martes, 15 de octubre de 2024

Qué es el pensamiento computacional (Lo más de RIED-48)

 Por Lorenzo García Aretio

Hoy exponemos una síntesis de aspectos esenciales del décimo artículo de RIED más citado de 2021, de entre todos los publicados (34) en ese año, Vols. 24(1) y 24(2). Es decir, uno de los artículos de RIED que más impacto han generado. Al final aparece la referencia del trabajo y el enlace para poder consultarlo, junto a las fuentes bibliográficas del artículo. Las citas en este caso hasta el día de la fecha en Google Scholar, son un total de 70. Y, por otra parte, aquí se muestran todos los artículos resumidos en esta serie.

El artículo aborda la tendencia educativa global hacia la integración de competencias digitales en el currículo educativo, enfocándose en el desarrollo del pensamiento computacional. Este término, inicialmente ligado al ámbito de la informática, ha ganado relevancia en diversas áreas profesionales y entre grupos interesados en adoptar un enfoque innovador para abordar problemas cotidianos.

El objetivo principal que se plantean los autores del trabajo es definir el pensamiento computacional y explorar su aplicación en la educación para mejorar la capacidad de los estudiantes para resolver problemas complejos. Se realiza una revisión de la literatura y documentos relevantes para proporcionar una comprensión completa del tema, desde las primeras aproximaciones de Seymour Papert en las décadas de 1960 y 1970, hasta las perspectivas contemporáneas.

El pensamiento computacional se fundamenta en el desarrollo de habilidades cognitivas a través del aprendizaje de la programación y el diseño de algoritmos. Estas habilidades se consideran esenciales para la adquisición de competencias mentales superiores que permiten abordar problemas de manera eficaz. Papert, pionero en este campo, destacó la importancia de enseñar programación desde una edad temprana, promoviendo un enfoque educativo basado en la resolución de problemas.

El concepto de pensamiento computacional evolucionó a lo largo del tiempo, pasando de ser un término técnico a una competencia esencial para todos los individuos. Wing (2006) lo define como un conjunto de habilidades mentales aplicables en diversas situaciones, incluyendo el diseño de sistemas y la comprensión del comportamiento humano. Esta definición amplia ha tenido un impacto significativo en la educación, influenciando la forma en que se enseña y se aprende en todas las disciplinas.

En todo caso, a pesar de los esfuerzos por definir el pensamiento computacional de manera consensuada, no existe una definición formal aceptada por la comunidad científica. Esto ha llevado a una diversidad de interpretaciones y enfoques en su implementación en el currículo educativo. Sin embargo, se reconoce su importancia en un mundo cada vez más digitalizado, donde las habilidades tecnológicas son fundamentales para el éxito personal y profesional.

Así, el pensamiento computacional representa un enfoque de resolución de problemas que trasciende el ámbito de la informática, siendo relevante para todas las áreas del conocimiento. Su integración en la educación busca preparar a los estudiantes para enfrentar los desafíos de un mundo digital en constante evolución, potenciando su capacidad para pensar de manera crítica y creativa ante situaciones complejas. Sin embargo, su definición y aplicación siguen siendo temas de debate y exploración en la comunidad educativa y científica.

Se revisaron más de 100 documentos de los cuales se extrajeron las definiciones que se sistematizan en el artículo. Pues bien, tras esa revisión sistemática de diferentes definiciones, la mayoría de ellas hacen énfasis en el pensamiento computacional como un proceso mental mediante el cual los individuos formulan preguntas, operacionalizan problemas y los resuelven utilizando estrategias basadas en la construcción y análisis de algoritmos, aplicando sus habilidades y herramientas mentales.

A pesar de las similitudes entre las definiciones, existen discrepancias que han generado un prolongado debate sobre la definición precisa del término. Se ha discutido si el pensamiento computacional es exclusivo de profesionales de la computación o si debe ser considerado desde cualquier contexto, extendiéndose más allá de la programación y el diseño de algoritmos para involucrar la forma en que se piensa y se abordan los problemas cotidianos.

