buenas prácticas, han sido por décadas algunos de los elementos a
investigar. Hoy en día, con nuevas opciones tecnológicas y planteamientos
didácticos, se observan ciertas orientaciones.
En el ámbito
anglosajón, Bozkurt y colaboradores (2015) estudiaron las tendencias en el
campo de la investigación en educación a distancia, realizaron un análisis
descriptivo y de redes en 861 artículos publicados en siete revistas arbitradas
entre 2009 y 2013. El estudio se organizó en: métodos teóricos y marcos
conceptuales, variables, métodos, modelos, estrategias, recolección y análisis
de datos, y participantes. En cuanto a aspectos teóricos y de bagaje
conceptual, los resultados destacan diez temas, los primeros de la lista son
las comunidades de aprendizaje, el aprendizaje colaborativo, el
constructivismo, el conectivismo, el aprendizaje híbrido, la teoría de la
distancia transaccional, y el aprendizaje móvil.
En la mayor
parte de las investigaciones analizadas, los autores utilizaron métodos cualitativos
(47%), enseguida cualitativos (37%) y finalmente mixtos (16%), asimismo,
también la mayoría (43%) utilizó a las encuestas como instrumento para
recolectar información. Respecto al análisis de datos cuantitativo, casi por
igual se usaron métodos descriptivos (51%) e inferenciales (49%), de los
diferenciales, la mayor parte (85%) fueron paramétricos y en particular
análisis de varianza, prueba t, correlación, análisis de factores, regresión,
análisis de confiabilidad, y solamente en tres casos ecuaciones estructurales.
En las investigaciones que se apoyaron de análisis cualitativo, se empleó el análisis de contenido, temático y del discurso. En cuanto a las variables, se encontraron 17 categorías, las más estudiadas fueron percepción; satisfacción, género, interacción y motivación. El nivel en que se aplican los estudios es en su mayor parte (31%) en el nivel licenciatura y posgrado, y relativo a académicos.
En las investigaciones que se apoyaron de análisis cualitativo, se empleó el análisis de contenido, temático y del discurso. En cuanto a las variables, se encontraron 17 categorías, las más estudiadas fueron percepción; satisfacción, género, interacción y motivación. El nivel en que se aplican los estudios es en su mayor parte (31%) en el nivel licenciatura y posgrado, y relativo a académicos.
Otra fuente de
investigaciones son las tesis doctorales, respecto a las cuales García &
García (2014) realizaron un estudio descriptivo longitudinal retrospectivo en
el que examinaron 183 documentos presentados entre 2004 y 2011 en 11 países y
32 universidades de América Latina, primero mediante un análisis descriptivo
para analizar tendencias y necesidades de investigación a distancia en este
nivel educativo y enseguida para analizar las referencias bibliográficas que
indican las citas de los trabajos.
En los
resultados, los autores señalan que no hay cambio significativo en las áreas de
investigación a lo largo del periodo revisado e identificaron dos áreas como susceptibles
de ser desarrolladas en la educación a distancia. El 53% de las tesis se
centraron en el nivel medio, de las tres categorías revisadas (micro, medio y
macro) según la clasificación de Zawacki-Richter (2009), donde destacan dos
subcategorías: “nuevas tendencias de la tecnología dentro de la educación a
distancia” e “interacción y comunicación en las comunidades de aprendizaje”,
así como respecto a las características de docentes y alumnos. En las
subcategorías de “Calidad” y de “Servicios al estudiante” las tendencias se
mantuvieron en los periodos revisados. Por el contrario en el caso de “Diseño
instruccional”, “Gestión y organización” y “Costes y beneficios” se vieron
disminuidos. En dos subcategorías no se
encontraron tesis: “Investigación en educación a distancia y transferencia de
conocimiento” y en “Acceso, equidad y ética”.
En lo relativo a
las citas, García & García (2014) encontraron que la mayor parte (38.93%)
corresponden artículos de revistas, seguida de libros, capítulos de libros, otros,
actas de congresos y en mucho menor porcentaje (0.31%) tesis doctorales.
En general, los
autores mencionan que si bien existe amplia investigación respecto a la
aplicación de la tecnología a la educación, se precisa profundizar en ella.
¿El diseño instruccional ha perdido
relevancia? ¿Contrario a la educación personalizada el planteamiento de
estructuras lineales y estandarizadas se impone en la práctica? ¿La educación a
distancia de tipo empresarial se impone sobre la universitaria?
“Los Medios” y la “Nuevas tecnologías” y las “TIC-TAP-TEP”
En la década de
los 90 se intensificó el interés por el uso de “medios audiovisuales” en el
aula, una tendencia que se inclinó a destacar la recepción crítica de los
estudiantes, a la forma de “ayudar a desvelar la no transparencia de los medios
de comunicación, a conocer el entramado ideológico que los sustenta, a
reconocerse como audiencias que pueden disfrutar del juego que proponen los
medios sin que esto signifique la pérdida de su capacidad crítica” (Aparici, 1996).
