Por Lorenzo García Aretio
Hoy exponemos una síntesis de aspectos esenciales del séptimo artículo de RIED más citado de 2022, de entre todos los publicados (34) en ese año, Vols. 25(1) y 25(2). Es decir, uno de los artículos de RIED que más impacto han generado. Al final aparece la referencia del trabajo y el enlace para poder consultarlo, junto a las fuentes bibliográficas del artículo. Las citas en este caso hasta el día de la fecha en Google Scholar, son un total de 58. Y, por otra parte, aquí se muestran todos los artículos resumidos en esta serie.
El uso de medios audiovisuales, como la radio y la televisión, ha sido una constante en los hogares y en el ámbito educativo desde hace décadas, especialmente en educación no presencial. Estos medios, aunque de comunicación unidireccional, han demostrado su potencial en facilitar la retención y el aprendizaje, además de permitir la presentación de fenómenos complejos y suplir algunas funciones rutinarias del docente. No obstante, estos recursos se enfrentaron a limitaciones iniciales, como la rigidez horaria y la dependencia de una interacción sincrónica. A pesar de ello, en tiempos de pandemia, la radio y la televisión cobraron relevancia como herramientas educativas cruciales, especialmente para poblaciones vulnerables sin acceso a Internet o dispositivos digitales.
El confinamiento en 2020 subrayó la importancia de los medios convencionales para asegurar la continuidad educativa. La radio y la televisión permitieron llegar a estudiantes en regiones con baja conectividad, especialmente en países con altas tasas de desconexión, como varias naciones africanas y del sur de Asia. Según estudios, más del 75% de los países recurrieron a la televisión, y el 58% a la radio como soporte educativo durante el confinamiento. Estos medios fueron empleados junto con materiales impresos o guías complementarias, facilitando así el aprendizaje a distancia en entornos donde el acceso digital era limitado.
Si bien el entorno educativo actual está cada vez más orientado a lo digital, aún existe un porcentaje significativo de la población mundial que carece de acceso estable a Internet, lo que hace que tecnologías más tradicionales sigan siendo relevantes. De hecho, se aboga por no relegar estos medios analógicos, sino integrarlos en propuestas educativas omnicanal que puedan adaptarse a distintas necesidades y contextos, combinando lo digital con lo convencional para maximizar el alcance y la eficacia del aprendizaje.
La evidencia muestra que los medios audiovisuales, cuando se utilizan adecuadamente, pueden no solo complementar la educación digital, sino también aumentar la motivación de los estudiantes, quienes se sienten más interesados y satisfechos al participar en procesos de aprendizaje que incluyen estos formatos.
El documento sonoro ha jugado un rol central en la educación no presencial, siendo la radio uno de sus componentes más destacados. Desde sus inicios, el audio ha permitido transmitir información y facilitar el aprendizaje a través de la voz, especialmente en contextos donde el texto escrito no era suficiente. La radio, al ser un medio de comunicación masiva, se ha empleado históricamente para acompañar la educación de estudiantes alejados de centros urbanos o en situaciones con acceso limitado a recursos educativos.
En sus primeras etapas, la radio educativa enfrentó limitaciones, como la falta de interactividad y la dependencia de horarios específicos. Sin embargo, su bajo coste, fácil acceso y amplia cobertura la hicieron una herramienta invaluable en sistemas de educación a distancia, especialmente en países y comunidades con escasos recursos tecnológicos. Además, la radio ha demostrado su capacidad para adaptarse a la era digital, a través de formatos modernos como los podcasts, lo que permite a los estudiantes acceder a contenidos educativos en cualquier momento y lugar, mitigando las restricciones de la programación en vivo.
La radio ha sido particularmente útil en la educación universitaria a distancia, donde se utiliza para complementar el material impreso, proporcionando información actualizada, así como contenido valioso en forma de entrevistas, debates y conferencias. Sus ventajas incluyen la ubicuidad y facilidad de uso en situaciones en las que otros medios, como el texto o el vídeo, son menos prácticos, como en movimiento o en entornos de trabajo. La falta de dependencia de una conexión a Internet o de electricidad, cuando se usa un transistor de pilas, refuerza su aplicabilidad en contextos de bajos recursos.
