miércoles, 30 de noviembre de 2022

Ciudadanía digital: una nueva propuesta para un futuro inclusivo

 Tomado de Universo Abierto

Killeen, Molly. «Digital Citizenship: A New Proposal for an Inclusive Future». http://www.euractiv.com, 17 de noviembre de 2022.

Texto completo

Una iniciativa liderada por las partes interesadas está impulsando un replanteamiento de la inclusión en la transformación digital, centrándose en la idea de la ciudadanía digital.

En un documento oficioso, el Grupo de Trabajo sobre Ciudadanía Digital de la UE establece cinco pilares de la ciudadanía digital y recomienda medidas políticas en ámbitos como la tecnología, el compromiso social, los derechos humanos y la participación democrática.

La coalición se formó a finales de 2020 y terminó de redactar su documento oficioso, «Europeos preparados para la era digital», el año pasado. Sus miembros abarcan el mundo académico, las empresas y la sociedad civil, e incluyen organizaciones como Meta, la empresa matriz de Facebook, el grupo de expertos del Consejo de Lisboa, la ONG Foro Europeo de la Juventud y el Instituto de Estudios Mediáticos.

«Para mucha gente, palabras como ‘ciudadanía digital’ e ‘inclusión digital’ son sólo palabras de moda», dijo Mark Boris Andrijanič, ex ministro de asuntos digitales de Eslovenia, en un acto celebrado en Bruselas a principios de este mes que reunió al comité directivo del grupo de trabajo. Sin embargo, es necesario actuar para abordar el hecho de que las sociedades cada vez más digitalizadas no son igualmente ventajosas para todos los grupos, instó.

El grupo de trabajo también hace hincapié en los impactos diferenciales de la transición digital, que también esboza varios desafíos críticos dentro de la UE en relación con la ciudadanía digital.

Además de las desigualdades, también incluyen la baja calidad de la educación para la ciudadanía, el alcance limitado de las soluciones tecnológicas, una dicotomía demasiado grande entre los aspectos on y offline de la ciudadanía digital y la lentitud del movimiento normativo.

Para hacer frente a estos y otros problemas, el grupo ideó cinco pilares en los que debería basarse una visión revitalizada de la ciudadanía digital: bases digitales, bienestar digital, compromiso digital y alfabetización mediática, empoderamiento digital y oportunidades digitales.

Su concepto de ciudadanía digital se centra en minimizar los posibles perjuicios del uso de estas tecnologías y maximizar sus beneficios potenciales.

A través del pilar del empoderamiento digital, el grupo de trabajo promueve la idea de que la ciudadanía digital debe incluir el uso del espacio digital para el activismo y el compromiso político, con una comprensión de cómo la digitalización puede dar forma a los procesos democráticos.

El bienestar digital es otro de los puntos centrales del documento oficioso, en el que el grupo apoya que se preste más atención a garantizar que los usuarios sean resistentes y puedan establecer relaciones sanas y constructivas en línea, un ámbito en el que, según afirman, la UE ya va «por delante» en lo que a políticas se refiere.

En cuanto a los fundamentos digitales, el grupo sostiene que los ciudadanos de la UE deben contar con sólidas capacidades digitales para facilitar la seguridad en línea y la protección de datos, pero que «estas habilidades fundacionales faltan a nivel de la UE».

Bruselas se ha centrado en las competencias digitales dentro de sus objetivos de la Década Digital, con la intención de garantizar que el 80% de la población de la UE tenga competencias digitales básicas para el final de la década. Sin embargo, los observadores han advertido que los avances hacia este objetivo se están retrasando y que será necesario redoblar los esfuerzos si se quiere alcanzarlos.

Tomado de Universo digital

martes, 29 de noviembre de 2022

Reconceptualización de la Educación Comparada en tiempos de globalización y modernidad tardía: elementos epistemológicos y metodológicos

 Por María José García Ruiz UNED

El académico australiano Stephen Carney, actual Past-President de la Comparative Education Society of Europe (CESE), manifestó hace una década unas palabras cuya vigencia y actualidad sigue operante en este tiempo de finales del año 2022: “la Educación Comparada nunca ha tenido tanto éxito (…). Y, aun así, la Educación Comparada nunca ha tenido menos que decir (Carney, 2010, p.125). Este autor, y también otros como Cowen (2009), Rust (1991) y Larsen (2010), entre otros, denuncian la actual “parálisis” de la disciplina comparativa (Carney, 2010, p.126).

Numerosos estudios del ámbito de la Educación Comparada instan, desde un prisma epistemológico, a acometer una serie de retos epistemológicos (Crossley y Watson, 2003), y otros de cuño metodológico (Schriewer, 2000), que posibiliten operar una lectura de lo global (Cowen, 2009), y superar “las historias triunfales de la cultura occidental de progreso, razón y orden” (Carney, 2010, p.126), es decir, acometer la superación de la Modernidad.

Para estos comparatistas avezados, la supervivencia y óptimo funcionamiento disciplinar de la Educación Comparada exige su atención epistemológica y metodológica a dos fenómenos actualmente operantes en el ámbito mundial occidental: la globalización y la postmodernidad. Podemos afirmar que, por su naturaleza epistemológica, la Educación Comparada es una disciplina especialmente impactada por la globalización. No obstante, “frente a las políticas de corte post-Westfaliana y la gobernanza típica de la globalización, la especificidad de la cultura educativa de cada país reivindica la aún especificidad del Estado-nación” (García Ruiz, 2012, p. 41). Y, frente a la crítica de las metanarrativas modernas y el relativismo postmoderno, académicos como Habermas (1988) reclaman la aún vigencia del proyecto de la Modernidad, algo que personal y académicamente comparto ampliamente.

En este necesariamente breve espacio que nos es permitido expresarnos en este blog, voy a aludir a algunos retos epistemológicos actualmente operantes en la ciencia de la Educación Comparada (Crossley y Watson, 2003). En las últimas líneas de mi aportación, aludo a los rasgos recientes de la metodología comparada, muy distantes de los presupuestos lineales y sencillos de que hiciera gala esta metodología en la etapa del positivismo o funcionalismo científico.

