lunes, 7 de octubre de 2024

El pensamiento computacional en la educación básica

 Por Melissa Guerra Jáuregui.


A veces se piensa que el pensamiento computacional está relacionado exclusivamente con la informática y los sistemas computacionales, y que es una capacidad que solo puede ser desarrollada por aquellos con disposición matemática.

Sin embargo, para el ámbito educativo este tipo de competencia puede ser desarrollada a edades tempranas, tomando un rol fundamental para la formación integral en la educación moderna.

Enfoques del pensamiento computacional

Antes de formular una definición, hay que entender que existen tres perspectivas del pensamiento computacional (PC) en la literatura, las cuales han ayudado al desarrollo del concepto:

  • Enfoque disciplinario: surge del pensamiento algorítmico (habilidad de resolver problemas mediante una serie de pasos) de los años 50. Se concibe como un método, es decir, una forma de pensar y hacer que se desarrolla por medio de las prácticas de programación. Por tanto, ven al PC como un proceso de pensamiento implicado en la formulación de problemas, con el fin de que las soluciones se representen como pasos computacionales y algoritmos.
  • Enfoque psicológico: su enfoque central estuvo más en el pensamiento que en el cómputo (cálculo). Se conceptualizó el procesamiento de la información en la mente humana y el uso de la computadora para simular el desempeño humano en la resolución de problemas. Hay que resaltar que en ese tiempo no se sabía mucho sobre la existencia de los procesos de información y la computación en la naturaleza (que en la actualidad se sabe que sí existen).
  • Enfoque educativo: se divide en las siguientes ópticas.
    • Disciplinario: toma en cuenta las bases del PC tradicional (explicado en el primer punto) en el desarrollo de un currículo integrado con programación e informática en la educación básica.

    • Mundo digital: está ligado con el concepto de alfabetización digital y su importancia en la educación STEM como un elemento integral de la educación.

    • Más allá de programación: es la visión del PC que integra un enfoque más social, es decir, que trasciende su enfoque tradicional para ocuparse de su utilidad para cada disciplina, siendo un recurso fundamental para toda la sociedad en general.

¿Qué es el pensamiento computacional?

En sus inicios, el pensamiento computacional estaba ligado con el diseño de algoritmos. No fue hasta el año de 1950, cuando surgió el campo de las ciencias de la computación, que este término comenzó a tomar forma.

Una definición simplificada para interpretar esta visión en la educación sería que son aquellos procesos que le permiten al estudiante resolver problemas de forma sistemática y lógica (habilidad de resolución de problemas) mediante el conocimiento de los conceptos de la informática (abstracción, descomposición, reconocimiento de patrones, etc.) y de los agentes programables (herramientas educativas como robots educativos, avatars, entre otros) y su aplicación en la vida diaria.

¿Por qué es importante?

El pensamiento computacional no solo es indispensable para el desarrollo de competencias para el siglo XXI y la sociedad digital. Wing (2006) menciona que este representa una actitud universalmente aplicable y un conjunto de habilidades que todos pueden aprender y usar.

Por esta razón, las y los niños no solo deberían desarrollar habilidades relacionadas con la lectura y escritura, sino algunas otras presentes en el PC, tales como el pensamiento lógico, las habilidades de abstracción (identificar patrones, simplificar, generalizaciones, categorización), entre otras. Su incorporación a la educación básica es clave para que los estudiantes obtengan estas competencias y puedan desarrollarse plenamente en el mundo actual.

Beneficios

Estas son algunas de las ventajas de su implementación en el aula:

Metacognición y el pensamiento computacional

De forma general, la metacognición es fundamental para el aprendizaje efectivo. Esta habilidad tiene dos perspectivas: el conocimiento metacognitivo (conocimiento y creencias propias del mundo) y las habilidades metacognitivas (capacidad de controlar y monitorear los procesos cognitivos propios). Tomaremos en cuenta la segunda.

Con la segunda perspectiva en mente, la implementación de estrategias metacognitivas tiene ventajas significativas dentro del proceso de aprendizaje:

  • Promueve el desarrollo intelectual y académico.
  • Fomenta la gestión del aprendizaje.
  • Aumenta la habilidad de resolución de problemas.
  • Impulsa la capacidad de transferencia del aprendizaje en nuevas situaciones.
  • Favorece las habilidades matemáticas, así como las relacionadas con la lectura y escritura (vocabulario y comprensión lectora).

Pero ¿cómo se integra el PC con la metacognición? Esto se logra a través de la implementación de los conceptos del pensamiento computacional a las estrategias de metacognición.

Por ejemplo, (en un proceso de planeación) la descomposición y los algoritmos son de utilidad a la hora de resolver un problema (cómo realizar un plan), puesto que se necesita dividir el problema en partes más pequeñas (descomposición) y desarrollar pasos secuenciales para resolverlo (algoritmo).