Durante la pandemia de COVID-19, la radio jugó un papel crucial en asegurar la continuidad educativa, especialmente en áreas con limitaciones de conectividad. Naciones Unidas destacó su importancia para evitar el abandono escolar en miles de jóvenes que no tenían acceso a plataformas digitales. La radio se mostró así como un medio de comunicación confiable y accesible, que no solo facilitó el aprendizaje en tiempos de confinamiento, sino que también ayudó a combatir la desinformación.
Asegura el autor que, aunque la tecnología digital ha transformado el panorama educativo, la radio sigue siendo una herramienta relevante y efectiva, especialmente en contextos con dificultades de acceso a internet o dispositivos electrónicos. Su potencial para complementar el aprendizaje en combinación con otros medios resalta su adaptabilidad y su perdurabilidad en la educación a distancia, demostrando ser una tecnología que, aunque sencilla, sigue respondiendo a las necesidades educativas actuales en distintos entornos del mundo.
El audiocasete, introducido en los años 60, fue un recurso clave en la educación a distancia, complementando limitaciones de la radio gracias a su bajo coste, durabilidad y facilidad de uso. Su impacto en instituciones como la Open University fue significativo, ya que permitió grabar y reproducir audio de manera accesible. Este formato fue utilizado ampliamente en universidades y centros de educación a distancia en las décadas de los 70 y 80, consolidando al audiocasete como un recurso educativo popular que facilitó la enseñanza fuera del entorno presencial. Posteriores dispositivos y formatos digitales como el DAT, el MP3 y el CD-RW ampliaron las posibilidades de aprendizaje autónomo a través del audio.
El podcast puede considerarse el heredero moderno del audiocasete. Con la expansión de internet y los dispositivos móviles, el podcast se ha consolidado como un recurso efectivo para el aprendizaje, especialmente en entornos universitarios. Ofrece una mayor flexibilidad que la radio tradicional y permite al estudiante reproducir, pausar y retroceder el contenido a su conveniencia. Los podcasts facilitan la comunicación, la colaboración y el aprendizaje autónomo, promoviendo la organización y gestión del tiempo. Aunque las características pedagógicas del audio han mostrado una consistencia a lo largo del tiempo, su potencial educativo actual no está siendo plenamente aprovechado, con la pandemia de COVID-19 actuando como un catalizador para su revalorización como herramienta de enseñanza.
La evolución de los recursos audiovisuales en la educación ha seguido una trayectoria de creciente sofisticación y accesibilidad, empezando por las imágenes estáticas y la radio, hasta llegar a la televisión, el vídeo y, más recientemente, la videoconferencia. Cada uno de estos medios ha añadido nuevas posibilidades pedagógicas y ha ampliado la capacidad de la educación a distancia y presencial para llegar a audiencias más diversas y numerosas. Este análisis revisa el papel y los desafíos de estos recursos, en especial a raíz de su expansión durante la pandemia de COVID-19, y destaca la importancia de una integración estratégica y bien planificada de los mismos en la educación contemporánea.
Inicialmente, el uso de imágenes y el audio (radio o programas grabados) complementaban la educación en aula y en remoto, permitiendo a los docentes ilustrar y reforzar conceptos visual y auditivamente. Sin embargo, con el avance de la tecnología, el cine y la televisión introdujeron la capacidad de transmitir contenido educativo de forma masiva. El cine, aunque efectivo, tuvo un impacto limitado en la educación debido a su alto costo y dificultad para llegar a un público amplio. La televisión, en cambio, se consolidó como un recurso educativo más accesible, especialmente en países y regiones donde el acceso a internet es limitado. La televisión educativa ha demostrado ser eficaz en mejorar el aprendizaje de conceptos básicos y habilidades de razonamiento social. Su capacidad de alcance masivo y de promover la igualdad de oportunidades educativas la ha hecho una herramienta crucial, sobre todo en contextos de bajos recursos.
