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jueves, 28 de julio de 2022

Bigdatear el planeamiento educativo: de contar alumnos a anticipar soluciones

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Es domingo por la tarde. Un docente se enferma. El médico le prescribe toda la semana de reposo. Abre su aplicación en el teléfono y con un simple click informa la situación y adjunta el código de la orden médica en su propio dispositivo. Gracias a ello la dirección escolar ya sabe que se requerirá una suplencia. Pero nadie tiene que hacer nada. Tal como sucede en la actualidad con múltiples redes sociales o aplicaciones de movilidad, la información sobre posibles suplentes para la educación ya existe. Un algoritmo automatizado evalúa las posibilidades de cobertura considerando variables como titulación, disponibilidad horaria y cercanía. La primera persona en la lista recibirá un aviso para concurrir a esa escuela por el lapso prescripto por el doctor. De rechazarlo, lo recibirá el segundo y así en forma sucesiva con los siguientes en caso de ser necesario. Al día siguiente podrá presentarse directamente. Por supuesto, la dirección ya está informada, pues cuenta con toda esta información en simultáneo. No es ciencia ficción, es Big Data.  

En la última década este concepto ganó importancia en todos los ámbitos de nuestra vida. Nociones como algoritmo, machine y deep learning –aprendizaje automatizado- , clusterización y la super extendida adjetivación de smart a diversos dispositivos, lugares y servicios, hacen que ya se hable de una sociedad de los datos, una nueva etapa dentro de esta era de la revolución tecnológica. En el ámbito educativo, acelerada por la pandemia, esta tendencia se instaló como un posible recurso efectivo para la toma de decisiones y para la automatización de la gestión educativa.  

 ¿Qué es y cómo puede aplicarse Big Data en educación?  

Las posibilidades son incontables; el límite está dado, casi, por nuestro conocimiento e imaginación. 

Volvamos a nuestro ejemplo y vayamos aún más lejos. Supongamos que cada docente tilda en la computadora de la escuela o en una aplicación de su celular, al terminar su clase, cuáles son los puntos del currículo que abordó (los temas ya estaban previamente subidos). Por eso, el docente suplente (o sustituto) luego de aceptar la vacante accede al registro y no solo sabe los temas que se impartieron sino también dónde continuar y qué dar. Si el titular habilitó la opción, el suplente podría ponerse en contacto en forma directa con él a través de la aplicación y pedirle algunas referencias sobre su proyecto de clases.  

 Subamos la apuesta una vez más. Dada la premura, el suplente debe abordar una temática para la cual no tiene secuencias didácticas preparadas. Hace un click sobre el tema del programa y un enlace le lleva a una biblioteca con recursos pedagógico-didácticos para abordarlo, ordenados por edades, cursos, con filtros según disponibilidades tecnológicas de la escuela, cantidad de estudiantes u otras variables. 

Cuando se reintegre, el docente titular estará en condiciones de ver qué pudo dar su suplente del mismo modo que había sucedido unos días antes, pero a la inversa. 

Podríamos seguir ad infinitum, pero el resultado es uno: varias soluciones en forma simultánea para la escuela, para los docentes, para los alumnos y para la administración central. Los registros administrativos estarán actualizándose en el mismo momento que se producen los hechos. Incluso el trámite para el pago de la suplencia se iniciará de inmediato sin las demoras y papeleríos habituales. 

Big Data es mucho más que un gran volumen de datos. Es el resultado del descubrimiento de que, al crear una plataforma, una página web, una aplicación para teléfono, no solo se están digitalizando procesos (como si se volcase el libro de asistencias a un Excel) sino que se están produciendo y analizando datos que, bien empleados y con los resguardos correspondientes, permitirán mejorar las intervenciones educativas.  

Entonces, Big Data es un sistema que produce información basada en lo que hacemos gracias a los múltiples dispositivos de datificación presentes en nuestra vida (celulares, computadoras, relojes, transacciones monetarias, desplazamientos, etc.). Procesa los datos que reúne, nuestras huellas digitales, los analiza y los ordena. A partir de esto nos envía propuestas para orientar nuestras próximas acciones. Por ejemplo, una plataforma de música utiliza nuestra información para recomendarnos canciones o artistas. Una plataforma de series o películas nos sugiere otras producciones sobre la base de nuestras elecciones previas. 

Cuatro rasgos distintivos del Big Data y cómo funciona en educación 

Aplicado a la administración y planeamiento educativos, este sistema tiene cuatro rasgos distintivos que permitirán dar un gran salto:  

  1. Utiliza datos existentes que son generados y almacenados digitalmente todo el tiempo (por ejemplo, graduados de carreras docentes). 
  2. Resuelve problemas de forma relativamente automatizada (asignación y coberturas de puestos).
  3. Permite establecer parámetros y jerarquías en base a ellos (busca a los docentes con mayor probabilidad de cubrir el puesto). 
  4. Genera, a su vez, nuevos datos que retroalimentan el proceso y pueden ser utilizados para abordar otros problemas (qué puestos no se cubren, qué docentes no cubren puestos). 

El último punto es central ya que es el nexo entre la administración y el planeamiento educativo. Si el ejemplo resuelve un problema de la administración (la cobertura de puestos por licencias), su implementación y los nuevos datos que genera permiten a los planificadores anticipar problemas futuros elaborando respuestas adaptadas y pertinentes al contexto de estos.  

En nuestro ejemplo, si los datos de uso de la aplicación dan cuenta de dificultades en la cobertura de puestos de una región particular, cruzar eso con la edad de los postulantes y el registro de estudiantes en carreras en esa área permitiría anticipar en qué plazo de años no habrá suficientes docentes para cubrir esa área.  Así, el planificador puede desarrollar un plan de estímulo en estas carreras en esa región. 