¿Cómo se puede aplicar?

De acuerdo con la Sociedad Internacional para la Tecnología en Educación (ISTE por sus siglas en inglés), existen cuatro habilidades de razonamiento clave dentro del PC:

  • Descomposición: analizar un problema y separarlo en partes fáciles de manejar.
  • Abstracción: priorizar lo importante y más relevante, dejando fuera lo que es innecesario.
  • Reconocimiento de patrones: identificar similitudes y diferencias o patrones.
  • Algoritmo: planear los pasos a seguir o reglas para resolver un problema.

Para implementar cualquier tipo de actividad en el aula es fundamental tomar en cuenta el desarrollo de las y los niños en este nivel educativo. Por esta razón, algunas de las actividades tendrán que ser adaptadas, con el propósito de que el aprendizaje sea óptimo y significativo, cumpliendo a su vez con los objetivos planeados y esperados.

El pensamiento computacional es crítico para que los estudiantes desarrollen habilidades que posteriormente culminen en competencias útiles para su vida estudiantil, así como para que puedan resolver problemas en su día a día.

Tomado de EDUNEWS del Tec de Monterrey. 

viernes, 4 de octubre de 2024

Día Internacional de la Paz: ¿Qué es la educación para la paz y por qué es importante?

 Por Sonia Suárez y Nathalie Alvarado

La violencia juvenil ensombrece a América Latina y el Caribe (ALC), una región que se enfrenta a una de las tasas de homicidio juvenil más altas del mundo. De hecho, los jóvenes de entre 15 y 29 años tienen trágicamente tres veces más probabilidades de ser víctimas de homicidio que la media mundial, con una tasa que se dispara a 18 por cada 100.000.

La violencia juvenil es un problema complejo en el que influyen diversos factores: (i) individuales (traumas y abusos en la infancia, violencia intrafamiliar, etc.), (ii) interpersonales y comunitarios (barrios violentos, compañeros delincuentes, presencia de bandas, etc.), y (iii) sociales e institucionales (escasas oportunidades educativas y laborales, instituciones gubernamentales débiles, etc.). Las consecuencias de la violencia juvenil incluyen muertes, lesiones, discapacidades y problemas de salud duraderos, como el aumento de los comportamientos de riesgo y los problemas de salud mental. Además, la violencia juvenil está correlacionada con un mayor abandono escolar, efectos adversos en el desarrollo cognitivo y menores oportunidades para que los jóvenes se comprometan positivamente con sus comunidades. 

Aunque sentirse seguro en la escuela aumenta el rendimiento académico y el sentido de pertenencia a la escuela, una parte relevante de los alumnos de la región participantes en PISA 2022 declararon no sentirse seguros en su aula (entre el 6% y el 10%) o en otros lugares de la escuela (entre el 8% y el 14%). 

Estos retos afectan profundamente al aprendizaje de los alumnos y al potencial futuro de toda una generación. En este Día Internacional de la Paz, es hora de centrarnos en romper este ciclo fomentando la educación para la paz.

¿Qué es la educación para la paz?

La educación para la paz Educación para la no violencia y la paz implica la formación y las habilidades que fomentan una cultura de paz basada en los derechos humanos. No sólo proporciona conocimientos, sino que también desarrolla las habilidades y actitudes necesarias para el reconocimiento y la resolución de conflictos, y para promover activamente la paz y la no violencia. Los objetivos de aprendizaje incluyen la comprensión de la violencia, la creación de capacidades para responder de forma constructiva y el conocimiento de alternativas a la violencia. Más concretamente, ¿cómo podemos dotar a los jóvenes de oportunidades para fomentar la paz y crear un futuro mejor para ALC?

Ciudadanía global y educación para la paz – Estrategias clave para prosperar

Para el BID, las competencias de ciudadanía mundial abarcan una comprensión y un compromiso polifacéticos con el mundo, haciendo hincapié en el sentido de pertenencia a una comunidad más amplia y reconociendo la interconexión entre los contextos local, nacional y mundial, lo que implica dimensiones cognitivas, socioemocionales y de comportamiento. Estas competencias se estructuran en cuatro conjuntos de competencias (i) cívicas, (ii) género y diversidad, (iii) ciudadanía verde, y (iv) derechos humanos y paz.

Un enfoque holístico en el proceso de aprendizaje es esencial para dotar a los alumnos de una profunda comprensión de las responsabilidades y la capacidad de acción que pueden tener para mejorar sus sociedades.  Los sistemas escolares pueden ser poderosos promotores de este proceso impartiendo educación para la paz tanto en los planes de estudio como en las actividades extraescolares y capacitando a los profesores para ello.