Algún autor ha criticado las definiciones del pensamiento computacional por su supuesto énfasis excesivo en la informática y por las promesas exageradas sobre su utilidad. Se destaca la importancia de comprender que el pensamiento computacional es una configuración mental aplicable en diversos contextos, más allá de la programación, que puede beneficiar a cualquier usuario al desarrollar habilidades de lógica y abstracción.

Se sugiere que la integración del pensamiento computacional en el currículo escolar desde etapas tempranas podría ser beneficiosa, pero se advierte que la enseñanza de la programación no garantiza el pleno desarrollo del pensamiento computacional. Se señala la necesidad de establecer directrices claras para su implementación en el aula y de integrarlo de manera transversal en diversas asignaturas.

Desde una perspectiva económica, se argumenta que el conocimiento en tecnología y pensamiento computacional es fundamental en un mercado laboral cada vez más digitalizado. La demanda de programadores y desarrolladores de sistemas es creciente, lo que resalta la importancia de que los individuos adquieran habilidades en estas áreas desde la educación primaria.

Desde una perspectiva educativa, se destaca que el pensamiento computacional forma parte de la nueva alfabetización digital necesaria en el siglo XXI. Se propone integrarlo en el currículo escolar para fortalecer el desarrollo integral de los estudiantes y prepararlos para enfrentar los desafíos del mundo actual.

En conclusión, se enfatiza la importancia del pensamiento computacional como una habilidad fundamental para el desarrollo personal y profesional en la era digital. Su integración en el currículo escolar y su aplicación en diversos contextos pueden contribuir al fortalecimiento de las habilidades cognitivas y al desarrollo de soluciones innovadoras para los problemas del mundo contemporáneo.

Tomado de Contextos universitarios mediados

lunes, 14 de octubre de 2024

Encontrar libros de texto gratuitos en línea en directorios de Recursos Educativos Abiertos

 Tomado de Universo Abierto


Walters, William H. 2024. «Finding Free OER Textbooks Online: Untangling the Web». Publications 12 (4): 32. https://doi.org/10.3390/publications12040032.

Aunque los OER ayudan a reducir costos y a mejorar el acceso a materiales educativos, encontrar buenos libros de texto sigue siendo un problema debido a la baja calidad de muchos directorios de OER. La investigación aborda los desafíos que enfrentan los académicos para identificar libros de texto de calidad dentro de los Recursos Educativos Abiertos (OER, por sus siglas en inglés).

El estudio evaluó más de 350 recursos relevantes, identificando 95 directorios multidisciplinarios y 23 directorios limitados a ciertas disciplinas que contienen una alta proporción de libros de texto gratuitos. Se proporcionó información comparativa de 118 directorios, destacando aquellos con altos niveles de precisión, criterios claros de selección y libros de texto de buena calidad. Entre los directorios más útiles se destacan tres: Open Textbook LibraryB.C. Open Collection y LibreTexts Commons.

Los 95 directorios multidisciplinarios varían ampliamente en tamaño, desde 10 hasta más de 455,000 ítems, con una media de 9329 y una mediana de 280. La correlación entre el número total de ítems y el número de libros de texto es baja (r = 0.48), indicando que directorios más grandes no necesariamente contienen más libros de texto. Los productores principales de estos directorios son universidades y agencias gubernamentales canadienses.

El estudio concluye que, al concentrarse en estos directorios de alta calidad, se puede superar la principal barrera para la adopción de libros de texto OER: la dificultad para identificar títulos adecuados que reemplacen los textos convencionales.

Se recomienda a autores y editores asegurar que sus libros de texto OER estén incluidos en los directorios más útiles, promover estos directorios como mecanismos superiores de descubrimiento y mantener altos estándares de calidad. Además, es crucial enfocarse en directorios específicos de libros de texto para mejorar la accesibilidad y adopción de OER en la educación.

Tomado de Universo Abierto

lunes, 7 de octubre de 2024

El pensamiento computacional en la educación básica

 Por Melissa Guerra Jáuregui.


A veces se piensa que el pensamiento computacional está relacionado exclusivamente con la informática y los sistemas computacionales, y que es una capacidad que solo puede ser desarrollada por aquellos con disposición matemática.

Sin embargo, para el ámbito educativo este tipo de competencia puede ser desarrollada a edades tempranas, tomando un rol fundamental para la formación integral en la educación moderna.