Big data para desarrollar sistemas de alerta temprana 

Hay otros desafíos que un abordaje de la administración y el planeamiento educacional con perspectiva de Big Data posibilitarían atender. En los últimos tiempos se extendió en la región la idea de la focalización de acciones para prevenir el abandono escolar. El gran desafío es cómo determinar la población en riesgo sin caer en el amplio tópico de las poblaciones vulnerables. 

Se dio un gran paso cuando se detectó que jóvenes con dos o más años de sobreedad constituyen un predictor razonable de quienes potencialmente podrían abandonar. Pero esto, que a priori permitiría anticipar el problema, desde el punto de vista de las intervenciones posibles ya era (y es) tarde: la situación es inminente; es muy difícil de remediar o revertir. 

Por eso un avance importante, gracias a la mejora de los sistemas de información y registros administrativos de los ministerios de educación, fue el desarrollo de mecanismos de alerta temprana (tal su denominación). Así, en la actualidad, el empleo conjunto de indicadores no solo de extraedad sino de inasistencias, comportamiento escolar, calificaciones y contexto socioeconómico permiten diseñar modelos para conocer los eventuales alumnos que dejarán la escuela.  

Ciertamente, esto supone un manejo y sistematización de una enorme cantidad de datos. También es un cambio significativo respecto del uso de la información. Una gran ventaja y a su vez una gran limitación de estos sistemas es que operan sobre lo evidente, sobre los datos que ya tienen las administraciones educativas. Pero todavía se pueden dar dos pasos más. 

Por un lado, bigdatear el problema es pensar que la alerta temprana es ahora un nuevo dato que podemos analizar. Por ejemplo, las señales, ¿se producen aleatoriamente en el tiempo o en determinados momentos del año? ¿Se dan en cualquier lugar o en zonas con características similares (aunque no estén necesariamente cercanas)? ¿Sucede en cualquier escuela o en escuelas de determinados rasgos?  

Las respuestas a estas preguntas generan nueva información para orientar las acciones de intervención y el diseño de políticas, no ya sobre las alertas actuales sino sobre las potenciales (anticipar acciones en el tiempo, en ciertos lugares o en ciertas escuelas).  

En la lógica Big Data el mejor algoritmo es el que se va transformando y mejorando su capacidad de respuesta hasta volver obsoleto el problema que le dio origen. 

Por otro lado, bigdatear un problema es pensar más allá de las fuentes tradicionales de información, por lo general, las generadas por las propias agencias gubernamentales en sus diferentes dependencias.  

Ética y otros desafíos del uso de Big Data en educación 

Como suele suceder, con las soluciones aparecen nuevos desafíos. Uno de ellos es el de la ética en el uso de los datos. Aun sin haberse desarrollado ninguna de estas herramientas, quienes estamos interesados o vinculados al tema nos preocupan las cuestiones de la disponibilidad de esa información, quiénes podrían acceder a ella y el resguardo de la privacidad de los destinatarios de estos desarrollos. Además, interesa conocer cómo se construyen los algoritmos que alimentan la Big Data de manera que no generen sesgos ni discriminaciones. Encarar este tema forma parte de las tareas a abordar.  

No obstante, debe tenerse en cuenta que cuando hablamos de administración de los sistemas educativos nos referimos a instituciones enmarcadas en acuerdos, declaraciones y legislaciones nacionales e internacionales que regulan el accionar y que, en última instancia, resguardan los derechos ciudadanos. Las dimensiones filosóficas y jurídicas que implica esta nueva era son temas que están yendo a la par del desarrollo de estas posibilidades tecnológicas. En todo caso, lo menos fructífero sería negar la Big Data cuando su existencia ya es un hecho. 

Como decíamos, Big Data ofrece muchas oportunidades para explorar su aplicación en los sistemas educativos. Por sí misma no solucionará los problemas, pero podría proporcionar más evidencia para conocer mejor sus causas y el contexto en que están presentes. Ello permitirá, eventualmente, promover acciones de política más y mejor informadas. Además de los casos de docentes y alumnos, se podrían abordar el seguimiento de lo que se enseña en las escuelas, la liberación de trabajo administrativo por parte de los directores, la simplificación de trámites y la gestión de documentación, entre otras.  

Estas son solo algunas de las decenas de cuestiones que se podrían comenzar a desarrollar para facilitar el diseño y ejecución de políticas educativas. Se trata, ni más ni menos, de contar con una administración que pueda anticiparse a los problemas en lugar de correr detrás de ellos.  

Tomado de Enfoque educación

miércoles, 27 de julio de 2022

El profesor perfecto no existe…

 Por  

“Los profesores también sentimos el mismo miedo a equivocarnos, a ser juzgados y a ser objeto de escrutinio ante los adolescentes”.

Cuando era niña, siempre observé a mi mamá en su profesión como educadora de preescolar hacer hasta lo imposible porque sus pequeños estudiantes se sintieran contentos en clase. Notaba que siempre se fijaba metas semanales, planeaba sus clases diseñando y creando diferentes materiales didácticos con dibujos y caricaturas llamativas que despertaran el interés y la imaginación de las niñas y niños. Con su compromiso e interés en cada uno de sus estudiantes, sembró en los padres y madres de familia un compromiso más grande hacía la educación de sus hijos e hijas. El secreto (no tan secreto) de mi mamá, era realizar con cariño y pasión cada una de sus clases, al punto de que sus primeros estudiantes, ahora adultos de 25 años, la siguen deteniendo en la calle, tienda o plaza donde se encuentre, para abrazarla y decirle que siempre la recuerdan por el amor que dejó en cada lección. Pero ¿cómo podemos crear ese maravilloso resultado en nuestros estudiantes?

