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jueves, 28 de marzo de 2019

La incorporación de los estudiantes universitarios al mercado laboral: fortalezas y dificultades

Escriben David Muelas y Cristina Herranz

En anteriores entradas, analizamos los incentivos que ofrecía estudiar un posgrado universitario en España (ver aquí). En esta línea y tras la publicación del Cuaderno de Trabajo 10 de Studia XXI, “Universidades y empresas: apuntes para crear sinergias con sentido” (ver aquí), en este post reflexionamos acerca de la situación laboral de los egresados universitarios analizando las fortalezas y dificultades que manifiestan en relación a su incorporación al mercado laboral.
Para ello, acudimos a la Encuesta de Inserción Laboral de los Titulados Universitarios 2014 (EILU), publicada por el Instituto Nacional de Estadística (INE). En la Tabla 1 mostramos las características de la muestra en relación a las variables asociadas a la situación laboral en el momento de la encuesta y si se ha tenido algún trabajo remunerado desde la finalización de la carrera. En esta tabla, además, desagregamos los datos por rama de los estudios. En línea con trabajos previos podemos observar que los egresados de Ciencias de la Salud (82%) y los de la rama de Artes y Humanidades (65%) son los que manifestaron un mayor y menor porcentaje de empleo, respectivamente. Igualmente, se observa que las ramas con mayores tasas de empleo no son las que tienen un mayor número de egresados.
Tabla 1. Resumen de la muestra disponible. Número absoluto y porcentaje de encuestados

Elaboración propia a partir de los datos del INE.
Para analizar cómo valoran los encuestados las potenciales fortalezas derivadas de su formación universitaria, se considera un subconjunto (90% aproximadamente) del grupo sombreado en verde –población activa que está trabajando, restringido a ocupaciones por cuenta ajena independientes de trabajo en negocios familiares– mientras que para las dificultades, se acude al grupo sombreado en rojo  –población activa que no ha tenido ningún trabajo remunerado tras finalizar los estudios.
En este sentido, la EILU incluye preguntas sobre la valoración tanto de factores considerados importantes como de los que pueden suponer una dificultad para conseguir un empleo. Con respecto a las valoraciones relacionadas con fortalezas para la inserción laboral, la Figura 1 muestra la distribución de respuestas por rama y factor. Por su parte, la Figura 2 muestra la distribución de valoraciones de las dificultades por las que se pregunta en la encuesta –en este segundo caso, se cuenta con un conjunto de respuestas mucho menor que en el primero, dado el tamaño del grupo analizado.
Figura 1. Valoración por parte de los entrevistados de factores relacionados con fortalezas, distinguiendo por rama

Fuente: elaboración propia a partir de los datos del INE.
Con respecto a las fortalezas, se observa que los egresados de la rama de Ciencias de la Salud valoran más positivamente que el resto los conocimientos teóricos y prácticos como factor para conseguir empleo, y que conceden menos importancia a los idiomas, el manejo de medios informáticos, la personalidad y habilidades sociales, y la capacidad de gestión y planificación. En cambio, los egresados de la rama de Artes y Humanidades valoran más que el resto saber idiomas, y los de Ingeniería y Arquitectura la formación o dominio de la informática y las nuevas tecnologías.
Figura 2. Valoración por parte de los entrevistados de factores relacionados con dificultades, distinguiendo por rama

Fuente: elaboración propia a partir de los datos del INE.
En relación a las dificultades, la falta de experiencia laboral previa emerge como el factor más significativo para los entrevistados de todas las ramas.
Finalmente, la EILU 2014 también incluye una pregunta para evaluar hasta qué punto los egresados consideran que su título universitario les ha servido para encontrar trabajo. La Tabla 2 recoge este indicador, mostrando que menos de un 50% de los encuestados de la rama de Artes y Humanidades ha respondido afirmativamente a esta pregunta, que destaca al compararse con el casi 84% de respuestas positivas de los egresados de Ciencias de la Salud.
Tabla 2. Respuestas a la pregunta “Cree que el título universitario le ha servido para encontrar trabajo”, por rama de conocimiento de la titulación.

Fuente: elaboración propia a partir de los datos del INE.
Resumiendo, de estos análisis podemos extraer las siguientes observaciones:
  • En general, los egresados que han tenido un trabajo remunerado desde la finalización de sus estudios valoran positivamente los conocimientos teóricos y prácticos de su titulación, las capacidades sociales y de gestión del tiempo, considerándolos fortalezas a la hora de conseguir dicho empleo.
  • La barrera más importante que encuentran los egresados es la falta de experiencia profesional.
  • Pese a que en todas las ramas salvo en Humanidades y Artes más del 50% de los encuestados manifiestan que la titulación les ha ayudado a conseguir un trabajo, más del 20% de todas las ramas salvo Ciencias de la Salud manifestó que no les había resultado útil.
Estas cuestiones sugieren que existe una cierta desconexión entre el mercado laboral y la realidad de los estudios universitarios.  A la vista de estos datos resulta prioritario reflexionar acerca de qué puntos de acción se podrían adoptar para mejorar esta situación. Un aspecto que merece especial atención es que se pueden encontrar algunas diferencias entre los estudios de distintas ramas. Esto sugiere que, posiblemente, no haya una solución única que mejore las condiciones de todos los egresados, por lo que la atención a estos factores y el análisis detallado de su impacto y efecto puede ser una vía prometedora para avanzar hacia una mejor articulación de políticas tanto educativas como de empleo.
Apostar por la definición de más puntos comunes entre empresas y universidades –p.ej., esquemas de formación dual– podría ayudar a mejorar estas perspectivas y a complementar la formación teórica y práctica con otras capacidades que faciliten la contratación de los jóvenes egresados españoles. Universidades, empresas e instituciones públicas tienen que trabajar conjuntamente para resolver los retos que plantean las cifras de empleo entre los jóvenes que terminan sus estudios universitarios.

Tomado del Blog de Studia XXI con permiso de sus editores

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