            1.- Investigación comparada orientada a la práctica. En la actualidad es manifiesta la crítica hacia la investigación educativa y social en relación con su escasa orientación práctica y profesional. Para dar respuesta a dicha crítica, se insta al reposicionamiento de los investigadores comparatistas de forma más cercana a la práctica. En relación con la naturaleza de este reto y con las consecuencias de su aplicación puedo afirmar que dos de las críticas más frecuentes hacia ese enfoque denuncian, por un lado, el carácter superficial de la disciplina al plegarse a los intereses inmediatos de la clase política y, por otro, advierten de la falta de sensibilidad hacia relevantes cuestiones contextuales y culturales de estudios como los realizados por la OCDE en sus Informes PISA.

            2.- Mayor conexión entre la investigación comparativa y la investigación internacional. La investigación vinculada a la Educación Comparada, tradicional e históricamente más veterana, ha adolecido siempre de un sesgo más teórico y académico. Por su parte, la investigación acometida en el ámbito de la Educación Internacional ha acusado un rasgo preferentemente aplicado y práctico. En la actualidad los distintos académicos instan a la articulación de una agenda de investigación conjunta y coherente para el análisis del impacto educativo de las últimas tendencias políticas y sociales.

            3.- Ampliación del discurso en Educación Comparada, incluyendo narrativas vinculadas a los fenómenos de la globalización y los contenidos de la crítica postestructuralista.

            4.- Potenciación de los estudios multidisciplinares.

            5.- Nuevas temáticas y prioridades de la Educación Comparada, que incluyen aspectos como la naturaleza y el impacto de la globalización; la crítica del modelo neoliberal de educación; la focalización en las temáticas de la cultura, identidad y aprendizaje en contextos diversos; el cambio de la naturaleza y el rol de los organismos internacionales y su implicación para la educación y, entre otros, el impacto, potencial y dilemas de las TIC.

Desde un prisma metodológico, el método utilizado en las investigaciones comparativas está operando un tránsito de los presupuestos funcionales y positivistas, a otros más propios de la modernidad tardía. El comparatista germano Schriewer (2000) ha estudiado las modificaciones de forma extensiva. Así, según su investigación, los enfoques comparados positivistas se anclaban en postulados filosóficos inspirados en las ciencias naturales, se basaban en el análisis de relaciones entre hechos observables, estaban basados en el universalismo y la linealidad, acusaban una causalidad simple, y se basaban en paradigmas newtonianos. Por su parte, y frente a lo anterior, los presupuestos metodológicos postmodernos reflejan la crisis del universalismo, se basan en el estudio de las relaciones entre relaciones, defienden la causalidad compleja, y se articulan en paradigmas postnewtonianos.

Fuente: Pixabay

Mi visión es que la Modernidad tuvo una idea y una relación más equilibrada con su etapa histórica anterior, la Antigüedad. Fue una transición continuada, una relación renovada. A mi entender, el postmodernismo no representa una ruptura drástica en la vida cultural y política occidental, ni en la naturaleza y funcionamiento de las disciplinas científicas, sino un estilo de discurso y una orientación teórica adicionales, en competición con las restantes orientaciones teóricas existentes en el mundo moderno. Suscribo, en este sentido, la postura del académico británico Brian Holmes cuando afirma que «los cambios paradigmáticos en Ciencias Sociales rara vez implican el rechazo total de un paradigma existente. En las Ciencias Sociales lo que se produce es la coexistencia de paradigmas y la existencia de paradigmas en competición. Estos paradigmas pueden compartir algunos presupuestos y teorías, y diferir en otros» (Holmes, 1986, p.181).

Schriewer titula su trabajo del año 2000 Comparative Education Methodology in Transition. Creemos que la metodología de la Educación Comparada siempre ha estado en transición. Creemos que nunca ha existido el método comparativo, y que la postura de García Garrido de defensa de una «validez científica de una pluralidad de enfoques metodológicos» (1996, p. 121) sigue siendo válida en estas primeras décadas del siglo XXI. Compartimos las críticas relativas a la descontextualización y simplicidad que se atribuyen a muchos de los estudios comparativos y creemos que la formación en este ámbito disciplinar debe hacer un esfuerzo por el rigor y la diversidad teóricos y metodológicos que deben acompañar a los estudios comparativos que aspiran a ser útiles en la validación o refutación de una teoría social. Aplaudimos la revalorización de los estudios históricos en nuestra ciencia comparativa enfatizada por Schriewer (2000), Cowen (2000) y García Garrido (1996). Consideramos, en suma, que la cuestión metodológica en Educación Comparada, quizá también como la cuestión epistemológica, siempre estará abierta. Creemos que, la Educación Comparada ha demostrado un grado de pluralidad, heterogeneidad, hibridación, diversidad y eclecticismo que, como hemos afirmado, le permite albergar una gran variedad de tradiciones epistemológicas. Por ello no podemos sino afirmar que la Educación Comparada es, y quizá lo será durante mucho tiempo aún, una disciplina entre la Modernidad y la Postmodernidad.

 

Referencias bibliográficas:

Carney, S. (2010). Reading the Global. Comparative Education at the End of an Era. En M. Larsen, New Thinking in Comparative Education. Honouring Robert Cowen. Sense Publishers.

Cowen, R. (2009). Then and now: Unit ideas and Comparative Education. En R. Cowen & A. M. Kazamias (Eds.), International Handbook of Comparative Education. Springer.

Crossley, M., & Watson, K. (2003). Comparative and International Research in Education. Globalization, context and difference. Routledge.

García Ruiz, M. J. (2012). Impacto de la Globalización y el Postmodernismo en la epistemología de la Educación Comparada. Revista Española de Educación Comparada, 20, 41-80.

Habermas, J. (1988). Modernidad versus Postmodernidad. En J. Picó, Modernidad y Postmodernidad. Alianza Editorial.

Larsen, M. A. (2010). New Thinking in Comparative Education. Honouring Robert Cowen. Sense Publishers.