Ahora que soy docente, me doy cuenta del compromiso tan grande que tenemos de formar a las nuevas generaciones y de los retos que enfrentamos con los cambios constantes que nos exige el entorno, a los cuales debemos adaptarnos rápidamente. Antes de la pandemia por COVID-19, me desenvolví en un ambiente relativamente sencillo donde los estudiantes convivían en clase de forma presencial, platicaban fluidamente y siempre querían participar de una u otra forma. Sin embargo, con la virtualidad todo cambió, tanto la interacción entre los estudiantes como con los docentes. Aunque los chicos y chicas no lo crean, los profesores también sentimos el mismo miedo a equivocarnos, a ser juzgados, a ser objeto de escrutinio ante los adolescentes y también tuvimos poca interacción social durante los últimos dos años por la pandemia.

“Para algunos estudiantes, el salón de clase es el único lugar “seguro” donde se sienten escuchados, vistos y apapachados”.

Whoa! I feel good…

Por diferentes circunstancias que viven algunos estudiantes, el aula es el único lugar “seguro” donde se sienten escuchados, vistos y apapachados. Encontramos que cada estudiante es un universo distinto enfrentando situaciones familiares o económicas complejas. Aunque no podemos cambiarlo todo, sí podemos ayudarles a hacer más ameno su paso por el aula. Hasta hace poco, el tema de la salud mental no se abordaba con frecuencia, pero ¡Esos tiempos terminaron! También somos agentes de cambio como docentes y debemos considerar espacios entre 5 y 10 minutos para escuchar a nuestros estudiantes. Siendo sincera, si tomamos una clase completa para escucharlos y jugar con ellos, tengan por seguro que, aunque no lo digan, se los van a agradecer. Incluso para nosotros mismos es genial poder desconectarnos un poco del día a día y aprender de cada alumno o alumna.

Los tiempos han cambiado, esto trae consigo nuevas necesidades de aprendizaje, por lo cual es de gran importancia que el profesor aplique dinámicas de integración donde generen confianza y permitan identificar las situaciones que afectan a nuestros estudiantes. Como es bien sabido, a través de las tecnologías, las redes sociales y la interacción entre los jóvenes, adquieren información que les despierta inquietudes. Por ello, es necesario que el docente no solo actúe como observador o guía, sino que aplique medios didácticos que arrojen como resultado un aprendizaje que el estudiante pueda aplicar en la vida diaria, es decir, que esté preparado para enfrentar diferentes situaciones de manera correcta.

Algunas herramientas que podemos utilizar en clase es la técnica QPR, por sus siglas en inglés, (en español: Cuestiona, Persuade y Refiere), y también podemos capacitarnos en el tema, donde nos enseñan a identificar cuando alguien está en una situación vulnerable y nos muestra cómo intervenir para prevenir que la situación agrave. 

La salud mental es tarea de todos, tanto personas a cargo de los estudiantes (padres, madres, abuelos o tutores) como de profesores y directivos, aunque algunas veces no podamos ir de manera presencial a obtener orientación para nosotros o los jóvenes, podemos hacerlo a través del Programa Nacional de Telementoría en Salud Mental y Adicciones 2022, lanzado por el Gobierno de México en aras de que el estigma de la salud mental sea eliminado y que sin importar el lugar donde estemos, podamos crear un mejor vínculo con nuestra mente.

Actividades para fomentar la integración entre estudiantes y profesores

En este artículo les comparto una serie de actividades para fomentar la integración entre estudiantes y profesores. Les recomiendo llevarlas a cabo al menos una vez a la semana, dependiendo de la frecuencia de la clase y sobre todo, del temario que se deba cubrir para poder disponer del tiempo necesario. Si tuvieran que hacer una pausa de una clase completa sería pesado volver a encauzar la clase, sin embargo, les aseguro que será más sencillo motivar a los estudiantes a seguir trabajando en las actividades de clase si están relajados.

Por otro lado, no quiero mentirles diciendo que todos estarán contentos con dejar su asiento para ponerse a hacer algo diferente. Habrá quienes digan “no” desde el principio. Por ello, les recomiendo no forzar a nadie (todo sin enojarse) y verán que poco a poco se integrarán en la dinámica, pero si no lo hacen, ellos mismos se acercarán y te compartirán sus razones después. En experiencias pasadas, los mismos compañeros animan a los demás a hacer las dinámicas. Es muy importante que nosotros participemos y formemos parte de ese momento divertido “fuera de clase”.

Algunas de las dinámicas que puedes aplicar en clase son:

  • ¿Eres búho o alondra? Puedes poner este ejercicio al inicio de la clase. Pregunta a cada uno de los estudiantes, si se considera más productivo de día o de noche. Te darás cuenta de que cada uno tiene distintos puntos de vista, pero además comprenderás el resultado de sus tareas o aprovechamiento en clase.

  • Papa caliente. Utiliza algún objeto sencillo que puedan pasarse los estudiantes uno a uno. Pon una canción o la música que les pueda gustar a tus estudiantes. Prepara previamente preguntas como, por ejemplo, ¿tienes un perro o gato?, ¿eres team frío o team calor?, menciona un momento chistoso que te pasó durante la semana, etc., son preguntas sobre la vida en general para que los estudiantes respondan una vez que pare la música.

