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miércoles, 13 de junio de 2018

La propuesta de educación moral de Kohlberg y su legado en la universidad: actualidad y prospectiva


Por  Carmen Caro*, Josu Ahedo* y Francisco Esteban**

* Universidad Internacional de La Rioja
** Universidad de Barcelona
Este artículo, publicado en el número 269 de la Revista Española de Pedagogía, plantea una reflexión sobre la figura y el pensamiento de Lawrence Kohlberg en el contexto de la práctica educativa universitaria actual. Kohlberg es la figura de referencia en el campo del desarrollo moral de los últimos años. Su pensamiento se encuentra dentro del enfoque cognitivo-evolutivo, en el que la moralidad se fundamenta en principios racionales y donde se explica el desarrollo del juicio moral a través de una serie de estadios. Como heredera de la tradición kantiana busca la autonomía moral del sujeto. Por otra parte, sus estudios se estructuran en torno a la discusión de dilemas morales y cómo estos favorecen el desarrollo del juicio moral. 

La teoría de Kohlberg fue objeto de varias críticas. Por su interés para la discusión pedagógica posterior destaca la crítica desde el comunitarismo, pero muy especialmente la realizada por Peters y por la ética del cuidado feminista. Peters reivindica los elementos emocionales y afectivos de toda acción moral, contraponiéndose así al formalismo de la propuesta de Kohlberg y a su olvido de la enseñanza de los contenidos en la educación moral. Por su parte, Gilligan y Noddings señalan la necesidad de reivindicar la dimensión del cuidado, vinculada tradicionalmente a la identidad moral de las mujeres. 

Se ha tratado de incidir en la relevancia del pensamiento de Kohlberg en la concepción educativa actual. Dicha influencia se ha notado en el modelo pedagógico, apoyado en teorías constructivistas, fruto de la importancia atribuida a Piaget en el ámbito educativo. No obstante, es reseñable también la gran aportación de Kohlberg porque introduce la ética como materia de estudio e investigación y como parte del currículo. 

La importancia de Kohlberg y su influjo en los docentes se observa en cuatro ámbitos específicos: la educación no puede centrarse en transmitir conocimiento, sino en el aprendizaje, lo que modifica el rol del profesor que se convierte en guía del aprendizaje y no tanto en transmisor. En este sentido, Kohlberg sustituye la lección magistral por la reflexión y el diálogo. En el terreno moral, el profesor no inculca valores, sino que ayuda a que cada estudiante los construya. Kohlberg rechaza la educación como aprendizaje de hábitos porque no acepta la propuesta aristotélica de virtud. Su propuesta se centra en una enseñanza indirecta de los valores. Este influjo también se percibe en la metodología. La preocupación por el método es una clara repercusión de Kohlberg. Para él educar no es transmitir conocimientos, sino garantizar que el estudiante aprenda, entonces conviene revisar si el método de enseñanza es el más adecuado. Asimismo, esta concepción educativa conlleva un cambio en la relación educativa puesto que el profesor debe mantener una postura neutral en cuanto a la cuestión moral y deja, por tanto, de ser superior al estudiante, su relación con el estudiante se centra en motivarle para que este pueda aprender. Por tanto, La concepción educativa que se desprende de la filosofía kolberiana supone que se pretenda la autonomía del educando como el fin de la tarea educativa.

Los documentos oficiales que dan forma al Espacio Europeo de Educación Superior (EEES) apuestan porque la universidad de hoy se adapte a la realidad en la que se ubica, y dicha institución, por su parte, no ha hecho caso omiso a esa manera de pensar y se ha aliado con ella. El EEES viene a ser la sustitución de un modelo educativo centrado en disciplinas, por un modelo centrado en el estudiante, por la potenciación de su desarrollo cognitivo, competencial o intelectual. La cuestión no es muy diferente cuando se trata del ámbito que realmente aquí nos ocupa, a saber, el de la educación moral, ética, ciudadana, humanística, del carácter, en definitiva, de todo aquello que apunta al crecimiento del estudiante en tanto que persona. En este aspecto, por ejemplo, se han tomado dos medidas pedagógicas: por un lado, se ha incrementado el número y la variedad de metodologías que encaran cuestiones morales o dilemas éticos; y por otro lado, se ha acercado la universidad a la realidad con la intención de que el aprendizaje sea un servicio a la comunidad, y que la comunidad sea concebida como un lugar a partir del cual se pueda aprender. Ahora bien, esta realidad que bebe de la fuente kohlberiana en muchos sentidos, no está exenta de posibles contrariedades. La primera: la formación universitaria reformulada en términos de competencias morales no ha contado con la finitud en su formulación, con la infinitud en su adquisición y con los problemas que causan su propia enunciación. La segunda contrariedad: la pedagogía universitaria actual muestra unos andares que representan un movimiento determinado que se podría concebir como la planificación productiva o la programación rentable, y eso afecta directamente a la formación moral de los estudiantes. La tercera y última contrariedad: afirmar que la educación universitaria contemporánea es una educación cultural no es decir nada nuevo ni extraño, sin embargo, esta apreciación parece encontrarse en horas bajas.
Cómo citar esta entrada:
Caro, C., Ahedo, J. & Esteban, F. (2018). La propuesta de educación moral de Kohlberg y su legado en la universidad: actualidad y prospectiva. Aula Magna 2.0.Recuperado de: http://cuedespyd.hypotheses.org/3647
Fuente de la revista:
Caro, C., Ahedo, J. & Esteban, F. (2018). La propuesta de educación moral de Kohlberg y su legado en la universidad: actualidad y prospectiva. Revista Española de Pedagogía, 269, 85-100.
Tomado de Aula Magna 2.0 con permiso de sus editores

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