Después, y con
el surgimiento de Internet, el interés se reorientó hacia la “Nuevas
Tecnologías Aplicadas a la Educación” diferentes medios de comunicación utilizados
en el aula, donde se aprovecha como recurso didáctico (todavía) a la televisión,
la radio, los audiovisuales, el video, el Internet, la videoconferencia, el
correo electrónico, los programas de ofimática, el hipertexto, los blogs, el
software libre, entre otros, y se promueve el uso y diseño de multimedia. Así,
en ese momento, “de las cosas que vamos sabiendo sobre el impacto y la
influencia de nuevas tecnologías en los contextos educativos, es que la
estructura organizativa en la cual se inserten, va a condicionar no sólo su
eficacia, sino también la diversidad de las formas en que puede ser utilizado”.
(Cabero, 2007)
Llega la época
de las llamadas Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), la web
2.0, las Tecnologías del Aprendizaje y el Conocimiento (TAP), y las Tecnologías
del Empoderamiento y la Participación (TEP) (Reig, 2011). ¿Finalmente no son
todas TIC?
¿Qué viene?
El informe
Horizon 2015 para educación superior señala como tendencias que se adoptarán en
un corto plazo (en uno o dos años) la
evolución del aprendizaje en línea y el replanteamiento de los espacios de
aprendizaje, para orientarlos hacia una mayor interacción (smart roms), cara a cara mediante dispositivos como pantallas y
conexiones web, también prevé el aumento de las analíticas de aprendizaje, el
aprendizaje adaptativo, la mezcla de herramientas síncronas y asíncronas, y nuevas
formas de enseñanza y aprendizaje, como el caso del aula invertida, desde un
paradigma de aprendizaje activo.
Desde hace
varios años, el mencionado Informe plantea que es inminente la entrada de
varias tecnologías y formas de promover la enseñanza y el aprendizaje, como la
Realidad aumentada, la gamificación, o el aprendizaje móvil.
¿Hoy en día se aplican
las prácticas y tecnologías señaladas en el Informe, en amplios sectores
educativos de forma intencional o planificada? Y, en todo caso ¿Es lo adecuado
para todos? ¿Por qué?
¿Y si la innovación no es suficiente?
Desde otras
posturas, la propuesta es distinta: la escuela, como la conocemos, es obsoleta.
Es decir, “necesitamos para el siglo 21, un nuevo marco a partir del cual todo
emana: La habilidad más importante del siglo 21, es la capacidad de formarse de
manera personal, y debido a ello, no es lo mismo para todo el mundo y por tanto
el aprendizaje clásico debe desaparecer ya que ni tienen ni tendrá sentido”
(Farnós, 2014). En las propuestas de la educación disruptiva, es preciso
terminar con “los espacios de aprendizaje”, pues “el aprendizaje está en las
personas” (Farnós, 2015)
Hoy en día, ¿la
escuela, la universidad, no tiene sentido como la conocemos? ¿Cómo debería ser?
¿Debería seguir existiendo?
¡Participemos en la discusión!
Es muy amplio el
campo para la investigación, para la experimentación y la difusión; durante
décadas los investigadores han formulado teorías y propuestas, han encontrado respuestas
a muchas de las preguntas que de la educación y de la tecnología se derivan,
algunas concluyentes, otras por comprobarse. Sin embargo, todos los días surgen
nuevos cuestionamientos, tantos como personas, con sus circunstancias, dirigen
su mirada y su interés hacia el tema.
¿Qué debemos
seguir investigando? ¿Qué no es preciso seguir investigando? ¿Qué se preguntan
los docentes, quienes todos los días se enfrentan a un nuevo mundo, con
herramientas de uno antiguo? ¿Qué es pertinente hoy en día, donde las
preguntas, y también las respuestas, las construimos entre todos?
Nuestra
propuesta es integrar un grupo de trabajo, conformado por profesores-investigadores
de todos los niveles educativos interesados en compartir sus propuestas acerca
de Educación y Tecnología, desde la formulación de las mismas para
realimentarlas, promoverlas, aplicarlas (incluso de forma compartida) y
potenciar su impacto, tanto en términos de difusión como de aplicación.
Un objetivo
inicial es plantear el primero de varios proyectos de investigación donde
juntos establezcamos el propósito, método y alcance, y los llevemos a cabo
desde nuestras regiones para después darlos a conocer de manera conjunta.
Seguramente encontraremos colegas con intereses comunes.
El grupo contará
con un espacio en la redCUED para entrar en contacto, y con un sitio web
propio, ligado a CUED, en el cual nos apoyaremos para colaborar, publicar
propuestas y resultados, y extender posibilidades.
Si quieres
participar en el grupo “Investigar en Educación y Tecnología en el S. XXI”
escribe a vquijada@red.unid.mxn con
tu nombre, intereses y correo, o solicita acceso desde la redCUED en el grupo Investigar en Educación y Tecnología en el S. XXI
Referencias
Aparici, R. (1996). La revolución de los medios
audiovisuales. Educación y nuevas tecnologías. España: Ediciones de la Torre.