Enfoques del pensamiento computacional

Antes de formular una definición, hay que entender que existen tres perspectivas del pensamiento computacional (PC) en la literatura, las cuales han ayudado al desarrollo del concepto:

  • Enfoque disciplinario: surge del pensamiento algorítmico (habilidad de resolver problemas mediante una serie de pasos) de los años 50. Se concibe como un método, es decir, una forma de pensar y hacer que se desarrolla por medio de las prácticas de programación. Por tanto, ven al PC como un proceso de pensamiento implicado en la formulación de problemas, con el fin de que las soluciones se representen como pasos computacionales y algoritmos.
  • Enfoque psicológico: su enfoque central estuvo más en el pensamiento que en el cómputo (cálculo). Se conceptualizó el procesamiento de la información en la mente humana y el uso de la computadora para simular el desempeño humano en la resolución de problemas. Hay que resaltar que en ese tiempo no se sabía mucho sobre la existencia de los procesos de información y la computación en la naturaleza (que en la actualidad se sabe que sí existen).
  • Enfoque educativo: se divide en las siguientes ópticas.
    • Disciplinario: toma en cuenta las bases del PC tradicional (explicado en el primer punto) en el desarrollo de un currículo integrado con programación e informática en la educación básica.

    • Mundo digital: está ligado con el concepto de alfabetización digital y su importancia en la educación STEM como un elemento integral de la educación.

    • Más allá de programación: es la visión del PC que integra un enfoque más social, es decir, que trasciende su enfoque tradicional para ocuparse de su utilidad para cada disciplina, siendo un recurso fundamental para toda la sociedad en general.

¿Qué es el pensamiento computacional?

En sus inicios, el pensamiento computacional estaba ligado con el diseño de algoritmos. No fue hasta el año de 1950, cuando surgió el campo de las ciencias de la computación, que este término comenzó a tomar forma.

Una definición simplificada para interpretar esta visión en la educación sería que son aquellos procesos que le permiten al estudiante resolver problemas de forma sistemática y lógica (habilidad de resolución de problemas) mediante el conocimiento de los conceptos de la informática (abstracción, descomposición, reconocimiento de patrones, etc.) y de los agentes programables (herramientas educativas como robots educativos, avatars, entre otros) y su aplicación en la vida diaria.

¿Por qué es importante?

El pensamiento computacional no solo es indispensable para el desarrollo de competencias para el siglo XXI y la sociedad digital. Wing (2006) menciona que este representa una actitud universalmente aplicable y un conjunto de habilidades que todos pueden aprender y usar.

Por esta razón, las y los niños no solo deberían desarrollar habilidades relacionadas con la lectura y escritura, sino algunas otras presentes en el PC, tales como el pensamiento lógico, las habilidades de abstracción (identificar patrones, simplificar, generalizaciones, categorización), entre otras. Su incorporación a la educación básica es clave para que los estudiantes obtengan estas competencias y puedan desarrollarse plenamente en el mundo actual.

Beneficios

Estas son algunas de las ventajas de su implementación en el aula:

Metacognición y el pensamiento computacional

De forma general, la metacognición es fundamental para el aprendizaje efectivo. Esta habilidad tiene dos perspectivas: el conocimiento metacognitivo (conocimiento y creencias propias del mundo) y las habilidades metacognitivas (capacidad de controlar y monitorear los procesos cognitivos propios). Tomaremos en cuenta la segunda.

Con la segunda perspectiva en mente, la implementación de estrategias metacognitivas tiene ventajas significativas dentro del proceso de aprendizaje:

  • Promueve el desarrollo intelectual y académico.
  • Fomenta la gestión del aprendizaje.
  • Aumenta la habilidad de resolución de problemas.
  • Impulsa la capacidad de transferencia del aprendizaje en nuevas situaciones.
  • Favorece las habilidades matemáticas, así como las relacionadas con la lectura y escritura (vocabulario y comprensión lectora).

Pero ¿cómo se integra el PC con la metacognición? Esto se logra a través de la implementación de los conceptos del pensamiento computacional a las estrategias de metacognición.