  • Los cinco favoritos. Se crean grupos de cuatro o cinco personas. Cada una de ellas tiene que pensar y compartir sus cinco películas favoritas o sus cinco libros preferidos o las cinco canciones o ciudades que más le gustan. En cada equipo, se designa un jugador que tome nota de lo que dicen los demás y posteriormente actúa como portavoz explicándolo al resto. Se piden voluntarios para que lean su lista de favoritos y comenten posibles coincidencias con miembros de otros grupos.

  • Dibujar a ciegas. Se divide al grupo en equipos de dos personas. Dentro de cada equipo, una persona recibirá una tarjeta con una imagen y la otra, sólo escuchando sus instrucciones, deberá dibujar lo que hay en esa imagen, pero sin verlo, sólo sirviéndose de la descripción que escucha.

En mis clases, he aplicado cada una de estas actividades y algunas las he repetido. Todo depende del “mood” en el que se encuentre la clase y la tarea acumulada con la que contemos. Después de realizar estas pequeñas pausas, los estudiantes comentan que se sienten escuchados, tomados en cuenta, pero, sobre todo, queridos. Esta es mi principal motivación para llevarlas a cabo. Las clases se tornan más sencillas y los estudiantes que antes no participaban, poco a poco comienzan a hacerlo; permitiendo que se conozcan mejor y se abran a grupos diferentes de amigos.

¿Qué pasa si soy un docente introvertido?

Cada uno de nosotros como docentes tenemos una personalidad distinta y no a todos nos gusta ponernos a bailar, cantar o brincar. Por ello, debemos apoyarnos en las herramientas correctas, no se trata solamente de que los estudiantes se sientan a gusto, también nosotros mismos; así disfrutaremos una dinámica realmente sincera que se transmitirá en las clases.

No es nada fácil estar frente a un grupo, ya que nos sometemos a las miradas y preguntas de todo tipo por parte de los estudiantes. Aquí les dejo algunas recomendaciones para relajarnos antes de la clase y llegar “bien pilas”:

  1. Piensa en lo que tú sentías cuando eras un estudiante y veías a tu profe favorito. Recordarás con cariño esos momentos y te harán sentir paz con tu entorno.

  2. Cuenta hasta 10 y de regreso. Esto hace que escuchemos nuestro cuerpo y podamos conectar.

  3. En la planeación de la clase, agrega la actividad como apertura, así estarás atento a los tiempos y podrás agregar tiempo extra por si se extiende.

  4. Evita realizar actividades que tú no harías en el día a día, es decir, si no te gusta exponerte a jugar carreritas o temes jugar a las sillas musicales, ¡No lo hagas! Recuerda que la actividad es para que todos la disfruten, así que busca la que mejor vaya contigo.

  5. ¡Nada está escrito! Puedes basarte en videos, libros, realities o dinámicas de internet. Aunque no necesariamente tienen que ser al pie de la letra, ponle tu toque y así te sentirás cercano a la actividad y el resultado será encantador.

Reflexión

El límite no existe. Si algo nos han enseñado las películas, series y la vida misma, es que las personas perfectas no existen. Sin embargo, todos los días podemos levantarnos y elegir ser nuestra mejor versión, no solo para nuestros estudiantes, sino para nosotros mismos. Conocemos ejemplos de grandes profesores reales o inventados, lo importante es considerar que en nuestras manos está el presente del mundo y los estudiantes nos toman como ejemplo y siempre están pendientes de nuestros movimientos. El punto es sentirnos cómodos en el entorno en el que estamos, no te lo tomes como una obligación, sino como una diversión.

Somos una comunidad enorme de profesores quienes día a día nos despertamos buscando impactar a través de nuestras clases a los estudiantes, creando entornos seguros, afectuosos y de calidad humana. Me gustaría aprender más de las actividades que ustedes han realizado y si realizaron alguna de las compartidas, también quisiera saber el toque que le pusieron.

Los invito a dejar su comentario y reflexión acerca del momento creativo y relajado que vivieron en su clase.

Por último, los dejo con la pregunta: ¿Qué profesor quieres ser?

Acerca de la autora

Yadira Díaz (lic.yadiradiaz@gmail.com) es abogada por la Universidad de Sonora y maestra en Educación por la Universidad Tecmilenio. Ha impartido clases en preparatoria y Universidad. Confía en que “el mundo es un lugar donde todos podemos mejorar y que cada día es una oportunidad para creer en nosotros mismos”.


Referencias

Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey. (2021). QPR Y Testigo Activo. junio 05, 2022, de Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey Sitio web: https://tqueremos.tec.mx/es/qpr

Secretaría de Salud. (2021). Programa Nacional de Telementoría en Salud Mental y Adicciones 2022. junio 05, 2022, de Gobierno de México Sitio web: https://www.gob.mx/salud/documentos/programa-nacional-de-telementoria-en-salud-mental-y-adicciones-281314

Tomado de EdTech (Observatorio del Tec de Monterrey)

martes, 26 de julio de 2022

Movimientos de innovación de base

 Tomado de Universo Abierto

Smith, A., Fressoli, M., Abrol, D., Arond, E., & Ely, A. (2017). Grassroots Innovation Movements. Taylor & Francis, 2017. 

Texto completo

Las élites políticas y los líderes empresariales invocan cada vez más la innovación como algo vital para afrontar retos globales como el desarrollo sostenible. Sin embargo, a menudo se pasa por alto el hecho de que redes de grupos comunitarios, activistas e investigadores llevan décadas innovando soluciones de base para la justicia social y la sostenibilidad medioambiental. Sin el obstáculo de las fronteras disciplinarias, los silos políticos o las lógicas institucionales, estos «movimientos de innovación de base» identifican problemas y cuestiones desatendidas por las organizaciones formales de ciencia, tecnología e innovación. Las soluciones de base surgen en entornos poco convencionales mediante combinaciones inusuales de personas, ideas y herramientas.

