Escribe Ángel Fidalgo
En el aula, de forma mayoritaria, el alumnado permanece pasivo, escuchando al profesor y tomando apuntes. Sin embargo, cuando ese mismo alumnado está en su casa “haciendo los deberes” está activo: piensa, razona, consulta, toma decisiones, aplica, practica y aporta soluciones a determinados problemas. Es evidente que para que se produzca aprendizaje es necesario tomar lecciones y hacer deberes.
Lo que ya no es tan evidente es el tipo, cantidad, finalidad, lugar y forma de hacer los deberes. Los deberes pueden ser un arma de doble filo, la bella y la bestia del aprendizaje.
Es “bella” cuando el alumnado se enfrenta ante una situación donde tiene que desarrollar capacidades cognitivas para, posteriormente, en el aula trabajar con esas capacidades, en este sentido cobra importancia el proceso que ha realizado el alumnado para hacer los deberes no el resultado de los mismos. Es “bestia” cuando en el aula el profesorado se limita a poner “+1” al que ha realizado de forma correcta los deberes, “-1” al que los ha realizado mal y “castigo” al que no los ha realizado.
Es “bella” cuando se tiene en cuenta que el alumnado debe tener tiempo para hacer las cosas propias de su edad y es “bestia” cuando el profesorado pone deberes sin coordinarse entre ellos y el alumnado debe dedicar todo su tiempo libre a realizarlos.
Es “bella” cuando el alumnado se enfrenta solo a los deberes, cuando toma decisiones y cuando crea conocimiento (bueno o malo) y es “bestia” cuando los padres se los hacen.
Es “bella” cuando el profesorado ha enseñado al alumnado la forma de hacer los deberes y ha tratado de desarrollar en el aula las capacidades cognitivas requeridas y es “bestia” cuando se deja solo al alumnado ante situaciones para las que no está preparado.
Por tanto el debate, a mi modo de ver, no se debe centrar en “deberes sí o no”, se debe centrar en la utilización de forma adecuada de los deberes. A continuación hago varias propuestas que creo que ayudarían a utilizar de forma correcta los deberes:
- Considerar la metodología Flip Teaching, que propone que en casa se tome la lección y que los deberes se hagan en clase.
- Crear la figura de “coordinador/a de deberes” donde tres de sus principales funciones serían: 1.- supervisar el tiempo total que implican los deberes. 2.- definir el tipo de deberes apropiados para distintas situaciones (no todo el alumnado necesita hacer el mismo tipo de deberes) y 3.- elaborar guías para las madres y padres de cómo deberían (si es que procede) implicarse en los mismos.
- Hacer deberes en clase antes de ponerlos en casa para desarrollar las capacidades cognitivas requeridas. Una vez realizados los deberes, trabajar tanto con el resultado de los mismos como con los procesos utilizados para realizarlos.
¿Deberes? Sí cuando son “bella”, no cuando son “bestia”
Tomado de Innovación educativa con permiso de su autor
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