miércoles, 28 de febrero de 2018

Innovar y transferir desde la misión docente

Escribe Jasmina Berbegal Mirabent

Es bien sabido que las universidades tiene una triple misión: docente, de investigación y de transferencia. Cada universidad, atendiendo a sus recursos y características del entorno, diseña una estrategia concreta para dar respuesta a estas tres demandas. El objetivo de este post no es el de explicar en detalle estas misiones (algo ya discutido en otras ocasiones), sino más bien argumentar un poco sobre la relación entre ellas, y más en concreto entre la función docente y la de transferencia.
Tradicionalmente, cuando hablamos de la tercera misión (o misión de transferencia) tendemos a simplificar, y a considerar (únicamente) aquellas actividades que dan valor económico a la investigación realizada en el seno de las universidades. Un claro ejemplo serían las patentes, las licencias, las spinoffs, o los contratos de investigación/consultoría. Aquí, hay que añadir que estos “outputs” son relativamente sencillos de cuantificar, por lo que no es de extrañar que precisamente sean estos indicadores los que se utilizan a la hora de determinar qué tan eficiente o productiva es una universidad en esta dimensión y poder así compararla con otras. Sin ir más lejos, un ejemplo lo encontramos en los rankings universitarios. Ciertamente, es innegable el interés que han suscitado dichas actividades y, a fecha de hoy, resulta inconcebible una universidad sin una oficina encargada de tal gestión (las denominadas OTRIS, oficinas de trasferencia de resultados de investigación). Sin embargo, estas actividades representan sólo una visión parcial de lo que en realidad significa la tercera misión. La tercera misión considera la universidad como una institución que presta servicios científicos a través  de la formación y la transferencia, con el objetivo último de mejorar la competitividad (local, nacional y/o regional), y contribuir a la mejora del bienestar social.
Implementar esta misión significa estrechar las relaciones universidad-empresa, no sólo a nivel de explotación de los resultados de investigación (como comentaba anteriormente, vinculando la segunda con la tercera misión), sino también a través de la función docente. Las prácticas en empresa son un claro ejemplo. En la mayoría de los planes de estudio existe la opción (u obligación, según la titulación) de realizar un periodo de formación en empresa.
Esta estrategia apunta claramente a la generación de una fuerza de trabajo de mayor calidad, que responde a los perfiles y habilidades demandados del mercado, reduciendo así la brecha entre educación y mundo profesional.
Si bien las prácticas en empresa aportan al alumno un valor añadido indiscutible, existen también otras vías (aunque quizás menos exploradas), que permiten no sólo al alumno, sino también a la empresa obtener grandes beneficios. Me refiero a explotar mejor la capacidad que tiene la universidad para proporcionar soluciones aplicadas al tejido industrial (p.e. mejora de los productos existentes, desarrollo de estrategias, sistemas y procesos de comercialización, etc.), pero desde la función docente. Es decir, diseñar asignaturas en colaboración con empresas para que los alumnos trabajen en proyecto reales, con la supervisión y know-how del profesor.
Esta estrategia persigue el desarrollo íntegro del alumno, dotándole no sólo de los conocimientos técnicos específicos de la materia en la que se inserte dicha actividad, sino también de las habilidades y competencias que se espera domine cuando se incorpore en el mercado laboral. Por su lado, las empresas, ganan acceso a mano de obra cualificada (alumnado y profesorado) que seguramente aportará una visión fresca al modo tradicional de operar, la posibilidad de captar talento, y el proponer solución a problemas que, de otra manera (por falta de tiempo o recursos) quedarían sin resolver.
Y qué mejor manera de poner en contacto universidades y empresas que utilizando estrategias de matching. Este es el caso de iniciativas como Me2we Finland, una start-up finlandesa que integra proyectos empresariales en asignaturas universitarias. Los profesores cuelgan la descripción de la asignatura en la plataforma e indican el tipo de curso y qué buscan de una empresa. Las empresas registradas ven los cursos ofertados y pueden proponer propuestas de proyecto para realizar en el marco de las asignaturas existentes. Si hay un acuerdo por ambas partes, la colaboración puede empezar. Este tipo de negocio es particularmente interesante para start-ups, PYMEs y empresas familiares.
Otra propuesta es la que sugiere WeSolve. En este caso se trata de una plataforma estadounidense que conecta a estudiantes de MBA con empresas de reconocido prestigio (e.g., Airbnb, Bank of America, Microsoft, Apple, Amazon, Genentech) para resolver retos. Si bien en este caso la universidad no participa como tal, sino que son los alumnos los que deben juntarse y apuntarse a un reto, podría tomarse este modelo como inspiración  para  diseñar plataformas similares e integrar dichos retos dentro de las asignaturas. ¿Qué mejor manera de aprender Dirección de Operaciones que resolviendo un reto de Amazon?
Y es que, tal y como subraya el profesor Henry Chesbrough en el paradigma de la innovación abierta, el mejor talento y las mejores ideas no tiene porqué venir necesariamente de dentro de la empresa. ¿Por qué no aprovechar pues el potencial de los alumnos? Los estudiantes deben entrenarse a enfrentar nuevos roles y desafíos, y a cuestionarse por qué suceden las cosas. Las empresas, por su parte, necesitan ideas que aporten frescura a sus modelos de negocio.
Cuando universidad y empresa trabajan conjuntamente para impulsar las fronteras del conocimiento, se convierten en un poderoso motor de innovación y crecimiento económico.