Al conocer los principios de los derechos humanos, el origen del derecho humanitario, los métodos de resolución de conflictos, la comprensión de los sesgos y prejuicios y las estrategias para promover la paz, la justicia y la tolerancia, los alumnos desarrollan también aptitudes esenciales para prosperar en el siglo 21. En este proceso holístico, la educación para la paz debe caminar de la mano de la enseñanza de habilidades socioemocionales.  La atención plena, la empatía y la compasión son grandes ejemplos de estas competencias esenciales.

Empatía y compasión: capacidades para una comprensión profunda a todos los niveles

La empatía y la compasión son habilidades vitales para el desarrollo emocional y social, que motivan comportamientos prosociales y la resolución eficaz de conflictos, por lo que son clave para la promoción de la paz en todos los niveles y contextos. La empatía implica comprender las emociones de los demás, mientras que la compasión impulsa acciones para aliviar su sufrimiento. Estas habilidades pueden desarrollarse mediante programas educativos e intervenciones como la atención plena y la formación en inteligencia emocional.

Y también pueden medirse. En 2019 ERCE midió la empatía en  estudiantes de 6to grado utilizando ítems tipo Likert. Encontraron que los alumnos de 6to grado en la región reportan niveles moderadamente altos de empatía y que es más alta para las estudiantes mujeres (16 de 16 países), para los que asistieron a preescolar (5/16 países) y para los niños con antecedentes socioeconómicos más altos (10/16 países). Además, la empatía tiende a ser baja cuando existen altos niveles de victimización del alumno en la escuela (7/16 países) o de interrupción en el aula (11/16 países). El estudio destaca el potencial que tienen las escuelas latinoamericanas para mejorar las habilidades socioemocionales si se implementan como parte de la política educativa de la región.

Descarga aquí el brief sobre empatía y compasión.

Atención plena: prestar atención al momento presente sin juzgarlo

Aunque no hay muchas maneras de medir atención plena como las que hay sobre otras habilidades del siglo 21, la bibliografía sugiere que ha ido adquiriendo más relevancia con el tiempo. La atención plena puede considerarse una habilidad relacionada con la paz porque está vinculada a la autoconciencia y la autorregulación, por lo que es crucial para mejorar el bienestar. También está relacionada con la mejora del aprendizaje y la cognición, la salud física y mental, y la conciencia emocional y del propio comportamiento, que son clave para el desarrollo de las personas y relevantes para crear un entorno no violento. Al igual que otras habilidades, la atención plena puede desarrollarse desde la infancia hasta la edad adulta a través de diferentes estrategias dentro de programas educativos y prácticas como la meditación y el yoga.

Descarga aquí el brief sobre atención plena

¡Mantente conectado para leer más sobre habilidades de ciudadanía global! Presentaremos a autores como Enrique Chaux y Esperanza Torres Madroñero sobre la educación para la paz en contextos de transición tras un conflicto armado en América Latina.

Esta serie de blogs forma parte de la Iniciativa Habilidades para la Vida, un esfuerzo del Banco Interamericano de Desarrollo para desarrollar competencias cruciales entre los niños, niñas y jóvenes de América Latina y el Caribe y abordar la brecha de competencias profundamente presente en nuestra región. 

Tomado de Enfoque educación. Blog del BID

jueves, 3 de octubre de 2024

Formación en IA educativa de calidad: una propuesta

 Por Ramón Besonias.



Ya me lo han confesado varios docentes y hace poco una compañera de centro lo reafirmaba. Me comentaba que fue a un curso de IA educativa y salió decepcionada porque era eminentemente teórico, sin aporte de vitaminas prácticas, ideas, orientación contextualizada, trasteo sobre la realidad del aula…

Una de las posibles causas de esto puede ser que los ponentes carezcan de suficiente experiencia real de uso didáctico de la IA y la suplan con paja teórica. Algunos de los ponentes no provienen de las etapas educativas de los asistentes al curso o son académicos que realizan labores de investigación, sin musculatura didáctica de trinchera. Incluso ponentes que no provienen del ámbito educativo sino empresarial, y carecen de experiencia sobre el terreno, diseñando cursos que no aportan contexto.
Cuando pregunto a los docentes que buscan con un curso sobre IA educativa, todos coinciden en que debe ser eminentemente práctico y contextualizado, que responda a necesidades reales de su trabajo en el aula. Reconocen que conocer las herramientas y reflexionar sobre los límites éticos y técnicos de la IA es necesario, pero ponen el acento en la praxis. Problema: pocos docentes tienen a día de hoy experiencia contrastada de uso de IA en sus aulas, más allá de un tímido escarceo o breves incursiones. Por eso, un curso de IA debe generar ganas de aplicar, de tal forma que aumente ese número de docentes con experiencia.