Por ejemplo, (en un proceso de planeación) la descomposición y los algoritmos son de utilidad a la hora de resolver un problema (cómo realizar un plan), puesto que se necesita dividir el problema en partes más pequeñas (descomposición) y desarrollar pasos secuenciales para resolverlo (algoritmo).

¿Cómo se puede aplicar?

De acuerdo con la Sociedad Internacional para la Tecnología en Educación (ISTE por sus siglas en inglés), existen cuatro habilidades de razonamiento clave dentro del PC:

  • Descomposición: analizar un problema y separarlo en partes fáciles de manejar.
  • Abstracción: priorizar lo importante y más relevante, dejando fuera lo que es innecesario.
  • Reconocimiento de patrones: identificar similitudes y diferencias o patrones.
  • Algoritmo: planear los pasos a seguir o reglas para resolver un problema.

Para implementar cualquier tipo de actividad en el aula es fundamental tomar en cuenta el desarrollo de las y los niños en este nivel educativo. Por esta razón, algunas de las actividades tendrán que ser adaptadas, con el propósito de que el aprendizaje sea óptimo y significativo, cumpliendo a su vez con los objetivos planeados y esperados.

El pensamiento computacional es crítico para que los estudiantes desarrollen habilidades que posteriormente culminen en competencias útiles para su vida estudiantil, así como para que puedan resolver problemas en su día a día.

Tomado de EDUNEWS del Tec de Monterrey. 

viernes, 4 de octubre de 2024

Día Internacional de la Paz: ¿Qué es la educación para la paz y por qué es importante?

 Por Sonia Suárez y Nathalie Alvarado

La violencia juvenil ensombrece a América Latina y el Caribe (ALC), una región que se enfrenta a una de las tasas de homicidio juvenil más altas del mundo. De hecho, los jóvenes de entre 15 y 29 años tienen trágicamente tres veces más probabilidades de ser víctimas de homicidio que la media mundial, con una tasa que se dispara a 18 por cada 100.000.

La violencia juvenil es un problema complejo en el que influyen diversos factores: (i) individuales (traumas y abusos en la infancia, violencia intrafamiliar, etc.), (ii) interpersonales y comunitarios (barrios violentos, compañeros delincuentes, presencia de bandas, etc.), y (iii) sociales e institucionales (escasas oportunidades educativas y laborales, instituciones gubernamentales débiles, etc.). Las consecuencias de la violencia juvenil incluyen muertes, lesiones, discapacidades y problemas de salud duraderos, como el aumento de los comportamientos de riesgo y los problemas de salud mental. Además, la violencia juvenil está correlacionada con un mayor abandono escolar, efectos adversos en el desarrollo cognitivo y menores oportunidades para que los jóvenes se comprometan positivamente con sus comunidades. 

Aunque sentirse seguro en la escuela aumenta el rendimiento académico y el sentido de pertenencia a la escuela, una parte relevante de los alumnos de la región participantes en PISA 2022 declararon no sentirse seguros en su aula (entre el 6% y el 10%) o en otros lugares de la escuela (entre el 8% y el 14%). 

Estos retos afectan profundamente al aprendizaje de los alumnos y al potencial futuro de toda una generación. En este Día Internacional de la Paz, es hora de centrarnos en romper este ciclo fomentando la educación para la paz.

¿Qué es la educación para la paz?

La educación para la paz Educación para la no violencia y la paz implica la formación y las habilidades que fomentan una cultura de paz basada en los derechos humanos. No sólo proporciona conocimientos, sino que también desarrolla las habilidades y actitudes necesarias para el reconocimiento y la resolución de conflictos, y para promover activamente la paz y la no violencia. Los objetivos de aprendizaje incluyen la comprensión de la violencia, la creación de capacidades para responder de forma constructiva y el conocimiento de alternativas a la violencia. Más concretamente, ¿cómo podemos dotar a los jóvenes de oportunidades para fomentar la paz y crear un futuro mejor para ALC?

Ciudadanía global y educación para la paz – Estrategias clave para prosperar

Para el BID, las competencias de ciudadanía mundial abarcan una comprensión y un compromiso polifacéticos con el mundo, haciendo hincapié en el sentido de pertenencia a una comunidad más amplia y reconociendo la interconexión entre los contextos local, nacional y mundial, lo que implica dimensiones cognitivas, socioemocionales y de comportamiento. Estas competencias se estructuran en cuatro conjuntos de competencias (i) cívicas, (ii) género y diversidad, (iii) ciudadanía verde, y (iv) derechos humanos y paz.