Tomado de Studia XXI con permiso de sus editores 

lunes, 26 de febrero de 2018

Nuevo número de Revista de Investigación Educativa

Escribe Editores de Aula Magna 2.0 

RIE- Revista de Investigación Educativa acaba de publicar su primer número de 2018, con un total de 15 artículos, que versan sobre temas de interés en la investigación educativa: educación superior, orientación profesional, TIC, inteligencia emocional, evaluación de competencias, estilos de aprendizaje, evaluación docente, aprendizaje-servicio, etc.
Si en el número anterior Jani Ursin, nos presentaba una versión de las transformaciones que se han ido produciendo en la estructura universitaria de Finlandia y los conflictos que se han ido generando con ello, en este el profesor Sebastián Rodríguez Espinar inicia el número con un artículo sumamente interesante relativo a la Educación Superior en nuestro contexto, planteando ya en el título, una visión de la Universidad desde “fuera” orientada hacia el futuro. Cuidadosamente, se aportan evidencias sobre hechos actuales, como la expansión de los sistemas de educación superior, el aumento de los costes de los estudios, la internacionalización de los sistemas o las condiciones de trabajo del profesorado y desde su experiencia y conocimiento, nos advierte que algunos sectores de la educación superior probablemente afrontarán cambios fundamentales.
Además, este número recoge temas diversos dentro de nuestra política editorial de índole cuantitativo y cualitativo, abarcando una diversidad de temáticas como, evaluación de competencias, género, atención a la diversidad, uso de las TIC y alfabetización digital, perfil formativo del orientador profesional, valoración de la orientación profesional en la educación secundaria obligatoria, abandono escolar en carreras universitarias,… Sin duda un elenco de artículos de sumo interés en la investigación educativa.
Antes de presentar los artículos, con enlace a los mismos y sus autores, queremos compartir nuestra satisfacción y comunicar a todos los investigadores y aquellos interesados en la investigación en educación que la Revista evoluciona, crece y entre todos, la hemos situado en el segundo cuartil (Q2) de Scimago Journal (SJR) en la medición de 2016. Este logro es de todos, de ustedes y del equipo editorial, los primeros por depositar su confianza en la calidad de los artículos que publicamos al citarlos como obras de referencia en sus escritos y nuestro, por el trabajo que voluntariamente realizamos en pro de nuestra ciencia.
Por Javier Pérez Cusó. Difusión y Comunicación. Revista de Investigación Educativa
ARTÍCULOS
Aproximación al perfil formativo del orientador profesional en la blogosfera Mirian Martínez Juárez, Natalia González Morga, Javier Pérez Cusó
Valoración de la orientación profesional en la enseñanza secundaria postobligatoria Pablo Rodríguez Álvarez, Camilo Isaac Ocampo Gómez, José Antonio Sarmiento Campos
Heterosexual, ¿qué es eso? Percepciones sobre identidades sexuales en educación secundaria  Andrea Francisco Amat, Arecia Aguirre García-Carpintero, Lidón Moliner Miravet
El aprendizaje basado en la indagación en la enseñanza secundaria  Pello Aramendi Jauregui, Rosa María Arburua Goienetxe, Karmele Buján Vidales
Usos y abusos de las TIC en los adolescentes  Joaquín Gairín Sallán, Cristina Mercader
El abandono en el recorrido formativo del estudiante de ADE de la Universidad de Barcelona Montserrat Freixa Niella, Juan Llanes Ordóñez, Marta Venceslao Pueyo
Aplicación del SEEQ como instrumento para evaluar la actividad docente universitaria Paola S. Andrade-Abarca, Lizeth Natali Ramón Jaramillo, María I. Loaiza-Aguirre
Tomado de Aula Magna 2.0 con permiso de sus editores

sábado, 24 de febrero de 2018

Estar informado (semanal - 24/2/2018)

