Escribe Lorenzo García Aretio
Extraigo de mi artículo editorial del número 19(2) de RIED (García Aretio, 2016), algunos párrafos:
Si Internet está removiendo incluso nuestras formas de actuar y de vivir, ¿cómo no va a afectar a nuestras maneras de enseñar y aprender? Absolutamente. Pero los clásicos principios pedagógicos son más fuertes que esta profunda renovación. Así, entendemos que principios como los del aprendizaje activo, colaborativo y las posibilidades de individualización o autonomía, la creatividad, el juego o entretenimiento como forma de aprender, que ahora tanto se defienden como características propias del aprendizaje a través de Internet, figuran en las bases de la pedagogía contemporánea. Bien es verdad que ahora podemos afirmar que con estas tecnologías interactivas, estos principios pueden contar con mayor proyección educativa, pero en la enseñanza presencial y en la enseñanza a distancia más convencional también podían y debían perseguirse.
Hace pocos años resultaba aleccionador observar que instituciones que venían descalificando (a través de sus docentes y directivos), o al menos ignorando, la educación a distancia que desarrollaban otras instituciones, ahora muestran las ventajas e inmensas posibilidades de una nueva forma de enseñar y aprender basada en determinados principios pedagógicos. Ignoraban entonces, de forma más o menos intencionada, que esos principios también los mostraba la tan denostada enseñanza a distancia más convencional y menos virtual.
No cabe duda de que las tecnologías consiguen aupar los beneficios de unos enfoques sobre otros, pero nadie negará que con las más avanzadas tecnologías se pueden seguir aplicando teorías del aprendizaje de la más rancia escuela. Hemos querido destacar que, principios constructivistas pueden (y deben) ponerse en práctica en entornos presenciales, pero también en entornos de educación a distancia sin Internet y, naturalmente, en entornos virtuales ubicados en la red. Rasgos fundamentales y definitorios de la educación a distancia, permanecen potenciados en estas prácticas.
No reside en el uso de las tecnologías, por tanto, el cambio de modelo pedagógico. Este cambio, si se produce, siempre dependerá de la formación, intención y decisión del educador, del pedagogo, y mucho menos del experto informático o especialista en redes. De estos últimos, sin duda va a depender buena parte del éxito de una propuesta soportada en la red pero ellos y sus tecnologías, por sí mismos, nunca garantizarán el éxito. Y en muchos casos, ellos nos van a ofrecer tecnologías que no deseamos o que no cubren nuestras expectativas y necesidades como pedagogos. Es decir, que más que considerar un cambio radical en las bases teóricas y en los principios pedagógicos que conforman estas nuevas estrategias de enseñanza y aprendizaje digital, deberíamos poner el acento en la capacidad de Internet para permitir un elevado nivel en calidad, cantidad y rapidez de las posibilidades de potenciar la individualización, la socialización, la actividad, la autonomía, la intuición, la creatividad y el juego. En efecto, Internet, las tecnologías avanzadas, pueden favorecer aprendizajes de mayor calidad, aunque nunca garantizarlos, al igual que utilizando otras tecnologías menos sofisticadas, más sencillas y económicas se pueden aplicar principios destinados a alcanzar metas de aprendizaje de calidad contrastada.
En fin, ¿qué cambia entonces? Entendemos que cambian con los nuevos aportes tecnológicos, las estrategias de enseñanza-aprendizaje, la metodología, los recursos y su organización, los sistemas de comunicación, la distribución y modelos de entrega de los cursos y materiales de estudio, posiblemente la eficiencia, que no siempre la eficacia, las posibilidades de acceso y la universalización o democratización de ese acceso, que ya supuso un gran avance con la educación a distancia de corte más convencional. Pero los principios, permanecen (García Aretio, 2016).
Referencias
García Aretio, L. (2016). El juego y otros principios pedagógicos. Su pervivencia en la educación a distancia y virtual. RIED. Revista Iberoamericana de Educación a Distancia, 19(2), 9-23. doi: http://dx.doi.org/10.5944/ried.19.2.16175
Tomado de Contexto universitarios mediados con permiso de su autor