A mi juicio, el mejor modelo de formación en IA educativa sería el siguiente, en cuatro fases:
  • UNO. Una formación práctica y funcional en el manejo de herramientas generativas. Esta formación se combinaría con breve feedback que reflexionará sobre los límites éticos, detección de sesgos, optimización de datos…
  • DOS. Una formación en el propio centro educativo. Entre compañeros. Práctica y contextualizada. Objetivo: crear recursos educativos que se testen, evalúen y readapten en el aula. Experiencias individuales y cooperativas, entre docentes de igual área o proyecto.
  • TRES. Extender la formación a toda la comunidad educativa: alumnos y familias. Incluir en ese plan formativo elementos como el uso ético y creativo del dispositivo móvil y reflexionar sobre la ética y el impacto sobre la salud (alimentación y sueño). Una formación inclusiva, que desarrollen juntos docentes, alumnos y familias.
  • CUATRO. Integrar la IA en proyectos de centro: creación de contenido y recursos, gestión burocrática, proyectos didácticos y medios de evaluación.

Las mismas contingencias y limitaciones a las que se veía sometida hasta ahora la formación digital en educación lo está la IA: desconfianza y recelo hacia la tecnología, temor burocrático, desconocimiento y pereza, modelos individualistas de formación (pildorajes)... La formación en redes de proximidad es a la larga la mejor opción. Facilita el respeto a los ritmos y contextos de cada centro y docente, la inclusión de la comunidad, la reflexión y la acción compartidas, la evaluación a pie de trinchera, la toma de decisiones consensuada...

Los coordinadores TIC o ITED y un grupo reducido de docentes, a menudo contados con los dedos de una mano, pueden impulsar este proceso de aprendizaje con ayuda de departamentos de orientación, equipos directivos proactivos y facilitadores, centros de formación del profesorado y AMPAs. Igualmente, el coaprendizaje entre alumnos facilita y acelera el proceso de uso educativo de cualquier herramienta.

Los proyectos de digitalización, que incluirían la IA como un elemento más de aprendizaje, debieran adoptar un enfoque holístico, que incluya aspectos que condicionan e influyen en el uso de la tecnología: metodología y evaluación, rutinas de uso del móvil, sueño, alimentación y salud mental, didáctica de uso, proyectos creativos y colaborativos, detección de sesgos, fake y manipulación mediática...

Este modelo formativo requiere de las consejerías de educación un cambio de enfoque, de uno intrusivo a otro facilitador, del pildoraje al porfolio de centro, de la dotación indiscriminada a una adaptada a cada contexto, del congreso al taller colaborativo, del auge de la formación online -barata y solipsista- a una colectiva e integradora.

Los servicios de innovación debieran trascender el pildoraje, estilo formación en idiomas (A1, A2...), y empoderar de abajo arriba a los equipos de centro que están interesados en mejorar. Entre los puntos débiles que habría que reforzar:
  • Crear una comunidad activa y colaborativa de ITED (coordinadores TIC), formada en red, con apoyo institucional y en constante evaluación constructiva. En muchas comunidades, este cargo o función está abandonada a su suerte, cambian de responsable cada poco tiempo, sin formación ni una estructura que les apoye y forme. Debiera cuidarse a los ITED, son la base de comunidades educativas innovadoras, y descentralizan el proceso de formación, haciéndolo más contextualizado y flexible a las contingencias de cada centro. De hecho, los ITED debieran ser representantes de su centro en los centros de formación (CPR, en Extremadura); fusionar esa figura facilitaría sus competencias e integraría funciones similares o duplicadas, además de convertir al ITED en un dinamizador de proyectos de centro, con apoyo del servicio de innovación y los centros de formación locales.
  • Repensar el modelo formativo que ofrecen desde los servicios de innovación educativa, desfocalizando el apoyo institucional hacia los centros de formación de proximidad, coordinados con los ITED-dinamizadores de centro. Reducir la formación online a pildorajes breves que introduzcan en determinadas herramientas o contenidos, dejando el grueso del proceso formativo a los propios centros, que construirían porfolios personalizados, guiados y apoyados por los asesores de proximidad, y diseñarían su propio proyecto formativo. La idea es pasar de un modelo muy individualista a otro más integrativo, inclusivo y cooperativo. El servicio de innovación debiera dejar estar menos fagocitado por el plan de competencia digital y buscar un modelo más multicompetencial, que integre lo analógico con lo digital, y cuide que el proceso de digitalización no se reduzca a la mera instrucción individualizada, sin apoyo comunitario o refuerzo de la socialización del aprendizaje.
  • Flexibilizar los requisitos de formación prescriptiva, abriendo plazos, formatos y equipos que los forman. La formación debiera estar adaptada a las necesidades, ritmos y tiempos de los docentes y sus comunidades, y no a los tiempos y rutinas de trabajo de la administración que cumplimenta los documentos y redacta las normativas. Centros componiendo y evaluando su plan formativo, colaborando en redes de proximidad, entre centros y con otros docentes de otros centros, además de con el desarrollo comunitario de los barrios y otras instituciones del entorno.
  • Los servicios de innovación, centros de formación de proximidad, universidad e ITEDs debieran trabajar en redes horizontales de apoyo, formación y creación de contenido. Urge un espacio donde converjan estos agentes formativos, que operarían tanto a modo de think tanks reflexivos como equipos que consensuen propuestas metodológicas, generen contenidos libres, apoyen y asesoren a las comunidades educativas, diseñen planes formativos... Pero no de arriba abajo, sin intrusión, de manera asistencial, cooperativa. El objetivo es el alumnado y sus comunidades, su enriquecimiento compartido.
  • Apostar por la acreditación formativa del docente bajo un proceso horizontal, contextualizado, colectivo, de tal forma que cualquier docente que cambie de centro o se mantenga en él tenga el apoyo de una red emocional, formativa y de trabajo que le haga crecer como docente y genere sinergias con la comunidad educativa. El porfolio (docente y de centro) debiera sustituir a una forma excesivamente solipsista de concebir la formación. Fortalecer comunidades en vez de cuartear sin criterios integrativos los itinerarios formativos.
  • Eliminar la burocracia infértil y buscar nuevas formas de gestionar la infranqueable. Debieran ser los centros quienes determinen su propio porfolio, con documentos adaptados a sus necesidades, ritmos y formas de trabajo. Documentos breves, ágiles, de estructura flexible. No todo debe ser registrado. Solo aquello que en el proceso formativo y desarrollo de proyectos sea útil a la mejora de la calidad del aprendizaje. Buscar modelos de organización y gestión administrativa, contratar a más gestores técnicos y administrativos. Crear un equipo que se ocupe exclusivamente a reducir la burocracia y readaptar formas de organización interna de la administración educativa.
  • ¿Qué tal mejorar el presupuesto educativo? Las debilidades estructurales del sistema afectan a la calidad de la formación. Carga burocrática, ratios insufribles, dotaciones irregulares, modelos organizativos poco ágiles y funcionales... Todo esto y más acaba desmotivando al docente y debilitando la calidad del aprendizaje.
Tomado de IA educativa

