Aunque los jóvenes suelen tener síntomas más leves del virus COVID-19, la pandemia ha traído cambios y desafíos sin precedentes a sus vidas. El cierre de las escuelas por la pandemia ha interrumpido su aprendizaje y los ha aislado de sus compañeros.
Muchos jóvenes han sido menos activos físicamente, han tenido patrones de sueño irregulares y dietas menos favorables. La pérdida de los medios de subsistencia o la disminución de los salarios de los cuidadores han sumido a muchos jóvenes en la pobreza. Además, el aumento de la drogadicción y la violencia doméstica se ha transformado en un enorme desafío para los jóvenes, ya que durante muchos meses perdieron el refugio que les proporcionaban sus escuelas en tiempos normales. Muchos han perdido a sus cuidadores u otros seres queridos.
La salud mental como un desafío para los jóvenes de América Latina y el Caribe
Empiezan a surgir datos en todo el mundo que sugieren que un número cada vez mayor de jóvenes lucha contra la depresión, la ansiedad y los pensamientos suicidas. En América Latina y el Caribe (ALC), una encuesta realizada por el BID en 2021 a unos 5.000 jóvenes de 11 a 18 años en Belice, Colombia y Costa Rica comienza a explorar los efectos de la pandemia en los jóvenes. Los resultados sugieren una crisis de salud mental entre los jóvenes de ALC.
- Más del 50% de los jóvenes declararon experimentar hiperactividad (55%) y síntomas emocionales que atribuyen a los desafíos relacionados con la pandemia (57%), incluyendo miedo, ira, tristeza, preocupación, entumecimiento, frustración o problemas con los compañeros de clase (50%). Estos resultados fueron más o menos consistentes en todos los países.
- Las jóvenes informan sistemáticamente de niveles de angustia más elevados que sus compañeros varones.
- Durante la pandemia, la exposición de los jóvenes a los traumas ha aumentado de forma exponencial, lo que ha hecho que las escuelas se esfuercen por responder a una crisis de salud mental al mismo tiempo que están sometidas a una gran presión para completar niveles históricos de aprendizaje inacabado debido al cierre de escuelas.
- Incluso en los mejores momentos, los educadores de ALC han asumido el papel de trabajadores sociales, atendiendo no sólo las necesidades de aprendizaje, sino también las socioeconómicas y psicológicas de sus alumnos.
- Para agravar la situación, las pruebas incipientes sugieren que la salud mental de los profesores se ha visto afectada por la pandemia. En una encuesta realizada en El Salvador, más de la mitad de los profesores informan de que están agotados, de que su ansiedad se ha disparado y de que presentan síntomas relacionados con el estrés. En el espectro de factores que influyen en la salud mental de los profesores, destacan la preocupación por su propia seguridad y el compromiso de los alumnos y sus padres.
¿Cómo debería ser una respuesta eficaz en materia de salud mental en la escuela?
Las investigaciones realizadas antes de la pandemia sirven de orientación. Los principales modelos teóricos sugieren que la salud mental de los jóvenes debe promoverse en múltiples niveles, desde el individual y el familiar hasta el escolar y el comunitario.
Las estrategias eficaces de salud mental en la escuela suelen aplicarse a través de algún tipo de modelo de Sistema de Apoyos Múltiples (MTSS). Este tipo de MTSS se utiliza ampliamente en Estados Unidos y Europa, y estructura las intervenciones de salud mental en la escuela a lo largo de tres niveles de apoyo.
En función de las necesidades de los alumnos, el modelo abarca desde las medidas preventivas universales del Nivel 1 hasta el apoyo individualizado e intensivo del Nivel 3.
Una de las ventajas del enfoque de varios niveles es que permite la identificación e intervención tempranas antes de que los problemas de salud mental se agraven. En cada nivel, el modelo involucra a toda la comunidad escolar, incluidos los padres, los educadores, los administradores escolares y los estudiantes (Gee et al 2020, Näslund-Hadley et al 2021).
Dada la importancia de la salud mental de los profesores, sobre todo durante la pandemia del COVID-19, añadimos a continuación un cuarto tema transversal al modelo MTSS.
- Nivel 1: Prevención y promoción universal de la salud mental. El primer nivel implica a toda la comunidad escolar -desde los alumnos y los padres hasta los profesores y administradores- en la sensibilización sobre la salud mental y la promoción del bienestar y el comportamiento positivo para todos. En este nivel del modelo MTSS, la escuela aplica una serie de medidas contra la violencia y el acoso. Las escuelas también proporcionan un entorno ideal para examinar a los jóvenes a fin de identificar a los estudiantes de riesgo, a menudo señalando a los estudiantes con necesidades de salud mental que antes se desconocían.
- Nivel 2: Apoyo de protección para los estudiantes en riesgo. Sobre la base de la detección realizada en el Nivel 1, los estudiantes en riesgo son seleccionados en el Nivel 2 para recibir apoyo temprano. Esto incluye medidas preventivas centradas en los estudiantes en riesgo para abordar la ansiedad, la depresión, las dificultades emocionales asociadas a la intimidación, la violencia, el abuso, el consumo de sustancias y los trastornos del comportamiento.
- Nivel 3: Remisiones a servicios de apoyo intensivo. Siempre que un joven muestre signos complejos de malestar de salud mental, las escuelas deben tener la capacidad de remitir al estudiante a una serie de servicios profesionalizados. Las escuelas no sólo son un nexo de confianza entre los estudiantes y esos servicios profesionales, sino que cuando estas intervenciones tienen lugar en un entorno escolar, pueden reducirse algunos de los obstáculos comunes a los servicios tradicionales de salud mental, como el estigma, el coste, el tiempo y la ubicación.
- Apoyo al bienestar mental de los profesores. Los sistemas escolares pueden apoyar el bienestar mental de los profesores a través de un amplio espectro de intervenciones, que van desde las revisiones periódicas con los directores de los centros y las encuestas sobre su salud mental hasta las oportunidades estructuradas para hablar de los problemas con otros educadores y, cuando sea necesario, el asesoramiento.
En la nueva publicación insignia del BID compartimos más detalles sobre el modelo MTSS, recomendaciones y ejemplos concretos de cómo las escuelas pueden fomentar la resiliencia y la salud mental de los estudiantes.
Esperamos haber inspirado a su escuela o sistema escolar a tomar acciones decisivas para fomentar la salud mental y el bienestar de los jóvenes. El futuro de la región depende de ello.
Háganos saber su opinión en la sección de comentarios. ¿Qué pueden hacer los sistemas educativos para ayudar a los estudiantes a desarrollar la resiliencia que necesitan en estos tiempos de incertidumbre? ¿Qué medidas pueden tomar los profesores y los padres? ¿Qué posibilidades imaginas para que tu escuela o sistema educativo promueva la salud mental de los profesores?
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Tomado de Enfoque educación blog del BID
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