Por Lorenzo García Aretio
Hoy exponemos una síntesis de aspectos esenciales del séptimo artículo de RIED más citado de 2019, de entre todos los publicados (33) en ese año, Vols. 22(1) y 22(2). Es decir, uno de los artículos de RIED que más impacto han generado. Debajo aparece la referencia del trabajo y el enlace para poder consultarlo, junto a las fuentes bibliográficas del artículo. Las citas en este caso hasta el día de la fecha en Google Scholar, son un total de 99. Y, por otra parte, aquí se muestran todos los artículos resumidos en esta serie.
Defiende el autor que el diálogo pedagógico, el diálogo didáctico, como conversación, colaboración, cooperación, interacción, intercambio y negociación, se convierte en el protagonista, al relacionar los diferentes componentes y procesos existentes en los sistemas a distancia, hoy, generalmente, sistemas de enseñanza y aprendizaje digitales. En estos entornos en red, de forma más determinante, el aprendizaje, que es un fenómeno social por naturaleza, se construye a través de diferentes diálogos o situaciones conversacionales.
Pues bien, cuando ni siquiera puede iniciarse el diálogo, cuando se produce algún tipo de quiebra en esas relaciones explicitadas, el sistema no fluye adecuadamente o muestra debilidades que podrían llegar a la ruptura final del estudiante con la institución. Es decir, puede llegarse al fracaso del proyecto y, en consecuencia, al drama del abandono o deserción de los estudios y, lamentablemente, esta circunstancia del fracaso de los estudiantes a nivel universitario es más frecuente de lo deseado y se viene convirtiendo en un serio problema de carácter global y una preocupación muy generalizada a nivel mundial Esos abandonos, cuando los referimos a los sistemas digitales de enseñanza y aprendizaje (educación a distancia), son aún más elevados que en los formatos presenciales.
En este trabajo el autor se plantea dos objetivos principales, dado el componente social y relacional del fenómeno educativo, por una parte, seleccionar aquellas causas que la investigación más destacada ha venido mostrando de forma reiterada, como debilitadoras del diálogo y, en consecuencia, como propiciadoras del abandono y, por otra, igualmente, con el apoyo de las investigaciones realizadas, apuntar una batería de acciones orientadoras y de apoyo, de carácter institucional y docente que pudieran promover diálogos pedagógicos de calidad que lleven al éxito, a mayores tasas de satisfacción, de rendimiento y, en consecuencia, de retención, persistencia y compromiso en los estudios.
Las causas
Así, desde la responsabilidad y el compromiso del adulto que decide inscribirse, matricularse, en una institución o programa a distancia (el estudiante), el trabajo muestra este elenco de razones, causas o factores que podrían calificarse como más destacadas para romper la relación dialógica con los docentes e institución:
- La falta de tiempo. Generalmente se achaca a las obligaciones familiares y a las laborales.
- Deficientes técnicas de estudio. Carencia de habilidades, técnicas, estrategias y hábitos de estudio.
- Insuficiente motivación. Quizás nunca existió auténtico compromiso personal con los estudios que se iniciaron.
- Elección equivocada. No se contó con información suficiente ni con orientación personalizada a la hora de valorar qué tipo de estudios se van a iniciar.
- Déficit de formación básica. Insuficiente para acometer un determinado tipo de estudios.
- Rendimiento académico bajo. Pobres rendimientos anteriores al acceso a la universidad, o bajos resultados iniciales o calificaciones negativas.
- Déficit en competencias digitales.
- Escasa capacidad para la autonomía y la autodisciplina. Lo que provoca retrasar la decisión de acometer la tarea de estudiar con persistencia y rigor.
- Temor al fracaso. Lo que provoca ansiedad académica, agobio ante las dificultades y ante las distintas responsabilidades.
- Pobre integración académica y social. Sería el sentimiento de soledad y lejanía tan señalado en los trabajos anteriores a la era digital.
- Escasez de recursos económicos. Costes de inscripción, de los materiales de estudio o de los componentes informáticos necesarios.
Desde la responsabilidad de los docentes, podrían señalarse las siguientes causas:
- Escaso seguimiento y supervisión docente. La orientación académica es débil o inexistente.
- Los materiales de estudio carecen de un diseño adecuado.
- Las rigideces curriculares. Falta de flexibilidad, estructuras curriculares excesivamente pautadas y severas.
- Pruebas de evaluación poco adecuadas.
- Baja cualificación de los docentes.
Si se detectan los problemas, causas o factores que generan la deserción o el éxito de los alumnos, será más fácil organizar planes de acción que puedan reducir ese problema. La relación de causas anotadas, supondría, en sí, suficiente programa de acción institucional y docente.
Las respuestas desde la institución:
- Respecto a la falta de tiempo y las técnicas de estudio. La orientación hacia la mejor gestión y organización del tiempo, la automotivación, el estudio autodirigido y autorregulado, se muestran como propuestas eficaces.
- La motivación. Al tratarse de un modelo pedagógico donde la responsabilidad recae básicamente en el estudiante, la falta de compromiso y dedicación ligado a la falta de motivación ha venido siendo clave.
- c. Escasa información y orientación inicial. Podrían activarse: guías generales, claras, y con información dirigida al que no conoce los sistemas a distancia.
- d. El abandono temprano. La integración académica y social. Cursos cero y de acogida. Se constata que el abandono se produce fundamentalmente a lo largo del primer año académico. De ahí la relevancia de los cursos cero. También se haría preciso identificar a los estudiantes en riesgo y proporcionarles oportunidades para recuperar el diálogo
- e. La apuesta tecnológica. La actividad educativa soportada en sistemas digitales genera una ingente cantidad de datos, rastros de navegación y actividad, que tratados adecuadamente a través de minerías o analíticas pueden ofrecernos pistas fiables para actuaciones futuras dirigidas a reforzar acciones que propicien el buen rendimiento y la satisfacción del estudiante.
Y ¿qué respuesta desde los docentes?
- Elaborar la Guía de estudio. La Guía de estudio, Guía didáctica o Guía docente, es un elemento sustancial.
- Diseñar, seleccionar y/o elaborar los diferentes materiales de estudio. Materiales adaptados al entorno virtual que da soporte a la asignatura o curso.
- Gestionar la actividad docente. Ello conlleva: ajustarse prioritariamente a lo establecido en la Guía, que inicialmente es lo esperado por los estudiantes.
- Ofrecer tutorías no solo reactivas (resolución de dudas) sino proactivas, anticipando problemas, lagunas de los materiales, etc.
- Activar los diferentes modelos y formas de evaluar.
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