Te propongo un simple ejercicio de observación: mira a tu alrededor, en el colegio de tus hijos, en el instituto donde trabajas, en la escuela de tu barrio,… Es muy posible que encuentres a muchos alumnos desubicados, sin encontrar un espacio físico, ni mental, ni emocional que les satisfaga. Alumnado que, a pesar de llevar asistiendo al centro durante varios años, (a veces casi toda su vida) continúan sintiéndose excluidos. Chicos y chicas que a la vista de todos…no encajan. Ahora pregúntate: ¿las escuelas son para todos?
EDUCACIÓN INCLUSIVA
Es un hecho sociológico, supongo inevitable, que los valores culturales que sobrevuelan cada época, configuren las ideas y creencias de esa sociedad concreta. Así, el modo de ver el éxito y el fracaso, lo válido y lo no válido, lo normal y lo distinto no es más que un reflejo de la sociedad del momento. Una visión que los gobiernos de turno suelen transformar en ley en un intento –supuestamente bondadoso— de organizar una sociedad coherente consigo misma, transformando así, las visiones sociales, en normas finales para todos y en políticas de obligado cumplimiento.
La sociedad contemporánea, la de los derechos humanos, eligió a la escuela como el instrumento idóneo para contribuir a superar las desigualdades y la intolerancia, y para reducir una brecha social que, dicho sea de paso, cada vez es más abrupta. Los resultados, la evolución de los diferentes (y numerosos) desarrollos legislativos y las prácticas que se llevan a cabo en atención a la diversidad, nos dicen claramente que la escuela ha fracasado en este mandato social. Un recorrido normativo que, en su “bienintencionado” intento de mejora, únicamente ha conseguido equiparar integración conasimilación, e igualdad con equidad, siendo términos, a todas luces, no sólo distintos, sino también insuficientes.
Es preciso, en pleno nuevo milenio romper con ciertos usos, costumbres y creencias educativas como paso decidido e irrenunciable a la creación de modelos educativos centrados en las personas: caminando hacia una visión humanista de la educación.
INCLUYES O EXCLUYES
No hay término medio
En el caso de la educación ha habido una separación entre educación normal y especial./…/ La separación de los alumnos con necesidades educativas especiales y los denominados “normales” ha determinado la aparición de prácticas educativas “normales” y “especiales”, reflejo de posicionamientos culturales y sociales más amplios.
P Arnaiz
El concepto de inclusión, y de educación inclusiva, irrumpió en el panorama educativo a finales del siglo pasado, y como afirma rotundamente la profesora Arnaiz, “vino para quedarse para siempre entre nosotros” dejando patente un principio educativo con el que nadie puede estar en desacuerdo:
Todas las personas tenemos derecho a acceder plenamente a currículos valiosos para todos y cada uno de nosotros, sin discriminación por ningún motivo o razón y que nos permita avanzar siempre en nuestra capacidad de aprender.
La inclusión educativa se establece como un derecho irrenunciable de la sociedad XXI. Un derecho que nos abre las puertas a no aprender apartados, sino hacerlo junto a otros (presencia); a no aprender solos, sino hacerlo siempre en colaboración de otros (participación) y a mejorar siempre, cuanto menos en relación conmigo mismo (promoción).
La escuela ha fracasado
Sin embargo, han pasado más de dos decenios del nacimiento del concepto de educación inclusiva en el mundo y todavía continúa representado en la actualidad, tanto en España como a nivel internacional, en uno de los mayores desafíos educativos. El profesor Xavier Martínez-Celorrio afirma tajantemente que “se debe luchar por una escuela igualitaria y no discriminatoria”. Tres evidencias en nuestro país:
1
Con casi un 30 % de fracaso escolar, la escuela excluye del sistema, de facto, a casi un tercio de los ciudadanos.
2
Un informe reciente emitido por la Fundación Jaume Bofill afirma que más de la mitad del alumnado que repite un curso son hijos de familias desfavorecidas.
3
El 79% de los que abandonan los estudios son de un hogar con dificultades para llegar a fin de mes.
¿Es posible desarrollar una enseñanza para todos los alumnos y,
además, obtener éxito?
“Si podemos construir bombarderos Stealth, con un precio de casi mil millones de dólares por avión, no cabe duda que podemos educar a nuestros niños al máximo de sus capacidades. Es una cuestión de valores.”
Pearpoint y Forest
Los caminos recorridos que nos han llevado a esta situación evidencian la necesidad de buscar prácticas y organizaciones educativas no habituales que, de una vez por todas, contemplen a la totalidad del alumnado, aminoren —hasta eliminar— la desigualdad y la exclusión, conviertan lo diferente en oportunidad y favorezcan auténtica equidad.