Un enfoque holístico en el proceso de aprendizaje es esencial para dotar a los alumnos de una profunda comprensión de las responsabilidades y la capacidad de acción que pueden tener para mejorar sus sociedades.  Los sistemas escolares pueden ser poderosos promotores de este proceso impartiendo educación para la paz tanto en los planes de estudio como en las actividades extraescolares y capacitando a los profesores para ello.

Al conocer los principios de los derechos humanos, el origen del derecho humanitario, los métodos de resolución de conflictos, la comprensión de los sesgos y prejuicios y las estrategias para promover la paz, la justicia y la tolerancia, los alumnos desarrollan también aptitudes esenciales para prosperar en el siglo 21. En este proceso holístico, la educación para la paz debe caminar de la mano de la enseñanza de habilidades socioemocionales.  La atención plena, la empatía y la compasión son grandes ejemplos de estas competencias esenciales.

Empatía y compasión: capacidades para una comprensión profunda a todos los niveles

La empatía y la compasión son habilidades vitales para el desarrollo emocional y social, que motivan comportamientos prosociales y la resolución eficaz de conflictos, por lo que son clave para la promoción de la paz en todos los niveles y contextos. La empatía implica comprender las emociones de los demás, mientras que la compasión impulsa acciones para aliviar su sufrimiento. Estas habilidades pueden desarrollarse mediante programas educativos e intervenciones como la atención plena y la formación en inteligencia emocional.

Y también pueden medirse. En 2019 ERCE midió la empatía en  estudiantes de 6to grado utilizando ítems tipo Likert. Encontraron que los alumnos de 6to grado en la región reportan niveles moderadamente altos de empatía y que es más alta para las estudiantes mujeres (16 de 16 países), para los que asistieron a preescolar (5/16 países) y para los niños con antecedentes socioeconómicos más altos (10/16 países). Además, la empatía tiende a ser baja cuando existen altos niveles de victimización del alumno en la escuela (7/16 países) o de interrupción en el aula (11/16 países). El estudio destaca el potencial que tienen las escuelas latinoamericanas para mejorar las habilidades socioemocionales si se implementan como parte de la política educativa de la región.

Descarga aquí el brief sobre empatía y compasión.

Atención plena: prestar atención al momento presente sin juzgarlo

Aunque no hay muchas maneras de medir atención plena como las que hay sobre otras habilidades del siglo 21, la bibliografía sugiere que ha ido adquiriendo más relevancia con el tiempo. La atención plena puede considerarse una habilidad relacionada con la paz porque está vinculada a la autoconciencia y la autorregulación, por lo que es crucial para mejorar el bienestar. También está relacionada con la mejora del aprendizaje y la cognición, la salud física y mental, y la conciencia emocional y del propio comportamiento, que son clave para el desarrollo de las personas y relevantes para crear un entorno no violento. Al igual que otras habilidades, la atención plena puede desarrollarse desde la infancia hasta la edad adulta a través de diferentes estrategias dentro de programas educativos y prácticas como la meditación y el yoga.

Descarga aquí el brief sobre atención plena

¡Mantente conectado para leer más sobre habilidades de ciudadanía global! Presentaremos a autores como Enrique Chaux y Esperanza Torres Madroñero sobre la educación para la paz en contextos de transición tras un conflicto armado en América Latina.

Esta serie de blogs forma parte de la Iniciativa Habilidades para la Vida, un esfuerzo del Banco Interamericano de Desarrollo para desarrollar competencias cruciales entre los niños, niñas y jóvenes de América Latina y el Caribe y abordar la brecha de competencias profundamente presente en nuestra región. 

Tomado de Enfoque educación. Blog del BID

jueves, 3 de octubre de 2024

Formación en IA educativa de calidad: una propuesta

 Por Ramón Besonias.