martes, 1 de octubre de 2024

Hacer radio educativa en tiempos de la IA

 Por Ramón Besonías.

Imagen creada por este autor


El consumo de radio en la generación Z no ha muerto, pero ya no es el que caracterizaba a las generaciones precedentes. No solo cambió hace tiempo el dispositivo de consumo, también la forma de usarlo. Los jóvenes escuchan podcasts, no radio en directo, lo hacen en sus dispositivos móviles y cada vez más en formatos audiovisuales en aplicaciones como YouTube o TikTok. Si ampliamos el concepto de radio al consumo de audio, la perspectiva se amplifica. La generación Z cada vez escribe menos en sus móviles. Habla a través de directos o grabaciones de audio y vídeo. Estos audios suelen ser mensajes cortos, funcionales, o bien conversaciones largas que sustituyen a la quedada presencial. Cuando ven un vídeo de YouTube, no es raro comprobar que no lo miran, solo lo escuchan, a no ser que ofrezca un contenido visual relevante o atractivo. No llaman por teléfono, a no ser que sea para una urgencia. Las llamadas casi han desaparecido en sus hábitos cotidianos. El audio es el formato hegemónico en sus relaciones, pero también en su forma de conocer el mundo e informarse. 

Sería ingenuo pensar que esto no afecta a su forma de aprender. Hace años que utilizo audios breves para explicar conceptos e ideas en Historia de la Filosofía de 2º de Bachillerato. Los subo a un site de área y los alumnos que tienen dudas o quieren prepararse el contenido o repasar antes del examen, pueden tirar de ellos. ¿Resultado? Masivo. Lo que empezó como un experimento pedagógico se ha convertido en uno de los recursos más utilizados por mis alumnos. ¿Causa? Ya la podéis intuir. La oralidad es el lenguaje de la generación Z. Ni qué decir que los audios no solo son más motivadores que leer textos, sino que permiten una mayor retentiva a corto plazo, y combinados con el estudio de textos amplifican la comprensión lectora. 

Lo sé, no estoy hablando específicamente de radio, sino del impacto del lenguaje oral y el audio como nuevo vehículo de comunicación y conocimiento. Pero creo que es relevante hacerlo. Permite comprender que el uso educativo del audio, no solo de su formato de radio, ha impactado y reconfigurado la cabeza de nuestros alumnos, su motivación y entornos de interacción y estudio. En las universidades cada vez encuentran a más alumnos que desechan las clases presenciales y prefieren prepararse algunos contenidos a través de medios audiovisuales. Si preguntáramos a nuestros alumnos en qué medida verían con buenos ojos una enseñanza híbrida, donde la presencialidad se redujera, nos sorprendería el número de manos levantadas. 

