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jueves, 11 de febrero de 2021

Mi relevo al frente de la CUED (II de III). Nueva dirección y presidencia de honor

(En la entrada anterior -I de III– traté de plasmar grandes recuerdos y datos objetivos sobre lo que fueron estas dos décadas de la CUED. En la siguiente, III de III, les ofrezco el vídeo del acto de relevo). 

1. La solicitud de mi relevo al frente de la CUED

Aquella solicitud de reunión con el Rector de la UNED, a la que me referí en la entrada anterior (mayo, 2019), fue inmediatamente atendida, con la cordialidad y el afecto con que siempre me distinguió el Dr. Mairal. Ante mi exposición y solicitud de inicio del procedimiento de cambio de titularidad en la CUED, el Rector lamentaba esa circunstancia y me insistía que le costaba aceptar ese relevo, dado lo que yo, según él, suponía para la educación a distancia en América Latina (objetivo central de la CUED).

Finalmente, observando que tenía que ser así (además, voy a cumplir el próximo mes 76 años), me pidió que aceptase, en su momento, mi nombramiento como Presidente de Honor de esa Cátedra UNESCO, porque en América, continente meta de la acción de la CUED (según convenio UNED-UNESCO), decía el Rector, esta cátedra tiene una fuerte identificación y vinculación con toda la tarea y proyección académica y científica de mi persona, referida a la educación a distancia, objeto principal de la cátedra. Este gesto de mi Rector, lo acepté y agradecí profundamente. Cierto que le hice saber que estaría para lo que necesitase la CUED, pero siempre que eso no supusiese tarea ejecutiva de ningún tipo.

Obviamente, surgía en la conversación el tema de el quién a la hora de pensar en el sucesor/a. Pero esa cuestión iba ligada al siguiente tema que yo llevaba en la agenda de la reunión.

Fue real esa fuerte ligazón e identificación que la CUED tenía con mi persona, vivimos experiencias extraordinariamente positivas y hubo logros importantes (remito a la entrada anterior). Pero también hubo unas pocas vivencias algo amargas, al no encontrar en algunas fases de este largo período ni el apoyo, ni el respaldo que yo entendía que precisaba una cátedra de este tipo con tantas posibilidades de impacto, aunque entiendo que habría otras prioridades. A pesar de esto, sinceramente, creo que hubo momentos en que faltó visión. Siempre insistí en rectorado que la CUED no era una cátedra de L. García Aretio, era una cátedra UNESCO de la UNED que yo puntualmente dirigía, y que esta universidad debería aprovechar mejor ese paraguas del organismo internacional y la gran posibilidad de proyección hacia América. Fue mi empeño el desligarla de mi persona y hacerla más UNED....

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