Escribe Carlos Bravo Reyes
Recientemente tuve que viajar a un taller en la Ciudad de La Paz, lo que me obligó a ausentarme durante tres días de las clases con mis estudiantes de Educación.Un viaje programado es más fácil de organizar, pero uno con un corto tiempo de organización resulta más complicado para estructurar las actividades, en especial en una asignatura de alto carácter práctico como es el Taller de Multimedia.
En esta asignatura desde el primer día de clases y por
decisión de los alumnos creamos un grupo de Whastapp, administrado por
una estudiante. El grupo más allá de los mensajes de orientación por
parte
del profesor, y algunas preguntas sobre las tareas evaluativas se
caracteriza por
el envío de imágenes y comentarios con muy poco sentido didáctico. Sin
embargo en cada ocasión en que se enviaron mensajes sobre las
actividades relacionadas con la asignatura, el grupo asumió su
responsabilidad.
La organización de la clase con el empleo de Whatsapp.
La clase en la que estuve ausente, estaba dirigida a la exposición de un grupo de estudiantes sobre la creación de una videoteca de temas musicales de su interés, así como los videos que realizaron sobre situaciones de cualquier tipo que ocurren en las clases. Ellos debían explicar los pasos para la creación de la videoteca, mostrar los videos elaborados y recoger las opiniones de los participantes.
Una vez los estudiantes ingresaron al laboratorio de computación donde trabajamos empezaron a extrañar mi ausencia y para evitar que descubrieran dónde estaba comencé a enviar a través de Whastapp mensajes con instrucciones para comenzar la clase.
La organización de la clase con el empleo de Whatsapp.
La clase en la que estuve ausente, estaba dirigida a la exposición de un grupo de estudiantes sobre la creación de una videoteca de temas musicales de su interés, así como los videos que realizaron sobre situaciones de cualquier tipo que ocurren en las clases. Ellos debían explicar los pasos para la creación de la videoteca, mostrar los videos elaborados y recoger las opiniones de los participantes.
Una vez los estudiantes ingresaron al laboratorio de computación donde trabajamos empezaron a extrañar mi ausencia y para evitar que descubrieran dónde estaba comencé a enviar a través de Whastapp mensajes con instrucciones para comenzar la clase.
Los mensajes de algunos estudiantes y los míos |
Se añadieron los pocos estudiantes que no formaban parte del grupo |
Les pedí que enviaran fotos de los participantes para controlar
la asistencia y además comentaran sobre los videos que estaban viendo como
parte del grupo expositor. Esta táctica logró que se concentraran más en el
trabajo y dejaran de lado la ausencia del profesor.
El control de la asistencia |
En otros momentos de la asignatura he tomado fotos de
los asistentes y al ser enviadas por Whatsapp los que no asistieron de
inmediato indicaron la razón de su ausencia.
En otras palabras los estudiantes están atentos a los mensaje de esta red, mucho más que a los correos electrónicos.
Dos de las estudiantes y su selfie |
Después de expuestos los videos, que también
fueron enviados por Whatsapp, envíe una foto de la ciudad de La Paz,
inconfundible por sus paisajes de altos cerros, muy diferente a la zona plana
donde vivimos.
Al día siguiente y utilizando el mismo grupo de Whatsapp, pedí responder una encuesta para recoger la opinión de los estudiantes acerca del trabajo que realizamos ese día. Los resultados se indican en estas imágenes.
Casi la totalidad de los estudiantes evalúo
satisfactoriamente la utilidad de la clase con el empleo de Whatsapp.
En
este cuadro se puede comprobar que de conocer la
ausencia del profesor, la mayoría no iría a clases, algo que hubiera
frustado
el trabajo ese día. El control de asistencia mediante fotos, demostró la
ausencia de un estudiante, que siguió toda la actividad desde su
celular.
Otro de los elementos importantes de esta clase, era la sorpresa al
conocer que no estaba en la Universidad y que tampoco estaría durante la
clase. La mayoría como se puede apreciar lo evalúo de interesante. Solo
dos estudiantes conocían de mi ausencia ese día, pero se comunicaron
previamente conmigo y les advertí de no comentar nada e ir a la clase,
como todos los días.
Por último la encuesta indagaba si consideraba adecuado emplear Whatsapp en la clase
La respuesta demuestra la aceptación de los estudiantes al empleo de esta Red.
Otra clase con Whatsapp
Cuando estaba por publicar este trabajo, nos
llegó la noticia que por razones técnicas el edificio de la Facultad donde
trabajamos estaría sin energía eléctrica toda una tarde, justamente cuando
teníamos clases. La respuesta de los estudiantes fue la de emplear nuevamente
Whatsapp. En este caso ellos debían opinar sobre su blog, que es una de las
tareas evaluativas de la asignatura y lo hicieron mediante la Red.
Todos los estudiantes, escribieron la dirección de su blog, comentaron lo que les faltaba y recibieron las opiniones tanto del profesor como de sus compañeros. Esta fue otra forma de no perder la clase y aprovechar las redes que todos emplean.
Tomado de 366-días con permiso de su autor.
Todos los estudiantes, escribieron la dirección de su blog, comentaron lo que les faltaba y recibieron las opiniones tanto del profesor como de sus compañeros. Esta fue otra forma de no perder la clase y aprovechar las redes que todos emplean.
Tomado de 366-días con permiso de su autor.
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