Cuando
hablamos de e-learning, siempre acompañamos el término de algún
elemento calificador. Nuestras conversaciones, artículos, post, tweets…
se convierten en un galimatías y no siempre está claro el matiz que
estos elementos introducen.
Yo los clasifico en prefijos y sufijos.
Yo los clasifico en prefijos y sufijos.
Empecemos
por los segundos. Se trata de seguir la corriente que habla de las
diferentes versiones de la Web. Así, es frecuente hablar ahora de e-learning 2.0 e incluso de e-learning 3.0.
Cuando nos referimos al primero, el 2.0, siempre hablamos de colaboración
como estrategia de aprendizaje. Y, enseguida, nombramos herramientas
como blogs, wikis, integración de twitter, herramientas síncronas, etc.
En el e-learning 1.0,
si llamamos así al anterior al boom actual, también manejábamos el
concepto de “grupo de alumnos” y la “estrategia de colaboración” con
herramientas como el chat o el foro.
Desde
mi punto de vista, las herramientas no son la clave, sino el medio. Y
creo que la evolución del 1.0 al 2.0 debe ir ligado al aprendizaje. Los
alumnos actuales están más familiarizados con las herramientas
colaborativas, pero eso no garantiza la participación y su uso. Es igual
de desolador un foro sin intervenciones, que un blog en el que nadie
comenta nada.
Por
tanto, refirámonos al e-learning 1.0 como aquel en el que el “foco” del
aprendizaje es el trabajo individual y el nivel de interacción /
colaboración es bajo. En cambio, hablemos del 2.0 cuando la estrategia
de colaboración y el trabajo en equipo de los participantes cobren
protagonismo. En ese caso, está claro que ahora tenemos buenos hábitos y
herramientas apropiadas para ello.
¿Y
qué decir del e-learning 3.0? Aquí ya no hay tanta unanimidad en cuanto
a su definición. Si volvemos a la evolución de la Web, el e-learning
3.0 estaría relacionado con la Web Semántica. Una Web de los datos en la
que la información y el tratamiento de estos se relacione con su
contenido y significado. Esto tiene mucho que ver con el aprendizaje.
Pero mientras se construye esta nueva Web, se habla de e-learning 3.0
como una “suma de”: más colaboración o más canales y herramientas (por
ejemplo, tecnología móvil)…
La
naturaleza del contenido y el perfil de los participantes son claves a
la hora de seleccionar el modelo de e-learning más apropiado para un
programa de formación determinado. Siempre utilizo el ejemplo de que un
programa formativo e-learning para aprender Excel requiere de una
metodología cuya estrategia principal sea “aprender haciendo”, es decir,
practicando en un entorno “amable” con la herramienta. Un enfoque
colaborativo puro parece que no sería apropiado. Y no es lo mismo
dirigir un programa formativo a nativos digitales, que a personas poco
familiarizadas con la tecnología; o a un grupo de personas con un nivel
bajo de conocimiento en un tema, que a un grupo de expertos…
En resumen, la clave del éxito en el e-learning debe estar en la metodología.
En
cuanto a los prefijos, la variedad es inmensa: la “e” de electrónico
está siendo sustituida por multitud de términos que matizan y completan
el sentido del “learning”.
Desde hace ya muchos años, hablamos de b-learning o blended learning cuando se “mezclan” metodologías (lo presencial y lo on-line o lo síncrono y lo asíncrono).
El m-learning o mobile learning
introduce el uso de la tecnología móvil en el aprendizaje. Es un
término utilizado también desde hace tiempo, pero de plena actualidad
con el avance indiscutible que estas tecnologías están teniendo. No sólo
porque las herramientas son cada vez más apropiadas para impartir,
gestionar y hacer seguimiento de la formación, sino también por la
generalización de su uso por la comunidad.
Otro prefijo que también está “triunfando” es u-learning o universal learning cuando nos referimos a que utilizamos multitud de plataformas y herramientas que propician la ubicuidad del aprendizaje.
Y cuando nos referimos a la colaboración, a estrategias de construcción del conocimiento entre iguales, hablamos de we-learning.
Habrá
nuevos prefijos y sufijos. Esto es bueno. Significa que evolucionamos y
lo importante es que redunde en una mayor personalización y calidad de
la formación que impartimos.
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