Rust, V. D. (1991). Postmodernism and its Comparative Education implications, Comparative Education Review, 35, 4, 610-626.

Schriewer, J. (Ed.) (2000). Discourse Formation in Comparative Education. Peter Lang.

 

Cómo citar esta entrada:

García Ruíz, M.J. (2022). Reconceptualización de la Educación Comparada en tiempos de globalización y modernidad tardía: elementos epistemológicos y metodológicos. Aula Magna 2.0. [Blog]. https://cuedespyd.hypotheses.org/11822

Tomado de Aula Magna 2.0 

jueves, 10 de noviembre de 2022

Tres razones para impulsar la conectividad en las escuelas

 Por Mercedes Mateo.

El Diálogo Interamericano, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco Mundial han lanzado un llamado a la acción conjunto para movilizar recursos de los sectores público, privado y de la sociedad civil con el objetivo de resolver un tema tan central como urgente: llevar la conectividad educativa a las zonas de difícil acceso de América Latina y el Caribe.

No se trata solo de expandir tecnología. Como quedó en evidencia durante la pandemia, hoy más que nunca acceder a la conectividad en las escuelas es una cuestión de derechos y lo que está en juego es, nada más y nada menos, que la posibilidad de cerrar las brechas que condicionan no solo las oportunidades de cada individuo sino el crecimiento inclusivo y sostenible y la resiliencia de nuestros países.

Lanzamiento del llamado a la acción “Conectividad educativa en zonas complejas – Un llamado a resolver las brechas de conectividad en América Latina”

¿Por qué es tan importante conectar escuelas en zonas complejas?

1. En el Siglo XXI, la conectividad no puede ser un artículo de lujo. Es un derecho.

Nunca la conectividad había sido tan importante para la continuidad del trabajo, de la socialización, del comercio, y de la vida en general. Durante la pandemia, gracias a internet pudimos seguir conectando a los equipos de trabajo con las empresas, pudimos seguir hablando a la distancia con nuestros seres queridos, y niños y jóvenes pudieron mantener algún tipo de contacto con sus pares y amigos. Internet fue particularmente esencial para la continuidad en el aprendizaje durante el cierre de las escuelas, colegios y universidades.  

Pero el sector educativo no estaba preparado para esta transición acelerada hacia el mundo virtual. Cuando llego la pandemia, muy pocos países contaban con gobernanza establecida, personas formadas, infraestructura disponible, plataformas de aprendizaje, y sistemas de gestión digitales.  

En ese proceso de digitalización del servicio educativo, la conectividad es una pieza clave. Según los estándares de Alliance for Affordable Internet (A4AI), hoy la mayoría de los países de América Latina y el Caribe no cumplen con las condiciones básicas de conectividad para la educación. No tenemos servicios de conectividad educativa con una velocidad mínima de 10 MBPS o conexión 4G, conexión fija y con datos suficientes, accesible diariamente y a través de un dispositivo inteligente y funcional.  

A pesar de la vuelta progresiva a la presencialidad, es evidente que la conectividad en las escuelas hoy no puede ser un artículo de lujo. No se puede pensar un modelo educativo que les ayude a los jóvenes a conectar con oportunidades económicas y de vida mejores, si el servicio no incluye conectividad significativa y acceso al mundo digital. 

2. Se necesita conectividad educativa para avanzar en la equidad

Al pensar en el impacto de la pandemia posiblemente la palabra que venga más recurrentemente a la mente sea “desconectados”: del colegio, de la rutina, de la vida social, del trabajo, de la familia. Pero la desconexión no fue para todos igual. Nunca antes la conectividad había marcado tanto la diferencia entre ricos y pobres; zonas remotas y urbanas.

Cuando toda la actividad económica y social pasa a depender de un cable de banda ancha el acceso deja de ser una simple alternativa y pasa a ser un derecho. Por eso, hablar de tecnología y conectividad, es poner el foco en la equidad.

Las brechas de acceso en nuestra región son aún gigantes:

  • Aunque el 79% de la región está cubierta por redes de banda ancha, solo el 45% de las personas puede acceder a conectividad diaria, menos de la mitad de la población.
  • Los datos existentes de cobertura rural y urbana muestran que el 67% de los hogares en zonas urbanas tienen acceso a conectividad, frente a un 23% en zonas rurales, de acuerdo a la CEPAL. En algunos países, más del 90% de hogares rurales no tienen conexión a Internet. 

La brecha de acceso fue uno de los mayores obstáculos que tuvieron que enfrentar los sistemas educativos para asegurar la continuidad de los aprendizajes durante el cierre de las escuelas, especialmente para los estudiantes que provienen de contextos más vulnerables:

  • El 22% de los estudiantes vulnerables no tuvieron acceso a internet y solo el 19% contaba con una computadora en casa.
  • En las escuelas públicas y las zonas rurales, las interacciones sincrónicas entre docentes y estudiantes fueron menos frecuentes dado su bajo acceso a las plataformas de educación virtual.  
  • Este stop en la acumulación de habilidades y capital humano no solo se traducirá en pérdidas de oportunidades, crecimiento e ingresos futuros para los niños, niñas y jóvenes de la región, sino que tendrá consecuencias inmediatas y a largo plazo para el bienestar de los países.  

3. Invertir en conectividad en las escuelas es avanzar hacia una educación 4.0

La magnitud de este desafío que América Latina y el Caribe tiene por delante requiere respuestas complejas y mucha articulación interinstitucional, así como la colaboración estrecha entre el sector público y el privado.  

Es momento de repensar nuestros sistemas educativos y sentar las bases para una transformación educativa en el mediano y largo plazo para fortalecer las capacidades de los niños, niñas y jóvenes, con un enfoque en la reducción de la desigualdad educativa.

Los problemas estructurales que ya tenía la región ponen de manifiesto que no se puede volver a la situación prepandemia.

El objetivo, por lo tanto, es avanzar hacia una educación inclusiva y de alta calidad, que llamamos educación 4.0: que se adapte a las necesidades de los niños, niñas y jóvenes de hoy y que oriente el uso de tecnologías hacia un aprendizaje conectado a las necesidades de sociedades y de un mercado laboral en constante cambio. 

