Por Lorenzo García Aretio
Hoy exponemos una síntesis de aspectos esenciales del octavo artículo de RIED más citado de 2019, de entre todos los publicados (33) en ese año, Vols. 22(1) y 22(2). Es decir, uno de los artículos de RIED que más impacto han generado. Debajo aparece la referencia del trabajo y el enlace para poder consultarlo, junto a las fuentes bibliográficas del artículo. Las citas en este caso hasta el día de la fecha en Google Scholar, son un total de 88. Y, por otra parte, aquí se muestran todos los artículos resumidos en esta serie.
Los autores señalan que las plataformas virtuales mediante las que se gestiona la información y la comunicación han transformado la realidad social, cultural y económica de la sociedad contemporánea. En la actualidad, obtener información o comunicarla, al menos de forma instrumental, se encuentra al alcance de cualquiera que disponga de un recurso electrónico y acceso a Internet. Las redes sociales se han convertido en todo un fenómeno de masas, fundamentalmente porque las personas a las que les ha tocado vivir en el siglo XXI, tienen a su disposición un conjunto de instrumentos y recursos mediante los que pueden comunicarse de forma rápida y directa, sin intermediarios.
Los contextos sociales virtuales, es decir las redes sociales, debido a su naturaleza intrínseca tienen mucho éxito, ya que están diseñados ad hoc para que las personas, por muy ocultas que se encuentren en el mundo offline, se conozcan, relacionen o intercambien información, en función de sus intereses sociales, económicos, profesionales y hasta sexuales.
El acceso de los jóvenes a los dispositivos móviles, así como a las redes sociales es cada vez más temprano. Los jóvenes que se incorporan al mundo de las redes sociales aprenden por medio del ensayo error, sin que nadie les enseñe a identificar los innumerables riesgos que comportan.
Los adolescentes cuando se introducen en las plataformas virtuales de carácter social corren los mismos riesgos que en internet. Como aprenden practicando, por medio del ensayo error, terminan por introducirse en el mundo virtual con un esquema estereotipado en base al ideario social más cercano, es decir, teniendo en cuenta las orientaciones de los amigos y los familiares más próximos en edad. Con el sustrato de conocimiento señalado, los adolescentes se enfrentan en la red a innumerables riesgos. Uno de los más importantes es el relacionado con la gestión del contenido y la huella digital.
Otro de los riesgos más acusados a los que se enfrentan los usuarios jóvenes en las redes sociales es el grado de privacidad de la información con la que configuran los perfiles, el peligro de contactar con personas desconocidas de manera directa y la gran cantidad de información personal que publican de forma accesible a todo el mundo sin reflexión alguna.
A través de este estudio se ha querido identificar y describir el uso que da el alumnado preadolescente a las redes sociales, ya que, consideran los autores, que este entorno brinda la oportunidad de fomentar prácticas educativas que ayuden en el desarrollo de la competencia digital ciudadana desde los intereses del propio alumnado.
Los resultados obtenidos indican que principalmente utilizan Internet para dos acciones; jugar y comunicarse. Sin embargo, al igual que se ha constatado en otros estudios hay una clara diferenciación en el uso que le dan a Internet en función del género. Mientras las chicas realizan un uso más formativo a través de la red, los chicos la utilizan más para el ocio (jugar, ver videos, etc.). Resulta importante estudiar las implicaciones de esta diferenciación, ya que, hay estudios que relacionan el uso diferencial con la calidad de las relaciones sociales y familiares, así como con los resultados académicos.
Uno de los datos más significativos de este estudio es la frecuencia de uso a una edad tan temprana como los once años, en la preadolescencia. El 70% de los participantes, alumnado de Educación Primaria, accede a Internet todos los días y con una media diaria de conexión de más de una hora.
Además, señalan los resultados, más de la mitad de los participantes percibe que sí realiza un uso seguro en las redes. Sin embargo, otros datos aportados en la encuesta, como que utilizan información privada (teléfono, datos de contacto, apellidos, centro de estudios) en sus redes sociales, suben fotos personales, etiquetan a las personas… indican que no reconocen los riesgos, ni se protegen de ellos, a pesar de que su percepción sea que sí. La gestión del contenido y la gran cantidad de información personal que publican de forma accesible a todo el mundo sin reflexión alguna son riesgos que se han puesto en evidencia en otros estudios.
Por lo tanto, aunque habría que ampliar la muestra para definir patrones de uso de los niños y niñas de esta edad, los datos encontrados son lo suficientemente determinantes para hacernos reflexionar a la comunidad educativa principalmente. Es necesario incorporar prácticas pedagógicas dirigidas a guiar al alumnado en el uso seguro y sin riesgos de las redes, para crear hábitos saludables que les conviertan en ciudadanos digitalmente competentes.
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