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viernes, 7 de agosto de 2015

El e-learning. Prefijos y sufijos.

Escribe Marta Torán

 
Cuando hablamos de e-learning, siempre acompañamos el término de algún elemento calificador.  Nuestras conversaciones, artículos, post, tweets… se convierten en un galimatías y no siempre está claro el matiz que estos elementos introducen.


Yo los clasifico en prefijos y sufijos.
Empecemos por los segundos. Se trata de seguir la corriente que habla de las diferentes versiones de la Web. Así, es frecuente hablar ahora de e-learning 2.0 e incluso de e-learning 3.0.
Cuando nos referimos al primero, el 2.0, siempre hablamos de colaboración como estrategia de aprendizaje. Y, enseguida, nombramos herramientas como blogs, wikis, integración de twitter, herramientas síncronas, etc.
En el e-learning 1.0, si llamamos así al anterior al boom actual, también manejábamos el concepto de “grupo de alumnos” y la “estrategia de colaboración” con herramientas como el chat o el foro.
Desde mi punto de vista, las herramientas no son la clave, sino el medio. Y creo que la evolución del 1.0 al 2.0 debe ir ligado al aprendizaje. Los alumnos actuales están más familiarizados con las herramientas colaborativas, pero eso no garantiza la participación y su uso. Es igual de desolador un foro sin intervenciones, que un blog en el que nadie comenta nada.
Por tanto, refirámonos al e-learning 1.0 como aquel en el que el “foco” del aprendizaje es el trabajo individual y el nivel de interacción / colaboración es bajo. En cambio, hablemos del 2.0 cuando la estrategia de colaboración y el trabajo en equipo de los participantes cobren protagonismo. En ese caso, está claro que ahora tenemos buenos hábitos y herramientas apropiadas para ello.
¿Y qué decir del e-learning 3.0? Aquí ya no hay tanta unanimidad en cuanto a su definición. Si volvemos a la evolución de la Web, el e-learning 3.0 estaría relacionado con la Web Semántica. Una Web de los datos en la que la información y el tratamiento de estos se relacione con su contenido y significado. Esto tiene mucho que ver con el aprendizaje. Pero mientras se construye esta nueva Web, se habla de e-learning 3.0 como una “suma de”: más colaboración o más canales y herramientas (por ejemplo, tecnología móvil)…
La naturaleza del contenido y el perfil de los participantes son claves a la hora de seleccionar el modelo de e-learning más apropiado para un programa de formación determinado. Siempre utilizo el ejemplo de que un programa formativo e-learning para aprender Excel requiere de una metodología cuya estrategia principal sea “aprender haciendo”, es decir,  practicando en un entorno “amable” con la herramienta. Un enfoque colaborativo puro parece que no sería apropiado. Y no es lo mismo dirigir un programa formativo a nativos digitales, que a personas poco familiarizadas con la tecnología; o a un grupo de personas con un nivel bajo de conocimiento en un tema, que a un grupo de expertos…
En resumen, la clave del éxito en el e-learning debe estar en la metodología.
En cuanto a los prefijos, la variedad es inmensa: la “e” de electrónico está siendo sustituida por multitud de términos que matizan y completan el sentido del “learning”.
Desde hace ya muchos años, hablamos de b-learning o blended learning cuando se “mezclan” metodologías (lo presencial y lo on-line o lo síncrono y lo asíncrono).
El m-learning o mobile learning introduce el uso de la tecnología móvil en el aprendizaje. Es un término utilizado también desde hace tiempo, pero de plena actualidad con el avance indiscutible que estas tecnologías están teniendo. No sólo porque las herramientas son cada vez más apropiadas para impartir, gestionar y hacer seguimiento de la formación, sino también por la generalización de su uso por la comunidad.
Otro prefijo que también está “triunfando” es u-learning o universal learning  cuando nos referimos a que utilizamos multitud de plataformas y herramientas que propician la ubicuidad del aprendizaje.
Y cuando nos referimos a la colaboración, a estrategias de construcción del conocimiento entre iguales, hablamos de we-learning.
Habrá nuevos prefijos y sufijos. Esto es bueno. Significa que evolucionamos y lo importante es que redunde en una mayor personalización y calidad de la formación que impartimos.

Tomado de Reflexiones sobre el aprendizaje con permiso de su autora. 

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