Volvamos al asunto de la radio. Los jóvenes de ESO no consumen apenas podcasts, lo van haciendo en edades más avanzadas. Sí consumen reels, directos, vídeos, y hablan durante horas con sus amigos a través de redes sociales. El consumo de radio en directo es residual y se circunscribe a jóvenes que terminan estudios superiores o trabajan; el formato rey es el podcast pregrabado. A los alumnos de ESO les agrada hacer radio (en directo o grabada) en una emisora por lo que tiene de emocionante hablar frente a un micro e interactuar en grupo pequeño en un espacio acogedor y protegido. Sigue siendo un excelente recurso para quitar miedos, aprender a comunicarse y diseñar guiones de texto secuenciados. Este tipo de radio resistirá sin duda los embates de los cambios tecnológicos, pero no será nunca la radio preeminente en la vida cotidiana y académica de las próximas décadas. En cierto modo, la radio en emisora es un reducto numantino, una especie en extinción que merece proteger. 

Si ponemos este medio en conexión con lo dicho anteriormente sobre los hábitos de consumo en la generación Z, sin duda nos vemos obligados a ampliar nuestra perspectiva respecto a lo que llamamos radio, y ponerlo en un tapete más integrativo, en maridaje con otros medios, formatos y espacios de uso. La radio entendida así es parte de lo que podríamos llamar un proyecto lingüístico de centro, no un proyecto aislado del resto de objetivos y retos educativos. Marida con múltiples metodologías y otras muchas herramientas y proyectos. Todo proyecto de radio en un centro debiera trascender el mero uso residual basado en hacer esporádicamente un podcast con los alumnos, o preparar un evento en directo, y si acaso incluirlo en mi programación y memoria. Si cambiamos el concepto radio por el de audio(visual), la perspectiva crece y se enriquece. Utilizar audios no solo en formato radio-podcast, sino considerar el audio en sí mismo como un lenguaje que maridar con el texto y la imagen para provocar aprendizaje. ¿Por qué? Porque es el medio natural de aprendizaje de los alumnos de la generación Z, y más aún lo será de la Alfa, que llegar en un uno o dos años a los institutos de secundaria. La Alfa ya no tiene siquiera elementos de relación con otros formatos y usos. Es por entero digital y solo habla con el móvil, solo mira, no escribe en el dispositivo. 

Todo proyecto de radio debe ser sucursal de un proyecto más sistémico de alfabetización lingüística que hace tiempo dejó de reducirse a la mera lectura de libros o a la redacción escrita. No tiene sentido trabajar con radio como si bastara por sí misma, sin integrarla en objetivos más amplios, que trasciendan un área, competencia, medio, espacio... Hasta la fecha, las consejerías suelen tratar estos proyectos, separándolos del resto y dejando que el docente decida cómo integrarlos. Son proyectos de innovación estanco. Sería deseable en los servicios de innovación una mirada más holística, que concibiera todos estos proyectos dentro de un marco pedagógico y estratégico más amplio: el proyecto lingüístico de centro. De hecho, es una perogrullada decir esto. El objetivo más urgente de toda enseñanza obligatoria, incluso postobligatoria, es que el alumno comprenda, analice y reconstruya de forma crítica y creativa todo tipo de contenidos (escritos, de audio, vídeo, imágenes). Lo obvio, aquello que debiera ya estar conseguido a cierta edad no lo está y se ha convertido en la gran preocupación de todo docente, sea cual sea el nivel que imparta.  

¿Y qué tiene que ver esto con la IA? Mucho. La IA se integrará de forma absoluta en un par de años en todos los móviles, y lo hará mediante dictado de voz. La escritura será minoritaria en los hábitos de consumo, aunque seguirá maridando con mensajes audiovisuales, casi nunca verán textos sin imagen. Hablo en pasado, pero esta tendencia es ya hoy una realidad en aumento. En un día cualquiera, dentro del uso total que hace un alumno de su móvil, exclusivamente habla y ve, sin mediar texto escrito. No solo por el lenguaje que busca y que es desde hace tiempo consenso invisible en las nuevas generaciones, sino por la configuración del propio dispositivo, cada vez más encaminado a ver, escuchar y hablar. La IA añade un plus a esta tendencia: está transformando la forma de leer, buscar, analizar y crear contenidos. 2023 supuso un impacto para el lenguaje escrito, 2024 lo está siendo para el audiovisual, y 2025 lo será para las STEM, programación, matemáticas, física... Y todo ello bajo un entorno de comunicación, aprendizaje y trabajo multimodal integrativo. Ningún lenguaje aparecerá aislado del resto. Leer, ver, escuchar no son verbos divorciados para la generación Alfa. Podrán leer libros por mero disfrute, pero el elemento primordial será multimodal. Y la forma de interactuar con los dispositivos, primero móviles, tabletas y ordenadores, después aparatos domóticos de la casa y del transporte, será audio(visual). Hablaremos con cosas y congéneres.