Ya me lo han confesado varios docentes y hace poco una compañera de centro lo reafirmaba. Me comentaba que fue a un curso de IA educativa y salió decepcionada porque era eminentemente teórico, sin aporte de vitaminas prácticas, ideas, orientación contextualizada, trasteo sobre la realidad del aula…

Una de las posibles causas de esto puede ser que los ponentes carezcan de suficiente experiencia real de uso didáctico de la IA y la suplan con paja teórica. Algunos de los ponentes no provienen de las etapas educativas de los asistentes al curso o son académicos que realizan labores de investigación, sin musculatura didáctica de trinchera. Incluso ponentes que no provienen del ámbito educativo sino empresarial, y carecen de experiencia sobre el terreno, diseñando cursos que no aportan contexto.
Cuando pregunto a los docentes que buscan con un curso sobre IA educativa, todos coinciden en que debe ser eminentemente práctico y contextualizado, que responda a necesidades reales de su trabajo en el aula. Reconocen que conocer las herramientas y reflexionar sobre los límites éticos y técnicos de la IA es necesario, pero ponen el acento en la praxis. Problema: pocos docentes tienen a día de hoy experiencia contrastada de uso de IA en sus aulas, más allá de un tímido escarceo o breves incursiones. Por eso, un curso de IA debe generar ganas de aplicar, de tal forma que aumente ese número de docentes con experiencia.

A mi juicio, el mejor modelo de formación en IA educativa sería el siguiente, en cuatro fases:
  • UNO. Una formación práctica y funcional en el manejo de herramientas generativas. Esta formación se combinaría con breve feedback que reflexionará sobre los límites éticos, detección de sesgos, optimización de datos…
  • DOS. Una formación en el propio centro educativo. Entre compañeros. Práctica y contextualizada. Objetivo: crear recursos educativos que se testen, evalúen y readapten en el aula. Experiencias individuales y cooperativas, entre docentes de igual área o proyecto.
  • TRES. Extender la formación a toda la comunidad educativa: alumnos y familias. Incluir en ese plan formativo elementos como el uso ético y creativo del dispositivo móvil y reflexionar sobre la ética y el impacto sobre la salud (alimentación y sueño). Una formación inclusiva, que desarrollen juntos docentes, alumnos y familias.
  • CUATRO. Integrar la IA en proyectos de centro: creación de contenido y recursos, gestión burocrática, proyectos didácticos y medios de evaluación.

Las mismas contingencias y limitaciones a las que se veía sometida hasta ahora la formación digital en educación lo está la IA: desconfianza y recelo hacia la tecnología, temor burocrático, desconocimiento y pereza, modelos individualistas de formación (pildorajes)... La formación en redes de proximidad es a la larga la mejor opción. Facilita el respeto a los ritmos y contextos de cada centro y docente, la inclusión de la comunidad, la reflexión y la acción compartidas, la evaluación a pie de trinchera, la toma de decisiones consensuada...

Los coordinadores TIC o ITED y un grupo reducido de docentes, a menudo contados con los dedos de una mano, pueden impulsar este proceso de aprendizaje con ayuda de departamentos de orientación, equipos directivos proactivos y facilitadores, centros de formación del profesorado y AMPAs. Igualmente, el coaprendizaje entre alumnos facilita y acelera el proceso de uso educativo de cualquier herramienta.

Los proyectos de digitalización, que incluirían la IA como un elemento más de aprendizaje, debieran adoptar un enfoque holístico, que incluya aspectos que condicionan e influyen en el uso de la tecnología: metodología y evaluación, rutinas de uso del móvil, sueño, alimentación y salud mental, didáctica de uso, proyectos creativos y colaborativos, detección de sesgos, fake y manipulación mediática...

Este modelo formativo requiere de las consejerías de educación un cambio de enfoque, de uno intrusivo a otro facilitador, del pildoraje al porfolio de centro, de la dotación indiscriminada a una adaptada a cada contexto, del congreso al taller colaborativo, del auge de la formación online -barata y solipsista- a una colectiva e integradora.