CUED: ¿Qué sabes del Marco Europeo de la Competencia Digital Docente? | https://t.co/F0sjzECwXq

CUED: A vueltas con la gobernanza de las universidades | https://t.co/kOEYsCzrKN

CUED: Educación digital: avances y desafíos 2018 | https://t.co/GCKvxjGC4Z

CUED: Monjes copistas | https://t.co/YpRCfKdvuR

CUED: Una visión emocional de la Innovación Educativa. | https://t.co/dqDPERbnH3

La Universidad de YouTube: diez habilidades que puedes aprender con vídeos | https://t.co/WDvT8Vjx5U

15 documentos de aula para aprender y enseñar el aprendizaje cooperativo  | https://t.co/p815YSo51T

El conectivismo y los MOOC | https://t.co/KKD71rqLCT

Dónde se archivan los correos en Gmail | https://t.co/ON9CoBehVd

Doing This One Thing Will Help Make You a Better Leader in 2018 by Dr. Bruce Ellis (Be Specific with Feedback!) | https://t.co/4WJiSBPR4h

53 Sites que oferecem cursos online gratuitos para fazer em 2018 | https://t.co/D48bm5CgIH

Entrevista. “A universidade pública envelheceu. E isso é perigoso” | https://t.co/Jhgq0n50vB

New quantum memory stores information for hours | https://t.co/iwPLQnKJE4

Univesp seleciona professores para 143 vagas de tutor em cursos EAD | https://t.co/OC5PLeahSN

Mind Mapping tools - curated on EdShelf | https://t.co/nsgvVWKShF

How does Digitalisation Affect the Universities? | https://t.co/pk0xwFomHP

¿La tecnología mejora la educación? (Fran García) | https://t.co/J1yHmPY1gJ

La integración efectiva del dispositivo móvil en la educación y en el aprendizaje | https://t.co/Kak59W4nKs

OCDE: Educação é melhor que renda para reduzir desigualdade | https://t.co/IN64q5bn44

Machine Learning vs Deep Learning vs Artificial Intelligence | https://t.co/G3yFwrJg47

learning to create the future of work | https://t.co/BSqdcXdcZ1

California Academy of Sciences :: Resources for Teachers | https://t.co/lxavr5KhGR

The FLGI 25-Point Standard for Flipped Training | https://t.co/PaVcecHJCH

El Ministerio de Educación, Cultura y Deporte presenta el informe “Programación, robótica y pensamiento computacional en el aula. Situación en España, enero 2018” - Ministerio de Educación, Cultura... | https://t.co/MPzmSmHngu

Old technologies don't die | Learning with 'e's | https://t.co/Ymlk9WYqiM

¿Tienen futuro las carreras de Humanidades? | Historias | https://t.co/4OcH8WWJR5

Cómo elegir un máster oficial a distancia | https://t.co/d57tQVoRp2

¿Cuándo llegará la tecnología a las aulas universitarias? | https://t.co/9ToegdEPp2

Los mejores cursos gratuitos online de empresas y universidades de prestigio | https://t.co/1nfwTGz6nh

"En educación es difícil avanzar si no se tiene una visión a largo plazo, de país, más allá de los ciclos políticos" -  » | https://t.co/UR9RLqN1tA

Las universidades deben tomar la iniciativa de la capacitación en el trabajo — | https://t.co/3t6swOJwgl

Propuestas pedagógicas disruptivas alrededor del mundo — | https://t.co/pG1l5cVbqG

RIED: Dimensiones de evaluación de calidad de educación virtual: revisión de modelos referentes | https://t.co/WMp5EiMLHN

Anna Carballo: “La neurociencia no tiene la receta para los problemas de la educación” | https://t.co/wmEVy6cZAA

"El proceso científico nos proporciona las herramientas necesarias para evaluar e interpretar el mundo que nos rodea" — | https://t.co/ttokJucSip

¿Cómo será el mundo laboral del futuro? | Fundación Telefónica España | https://t.co/uR4fNOeMrM