Y dirás: Vale, pero la alfabetización sigue siendo esencial. Así es, el qué es el mismo, pero debemos reconsiderar como docentes el cómo, porque éste viene en odres nuevos que condicionan la forma de interactuar, conocer y trabajar. Todo proyecto lingüístico debiera ser por necesidad multimodal. No tiene sentido en estos tiempos que el currículo no tenga en cuenta de forma preeminente el estudio y uso de y a través de contenidos multimodales. La edificación de un proyecto lingüístico de centro, colaborativo y multicompetencial, debiera ser el objetivo primordial de todo claustro, y a su vez un objetivo dentro de los servicios de innovación, que debieran desplazar la estrategia del modelo "proyectos-estanco" hacia objetivos integrativos en ámbitos comunitarios. Una cuestión es dotar y formar al profesorado y otra el ajuste didáctico y organizativo de lo aprendido. El pildoraje formativo es superficial e inocuo. 

La radio, en todas sus modalidades y ramificaciones, será sin duda esencial, pero debiera, como el resto de herramientas y metodologías, repensarse a sí misma. Curiosamente -abro un melón delicado- en tiempos en los que cada vez más consejerías prohiben móviles en los centros, el móvil es una herramienta didáctica privilegiada para el aprendizaje de estas competencias, permite que cada alumno sea un reportero andante. Y en sus casas apenas hay ordenadores, si acaso tabletas. La unidad de uso en las nuevas generaciones es la aplicación móvil de moda, funcional y hegemónica. Leen en encuadres miniaturizados, ven series o vídeos de YouTube en un espacio de no más de 25x20, 15x10 como mucho en sus móviles. Casi no consumen audiovisual desde los televisores, excepto cuando consumen videojuegos. La mayor parte de narrativas que acostumbran las consumen en formato audiovisual. Pueden aprender más de Historia por el lore subyacente a la trama de un videojuego que mediante un libro de texto que tragan sin procesar. Las nuevas generaciones consumen una narrativa mediada por el audiovisual. Es el nuevo formato de lectura, entendiendo lectura como un proceso activo y multimodal de interpretar, interactuar dar significado y crear textos, imágenes, sonidos, vídeos y otros formatos. De hecho, leer (analizar y crear) audios, imágenes y vídeos es tan importante como leer texto. 

Hace unos días, por poner un ejemplo, Google sacó para uso público su herramienta NotebookLM, que además de resumir y ayudar al alumno a entender y estructurar textos, los convierte en podcasts donde dos personajes dialogan sobre los contenidos del texto que le proporcionas. Por ahora, las voces están disponibles solo en inglés, pero imaginemos en un par de años cómo evolucionarán las herramientas multimodales de IA. Oir y ver contenido será más habitual que leerlo, por lo que el docente tendrá que hacer un esfuerzo extra para ofrecer al alumno experiencias de aprendizaje a través de las cuales traducir formatos, y en esa traducción provocar el aprendizaje y la reflexión. Entiéndaseme traducir como todo acto de asimilación de un mensaje o contenido, que normalmente supone un trasvase de formatos y medios de uso. En mis clases de Filosofía cada vez utilizo más lenguajes multimodales para provocar un aprendizaje significativo. Escribir, pero también hablar, escuchar, crear. Micro audios con contenidos de área como ayuda al estudio, entrevistas en su entorno familiar y de barrio, micro audios o vídeos reflexivos, chats donde dialogar y consensuar argumentos para debatir en clase, conversaciones con asistentes de IA para aprender a argumentar, rebatir, expresarse, generar flujos de pensamiento...

Si nos circunscribimos al ámbito exclusivo de la radio como medio, el cambio de perspectiva también es significativo. Hacer radio en emisora se revela como uno de tantos posibles modelos de trabajo en los que la oralidad y la generación de audios estén presentes. ¿Pueden ser los reels, stories, tiktoks, vlogs... un formato relevante de creación de audiovisual que sustituya al podcast tradicional? Cada vez más jóvenes se animan en YouTube a hablar de sus lecturas, sus gustos audiovisuales o temas de actualidad, con guiones más o menos elaborados, pero que sin duda empatizan con su público de iguales a través de un lenguaje común en el que se reconocen. 

Subrayo lenguaje común porque creo que es un asunto didáctico relevante. La generación Z y Alfa se siente más alejada de sus docentes en la forma de comunicar que la que yo, bien entrado en la cincuentena, incluso un profesor millennial, sentía. La formación del profesorado pasa también por hacer un esfuerzo de asimilación de nuevos lenguajes, sin por ello renunciar a su singularidad generacional. Esta asimilación pasa por conocer y usar medios de interacción, conocimiento y trabajo contemporáneos. La tentación inicial del docente es usar medios que maneja y entiende, en paquetes didácticos con los que se sienta cómodo, que no le requieran un reaprendizaje costoso en tiempo y energías. Sin embargo, nos ha tocado unos tiempos en los que se hace necesario un reentrenamiento de patrones culturales, formas de expresión, medios de comunicación y aprendizaje. 