Durante la pandemia de COVID-19, muchos países recurrieron a la televisión para continuar con la educación de los estudiantes ante el cierre de las escuelas. Desde programas grabados y específicos para grupos de edad, hasta iniciativas nacionales de programación educativa, la televisión se utilizó en una variedad de formatos. En Perú, por ejemplo, donde solo una pequeña fracción de los estudiantes tenía acceso a una computadora en casa, las clases televisadas se convirtieron en el principal medio de educación. Este fenómeno se repitió en países con limitada cobertura de internet, como Indonesia y Brasil, donde millones de estudiantes siguieron clases transmitidas por televisión.
La televisión educativa presenta, no obstante, limitaciones como la falta de interactividad, la rigidez de los horarios y la necesidad de seguir un ritmo predeterminado de emisión. Estos inconvenientes llevaron a la adopción del vídeo como recurso complementario, ya que este permite grabar, almacenar y reproducir contenidos a conveniencia. El vídeo combinó texto, audio e imágenes en un mismo recurso, incrementando las posibilidades educativas de manera significativa. Inicialmente, los vídeos se presentaban en formatos analógicos como VHS y Super-8, pero la digitalización y el desarrollo de plataformas en línea han ampliado las opciones para integrar el vídeo en la educación. El vídeo ha proliferado en universidades y centros de formación, tanto en cursos formales como en MOOCs y programas de aprendizaje autodirigido. Hoy en día, plataformas como YouTube y Khan Academy ofrecen una abundante biblioteca de recursos educativos en vídeo.
El vídeo educativo también ha evolucionado en términos de formato, desde grabaciones simples de clases presenciales hasta vídeos producidos profesionalmente con técnicas avanzadas. Estudios recientes sugieren que los vídeos educativos más cortos, que combinan la imagen del instructor con diapositivas y que transmiten un toque personal, son más efectivos en captar la atención de los estudiantes. Sin embargo, el uso efectivo del vídeo en la educación requiere que esté plenamente integrado en la planificación del curso y adaptado a las necesidades del estudiante, lo cual demanda un esfuerzo considerable en su producción y diseño.
La videoconferencia representa la fase más reciente de la evolución de los recursos audiovisuales en la educación. Este medio permite una interacción bidireccional en tiempo real, acercando la experiencia de la clase presencial a la distancia y reduciendo el sentimiento de aislamiento que puede acompañar a la educación a distancia. Durante la pandemia, la videoconferencia se convirtió en un recurso indispensable en todos los niveles educativos, permitiendo que estudiantes y profesores se conectaran de manera síncrona. Su uso efectivo requiere tanto la selección adecuada de plataformas como la capacitación de docentes en estrategias pedagógicas que aprovechen sus posibilidades interactivas.
La integración digital de estos recursos audiovisuales ha sido impulsada en los últimos años por la expansión de la banda ancha, la proliferación de dispositivos móviles y el desarrollo de plataformas de vídeo en línea. Sin embargo, pese a sus beneficios y a la gran cantidad de material disponible, muchas instituciones educativas aún no han explotado sistemática ni programadamente el potencial del vídeo y la televisión en sus programas. La crisis sanitaria generada por el COVID-19 ha servido como catalizador para esta adopción, pero queda mucho por explorar en cuanto a estrategias que optimicen su impacto pedagógico.
En conclusión, los recursos audiovisuales como la televisión, el vídeo y la videoconferencia son herramientas valiosas para la educación actual, pero su uso debe ser meticulosamente planificado y contextualizado según las necesidades de los estudiantes y los objetivos de aprendizaje. La televisión y la radio continúan siendo útiles en contextos de bajos recursos, mientras que el vídeo y la videoconferencia ofrecen un potencial de interactividad y personalización que está transformando la enseñanza a distancia y presencial. La producción de vídeos educativos de calidad exige un esfuerzo considerable, pero sus beneficios pueden ser multiplicadores debido a su capacidad de reutilización. A medida que la tecnología avanza, los docentes y las instituciones deben aprovechar estas herramientas, no solo para enriquecer la experiencia de aprendizaje, sino también para superar las barreras de acceso y adaptar los contenidos educativos a una audiencia global y diversa.
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García Aretio (13 de noviembre de 2024). La utilidad educativa de radio, tv, audio y video en la sociedad digital (Lo más de RIED-56). Contextos universitarios mediados. Recuperado 18 de noviembre de 2024 de https://doi.org/10.58079/12o8i
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