Innovar en la educación: ¿por y para qué? – | https://t.co/6sdkrGukyI

Brasil es el país latinoamericano con más publicaciones científicas de acceso abierto | https://t.co/O4MQM27ham

Educating Urban Designers using Augmented Reality and Mobile Learning Technologies / Formación de Urbanistas usando Realidad Aumentada y Tecnologías de Aprendizaje Móvil | https://t.co/JPV2xmaYpx

Five top tips for delivering live online learning | https://t.co/8BFR795jBE

Profesor 3.0: The joy and responsibility of teaching well: ¿Estamos haciendo bien nuestro trabajo de enseñar a nuestros alumnos universitarios?¿Proporcionamos en la universidad la educación que se ... | https://t.co/Q2TUNuOoXX

5 Benefits Of Using Augmented And Virtual Reality Technologies In eLearning | https://t.co/U99SekkfZs

Así penetran la programación, la robótica y el pensamiento computacional en España | https://t.co/MI5F4t3TtU

From invisibility to impact: radically different measures are needed to capture the true impact of research | https://t.co/RypXBKaRqs

Ciencia: Esto es lo que cuestan las revistas científicas: España se ha pulido 213 millones desde 2012. Noticias de Ciencia | https://t.co/t2iIqSdYqu

Carrera profesional docente en la Universidad: un desiderátum | Comunidad Valenciana Home | EL MUNDO | https://t.co/1LNtPLGhSn

Ciencia: Todos contra Elsevier, el gigante editorial científico que cobra a España 25 kilos al año. Noticias de Ciencia | https://t.co/VOYtx9PH20

Moodle y Conectivismo para un aprendizaje online | https://t.co/bFFHv7XZ3P

Ver la publicación: Año 2018, Vol. 21, Número 1. Texto Completo Ejemplar. Dedicado a: La revolución del blended learning en la educación a distancia | https://t.co/xOnqcNTIwA

¿Abecé o #Abecé? Qué significa saber leer y escribir en la era digital | Internacional | https://t.co/uMMo62RM11

RIED: Dimensiones de evaluación de calidad de educación virtual: revisión de modelos referentes | https://t.co/5q2obE7gnO

viernes, 23 de febrero de 2018

El pensamiento computacional, ¿crees que va contigo?

Escribe Javier Tourón
pensamiento computacional
Hoy, dadas las fechas os ofrezco una entrada breve, no sencilla, pero sí intriguing. Solo quiero mostrar, pues estoy lejos de saber solventemente de este asunto, la importancia de reconocer que el aprendizaje ha cambiado y las exigencias para los que enseñan y para los que aprenden también.
Ya no se trata de discutir de lo obvio, simplemente se trataría de discurrir cómo hacemos para no perder el tren. O peor aún, para no hacérselo perder a nuestros alumnos.
Muchos quizá penséis que esto no van con los profesores, desde luego no con los de Primaria o Secundaria. Os equivocáis. El curso pasado tuve la suerte de estar en el tribunal de una tesis, que fue distinguida con "premio extraordinario", que llevaba por título: "Codigoalfabetización y pensamiento computacional en educación primaria y secundaria: Validación de un instrumento  y evaluación de programas", brillantemente defendida por Marcos Román. Si crees ahora que sí puede ir contigo este es el enlace para descargarla completa. ¡Maravillas de la computación!
De la misma ya se han derivado, hasta el momento, varios artículos entre los que puedes están estos:
¿Qué decir de las bondades de este tipo de pensamiento para retar intelectualmente a los más capaces?
Espero que el infográfico que he traducido, e incrusto a continuación como pdf, te resulte de interés. El original puedes verlo aquí.
Tomado de Javier Tourón con permiso de su autor

jueves, 22 de febrero de 2018

Una visión emocional de la Innovación Educativa.