El objetivo de hacer radio no es hacer radio per se. Se integra en un objetivo superior que busca mejorar la alfabetización del alumno en un entorno donde no basta saber leer y escribir, y hacerlo de la forma que nuestros padres lo hacían. De hecho, dudo que la radio profesional que se haga después de unas décadas se parezca a la existente. El podcast se reinventará en formatos nuevos, más relevantes para los oyentes. La escuela debe estar ahí incluso antes de que suceda.


Transcripción del texto a audio en ElevenLabs

Diálogo generado con NotebookLM a partir del texto (en inglés)


lunes, 30 de septiembre de 2024

Neurohacking: Cuando los ciberataques se vuelven mentales

 Por Marvin G. Soto

Imagina un mundo donde tus pensamientos más íntimos pudieran ser hackeados. Estoy seguro de que podría sonarte a ciencia ficción, ¿verdad? Pues prepárate, porque el futuro está llamando a la puerta de tu mente.

Las interfaces cerebro-computadora (BCI) están pasando rápidamente de los laboratorios a nuestras vidas cotidianas. Empresas como Neuralink de Elon Musk están trabajando para conectar nuestros cerebros directamente a sistemas de procesamiento de datos a través de computadoras. Es emocionante, sí, pero también plantea una pregunta escalofriante: ¿qué pasa con la ciberseguridad cuando el objetivo es tu cerebro?

Es obvio que ante esto, nuestro cerebro es la nueva frontera digital. Piensa en tu cerebro como la nube más personal que jamás tendrás. Ahora, imagina que un hacker pudiera acceder a ella. ¿Suena aterrador?

Si atravesamos esos umbrales y créanme que los estamos atravesando, los “neurohackers” del futuro próximo podrían hacer cosas que hoy nos parecen imposibles, tales como robar recuerdos como quien roba contraseñas, implantar ideas falsas como quien implanta un virus, o manipular decisiones, como quien manipula un algoritmo.

¿Ocuparás un firewall para tu cerebro? ¡Sí, por favor!, sin duda. Como expertos en ciberseguridad estamos ante un desafío sin precedentes. ¿Cómo protegemos algo tan complejo y poco comprendido como el cerebro humano?

De hecho, ya asoman algunas ideas en desarrollo sobre este asunto, las cuales entre otras cosas incluyen la encriptación neuronal que, aunque inimaginable, quizá, hará que tus pensamientos sean codificados como el más seguro de los mensajes secretos.

Otra forma de protección que ya se piensa es la autenticación de pensamientos. Plantea cuestiones como ¿Eres realmente tú pensando o es un hacker haciéndose pasar por ti?

Sin duda, si seguimos analizando el contexto, podríamos pensar en firewalls neuronales bloqueando intrusiones mentales no deseadas.

Fuente: Neurohackers

Si, sí, estoy seguro de que parece absurdo, pero créanme que no lo es. La IA desde hace mucho plantea asuntos de ética y lo hará más en la era del pensamiento conectado, porque más allá de la tecnología, el neurohacking nos obliga a replantearnos conceptos fundamentales como: ¿Qué significa realmente la privacidad mental? ¿Cómo obtenemos consentimiento para acceder a los pensamientos de alguien? ¿Existe algo como el “derecho a la libertad cognitiva”?

Así las cosas, parece que el futuro es mental (literalmente); pues a medida que avanzamos hacia este nuevo territorio, necesitamos ser mucho más proactivos y acuciosos.

Bien sabemos que muchos gobiernos están considerando nuevas regulaciones. La industria de la ciberseguridad está ya, ahora mismo; en una carrera para desarrollar defensas neuronales. Y todos nosotros necesitamos empezar a pensar (lo digo con ironía) en cómo proteger nuestros pensamientos.

Parece que, en adelante, nuestra mente será nuestra fortaleza, pues el neurohacking representa el próximo gran desafío de la ciberseguridad para los humanos. Es un futuro donde la frase “mente sana en cuerpo sano” podría incluir “y bien protegida contra los ciberdelincuentes”. Así que la próxima vez que pienses en ciberseguridad, recuerda: ya no se trata solo de proteger nuestros dispositivos, nuestra higiene digital, sino que potencialmente se tratara de salvaguardar la esencia misma de quién eres.

¿Estás listo para el futuro donde la seguridad de la información podría significar literalmente la seguridad de tu mente?

Tomado de Marvin G. Soto