Este libro examina seis movimientos de innovación de base diversos en la India, América del Sur y Europa, situándolos en sus contextos históricos dinámicos particulares. El análisis explica por qué cada movimiento enmarca la innovación y el desarrollo de forma diferente, dando lugar a una variedad de estrategias. El libro explora los espacios en los que cada uno de estos movimientos ha crecido, o ha intentado hacerlo. Examina críticamente las vías que han desarrollado para la innovación de base y los retos y limitaciones a los que se enfrentan sus planteamientos.

Ante la creciente presión por la justicia social en un mundo cada vez más desigual, los responsables políticos están estudiando cómo fomentar una innovación más inclusiva. En este contexto, las experiencias de base adquieren mayor importancia. Este libro ofrece ideas, análisis y recomendaciones oportunas y pertinentes para activistas, responsables políticos, estudiantes y académicos interesados en los encuentros entre innovación, desarrollo y movimientos sociales.

Tomado de Universo Abierto 

lunes, 25 de julio de 2022

Habilitadores tecnológicos 4.0 para impulsar la educación abierta: aportaciones para las recomendaciones de la UNESCO

 Tomado del Blog Ried

La integración de las tecnologías en la educación trae consigo cambios organizacionales no solo en las aulas tradicionales, sino también en las plataformas digitales, e invita a ubicar oportunidades para la innovación educativa. 

El objetivo de este artículo es identificar la percepción de 206 participantes de un programa internacional de Educación Abierta (EA) y aportar en las recomendaciones de la UNESCO (2019) para la educación y la ciencia abierta, con posibilidades de habilitadores tecnológicos. 

Las preguntas guía fueron 

  • ¿cuáles son los retos, casos y experiencias que los participantes perciben como impulsores de la EA? 
  • ¿De qué manera las tecnologías pueden favorecer la EA en el marco de las recomendaciones de la UNESCO? 

Se siguió un método mixto paralelo, con una primera fase de análisis de datos cualitativos y cuantitativos con instrumento de percepción aplicado a los participantes, y una segunda fase de búsqueda de literatura para ubicar investigaciones que utilizan tecnologías en la EA y aportar un esquema de habilitadores tecnológicos. 

Recomendaciones con mayores retos desde la perspectiva de género

Los resultados fueron: 

  • (a) los mayores retos percibidos son “Impulsar la cultura de acceso abierto” y “Promover la cooperación internacional”; 
  • (b) destacan 46 aportaciones de participantes con casos para impulsar la EA; 
  • (c) aporte de seis estudios de investigación para impulsar las recomendaciones de la UNESCO con tecnologías; 
  • y, (d) se plantea un esquema de clasificación propio de habilitadores tecnológicos 4.0 para la educación. 

Este artículo pretende ser de interés para comunidades educativas, ministerios de educación y ciencia, investigadores y formadores interesados en la innovación educativa.

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Cómo citar: González-Pérez, L. I., Ramírez-Montoya, M. S., y García-Peñalvo, F. J. (2022). Habilitadores tecnológicos 4.0 para impulsar la educación abierta: aportaciones para las recomendaciones de la UNESCO. RIED-Revista Iberoamericana de Educación a Distancia, 25(2), pp. 23-48. https://doi.org/10.5944/ried.25.2.33088

viernes, 22 de julio de 2022

Estudiar, trabajar y tener vida al mismo tiempo

 Por Jaime Olivos Daza

“Estudiar y trabajar al mismo tiempo cuando se es padre, madre o cuidador es agotador, pero la satisfacción a largo plazo y sus beneficios ameritan el esfuerzo”.

Los estudiantes no tradicionales se han convertido en un foco significativo de la educación superior. Si bien, no hay una característica única que defina a un estudiante de dicha índole, básicamente no se ajusta al patrón de los 18 a 24 años aproximadamente. Sus necesidades de estudio están orientadas a un crecimiento profesional, a cerrar brechas salariales o simplemente a seguir aprendiendo durante las diferentes etapas de su vida. El aprendizaje durante nuestro ciclo vital ayuda a las personas a sentirse realizadas y a mantener un funcionamiento cognitivo fuerte. Asimismo, el aprendizaje para toda la vida ayuda a las organizaciones a aumentar su productividad, rentabilidad, adaptabilidad al cambio y a potenciar la innovación.

Nunca es demasiado tarde (ni demasiado difícil) para estudiar y aprender algo nuevo. El mundo competitivo actual nos impulsa a seguir estudiando y a prepararnos con una buena educación a lo largo de la vida. Pero ¿qué pasa si sientes que no tienes el tiempo para dedicarle a los estudios? Seamos realistas, obtener buenos resultados escolares mientras trabajas o crías una familia te desafiará más que nunca en la vida. La buena noticia es que ¡sí se puede lograr!, siempre y cuando tengas la convicción de que alcanzarás tus objetivos y metas.

“El aprendizaje para toda la vida es una oportunidad para lograr mejores resultados laborales, asumir nuevos roles mejor remunerados, obtener habilidades profesionales actualizadas, así como también una forma de mantenernos activos y sanos mentalmente”.