Escribe Angel Fidalgo


Si buscamos definiciones académicas o científicas de innovación educativa podremos ver que las palabras “cambio” y “mejora” aparecen de forma constante, como por ejemplo, “la innovación educativa es la aplicación de una idea que produce cambio planificado en procesos, servicios o productos que generan mejora en los objetivos formativos” (*). Habitualmente estas definiciones se refieren al contexto global; es decir, que si se hace innovación esta debería afectar a todo el sector educativo.
(*) Sein-Echaluce, M.L, Fidalgo-Blanco, A y Alves, G (2016). Technology behaviors in education innovation. Computers in Human Behavior, Vol 72, pp 596-598. 2017. http://dx.doi.org/10.1016/j.chb.2016.11.049
Aplicar la definición textualmente plantea ciertos dilemas. Por ejemplo, un profesor que utilice por primera vez en su vida una presentación por ordenador en sus clases teóricas cumple la definición de innovación educativa (ha realizado cambio y mejora). Si el contexto considerado es su propia asignatura, si se podría decir que hace innovación (solo en su asignatura). Pero en un contexto general como es el sector educativo sería evidente que no constituye ninguna innovación en la actualidad.
Esta situación hace que parte del profesorado que innova no sepa si lo está haciendo a nivel global (como para presentar su innovación en un congreso, por ejemplo), o solo lo está haciendo para su asignatura (en ese caso si presenta esa innovación a un congreso se la rechazarían). Dicho de otra forma, no sabe si es un profesor innovador o simplemente está desactualizado y cualquier cosa le parece novedosa.
Sin embargo hay otra definición de innovación educativa que no plantea ningún dilema ya que no distingue contextos globales o locales, no tiene en cuenta lo que le digan en un congreso y, sobre todo, tiene unos indicadores fáciles de identificar. Se trata de considerar  el planteamiento  emocional de la innovación educativa.
Usted sabrá que está haciendo innovación si:
  • Es inconformista. No está de acuerdo con la tasas de fracaso escolar de su alumnado.
  • Se centra más en lo que usted puede hacer por mejorar la situación que en echar la culpa (aunque la tenga) al sistema educativo, a los políticos, a la dirección del centro, a lo mal preparados que llega su alumnado, etc.
  • Es emprendedor. No espera a que las leyes educativas cambien (lo hacen a menudo) y arreglen la situación (esto no suele ocurrir), sino que decide dar el paso, armarse con lo que encuentre a su alcance y dar la batalla al fracaso escolar, aunque sea en solitario.
  • Es profesional amante de su trabajo. No le mueve ni la fama, ni el dinero ni el reconocimiento. Sencillamente es su alumnado lo que le mueve.
  • Es vocacional y “a-vacacional” ya que utiliza su tiempo libre y de vacaciones para continuar trabajando.
Pero quizás lo más importante no es si realmente está o no está innovando a nivel global, lo más importante es que gracias a su acción, lo que sí está contribuyendo es a mejorar la educación de su contexto más cercano y eso es como encender una velita que contribuirá a iluminar la oscuridad del mundo, por tanto contribuye a la mejora formativa global. Debido a las características de nuestro sector, lo que marca la diferencia de una buena formación o mala formación es su profesorado  (y el que realiza innovación emocional es el mejor del mundo).
Tomado de Innovación educativa con permiso de su autor