La magnitud de este desafío que América Latina y el Caribe tiene por delante requiere respuestas complejas y mucha articulación interinstitucional, así como la colaboración estrecha entre el sector público y el privado.  

Es momento de repensar nuestros sistemas educativos y sentar las bases para una transformación educativa en el mediano y largo plazo para fortalecer las capacidades de los niños, niñas y jóvenes, con un enfoque en la reducción de la desigualdad educativa.

Los problemas estructurales que ya tenía la región ponen de manifiesto que no se puede volver a la situación prepandemia.

El objetivo, por lo tanto, es avanzar hacia una educación inclusiva y de alta calidad, que llamamos educación 4.0: que se adapte a las necesidades de los niños, niñas y jóvenes de hoy y que oriente el uso de tecnologías hacia un aprendizaje conectado a las necesidades de sociedades y de un mercado laboral en constante cambio. 

La tecnología hoy juega un papel importante para enfrentar al menos tres retos clave de los sistemas educativos:

  • La modernización de los sistemas de gestión educativa necesarios para lograr que la asignación de recursos sea más efectiva y equitativa.
  • La recuperación de trayectorias educativas de los jóvenes que han quedado desvinculados de la educación. Hoy no podemos pensar en programas de protección de trayectorias a escala que se enfoquen en asegurar la permanencia de los estudiantes en la escuela; en sistemas de alerta temprana para identificar estudiantes en riesgo de abandono, o en apoyo individualizado del docente si no pensamos en digitalizar el sector.
  • La aceleración de aprendizajes, no solo para recuperar lo que no se aprendió durante la pandemia, sino para llevar los aprendizajes de nuestros estudiantes como mínimo al promedio de los países OCDE.

Todas estas soluciones requieren que podamos asegurar un acceso a equipamiento y conectividad significativa para todos y todas los niños, niñas y jóvenes de la región.  

Cuatro líneas de acción para impulsar la conectividad significativa

El llamado a la acción promovido por el BID junto al Diálogo Interamericano y el Banco Mundial incluye cuatro líneas de acción:

  1. La inversión privada debe cumplir un rol importante en la expansión de conectividad educativa en zonas complejas. Con este objetivo es esencial crear condiciones regulatorias e incentivos consistentes para facilitar el proceso de inversión y modelos de negocio sostenibles.
  2. La inversión pública es y debe ser un componente esencial de cualquier estrategia para extender la cobertura de internet con fines educativos a las poblaciones rurales. El desafío, sin embargo, no es solo movilizar los recursos necesarios sino también que su asignación contribuya a impulsar la inversión privada y maximice la provisión de conectividad significativa.
  3. Las soluciones tecnológicas para conectar a las zonas rurales, en el estado actual del desarrollo tecnológico, deben incluir un conjunto de opciones tanto en el corto como en el mediano y largo plazo.
  4. El estado debe desarrollar estrategias nacionales de largo plazo en las que el objetivo de garantizar conectividad significativa para usos educativos en zonas rurales (en escuelas y en hogares) esté debidamente incorporado en los instrumentos de planificación y/o de políticas públicas de los Estados, de manera que las acciones de los diversos agentes del estado estén efectivamente coordinadas.

¿Quieres saber más sobre el llamado a la acción para mejorar la conectividad educativa en zonas complejas? Encuentra aquí más información. ¿Cuán desarrollada está la conectividad educativa en tu país y cómo se abordan las desigualdades en las zonas complejas? Déjanos tu comentario.

Tomado de Enfoque Educación, blog del BID

miércoles, 9 de noviembre de 2022

10 métodos disruptivos para evaluar el aprendizaje de tus alumnos

 Tomado de Mosaico TEC

Como docente, ¿alguna vez te has sentido atrapado(a) en una rutina de evaluación? ¿Qué pasaría si los(as) estudiantes pudieran demostrar su aprendizaje a través de métodos innovadores que los involucraran más en el proceso de enseñanza-aprendizaje, sin sacrificar la efectividad de una buena evaluación?

Mónica Francesca Contrino es profesora y coordinadora académica de la Escuela de Negocios de Educación Digital, y Rocío Elizabeth Cortez Márquez es profesora y coordinadora académica, ambas del Tecnológico de Monterrey, y aquí te recomiendan 10 métodos para innovar al momento de evaluar el aprendizaje de tus alumnos.

1. Video tipo TEDTalk

Solicita a tus estudiantes hacer un guion y consecuente video que incluya una introducción al tema, solución(es) propuesta(s) y conclusiones personales, además de presentar contenidos con datos sustentados en fuentes bibliográficas. En la presentación de su video, evalúalos de acuerdo a su desempeño en el escenario y habilidades como la comunicación oral, que son esenciales en el mercado laboral actual, independientemente de la carrera elegida.

2. Podcast

Pide a los alumnos grabar contenidos en formato de audio, individualmente o en grupo, en donde hablen como expertos sobre un tema en concreto para demostrar sus conocimientos sobre la materia, así como otras competencias transversales que consideres clave. Anchor es una herramienta particularmente útil para desarrollar podcasts.

3. Galería de pósteres

Instruye a los(as) estudiantes para que trabajen juntos y generen un póster sobre un tema para exponer en clase y a su vez compartirlo en espacios inmersivos como Virbela o Mozilla Hubs. El equipo debe exhibir su cartel frente a los(as) compañeros(as) a medida que llegan, así como visitar los espacios de los otros equipos. También puedes organizar un cierre del evento virtual, en donde les brindes un mensaje final. Estas experiencias pueden realmente revolucionar la presentación clásica en el aula, agregando una sensación de inmersión y haciéndola sentir “más real” para los estudiantes.

4. Elevator pitch

Solicita al alumnado desarrollar un discurso creativo de hasta tres minutos como máximo, en donde cuenten una historia y atraigan a su audiencia a través de una introducción, problema, solución y propuesta de valor, así como un llamado a la acción. Esta actividad puede funcionar particularmente bien con temas como negociaciones y ventas.