Los servicios de innovación debieran trascender el pildoraje, estilo formación en idiomas (A1, A2...), y empoderar de abajo arriba a los equipos de centro que están interesados en mejorar. Entre los puntos débiles que habría que reforzar:
  • Crear una comunidad activa y colaborativa de ITED (coordinadores TIC), formada en red, con apoyo institucional y en constante evaluación constructiva. En muchas comunidades, este cargo o función está abandonada a su suerte, cambian de responsable cada poco tiempo, sin formación ni una estructura que les apoye y forme. Debiera cuidarse a los ITED, son la base de comunidades educativas innovadoras, y descentralizan el proceso de formación, haciéndolo más contextualizado y flexible a las contingencias de cada centro. De hecho, los ITED debieran ser representantes de su centro en los centros de formación (CPR, en Extremadura); fusionar esa figura facilitaría sus competencias e integraría funciones similares o duplicadas, además de convertir al ITED en un dinamizador de proyectos de centro, con apoyo del servicio de innovación y los centros de formación locales.
  • Repensar el modelo formativo que ofrecen desde los servicios de innovación educativa, desfocalizando el apoyo institucional hacia los centros de formación de proximidad, coordinados con los ITED-dinamizadores de centro. Reducir la formación online a pildorajes breves que introduzcan en determinadas herramientas o contenidos, dejando el grueso del proceso formativo a los propios centros, que construirían porfolios personalizados, guiados y apoyados por los asesores de proximidad, y diseñarían su propio proyecto formativo. La idea es pasar de un modelo muy individualista a otro más integrativo, inclusivo y cooperativo. El servicio de innovación debiera dejar estar menos fagocitado por el plan de competencia digital y buscar un modelo más multicompetencial, que integre lo analógico con lo digital, y cuide que el proceso de digitalización no se reduzca a la mera instrucción individualizada, sin apoyo comunitario o refuerzo de la socialización del aprendizaje.
  • Flexibilizar los requisitos de formación prescriptiva, abriendo plazos, formatos y equipos que los forman. La formación debiera estar adaptada a las necesidades, ritmos y tiempos de los docentes y sus comunidades, y no a los tiempos y rutinas de trabajo de la administración que cumplimenta los documentos y redacta las normativas. Centros componiendo y evaluando su plan formativo, colaborando en redes de proximidad, entre centros y con otros docentes de otros centros, además de con el desarrollo comunitario de los barrios y otras instituciones del entorno.
  • Los servicios de innovación, centros de formación de proximidad, universidad e ITEDs debieran trabajar en redes horizontales de apoyo, formación y creación de contenido. Urge un espacio donde converjan estos agentes formativos, que operarían tanto a modo de think tanks reflexivos como equipos que consensuen propuestas metodológicas, generen contenidos libres, apoyen y asesoren a las comunidades educativas, diseñen planes formativos... Pero no de arriba abajo, sin intrusión, de manera asistencial, cooperativa. El objetivo es el alumnado y sus comunidades, su enriquecimiento compartido.
  • Apostar por la acreditación formativa del docente bajo un proceso horizontal, contextualizado, colectivo, de tal forma que cualquier docente que cambie de centro o se mantenga en él tenga el apoyo de una red emocional, formativa y de trabajo que le haga crecer como docente y genere sinergias con la comunidad educativa. El porfolio (docente y de centro) debiera sustituir a una forma excesivamente solipsista de concebir la formación. Fortalecer comunidades en vez de cuartear sin criterios integrativos los itinerarios formativos.
  • Eliminar la burocracia infértil y buscar nuevas formas de gestionar la infranqueable. Debieran ser los centros quienes determinen su propio porfolio, con documentos adaptados a sus necesidades, ritmos y formas de trabajo. Documentos breves, ágiles, de estructura flexible. No todo debe ser registrado. Solo aquello que en el proceso formativo y desarrollo de proyectos sea útil a la mejora de la calidad del aprendizaje. Buscar modelos de organización y gestión administrativa, contratar a más gestores técnicos y administrativos. Crear un equipo que se ocupe exclusivamente a reducir la burocracia y readaptar formas de organización interna de la administración educativa.
  • ¿Qué tal mejorar el presupuesto educativo? Las debilidades estructurales del sistema afectan a la calidad de la formación. Carga burocrática, ratios insufribles, dotaciones irregulares, modelos organizativos poco ágiles y funcionales... Todo esto y más acaba desmotivando al docente y debilitando la calidad del aprendizaje.
Tomado de IA educativa