miércoles, 21 de febrero de 2018

Monjes copistas

Escribe Nelia Campos

El sabio refranero español dice: “Quien quiera saber, que vaya a Salamanca”. Ocho siglos han pasado y generación tras generación así lo seguimos diciendo.
Imaginemos que hubiéramos nacido en cualquiera de los siglos anteriores al nuestro, y que quisiéramos aprender sobre un tema cualquiera. Podría ser sobre las especies de árboles, o el Sistema Solar, o la historia antigua de Europa. ¿Qué opciones tendríamos? Quizá consultar algún libro o ir a una biblioteca si estuviera a nuestro alcance. ¿Y si quisiéramos profundizar más? Casi la única posibilidad sería ir a una Universidad, donde seguramente encontraríamos a un experto en la materia. Si tuviéramos la suerte de convertirnos en alumnos suyos, podríamos escuchar sus disertaciones y tomar valiosas notas con nuestro papel y pluma, reuniendo contenidos que podrían ser muy difíciles de encontrar en otro sitio.
Cuánto ha cambiado el mundo desde entonces, y qué poco las clases universitarias. Estas siguen consistiendo, mayormente, en que un profesor dicta apuntes, o los escribe en la pizarra, y los alumnos toman notas. Hay otras modalidades que parecen más modernas, como por ejemplo, proyectar el texto mediante diapositivas en una pantalla; pero esto suele servir simplemente para poder condensar más contenido en menos tiempo y no supone en realidad un cambio de metodología.
La mayor parte del tiempo que la Universidad dedica a las clases, se emplea en hacer que la información “cambie de soporte”. Es decir, que pase de los apuntes del profesor (o de su libro, de sus diapositivas, o de su propia memoria) a los apuntes de los alumnos. Multiplicar la información, que supuestamente solo estaba en un sitio –en la mente del profesor– para que se reproduzca en múltiples copias, que se guardarán en la carpeta y mochila de cada estudiante, con el fin de que cada uno de ellos lo pueda después memorizar. En este cambio de soporte se emplean horas y horas de actividad docente, haciendo que las aulas universitarias se parezcan al scriptorium de los monasterios medievales, donde los monjes copistas reproducían la información por el único medio disponible entonces: la escritura manual.
Huelga decir que en nuestra época no es esta la mejor manera de optimizar la transmisión del conocimiento. Ese valioso tiempo que se usa para copiar contenidos (los cuales muchas veces van de la pizarra a la mano sin pasar por la cabeza) podría liberarse para destinarlo a asimilar los conceptos y aprender a utilizarlos.
Pero hay en las aulas universitarias una tremenda inercia, una inercia de siglos, que pesa toneladas, y que en pocos casos se logra vencer.
Muchas veces el profesor da la clase tal como se la dieron a él o ella, y así día tras día, curso tras curso, generación tras generación. Y también el alumno se sienta en el pupitre con la misma actitud que sus padres o abuelos puesto que no conoce otra cosa.
La Universidad se debería desanclar de ese tiempo en que la información era patrimonio exclusivo de una persona. Sin embargo, el profesorado, bajo el peso de la tradición, puede tener a veces una cierta sensación de “estar de más” si el alumnado recibe los contenidos por otra vía.
Pero no debería ser así. El hecho de que el alumno reciba material impreso o electrónico (ya sea proporcionado por el propio profesor o procedente de otras fuentes) no resta para nada su función al docente, sino todo lo contrario.
Porque, lo que sí es privilegio del profesor y no es sustituible por un papel es la interacción directa con el alumno. Atender dudas, ayudar a resolver problemas, proponer ejercicios acordes con las dificultades que puedan ir surgiendo… Para esto sí hay que saber, y para esto sí hay que ser buen docente. Es incluso más difícil que impartir una clase magistral, porque uno ha de estar preparado para todas las eventualidades: incluyendo el que el estudiante nos pregunte algo que ni siquiera nos habíamos planteado.
Tampoco sería efectivo, por otra parte, caer en la simple acumulación de material: sería muy fácil proporcionar al alumno abundante información en cualquier formato para que “se lo estudie”. De poco serviría que el alumnado tuviese todo el material si no se trabajase en clase sobre ello.
La evolución en este sentido parece inevitable, y sin duda, en algunos casos particulares se está dando. Sin embargo, a menudo seguimos encontrando excusas para no cambiar:
– “Es que tienen que aprender a tomar apuntes. Y tomar apuntes también es una manera de aprender”.
Puede ser cierto, y probablemente será bueno hacerlo de vez en cuando, pero ¿debería ser esa la principal, o casi la única, actividad de los estudiantes en clase?
– “Es que si les doy los apuntes fotocopiados, no vienen a clase”.
Esto sí que es importante. Si un profesor proporciona los apuntes en cualquier formato impreso o electrónico, y por esa razón los alumnos dejan de asistir a sus clases… ¿no significaría que sus clases tienen poco que aportar? Por mi parte, como docente, si un día un papel escrito me puede sustituir, me retiraré de la profesión.
Es, por tanto, un reto fundamental para el docente el que sus clases sirvan para algo más que para obtener el material. ¿Y qué se puede hacer en una clase, si no es tomar apuntes? Pues innumerables cosas: elaborar la información, analizarla, aprender a aplicarla, discernir lo importante, resolver casos o problemas, debatir, reflexionar, plantear preguntas, comentar sobre el uso que el futuro graduado podrá dar a estos conocimientos, y un largo etcétera. Estos son aspectos que el alumno no puede llevar a cabo por sí solo, pero sí con la guía del profesor. Y este es sin duda el papel del docente del siglo XXI: The guide on the side, and not the sage on the stage (el guía al lado, y no el sabio en el estrado).
También es un reto para el estudiante que, acostumbrado al aprendizaje pasivo, tendría que pasar a la acción e involucrarse en su propia formación: incluyendo, por ejemplo, la participación activa en las clases, o la lectura/visionado de los materiales de manera previa a estas. Ello requiere un esfuerzo intelectual bastante mayor que la simple actividad de copia y posterior memorización.
Esto se hace en otros países (ver aquí) y es factible. Ahora bien, el estudiante no puede hacerlo si el docente no lo propone. Y el docente por sí solo, mal podrá hacerlo si no recibe apoyo del sistema. El cambio de paradigma supone una importante cantidad de trabajo añadido para el profesorado, en forma de elaboración de material didáctico adecuado, actualización de conocimientos, y preparación de una clase mucho más dinámica y compleja. Y para esto se requiere tiempo y recursos, además de un entorno universitario que apueste decididamente por la calidad docente: proporcionando formación al profesorado, evaluando y apreciando los méritos docentes, y premiando los esfuerzos en este sentido. Se puede ver al respecto lo que apuntaba en un artículo anterior (ver aquí).
Añadamos por último que, en un mundo global en el que la información está por todas partes, es papel fundamental de la Universidad guiar al estudiante para que sepa seleccionar con criterio dicha información, interpretarla, y utilizarla de un modo que tenga sentido en el campo que le corresponda. Al fin y al cabo, formarse –por ejemplo– como biólogo, ingeniero o historiador no consiste solo en acumular conocimientos sobre esta materia, sino en aprender a pensar como un biólogo, pensar como un ingeniero, pensar como un historiador. Y esto sí que se aprende del profesor que se esfuerza para transmitirlo, enseñando en sus clases a pensar. Mucho más allá del folio escrito.
Tomado de Studia XXI con permiso de sus editores