5. Cómic

Pide a los(as) alumnos(as) que diseñen un cómic para compartir los conocimientos que adquirieron en el curso a través de una forma de narración diferente e interesante, de manera individual o en equipos, lo cual también fortalecerá sus habilidades de storytellingPixton es una aplicación muy útil para crear cómics.

6. Escape room

Diseña un juego de aprendizaje basado en problemas, e invita a tus estudiantes a resolver un desafío a través de acertijos que giran alrededor de un tema; deberán explorar su entorno y encontrar la solución para obtener una recompensa. Genially y Mozilla Hubs son dos aplicaciones recomendables para desarrollar escape rooms.

7. Juego de rol

Aunque no es una idea nueva para la evaluación, al pedir a tus estudiantes que participen en una actividad de juego de roles, puedes observar y verificar su aprendizaje logrado y su capacidad para responder de inmediato a un entorno. Te invitamos a hacer esto de la misma manera en que lo hicimos nosotros, en un metaverso educativo como Virbela, para darle al ejercicio una mayor sensación de inmersión a través de la personalización de avatares y entornos simulados. Cabe señalar que usamos frecuentemente estas actividades en los cursos de gestión del talento humano.

8. Tik Tok

Motiva a tu alumnado a usar esta popular herramienta de redes sociales para grabar contenido en formato de audio y video, de forma individual o colaborativa, como expertos que presentan soluciones a problemas, o para interactuar con profesores, especialistas y compañeros de clase, lo cual significa que también puede ser una plataforma útil para la evaluación por pares.

9. Minecraft

Crea tu propio mundo virtual usando Minecraft (edición educativa) o pide a tus alumnos(as) que lo construyan y “jueguen” resolviendo desafíos y problemas en un entorno profesional simulado.

10. Realidad virtual

La realidad virtual se puede utilizar para fomentar y evaluar el aprendizaje al permitir que los(as) estudiantes tengan experiencias que de otro modo serían difíciles de replicar o crear en el aula por una variedad de razones, que incluyen el tiempo, la distancia y las finanzas. Lo hemos utilizado en el campo de las ciencias de la salud y cursos de negociación internacional para que el alumnado pueda experimentar otras culturas a través de avatares e interacciones personalizados.

La evaluación es, por supuesto, mucho más que una simple calificación. Y gran parte del interés y la variación radica en cómo alentar a los estudiantes a participar en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Sin duda, la tecnología es un habilitador que puede aportar opciones de evaluación atractivas para los(as) estudiantes, de manera que su aprendizaje sea más agradable y equitativo, hoy más que nunca.

Tomado Mosaico TEC

martes, 8 de noviembre de 2022

Una propuesta innovadora en la educación superior: Aprendizaje-Servicio en escenarios digitales de aprendizaje

 Tomado de Blog RIED


El último Informe Horizon 2019 destaca, como propuestas educativas imprescindibles a corto plazo para la educación superior, el reconocimiento de los aprendizajes en diferentes escenarios y el rediseño de los espacios de aprendizaje avalados por un denominador común: el fomento del aprendizaje que denominan auténtico. 

De las metodologías mencionadas, este trabajo se centra en el ApS en una de sus aplicaciones o modalidades menos conocidas: el aprendizaje-servicio virtual (ApSv). 

El aporte clave de toda estrategia vinculada a esta metodología es su tensión por cerrar la brecha entre el aprendizaje que se genera en el aula y su aplicación al mundo real, orientada a atender eficazmente necesidades de una comunidad o grupo determinado, a la vez que integrada en la planificación de los contenidos curriculares, con el objetivo de optimizarlos. 

Valoración de los objetivos del proyecto ‘Español en vivo’ por parte de los estudiantes

A partir de estas coordenadas se entiende que las estrategias y escenarios del ApS se desarrollan en contextos muy heterogéneos, implican a diversos grupos y/o individuos de una comunidad, a diferentes instituciones, organizaciones, etc. y ello con un diseño temporal también diferente y variable. 

Ahora bien, esta complejidad no puede llevarnos a admitir como ApS cualquier tipo de metodología basada en la experiencia, ya que únicamente se reconoce esta estrategia cuando surge

  • una relación directa con los contenidos de una o varias asignaturas;
  • un diseño pedagógico que responde a una necesidad, un problema, o un interés de una comunidad;
  • una participación activa e implicada de los estudiantes y de la comunidad a la que se dirige;
  • una práctica reflexiva.

Por tanto, sintéticamente, se trata de una metodología que responde a las tres dimensiones: cabeza (cognitiva), corazón (afectiva) y manos (acción), fórmula que promueve el ApS en todas sus propuestas.

LEE EL ARTÍCULO COMPLETO

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Cómo referenciar este artículo: Ruiz-Corbella, M., y García-Gutiérrez, J. (2020). Aprendizaje-Servicio en escenarios digitales de aprendizaje: propuesta innovadora en la educación superior. RIED. Revista Iberoamericana de Educación a Distancia, 23(1), pp. 183-198. https://doi.org/10.5944/ried.23.1.24391

Tomado de Blog RIED

lunes, 7 de noviembre de 2022

 Tomado de Universo Abierto

Sullivan, Margaret. «Designing for Community: 10 Essential Library Spaces». Http://Demcointeriors.Com (blog), 20 de julio de 2017.

Ver original

«Toda la biblioteca debe ser un lugar en el que se aprenda, se cree y se comparta -y se celebren los logros de todos en la comunidad- en cada rincón».

Margaret Sullivan

Piensa en los lugares a los que te gusta ir y que te hacen sentir bien. Puede que sea el bar local porque todo el mundo te conoce, o quizás sea la cafetería local porque te reciben con una sonrisa, una taza de café y una canción que te gusta sonando de fondo. O tal vez echas de menos la librería independiente local porque saben exactamente lo que quieres leer incluso antes de que entres por la puerta.