Consideraciones para retomar los estudios cuando se es padre, madre o cuidador

Seguir estudiando nos ayuda a mantenernos intelectualmente sanos y conectados, a mejorar o desarrollar nuevas habilidades. También nos acerca a nuevas oportunidades laborales y nos brinda una manera real de vivir nuestras metas personales y profesionales. Elegir qué estudiar no debe ser una decisión impulsiva, date el tiempo de conocerte, de pensar y averiguar qué carreras o estudios están relacionadas contigo y tus intereses. La elección final del proceso es algo personal y debe estar basado en los objetivos que deseas alcanzar con esa decisión.

Uno de los puntos a considerar es diseñar un plan de vida. Para ello, te sugiero tomarte el tiempo de pensar en tu futuro y considerar todos los ángulos de tus objetivos. ¿Qué resultados profesionales quieres alcanzar? ¿Cuánto tiempo puedes invertir? ¿A qué personas deseas llegar? ¿Cuál es la duración de la carrera o estudios? Muchos estudiantes eligen cursos que son flexibles porque les ofrece la libertad de estudiar de acuerdo con su disponibilidad.

Una vez que tengas toda la información que necesitas, así como la estrategia para abordar este desafío, debes hacer el resto de tu investigación. Para ello, considera todas las cosas que te harán la vida más fácil. ¿Tienes acceso a un equipo de computación adecuado? ¿Tiene un espacio dedicado a los estudios en casa? ¿Cuál será tu horario de trabajo y estudio? ¿Tienes un apoyo de confianza que se quede al cuidado de tus hijos un par de horas mientras dedicas tiempo a tus estudios? Mientras más claridad tengas a estos cuestionamientos te sentirás más listo para iniciar esta aventura que te cambiará la vida.

Finalmente, para tomar una decisión correcta, te sugiero tratar de responder a las siguientes preguntas: ¿Por qué estoy buscando estudiar? ¿Qué me interesa realmente potenciar o lograr? ¿Cómo te gustaría estudiar? ¿Cómo puedes capitalizar estos conocimientos?

Programas educativos en línea vs. Programas presenciales

Con el avance de la tecnología, el aprendizaje a distancia, en línea o ejecutivo, es más accesible y atractivo. Hoy en día, obtener un título en línea es posible y en ocasiones más económico. El aprendizaje en línea ha abierto las puertas a la educación para aquellos que simplemente no tienen el tiempo para trasladarse y asistir al aula presencialmente, bajo los horarios tradicionales; más aún cuando debes compatibilizar tus estudios con otras responsabilidades como el trabajo y el cuidado de la familia o seres queridos.

A continuación, veremos algunas ventajas de estas nuevas modalidades:

  • Horario de clase más flexible. La flexibilidad de tiempo que brinda un modelo de aprendizaje en línea es la razón más importante para considerar un programa en línea mientras se trabaja. No estar atado a un tiempo de clase establecido en un lugar específico, permite trabajar y completar los cursos cuando los compromisos profesionales, personales o familiares lo permitan. 

  • Capacidad de aprender desde cualquier lugar. Completar las tareas de clase desde cualquier lugar es posible. Puedes ver o escuchar la clase durante un viaje al trabajo, mientras estás de vacaciones o incluso a altas horas de la noche. Esto es conveniente y permite hacer un uso más eficiente del tiempo de inactividad. 

  • Aprendizaje avanzado. Existen programas de estudio en línea que permiten revalidar algunos créditos si ya tienes experiencia laboral relevante y certificada, lo cual significa que los estudiantes tendrán menos requisitos de graduación y podrían obtener su título más rápido. 

  • Más colaboración con compañeros. Se podría pensar que estar fuera del aula física significa una experiencia de aprendizaje más aislada. Sin embargo, los programas educativos en línea toman medidas específicas para que los estudiantes participen activamente en el aprendizaje y la colaboración con sus compañeros de clase.

Recomendaciones para quienes trabajan y estudian al mismo tiempo.

Es fundamental planificar y organizar el tiempo para las actividades de tu vida diaria (estudio, trabajo, vida familiar, etc.). La gestión exitosa de prioridades y compromisos en las diversas esferas de tu vida, requieren de un enfoque organizado de los tiempos para cada actividad, lo cual ayuda a reducir los niveles de estrés en el proceso.

Imagen1. Consejos y Sugerencias - Estudiar, trabajar y tener vida al mismo tiempo (Jaime Olivos, 2022).

Para muchos, la idea de volver a la universidad mientras trabaja significa asumir un gran desafío. Incluso, pudiera ser desalentador sobrellevar todas las responsabilidades que esto implica. Conciliar un trabajo de tiempo completo y los estudios al mismo tiempo, requiere un buen nivel de planificación y organización de prioridades.

Para ayudar a superar este desafío, considera los siguientes consejos: 

  1. Crea un plan de acción. Cuanto más detallado sea tu calendario, más probable será que te apegues al mismo. Asegúrate de completarlo, incluidos los horarios de clase, los tiempos de trabajo, el tiempo de estudio, las fechas de vencimiento de trabajos, las citas u otras obligaciones (domésticas). De esta manera, podrás conciliar el tiempo libre y social en armonía.

  2. Planifica lo inesperado. Considera un espacio disponible para cuando surjan cosas inesperadas. Puedes hacerlo asignando tiempo adicional entre tareas. Al planificar obstáculos inesperados, estarás “un paso” adelante, y también evitarás estresarte si las cosas no salen exactamente según lo planificado.

  3. No dejar las cosas para último minuto. No puedes esperar rendir en el trabajo o en los estudios cuando te quedas despierto toda la noche preparándote para una evaluación, o terminando una tarea a última hora. Divide tu proyecto o asignación en pequeños pasos u objetivos, logrando marcarlos a medida que los logre. De esta manera, tu evaluación o trabajo será de mejor calidad, reducirá tus niveles de estrés y seguirás rindiendo bien en ambas áreas.