Bozkurt, A., Akgun-Ozbek, E., Yilmazel, S.,
Erdogdu, E., Ucar, H., Guler, E., Sezgin, S., Karadeniz, A., Sen-Ersoy, N.,
Goksel-Canbek, N., Dincer, G., Ari, S., & Aydin, C. (2015). Trends in
distance education research: A content analysis of journals 2009-2013. The International Review Of Research In Open And Distributed Learning,
16(1). Consultado el 26 de febrero de 2015
en http://www.irrodl.org/index.php/irrodl/article/view/1953/3192.
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McGraw-Hill/Interamericana, Madrid.
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Farnós, J. (28 de marzo de 2015). Debemos
acabar con "los espacios de #aprendizaje"...el aprendizaje está en las personas...@juandoming. [Actualización de
estado en Facebook], Consultado en https://www.facebook.com/juandon?fref=ufi
García, L. (1999). Historia de la educación
a distancia. Revista Iberoamericana de
Educación a Distancia (RIED). 2, 1, 11-40. Consultado el 27 de febrero de
2015 en http://e-spacio.uned.es/fez/eserv/bibliuned:20191/historia.pdf
García, L. (2006). La Universidad Nacional
de Educación a Distancia (UNED) de España. Revista
Iberoamericana de Educación a Distancia (RIED). 9, 1-2, 17-51. Consultado
el 02 de marzo de 2015 en http://revistas.uned.es/index.php/ried/article/view/1029/945
García, M. y García, L. (2014). Líneas de
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través de las tesis doctorales. Revista
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febrero de 2015 en http://revistas.uned.es/index.php/ried/article/view/11581/11048
Johnson, L., Adams Becker, S., Estrada, V.,
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Zawacki-Richter, O. (2009). Áreas de
Investigación en Educación a Distancia: un estudio Delphi. IROLD. Revista Internacional de Investigación en
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2015 en http://www.irrodl.org/index.php/irrodl/article/vie+wArti-cle/674.
Publicado con autorización de su autora Verónica del Carmen Quijada-Monroy. @veronicaquijada
Publicado con autorización de su autora Verónica del Carmen Quijada-Monroy. @veronicaquijada
muy de acuerdo con los planteos y deseoso de integrar algún proyecto de investigación al respecto, por ejemplo la implementacion del llamado modelo 1 a 1 en argentina con mas de 4 millones de maquinas entregadas, cul es el resultado ?? que variables y correlaciones se podrían investigar, que datos contamos o se pueden recabar ?? que aspectos estan deteniendo una verdadera utilización de las tic en el aula ??
ResponderEliminarMe parece muy práctico registrar lo que cada uno de nosotros hace en su desempeño docente. Siempre he pensado que así como el médico hace una historia médica familiar, así los docentes debemos hacer una historia del trabajo escolar y de lo que uno mismo hace.
ResponderEliminarTengo aproximadamente 8 años ya trabajando con espacios virtuales, desde que cree un blog, mismo que es visitado por los artículos que en él se publican, año con año. Los artículos son creados por mis alumnos, y son los textos que hacen dentro de la materia de español de primero y de segundo de secundaria.
En la universidad, también acostumbro trabajar con grupos, desde que estaba el msn messenger y ahora con facebook. He dirigido proyectos de Estadía Empresaria(modalidad donde incursionan a las empresas a trabajar un proyecto)a distancia y últimamente, hasta España fui a dar con mis indicaciones. Los trabajos de Estadía en este cuatrimestre fueron compartidos en un aula virtual, cosa que fue de mucho éxito para mí, pues se ve el avance del trabajo semana con semana de los alumnos y de las instrucciones del docente.
También creo, que además de conocer los recursos electrónicos con los que contamos, debemos conocer la currícula con la que trabajamos, qué nos antecede, qué sigue después, con qué materia podemos vincularnos y de qué manera podemos hacerles más real la educación, la instrucción y el adiestramiento a nuestros alumnos. Por lo que, proyectos vinculados por materias, también he desarrollado. Por ejemplo, en una clase de biología, se hacen los textos basados en procesos desde la asignatura de español, y se guía a los alumnos a que redacten de manera científica para que distingan los textos literarios, los oficiales y los científicos. En la universidad, materias como teoría del currículo y organización de centros de tecnología educativa, vinculados, hicieron un proyecto muy completo y enriquecedor para las alumnas que lo elaboraron. Invito a ir un poco más allá de los números estadísticos y escribir de qué manera enseñamos, cómo damos la instrucción para que quede clara y los estudiantes aprenda; ¡qué herramientas utilizamos que nos brindan apoyo?¿cómo mantenemos frescas y amenas nuestras clases?¿de qué forma motivamos a nuestros alumnos a leer y obtener información?