Este es un ensayo escrito por Francisco Varela y Fernando Flores, publicado por uno de los muy destacados y originales pensadores chilenos, el Dr. Fernando Flores. Flores ha sido un hombre lúcido, consecuente con sus líneas de pensamiento y crítico de sus más cercanos contextos, lo que hace sus dudas especialmente interesantes. Aunque sus propuestas se centran en Chile, estimo que son válidas para nuestro contexto, y obviamente siguen siendo válidas para contrarrestar el “exitismo ciego” en que se mueve Chile desde hace unos pocos años.
Comentaré el ensayo entre líneas entregando una
interpretación y un apoyo contextual que a algunos lectores puede ser útil y a
otros, excesivo. Mis agregados están en cursiva y seguidos de la abreviatura NdeSC.
El
encabezado con que el Dr. Flores encabezó su publicación:
“En
este ensayo invitamos a pensar la educación en atención al siglo XXI en el que
ya estamos incierto y que, previa lectura detallada del mismo, puede aportar
algunas luces al "diálogo" sin rumbo que presenciamos en el mundo
educacional del Chile de hoy.”
EDUCACIÓN
Y TRANSFORMACIÓN
Preparemos
a Chile para el Siglo XXI
Por
Fernando Flores L. y Francisco J. Varela G.
Una ola de creciente inquietud y perplejidad nos
circunda. No podemos escapar de la situación de cambios fulminantes que afecta
a todo el planeta en la hora presente. Tras llegar al final de una larga etapa
de la historia de Occidente, nuestra civilización se encuentra en un terreno
desconocido. No todo es oscuro: sabemos que el momento contiene en germen
posibilidades enormes para reinventar el futuro, y de modo muy especial dada su
circunstancia, lo que podría ser Chile. Pero al mismo tiempo estamos
conscientes que si no nos hacemos cargo de la coyuntura histórica, quedaremos a
la deriva de tiempos aciagos.
“El pensador
Francisco Varela murió el año 2001, y a pesar de los años transcurridos esta
reflexión inicial puede encabezar aún nuestros escritos, manteniéndose
totalmente vigente” NdSC
Lo educativo estará en el centro del mundo en la
próxima década. A nivel mundial habrá que decidir cómo entrará la educación en
el futuro. No es momento de preguntarse ¿qué es la educación? sino cómo lo
emplazaremos dentro de los cambios que vivimos. Existe una tendencia a dar por
sabido en qué consiste lo que vale la pena enseñar, pero en los últimos años ha
quedado en claro que en nuestro tiempo gran parte de lo que aprendemos deja de
ser útil con rapidez.
“La década de que
hablan Varela y Flores fue la década pasada, y la tendencia se mantiene en la
actual.”NdSC
En este documento proponemos una línea de acción
declarativa: una mirada a la contingencia mundial, una interpretación de lo que
somos, y una señal sobre el camino que se puede abrir a nuestro paso. Hablamos
como padres intranquilos por la vida que se ofrece a nuestros hijos. Hablamos a
los jóvenes que a la hora de tomar su propia existencia en las manos, dudan,
esperan y demoran, con razón, pues los modelos tradicionales ya no son
adecuados.
Perplejidades del Presente
Sentimos perplejidad ante los cambios en el mundo
del trabajo. El esfuerzo de los padres al enviar a sus hijos al colegio y a la
educación superior, para que adquieran diplomas que certifican saberes y
conocimientos técnicos, ya no asegura un puesto de trabajo y un desarrollo
personal conforme con esos años de preparación. Las modificaciones en los
sectores laboral e institucional empiezan a ser tan rápidas que las profesiones
y carreras de siempre han dejado de ser los nichos estables, resguardados, de
antes. Tampoco podemos ofrecer los habituales planes de estudio como objetivos
principales de la capacitación que la educación chilena ofrece a la juventud.
El desempleo, hasta hace poco considerado un mal propio de los países pobres,
ha pasado a ser un impedimento recurrente en el primer mundo. Así lo demuestran
por ejemplo, las dificultades de la construcción de la Europa comunitaria.
Desde la perspectiva empresarial, ya no es posible apostar por la solidez de
los grandes consorcios. La jibarización súbita de este gigante de la
estabilidad occidental, la compañía de computadoras IBM, marca un hito
histórico.