Piensa en el «tercer lugar» perfecto y en lo que te gusta hacer cuando vas allí. Los habitantes de la ciudad, como nosotros, pueden incluso tener varios de estos lugares. Yo tengo una cafetería donde me gusta leer el periódico los domingos por la mañana y otra cafetería donde me gusta trabajar entre semana. Como madre soltera con la custodia a tiempo parcial de mis hijos, paso mucho tiempo en el pub de mi barrio porque me gusta la compañía. A veces voy allí para ponerme al día con el correo electrónico, y otras veces para cenar o tomar una copa de vino. Y en ocasiones llevo a mis hijos a almorzar allí. Con cada uno de esos tres usos, me siento en zonas totalmente diferentes que tienen cada una su propio tipo de mobiliario, iluminación y aspecto.

Las bibliotecas deberían ser tan flexibles como estos terceros lugares del barrio. Deben crear una variedad de espacios y lugares que apoyen nuestros complejos estados de ánimo a lo largo del día, que nos hagan sentir bien al estar allí y, lo que es más importante, que reúnan a la comunidad para compartir experiencias.

La biblioteca del siglo XXI es un condensador social de la sociedad contemporánea y debe diseñarse intencionadamente para fomentar el apoyo y la proyección de las personas de la comunidad.

Biblioteca «Placemaking«

El Placemaking es un enfoque multifacético de la planificación, el diseño y la gestión de los espacios públicos. El Placemaking capitaliza los activos, la inspiración y el potencial de una comunidad local, con la intención de crear espacios públicos que promuevan la salud, la felicidad y el bienestar de las personas. El «Placemaking» es importante porque su enfoque de diseño es holístico. En esencia, diseña el espacio en torno a la experiencia humana, situando esta experiencia por encima de todo lo demás.

El Placemaking tiene en cuenta por igual las actividades, las interacciones, las herramientas, las tecnologías y el diseño del espacio físico para crear entornos que fomenten experiencias positivas y contribuyan a la cultura, la salud y una comunidad vibrante. En concreto, se está pasando de crear un programa basado en componentes (es decir, libros, mesas, sillas, ordenadores, asientos para lectores, asientos de salón, etc.) a crear una biblioteca diseñada en torno a espacios que fomenten actividades y evoquen sentimientos positivos.

Lugares eseneciales en una biblioteca

  1. Bienvenida

Se trata de un lugar acogedor, accesible por todos los lados y lleno de información o de personas que saben dónde encontrarla. Los espacios de bienvenida más estimulantes están equipados con una señalización clara, expositores de tipo comercial y todo aquello que promueva las actividades y programas de la biblioteca.

  1. Café vibrante

Este espacio social debe fomentar tanto la conversación como la lectura en solitario, así como la relajación. La música debe sonar de fondo y debe haber una variedad de asientos de mesa, bar y salón para que la comunidad pueda disfrutar.

  1. Librería de consulta

Se trata de una zona dedicada a la venta al por menor, diseñada para la búsqueda de nuevos materiales, materiales populares y arte y exposiciones de la comunidad. La zona debe estar diseñada para que los clientes/usuarios encuentren «justo lo que buscan» y debe fomentar la navegación y los descubrimientos fortuitos.

  1. Sala de estar intergeneracional

Se trata de un lugar animado para que todos los miembros de la comunidad se reúnan. El ambiente informal debe promover la interacción, el intercambio y las conexiones intergeneracionales.

La sala de estar intergeneracional debe tener una variedad de asientos para todas las edades y usuarios, y debe estar dispuesta en forma de U. A menudo especificamos sofás modulares y asientos de salón, mesas de centro y lámparas de pie para evocar una escala doméstica y la disposición de los muebles. Las mesas de cartas también son ideales en este lugar para jugar a juegos de mesa.

  1. Espacio de creación

Un espacio desordenado puede ser un laboratorio de medios de comunicación, un laboratorio de fabricación, un estudio de arte o cualquier tipo de espacio de fabricación equipado con las últimas herramientas para convertir las ideas en realidad. El espacio «desordenado» debe promover la creación de contenidos y el aprendizaje experimental para todos los miembros de la comunidad.

  1. Sala de reuniones de la comunidad

Se trata de una gran sala de programas diseñada para una programación flexible. Esta sala puede acoger actos comunitarios, reuniones, actuaciones y cualquier tipo de reunión de gran tamaño. Cuando no se utiliza para la programación, la sala puede habilitarse para uso público, ampliando la función de la sala de estar intergeneracional.

  1. Sala de silencio

Se trata de una sala dedicada principalmente a que los adultos se reúnan para leer y descansar. La sala también debería poder utilizarse para clubes de lectura, clubes de jardinería, clubes de viajes, clubes de historia y grupos de escritores. Una gran mesa redonda con capacidad para 8-10 personas es una buena pieza para tener en esta sala, junto con sofás, asientos de salón, mesas de café, mesas para ordenadores portátiles y lámparas.

  1. Incubadora de empresas

Este espacio es una zona dedicada a la «incubación de empresas», donde pueden prosperar las empresas de nueva creación. El espacio debe contar con espacios de estudio en grupo, tecnología innovadora, apoyo del personal y acceso a las colecciones, para que los ciudadanos puedan avanzar en sus objetivos empresariales y profesionales con las herramientas necesarias para tener éxito.

  1. Pop-up

Se trata de un espacio flexible que se transforma en base a nuevas ideas que llenan a los usuarios de una sensación de sorpresa y deleite. Los pop-ups pueden caracterizarse como cualquier espacio, expositor o mobiliario no tradicional dedicado que presenta los materiales y programas de la biblioteca de forma inesperada o permite a los bibliotecarios experimentar con servicios no tradicionales. Los pop-ups pueden ser cualquier cosa, desde un carro de bicicletas hasta un jardín de lectura al aire libre, pasando por una sala dedicada con exposiciones y programas rotativos.

  1. Jardín comunitario

Son espacios al aire libre que invitan a la relajación, la reflexión, la actividad comunitaria y la inspiración. Los jardines pueden representar cualquier espacio de programación al aire libre que permita al edificio de la biblioteca maximizar su programación.

Un jardín al aire libre puede ser un jardín para contar historias, un jardín comunitario para fomentar la alimentación saludable y el activismo comunitario, o un jardín para los entusiastas de las plantas. Incluso puede proporcionar un espacio al aire libre para la programación de STEM y las artes.

