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viernes, 22 de septiembre de 2023

¿Piensas en cómo piensas?

 Por Mariana Sofía Jiménez Nájera

Los salones de baile siempre están rodeados de espejos. En ellos, los bailarines son capaces de verse a sí mismos siempre, y con la ayuda de maestros y de la observación constante pueden corregir sus posturas y pasos para  mejorar su técnica. Como en muchos ámbitos, la reflexión es fundamental dentro del aprendizaje. Sin embargo, dentro del contexto educativo no existe un espejo que nos ayude a vernos a nosotros mismos, pero sí existe un medio, el cual es intangible, para conocer nuestros procesos cognitivos y trabajar en ellos: la metacognición.

¿Para qué pensar en cómo pensar?

La metacognición es la capacidad de las personas de reconocer la manera en la que piensa, y de esta forma pueda planificar, monitorear y evaluar su proceso de pensamiento. Esta habilidad permite a las personas comprender los objetivos de su aprendizaje y cómo lograrlo mediante  estrategias, así como reflexionar sobre sus fortalezas y debilidades con respecto a los resultados obtenidos.

Así como los bailarines viéndose al espejo, las personas pueden mejorar sus técnicas de estudio para recibir nuevos conocimientos efectivamente, además de comprender cómo recuerdan y procesan nueva información. También es una aptitud que propiciará el aprendizaje a lo largo de la vida, y favorecerá el estudio de cualquier materia; lo cual propicia a las personas a continuar aprendiendo, facilitando y normalizando su adaptación a nuevas tendencias y situaciones de aprendizaje.

La metacognición motiva a las personas ya que les permite tener el control de su propio aprendizaje. Al ser capaces de estudiar de manera autorregulada y reconocer cómo piensan, saben cuándo y cómo utilizar la estrategia que más les convenga para lograr sus objetivos de aprendizaje eficazmente. La creatividad, el análisis analítico y la comunicación efectiva son algunas de las habilidades que se desarrollan al estar familiarizados con su proceso de pensamiento. Mientras que la metacognición abarca una gran parte del aprendizaje en general, al momento de estudiar algo nuevo se puede aplicar el siguiente proceso para acostumbrarse a practicar esta habilidad con el siguiente diagrama:

Como podemos observar, debido a la consciencia constante de los propios procesos cognitivos, los resultados del aprendizaje obtenido incrementarán. Las personas conocerán datos muy interesantes sobre sí mismos como: cuáles son los horarios en los que son más productivos, qué los distrae de sus estudios, cuáles son los métodos que más se acoplan a la forma en que memorizan o retienen información, entre otros.

¿Cómo se ve la metacognición en la práctica?

El proceso de metacognición lo podemos aplicar en el siguiente ejemplo: Francisco tiene un examen de su materia menos favorita (Historia) próximamente. Para él es difícil identificar las fechas y los lugares donde ciertos acontecimientos de la Guerra Fría se llevaron a cabo, por lo que él sabe que subrayar el texto o hacer un resumen por sí mismo no le será suficiente para sacar una calificación satisfactoria.

Con el fin de no reprobar la materia, Francisco decide reunirse con un grupo de amigos una semana antes del examen para concentrarse en la temporalidad de los eventos que se llevaron a cabo durante esta guerra. Decide apoyarse en un pintarrón para realizar una línea del tiempo y así acomodar las fechas para visualizarlas fácilmente y compartir conceptos clave con sus compañeros, esto con la finalidad de recordarlas con más facilidad. Conforme se acercaba la fecha del examen, Francisco se sentó a solas para repasar la guía de estudio que realizó con sus amigos, recordando los comentarios que se hicieron durante la reunión.

Al llegar el día del examen, Francisco pudo recordar y relacionar los eventos de la Guerra Fría con los comentarios de sus compañeros, así como la línea del tiempo que hizo en conjunto con ellos; por lo que se sintió seguro al momento de contestar la evaluación. Finalmente, Francisco se enteró de que tuvo una muy buena calificación; por lo que sabe que volverá a prepararse de la misma manera para el siguiente examen.