  4. Aprende a manejar el estrés. Es estresante trabajar y estudiar al mismo tiempo, pero existen maneras de manejar el estrés, solo es cuestión de encontrar lo que mejor te funcione. Ejercicios de respiración, practicar yoga o meditación pueden reducir en gran medida el estrés y proporcionar beneficios para su salud física y mental.

  5. Mantente saludable. Comer alimentos nutritivos, hacer ejercicio, dormir suficiente o tomar una siesta corta, aumenta el rendimiento de tu cerebro y cuerpo. Con ello, mejorará tu memoria, productividad, aumentará tu concentración y habilidades para tomar decisiones, ayudándote a procesar la información de mejor manera.

  6. Recompénsate a ti mismo. Cuando hayas completado con éxito tus tareas, recompénsate. Ten una buena cena, escápate el fin de semana con tu familia, sal de compras, etc. Elige recompensas que te sean gratas y satisfactorias, a fin de animarte a seguir trabajando duro y fortalecer los buenos hábitos.

  7. No tengas miedo de pedir ayuda. No siempre es fácil equilibrar el trabajo y la vida diaria. Uno de los recursos primordiales es aprovechar las redes de apoyo que tenemos a nuestra disposición. Asegúrate que tu empleador, pareja, amistades y familia te respalden y apoyen en este proceso. No tengas miedo de comunicarte y pedir ayuda. Lo más seguro es que los cercanos a tu entorno ya estén increíblemente orgullosos de ti y aprovecharán la oportunidad de ayudarte a alcanzar tus metas.

Reflexión

Estudiar y trabajar al mismo tiempo cuando se es padre, madre o cuidador puede ser agotador, sin embargo, la satisfacción a largo plazo y todos sus beneficios definitivamente ameritan el esfuerzo. Espero que las orientaciones descritas en este artículo te ayuden a poseer una idea más clara de las consideraciones que debes hacer. El aprendizaje para toda la vida es una forma de mantenernos activos y sanos mentalmente, también es una oportunidad para lograr mejores resultados laborales, asumir nuevos roles mejor remunerados y obtener habilidades profesionales actualizadas.

Si han considerado algunos de los consejos o sugerencias mencionadas en este artículo, los invito a dejar sus reflexiones en los comentarios.

Acerca del autor

Jaime Olivos Daza (Jaime.psicologo@gmail.com) es licenciado en Psicología. Tiene una Maestría en Psicología Social (UDP) y Maestría en Dirección y Gestión de RRHH (UOC). Tiene un diplomado en Neuroeducación y Neurodiversidad. Actualmente es académico en la Universidad Católica del Maule e INACAP.


Tomado de EdTech (Observatorio del Tec de Monterrey)

jueves, 21 de julio de 2022

Ciberdefensa: Un asunto de todos

 Por Marvin Soto

¿Eres una de las muchas personas que piensan que la ciberseguridad es responsabilidad solo del Departamento de TI? Si es así, temo decirte que estas equivocado. La ciberdefensa es asunto de todos, es transversal y además personal; desde el director o presidente ejecutivo hasta el pasante o quienes laboran en tareas en las que no se requiere un dispositivo electrónico; todos en el lugar de trabajo debemos ocuparnos de la ciberdefensa.

En el mundo digital actual, las organizaciones dependen cada vez más de la tecnología. No obstante; esta dependencia tecnológica expone a una mayor superficie de ataque y por consecuencia a un mayor riesgo de ciberataques. Dadas las graves consecuencias de un ciberataque, todos deberíamos tomarnos en serio la ciberdefensa.

Un ciberataque podría provocar pérdidas económicas, el robo de información confidencial o secretos, impactar la continuidad de las operaciones e incluso generar litigios o arbitrajes, penalizaciones por regulaciones y daños a la reputación o a la marca.

Algunas acciones que todos podemos tomar para ayudar a proteger nuestra organización contra las ciberamenazas, de paso mejorar la ciberdefensa y aumentar la cultura digital y la concienciación son:

  • Cada uno debe evaluar la situación o la exposición al riesgo desde su área de trabajo. Quiere decir que debemos aprender a evaluar los activos y sistemas esenciales para la existencia de nuestra empresa, aquellos que harían difícil operar o funcionar y que podrían ser un objetivo de alto valor para los ciberdelincuentes.
  • Enumerar aquellos activos importantes, incluido el capital humano que gestionamos y las protecciones alrededor de ellos. El objetivo es desarrollar una cultura de ciberseguridad que incluya como eje a cada persona. Es decir; enseñar a las personas cómo protegerse y por consecuencia a la organización. Adicionalmente, desarrollar una comprensión de las ciberriesgos a medida que nuestra organización se expande o agrega nuevas tecnologías y/o capacidades.
  • Debemos alentar sinergias para hacer de la privacidad una prioridad máxima y educarnos sobre nuestras responsabilidades y sobre la importancia de proteger los datos que gestionamos. En resumen, impulsar un sólido programa de concientización sobre seguridad para que identifiquen rápidamente cuando algo salió esta fuera de los parámetros normales.
  • Así como disponemos alarmas contra incendios que nos notifican sobre amenazas, en ciberdefensa, cuanto antes se informe de una amenaza o de un posible ataque, más rápido se podrá reaccionar, mitigar el daño y reanudar las operaciones normales.
  • Claro, debemos recordar que siempre hay oportunidades de mejora y que, además, todo cambia y que, aun con todas las precauciones que podemos tomar, aún podríamos ser víctimas de un ciberataque.
  • Como organización, debemos estar preparados para responder de manera oportuna, expedita y eficaz a fin de mitigar los riesgos y al mismo tiempo, enviar un mensaje positivo a clientes internos, externos y de la cadena de suministro.
  • Puede que aun con todas estas previsiones, ese margen de riesgo que no cubrimos por la razón que sea, nos haga víctimas, en cuyo caso, debemos articular de previo las medidas de recuperación que tomaremos ante un ciberataque. Dentro de estas medidas, tanto en la etapa de respuesta como en la de recuperación ante desastres, requieren una planificación cuidadosa y concienzuda. El objetivo final es la restauración o recuperación completa de las infraestructuras, los sistemas y los datos; de forma que volvamos al menor plazo a las operaciones normales.