Tomado de Universo Abierto

viernes, 4 de noviembre de 2022

Zapatero, a tus zapatos

Por José L. González-Geraldo Universidad de Castilla-La Mancha

No hace mucho, entre colegas, me encontré bregando en torno al grado de pensamiento crítico que los docentes, especialmente los que nos dedicamos al mundo de la educación universitaria, ponemos sobre la mesa en nuestros planes de estudios, en nuestras clases y en nuestros sistemas de evaluación. Sin demasiadas pretensiones, encontré en aquel momento cotidiano una cierta epifanía latente que hoy, si me lo permiten, también entre colegas, me gustaría compartir.

Partiré de una clara premisa: es una cuestión de grado y no de pertinencia. Pocos, considero, dudarán que la educación universitaria, superior por definición, ha de prestar cuidada atención a este aspecto, a esta -y perdónenme el exabrupto- competencia que es el pensamiento crítico. Un pensamiento distinto y a la par complementario a otros, siguiendo a Villa y Poblete (2007): analítico, sistémico, reflexivo, lógico, creativo, analógico, divergente, lateral, convergente, interrogativo, deliberativo, discursivo, colegiado, práctico, deductivo, inductivo y crítico. En definitiva, una forma de pensar -de estar en el mundo- que, en el fondo, algo propio deberá tener para poder diferenciarse de todas las demás.

Citando a Lipman, algunos autores precisan que el pensamiento crítico: “… implica estar sensibilizados así como contrastar una realidad social, política, ética y personal. En cierto modo, es un compromiso con el “otro”, con la sociedad, al tomar una postura de acción transformadora de la persona y de la sociedad” (Bezanilla et al., 2018, p. 90). Vamos, que para demostrar su competencia y pericia hemos de estar atentos al cuidado del otro y de la res publica; ávidos por dar con la clave correcta a la hora de reflexionar y, por supuesto, tomar decisiones coherentes, razonables y no por ello menos comprometidas. He aquí la clave, pues hay que reconocer que, seamos o no editores los profesores universitarios somos seres sintientes (Gil, 2022) y que el pensamiento crítico implica una gran dosis de “sentimiento” crítico -ciertamente trágico, a lo unamuniano- de la vida.

Sir Ken Robinson, tan querido como odiado, afirmaba que con poco que prestáramos atención caeríamos en la cuenta de que todo el sistema educativo está conformado con un único objetivo: producir profesores universitarios; ellos –nosotros– son –somos– los ganadores -¡hurra!-; somos la mejor evidencia de toda esta enjundia psicopedagógica que, sin duda -y sin abuela-, se queda con sus mejores productos. Independientemente de que esta afirmación haga aguas, reflexionemos sobre si nuestra propia capacidad de pensamiento crítico, nuestro nivel de disidencia, ese prurito de rebeldía que nos caracteriza, nos ha ayudado o no a progresar en nuestras carreras académicas.

Mi teoría es que no, y cada vez menos.

Diré más. Lejos de mostrarnos críticos -lo de pensar y el sentir, como el valor en la mili, se nos presupone-, la mayoría del tiempo los profesores universitarios somos individuos dóciles, sumisos y en algunos momentos hasta pusilánimes. ¿Cómo, con este perfil, nos atrevemos a pedirles a nuestros estudiantes que se animen a tener voz propia, a ser emprendedores o a tomar decisiones comprometidas?

Como coda a este planteamiento tomaré como referencia un breve párrafo de Hermann Hesse:

En aquella entretenida asignatura que llamaban Historia Universal los maestros nos enseñaban que el mundo había estado siempre regido, dirigido y transformado por hombres que promulgaron su propia ley y que rompieron con las normas tradicionales, y se nos decía que esos hombres eran dignos de veneración. Lo cual era una mentira tan grande como el resto de la clase, pues si uno de nosotros, ya fuera con buena o con mala intención, mostraba carácter y protestaba contra cualquier disposición, o incluso sólo contra cualquier costumbre o moda trivial, ni era reverenciado ni nos lo ponían de ejemplo, sino que se le castigaba, se le escarnecía y se le aplastaba bajo la cobarde superioridad del maestro.

Si llegado este punto, querido lector, intuyo compañero de fatigas, está totalmente de acuerdo conmigo, la situación es incluso más preocupante de lo que parece. ¡Algo ha de removerse en nuestro interior si nos atacan de esta forma! Algo que confirme que sí, que la educación que recibimos, junto con la curiosidad innata del que no para de aprender, todavía alimenta la llama del inconformismo de quienes, quizá por redimirnos, todavía creemos en eso del librepensamiento -¡y las acciones que de él derivan!- incluso en tiempos de posverdad, burbujas epistémicas, extremismos enconados y denodadas políticas -me niego a llamarlas culturas- de la cancelación.

Fuente de la imagen: Pixabay

Y el dedo no solo acusa, sino que ahonda en la herida. Y es aquí donde realmente se ciñe al objetivo de este foro. Y pretende ayudar en lo posible a mejorar las prácticas, la realidad, de los que escribimos y publicamos al mismo tiempo que educamos. Pues esta es una crítica copulativa para contribuir al hermanamiento entre docencia e investigación.

Ahora bien, para ello antes hemos de reconocer que si los profesores universitarios hemos llegado hasta donde estamos ha sido en primer lugar por nuestros buenos resultados académicos y principalmente por haber sabido ajustar nuestro CV beca tras proyecto, congreso tras simposio, paper tras póster, etc. en función de los requisitos de turno, permanentemente actualizados desde que se empezó a hablar de sexenios (Caín) y quinquenios (Abel). En definitiva, estamos donde estamos por no haber puesto en práctica hasta sus últimas consecuencias el pensamiento crítico que, doy por supuesto, adquirimos y ejercitamos durante nuestros estudios pasados, presentes y futuros.

