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jueves, 27 de octubre de 2016

Cooperación 2.0 entre iguales: ¿Está nuestro alumnado preparado para participar de forma activa en el aprendizaje?

Escribe Ángel Fidalgo 


cooperacion
Fotografía by: A. Fidalgo
Una de las actividades que suelo realizar con mi alumnado es promover la cooperación entre ellos para mejorar el aprendizaje. La idea es que compartan conocimiento útil para superar la asignatura; por ejemplo: una persona comparte el resumen de una clase, otra la identificación de un concepto difícil, otra la explicación del mismo y otra los conocimientos previos que deberían tener. El  conjunto de recursos obtenidos sirve para mejorar el aprendizaje de los que lo han creado, pero también del resto de la clase, incluso para el alumnado futuro.
Estas actividades las suelo hacer mediante un trabajo en equipo de tipo “caja blanca”. Pero, hasta ahora, me encuentro que el alumnado siempre tiene las mismas dificultades:
Carencia en la competencia de trabajo en equipo. Aunque han realizado muchos trabajos de este tipo  no tienen adquirida su competencia.
Aversión al trabajo en equipo. Al  alumnado de mejor expediente no le suele gustar el trabajo en equipo. Son personas que en sus grupos han tenido “jetas” aprovechándose de su trabajo. El profesorado suele evaluar el resultado final y poner la misma nota a todos los miembros del equipo. Este hecho lo saben los jetas, por tanto, si tienen suerte  y en su equipo hay varias personas a quienes les interesa sacar una buena nota, solo tienen que sentarse y esperar a que llegue la nota final.
Falta de experiencia en la creación de conocimiento. No están acostumbrados a crear conocimiento. Están acostumbrados a consultarlo, copiarlo, estudiarlo, reorganizarlo (en algunas ocasiones) y regurgitarlo.
Falta de cultura cooperativa. La única cultura de la cooperación que han recibido (en algunos casos) es la de tipo social (que eso está bien). Pero no tienen espíritu  de cooperación entre ellos mismos. Por este motivo no entienden la razón por la cuál  tienen que compartir el esfuerzo en elaborar un recurso con el resto de compañer@s.
Desconocimiento sobre derechos de autor y propiedad intelectual. Suelen pensar que todo lo que está en internet se puede utilizar. En su defensa diré que parte del profesorado suele pensar lo mismo.
Ausencia de pensamiento crítico. El alumnado está muy acostumbrado a que cuando entra en un aula, su comportamiento debe ser  “ver, oír y callar”, fuera de ella “es estudiar” y si hace todo eso, será recompensado con “aprobar”.
Incredulidad ante el cambio. Parte del alumnado ve en estos métodos una pérdida de tiempo. Es lógico, el profesorado que realiza este tipo de actividades es minoritario, por tanto cambiar esquemas mentales para una asignatura, mientras el resto permanece igual se ve más como una manía de un profesor “friki” que un nuevo modelo de aprendizaje.
Hasta ahora, la forma que tengo de resolver estos problemas es dedicar un tiempo considerable  a demostrar que esto funciona, que son modelos que les serán útiles en el mundo profesional y que es una oportunidad para participar en un método nuevo. Si todo esto me falla, intento convencerles de que  no tienen nada que perder.
Para participar de forma activa en cualquier proceso donde haya un grupo (por ejemplo una clase) se debe tener cultura cooperativa,  crear conocimiento,  compartirlo y, sobre todo, el profesor tiene que saber guiar y participar en ese proceso.
Desde este blog, animo a tod@s l@s lector@s a que intenten realizar alguna actividad encaminada a demostrar que el conocimiento que tiene una persona mejora si se utiliza y se comparte. Además, que si éste se organiza de forma cooperativa todos salen ganando: el alumnado, el profesorado  y, por supuesto, la asignatura.

Tomado de Innovación educativa con permiso de su autor. 

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