Se trata de crear una mentalidad de ciberdefensa responsable. Cada uno en su familia, su empresa o en sus círculos debe operar como un cortafuegos humano, es decir; reconocer primero que la ciberdefensa debe ser una preocupación de individual y que como parte de una organización -cual sea, pública o privada-, somos un componente esencial de cualquier estrategia exitosa de ciberresiliencia.

Cada uno de nosotros actuamos entonces como un escudo contra las ciberamenazas centradas en humanos, incluidos los correos electrónicos de phishing, los intentos de ingeniería social y otros comportamientos maliciosos.

El NIST (Instituto Nacional de Estándares y Tecnología), defiende la mentalidad de seguridad primero, en su publicación “La seguridad es trabajo de todos”, a partir de la cual establece algunas premisas que se utilizan para crear una cultura de ciberdefensa “crítica” para una postura de ciberseguridad exitosa. Expresa que la creación de una mentalidad de ciberdefensa responsable comienza con el establecimiento de al menos cinco valores fundamentales que se centran en protegernos contra las ciberamenazas y garantizarnos estar atentos a nuestro papel en este proceso:

La seguridad es un requisito organizacional fundamental.

La ciberdefensa es esencial para proteger y garantizar la continuidad de las operaciones. Requiere un fuerte compromiso de todos los niveles de la organización para mantener una mentalidad de seguridad primero en todo momento.

Todos en la organización tenemos un papel que desempeñar en la seguridad.

Tener una cultura que reconozca el importante papel que cada persona juega en la seguridad es fundamental. Todos deben ser conscientes de su responsabilidad de ayudar a proteger a la organización contra las ciberamenazas y actuar en consecuencia.

La seguridad requiere una mejora y adaptación continuas.

El panorama de la ciberseguridad cambia constantemente, porque le panorama de las amenazas es muy disruptivo e impredecible; por lo que es importante revisar y actualizar continuamente nuestra postura de ciberseguridad. Esto incluye implementar nuevas tecnologías y procesos según sea necesario y mantenerse al día contra las últimas amenazas y tendencias.

Los riesgos de seguridad deben gestionarse de forma proactiva.

La gestión proactiva de los riesgos implica la identificación de posibles vulnerabilidades, así como la mitigación y el tratamiento de esos riesgos antes de que se conviertan en una amenaza. Esto requiere monitoreo continuo, pruebas y evaluaciones de amenazas que informen su estrategia general de gestión de riesgos.

Ocurrirán incidentes, a pesar de nuestros mejores esfuerzos, por lo que debemos estar preparados para responder y recuperarnos rápida y efectivamente de ellos.

No importa qué tan bien planee o qué tan fuerte sea su postura de ciberdefensa, siempre existe la posibilidad de que se materialice un incidente. Tener un plan sólido de respuesta a incidentes es esencial para recuperarse de manera rápida y efectiva de un incidente. Esto incluye tener una comprensión clara de quién es responsable de qué y contar con las herramientas y los recursos necesarios para minimizar el impacto de un incidente.

Al establecer estos valores fundamentales, puede crearse una base sólida para una cultura de responsabilidad y vigilancia que ayudará a proteger nuestras organizaciones contra las ciberamenazas. Claro, con un fuerte compromiso en todos los niveles, se augura el éxito y el crecimiento continuo en el panorama digital que como bien sabemos, está en constante evolución de manera acelerada.

Debemos tomar en serio nuestro papel en la ciberdefensa, la contribución de todos es fundamental para protegernos contra ciberataques y posibles filtraciones de datos. Como citamos “la ciberdefensa debe ser una preocupación de individual, de manera que; como parte de una organización -cual sea, pública o privada-, interioricemos que somos un componente esencial de cualquier estrategia exitosa de ciberresiliencia”.

Tomado de Marvin G Soto con permiso de su autor


miércoles, 20 de julio de 2022

Comunicación artificial: cómo los algoritmos producen inteligencia social.

 Tomado de Universo Abierto


Esposito, Elena. Artificial Communication: How Algorithms Produce Social Intelligence. MIT Press, 2022.

Texto completo

Los algoritmos que trabajan con deep learning y big data están mejorando tanto para hacer tantas cosas que nos incomoda. ¿Cómo puede un dispositivo saber cuáles son nuestras canciones favoritas o qué debemos escribir en un correo electrónico? Se han vuelto las máquinas demasiado inteligentes? En Artificial Communication, Elena Esposito sostiene que establecer este tipo de analogía entre los algoritmos y la inteligencia humana es engañoso. Si las máquinas contribuyen a la inteligencia social, no será porque hayan aprendido a pensar como nosotros, sino porque nosotros hemos aprendido a comunicarnos con ellas. Esposito propone que pensemos en las máquinas «inteligentes» no en términos de inteligencia artificial, sino de comunicación artificial.

Tomado de Universo Abierto