Es urgente una reflexión real y consensuada al entramado socioeducativo actual que reconozca la diversidad, no como un problema, sino como una característica intrínseca a las sociedades modernas, una realidad a la que hay que proporcionar respuesta: educación inclusiva. Es vital, en definitiva, una mirada que nos ayude a soñar con una sociedad comprometida con el bien común, capaz de ser,convivir y aprender junta.
Sólo pensando en “una escuela para todos” seremos capaces de dibujar un panorama educativo definitivamente nuevo y poliédrico. Complejo, sí, pero capaz de desbordar amplia y generosamente la imagen fija de la sociedad de siglos pasados —caracterizada por la homogeneidad monocultural y el conformismo resignado— y nos sitúe en el corazón de una sociedad diversa, plural, dinámica y crítica.
Diversidad,
intrínseca a las sociedades modernas
Ante esta situación, parece innegable que insistir en el papel aculturizador de la escuela mediante el desarrollo de un currículum vertical y pensando para un de alumnado estándar inexistente —más allá del número generado a partir de una media aritmética— es la confirmación de un fracaso anunciado del sistema. Es más, persistir en normalizarlo administrativamente, por medio de decretos cada vez más estrictos y cerrados, está consiguiendo que, (contrariamente a su primigenia intención) a un número creciente de alumnos, les resulte todavía más difícil encontrar en él referencias que aseguren aprendizajes útiles y culturalmente relevantes.
Por otro lado, parece también evidente que las prácticas habituales de
(1)
Ofrecer actividades alternativas con contenidos diferenciados, que rara vez tiene que ver con lo que se desarrolla en el aula, y
(2)
Promover grupos diferenciados de apoyo con otros profesor en busca de una enseñanza adaptada para alumnos son dificultades de aprendizaje…
no sólo no consiguen llegar a la deseada igualación u homogeneización, sino que además, socavan de forma irreversible la autoestima y minan el deseable empoderamiento del alumnado. ¿Qué hacer, entonces?
DE LA INDIVIDUALIZACIÓN A LA PERSONALIZACIÓN
EF
ENCONTRAR FÓRMULAS
La escuela necesita encontrar fórmulas que cambien los usos y hábitos tendentes a individualizar la enseñanza (basados en la adaptación a cada uno) por fórmulas que promuevan la personalización de la educación (basada en el ajuste para todos).
Como nos orienta Gimeno Sacristán (Catedrático de Didáctica y Organización Escolar en la Universidad de Valencia), para alcanzar el objetivo de la inclusión, de una escuela inclusiva, el escalón básico será planificar una enseñanza igual para todos, a través de un currículum enriquecido y flexible que permita a cada cual, dentro de lo común, aprehender aquello que le esté dotado de significado individual y que le ayude a construir aprendizaje personalizado.
Quizás, más allá de solicitar para personas diversas, entornos educativos diferentes y educaciones y escuelas especiales… quizás más que de un profesorado con una alta especialización en pedagogías de la diferencia, de docentes que sean capaces de adoptar medidas excepcionales y diferenciadas que trasciendan la idea de “un sistema educativo ordinario”… quizás ha llegado la hora de reclamar
Educación extraordinaria para
todos y todas
NOTA: Las citas de este artículo están extraídas de “Educación Inclusiva: una escuela para todos” de Pilar Arnaiz Sánchez, editado por Ediciones Aljibe (Málaga).
Hola buen día:
ResponderEliminarSoy Daniel Guzmán Padilla, lic. en Nutricion y estudiante de la maestría de tecnologías para el aprendizaje, en lo personal me gustaría resaltar la importancia de los centros educativos como lugares de superación social y medio de desarrollo de enriquecimiento cultural como se menciona en el bloc.
En este orden de ideas es importante plantear estrategias, donde a partir de la interacción familia-escuela, se den los elementos que coadyuven al desarrollo de hábitos saludables y actitudes positivas en favor del desarrollo individual del niño durante la etapa escolar. Galvis (2012)
Por lo que las instituciones educativas de educación primaria son consideradas el principal escenario educativo para satisfacer las necesidades de la salud primaria preventiva. Por este motivo considero que trabajar bajo un enfoque incluitivo puede ser la clave para el éxito de la puesta en marcha de algún proyecto de mejora o educación en particular, ya que cuando las personas se sensibilizan y logran sentirse parte de la causa el fin se vera fácilmente alcanzado, con una valor de pertenencia y tracendencia en la comunidad.