En este ejemplo, Francisco es consciente que estudiar por sí solo no le servirá para repasar una materia que sabe que se le dificulta, anticipando a su vez sesiones de estudio con sus amigos, para luego estudiar a solas lo repasado con ellos; por tanto, supo manejar una estrategia para llegar a su meta. Utilizó la línea del tiempo que lo ayudó a visualizar con más facilidad los eventos, además de comentarlos para recordarlos más fácilmente. Si él hubiera dejado todo a último momento, no le hubiera dedicado el tiempo suficiente ni estudiado sin la compañía de sus amigos y los resultados hubieran diferido enormemente.

¿Cómo incentivar la metacognición en mis estudiantes?

Siendo una habilidad trascendental en la vida de las personas, la metacognición suele ser infravalorada en todas las etapas educativas. Por consiguiente, es importante que los docentes sean capacitados en esta habilidad, pero no solo para que sea transmitido a su alumnado, sino también para que aprendan sobre sus propias acciones pedagógicas, con la finalidad de anticipar y evaluar; mejorando el modo  de compartir sus conocimientos a un determinado salón de clases.

Del mismo modo, recomendamos algunas actividades que pueden implementarse dentro del aula para desarrollar esta importante herramienta:

  • Informar: Una buena práctica es informar al alumnado lo que se espera de ellos, los temas que se abordarán y el objetivo de la lección. Es así como se clarifica el panorama con respecto a lo que se verá en clase para que los estudiantes puedan establecer estrategias para afrontar la clase del día.
  • Cuestionar: Al hacer una pregunta en clase y que un alumno conteste, es muy útil preguntar el porqué de su respuesta. De esta forma, tanto el docente como el grupo podrán visualizar el proceso de pensamiento de su compañero, lo cual podrá traer a la luz una discusión sobre las diferentes estrategias para llegar al mismo resultado. Es así como los alumnos podrán conocer las diferentes formas de pensar diferentes a las de ellos, y tal vez adoptar algún método distinto a lo que está acostumbrado.
  • Empezar un diario escolar: Tomando en cuenta la introversión de algunos alumnos en el aula, este es una buena opción para impulsar la práctica de la metacognición. Después de una clase puedes pedirles a los alumnos que en un pedazo de una hoja de papel escriban lo que aprendieron o cómo lo aprendieron en un minuto. Si tienes más tiempo o deseas que esta sea una práctica regular, empezar un diario con estas (o más) preguntas al terminar cada clase también es buena idea.
  • Retroalimentación entre compañeros: Para conocer más de cerca los procesos de pensamiento entre compañeros se pueden hacer grupos pequeños para revisar actividades en clase y discutir sobre las estrategias de pensamiento que tomó cada estudiante para llegar a su objetivo.
  • Autocorrección: Los errores son los mejores maestros, aprendes más de ellos a que no cometieras ninguno. Una práctica muy interesante es esta, la cual consiste en que, al entregar los resultados de una evaluación, el o la profesora disponga de las respuestas correctas para que los alumnos comparen y reflexionen acerca de lo que contestaron y lo que es correcto; y así, corregir sus errores ellos mismos.

Las personas que utilizan sus habilidades metacognitivas son más propensas a tener un aprendizaje activo, ya que saben cuando algo no les hace sentido y hacen lo posible para resolver sus dudas, en vez de continuar con sus estudios pasivamente. Es gracias a esto que se desarrollan soft skills (“habilidades blandas” o “habilidades poderosas”) importantes para trabajar en equipo, tales como la colaboración y la resolución de conflictos. La metacognición incentiva el entendimiento de nosotros mismos a través de la reflexión, conociendo nuestras propias fortalezas y debilidades, además de evaluar nuestras acciones para corregirlas y mejorar nuestros procesos. El conocimiento de uno mismo es la clave para tener un aprendizaje más efectivo y duradero, ¡no dudes en tomar unos minutos para reflexionar sobre ti mismo y conocerte cada vez más!

Tomado de EDUNEWS del Tec de Monterrey

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