“Especialmente
válido, especialmente, en este momento para la Europa en crisis.” NdSC
Como contraste, un joven sin educación formal, Bill
Gates, fundador de la compañía de software Microsoft, se transforma en pocos
años en la primera fortuna de los Estados Unidos. No podemos desconocer estas
situaciones: el mundo productivo ha entrado en un proceso de fluidez, hasta
ahora desconocido. Esta contingencia, como el desempleo, desata nuestra
perplejidad. Pues aunque Chile goza hoy de un período de aparente prosperidad,
incluso esta situación es frágil, observada en el contexto internacional de los
mercados y de la degradación ecológica.
Sentimos perplejidad ante los cambios en las
instituciones y la vida en sociedad tal como la hemos conocido durante nuestro
ciclo vital, la abrupta desaparición de la Unión Soviética es una advertencia:
un cataclismo se ha dejado sentir en lo que parecía ser la segunda potencia del
orbe. Se ha venido abajo una de las columnas del sistema mundial. Entre tanto,
en países como Francia y los Estados Unidos inventores de la democracia, el
modelo de los partidos políticos, vector de las inquietudes de los ciudadanos
se quiebra, la clase política es percibida con cinismo y distancia, ya hasta la
noción de "democracia representativa" es puesta en duda. Frente a
este acontecer nos invade un estado de ánimo de resignación, de renuncia, y ya
no queremos buscar la articulación y funcionamiento de la agobiada diversidad
de grupos sociales. Intereses divergentes y proyectos contradictorios nos
rodean.
“En Chile se ha
tenido un refresco de esta reflexión con el 60% de abstención en las elecciones
de la semana pasada”NdSC
En nuestra América Latina esta fragmentación ha
dejado su huella en los ciclos de violencia institucionalizada que sufren
nuestros países, donde a la extrema pobreza se agregan los nacionalismos y los
racismos, la droga y los gobiernos paralelos que ésta fomenta.
La más grande y paralizante perplejidad, sin
embargo, nos aparece frente a los quiebres en los valores y en la ética
ciudadana. A la inestabilidad en el campo del trabajo y las instituciones, se
corresponde una preocupante proliferación de ortodoxias moralistas sectarias,
cada una de las cuales pretende poseer la razón final. En ese entorno, los
nacionalismos ciegos y los intentos totalitarios de izquierda y derecha,
confluyen y se hermanan.
En el campo opuesto, entre los que aparentemente no
imponen su postura a nadie, la fragmentación alimenta una actitud nihilista que
de modo cínico se dedica a maximizar sus ventajas individuales, con poca o
ninguna consideración por el medio social, nacional o ambiental. Es una
mutación de valores que se manifiesta en un sordo dejar hacer, el cual, en
nombre del respeto a las creencias ajenas, desconoce un compromiso íntimo con
la dimensión espiritual de nuestra vida.
En medio de la bulla continúa la erosión de las
antiguas instituciones religiosas que se ajan igual que las instituciones
civiles. El cristianismo ha dejado de ser punto de referencia obligado de
Occidente. En América Latina, hoy, menos de la mitad de los creyentes se
identifican con la Iglesia Católica. Entretanto, los jóvenes no se apocan para
sostener que al abordar la experiencia interior, la estética de la música
moderna les "dice" mucho más que ningún otro lenguaje.
Hablamos de la tríada de trabajo, instituciones y
valores para evocar las perplejidades y desorientaciones de la hora presente.
Ante este estado de cosas, no es de extrañarse que cunda el temor, en muchos
casos justificado. Dada las profundas interdependencias en los cambios
sociales, demográficos y ambientales de los sectores que hemos esbozado, sin
una actitud decidida y creadora, el futuro seguramente traerá desempleo,
obsolescencia y fragmentación destructiva.
Nuestra
posición, no obstante, es que es posible una actitud decidida y creadora. Es
una entre los posibles devenires de lo que está pasando: una tarea a realizar,
cuyo trasfondo de posibilidades está aquí, hoy, como alternativa histórica.
Desde este
raciocinio de Flores y Varela hemos perdido más de una década sin reflexionar.
Bauman nos ha descrito una sociedad líquida, Baudrillard relativa y las medidas
de austeridad europeas una sociedad que quiere mantenerse rígidamente: ¿Cómo
resisten las fuerzas generadas los puntos de fractura social? ¿La Educación
puede cumplir el rol de ser elástica en dichos puntos de fractura?
(Continúa
...)
Muy interesante la perspectiva que muestras en este contenido.
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