Está bien eso de ser crítico, ¡de hecho lo somos! Hemos leído, hemos viajado, hemos vivido. El problema es que no lo demostramos tanto como quizá deberíamos. Simplemente somos realistas, dirán algunos resignadamente, ciertamente inteligentes, argumentarán otros.  Tenemos familias y en algunos casos hasta filias con el exceso de trabajo. ¿Qué hay de malo en conocer las reglas del juego y cambiar, una y otra vez, nuestros métodos y formas de acercarnos a la investigación para alcanzar los estándares que, como si de miguitas de pan se tratara, nos van soltando aquellos seres -siempre son otros- que pueblan el universo ANECA? Todo sea por el progreso de la ciencia. Fíat.

No hablo por hablar; quien está dentro del vientre de la ballena, lo sabe. Hoy pocos profesores universitarios priorizan su actividad educadora por encima de la investigadora y quien no está preparando papeles para alguna acreditación está echando cuentas para el sexenio de turno, reconduciendo sus pasos hacia el de trasferencia o haciendo apuestas sobre el de docencia. No tanto por cuestiones crematísticas, que sin duda influyen, sino quizá por petulancia, presunción, el qué dirán, simple inercia… Tanto da, pues de una forma u otra el minino pasa por el aro creyéndose león.

¿Que nos empezaron pidiendo ISBN? Se crearon los libros de actas. ¿Que ya no servían? Mejor maquetarlos con ISSN. ¿Que debían que estar indexados? Pecata minuta. Pay per publish. Salami papers. Revistas depredadoras. MDPI… Un sinfín de flagrantes, continuas y sistemáticas adaptaciones de nuestras malas prácticas investigadoras (Delgado López-Cózar y Martín-Martín, 2022) a los continuos vaivenes de baremos y belenes que nos echan de baranda día tras día, cuando, tras las cajas de nuestros particulares teatrillos, competimos para ver quién despotrica más alto y se rasga las vestiduras mejor al mismo tiempo que pensamos qué será lo que hagamos para, una vez más, rugir maullando y seguir adelante. Al final del día, cada uno con su pellica.

De hecho, qué bien viene ser sumiso cuando uno está forzado a ser trabajólico en un marco profesional tan cómodo a la hora de explotar al prójimo: revisiones gratis et amore, fines de semana de guardia, artículos de mazapán… Aunque, quizá, simplemente nos entretienen, que es peor. Sepultados por la burocracia, rendición de cuentas, proyectos y demás papeleo, ¿por qué iba a ocurrírsenos que donde realmente podemos marcar la diferencia es en nuestras clases?, ¿cómo recordar que investigar y publicar, pese a estar inextricablemente relacionadas, son dos acciones distintas? Y si se nos ocurre, ¿cuánto duraremos mientras el resto suma y sigue, aprieta el paso en la galera, mira de reojo el BOE, y nos da palmaditas condescendientes en la espalda alabando nuestra forma de pensar?

Estoy convencido que bajo el real fenómeno del parasitismo académico (Fernández-Cano, 2022) podemos encontrar excepciones, verdaderas joyas pedagógicas. Profesionales que no contribuirán al polvo de los anaqueles pero que centran sus esfuerzos, clase tras clase, en cambiar vidas a mejor. Investigando e innovando sin entrar en los circos de las modas a la hora de publicar. Qué pena que sus trazos, críticos y pertinentes, se confundan con los de los gandules y aprovechados que trastabillan por nuestros despachos y que, ¿por qué no?, bien pudieran estar ahítos de sexenios -como lo estuvo el papagayo de Tagore- viviendo a costa del sistema, depauperándolo sin llegar a matarlo, como bien define la RAE.

Como ya señaló acertadamente Bolívar en este mismo foro, hay que tener cuidado con los mitos sobre los que se sostiene la relación entre docencia e investigación (2017) así como con las repercusiones del capitalismo académico (2019). Tanto daño hace al sistema universitario el que nada se preocupa por la investigación como el que solo se preocupa por publicar, esto es evidente, tan evidente como cuál de estos dos lleva las de ganar en el escenario actual.

Con todo, mejoremos nuestras prácticas investigadoras, no vendamos nuestra alma al diablo para continuar educando con mayor o menor suerte. Pues, además de investigar, educamos, sí, aunque en ocasiones al zapatero se le olviden sus zapatos.

Referencias bibliográficas:

Bezanilla, M. J., Poblete, M., Fernández, D., Arranz, S., y Campo, L. (2018). El Pensamiento Crítico desde la Perspectiva de los Docentes Universitarios. Estudios Pedagógicos XLIV(1), 89-113. http://dx.doi.org/10.4067/S0718-07052018000100089

Bolívar, A. (2017). Investigación y docencia: de una relación problemática a una productiva. Aula Magna 2.0. [Blog]https://cuedespyd.hypotheses.org/2641

Bolívar, A. (2019). El “capitalismo académico” y la investigación educativa. Aula Magna 2.0. [Blog]. https://cuedespyd.hypotheses.org/6465

Delgado López-Cózar, E. y Martín-Martín, A. (2022). Detectando patrones anómalos de publicación científica en España: Más sobre el impacto del sistema de evaluación científica. [Preprint]. https://www.researchgate.net/publication/363535388_Detectando_patrones_anomalos_de_publicacion_cientifica_en_Espana_Mas_sobre_el_impacto_del_sistema_de_evaluacion_cientifica

Fernández Cano, A. (2022). Parasitismo académico. Aula Magna 2.0. [Blog]. https://cuedespyd.hypotheses.org/10776

Gil Cantero, F. (2022). El editor: un animal sintiente. 18 tesis irrefutables. Aula Magna 2.0. [Blog]. https://cuedespyd.hypotheses.org/10870

Tagore, R. (1943). La escuela del Papagayo y alocuciones en Shanti Niketan. Cervantes.

Villa, A. y Poblete, M. (2007). Aprendizaje Basado en Competencias. Una propuesta para la evaluación de las competencias genéricas. Ediciones Mensajero.

 Cómo citar esta entrada:

González-Geraldo, J.L. (2022). Zapatero, a tus zapatos. Aula Magna 2.0. [Blog]. https://cuedespyd.hypotheses.org/11595 

Tomando de Aula Magna 2.0 con permiso de sus editores