martes, 20 de febrero de 2018

Educación digital: avances y desafíos 2018

Escribe Paola Dellepiane

Durante los últimos días de diciembre 2017 terminaba de leer la publicación Cuaderno: Infraestructura digital para educación. Avances y desafíos para Latinoamérica exactamente 2 años después que salía la publicación, es decir, en diciembre 2015.

Sin dudas, la infraestructura digital es una componente central de las políticas de TIC para las escuelas, y los países de la región están dando pasos importantes en este sentido. No obstante, el alcance de los cambios propuestos por las tecnologías resultan de un impacto significativo en la vida social y cultural que es necesario no perder de vista por parte de los estados.

En este sentido, y luego de poco más de dos décadas de desarrollo de la infraestructura digital para educación, la región presenta avances significativos junto con grandes deudas en la conectividad y banda ancha para un grupo de países, especialmente en zonas rurales y sectores vulnerables. Los desafíos en esta materia son enormes y cambiantes.

Las decisiones sobre infraestructura deben ser "maduradas" por cada país acordes con su desarrollo digital y perspectivas educativas, regulando la influencia de los mercados tecnológicos y articulando los aportes de otras instituciones.

Aquí, las principales conclusiones del informe:
1. Los cambios tecnológicos y la experiencia en las escuelas durante las últimas décadas han moldeado los diferentes modelos que han dado forma a esta infraestructura en educación, como los computadores en laboratorios especiales; portátiles y pizarras interactivas en las aulas; y la provisión de netbooks y tablets directamente a los niños. Sucesivas generaciones de políticas públicas han contribuido a superponer estos distintos modelos en las escuelas, enriqueciendo cada vez más el acceso de los estudiantes tanto en sus escuelas como hogares. 
2. La infraestructura en educación en la región presenta avances importantes a nivel de escuelas y hogares. Sin embargo, la realidad está lejos de ser homogénea: mientras hay países con indicadores más cercanos a los de países desarrollados, otros están muy rezagados. Se observan también marcadas diferencias de acceso al interior de la mayoría de los países de la región entre los distintos grupos socio- económico y entre sectores urbanos y rurales. 
3. La infraestructura educativa está altamente relacionada con el desarrollo digital de los países, pues se potencian mutuamente. En muchos países, las políticas públicas han reforzado los procesos de masificación de las TIC en la sociedad y en educación en particular, pese a lo cual la región está aún lejos de los países más desarrollados, especialmente en lo que concierne a la masificación de Internet. 
4. Las fuerzas de los mercados tecnológicos globales no están necesariamente alineadas con las necesidades de los sistemas educativos y las políticas requieren modular su influencia sobre las decisiones de infraestructura, al mismo tiempo que aprovechan su contribución a las mismas. Esta mediación es también necesaria en la relación de las políticas con otros agentes del ámbito educativo-tecnológico, como las organizaciones internacionales y el campo académico. 
5. El desarrollo de la infraestructura digital requiere considerar todas sus dimensiones y no solo las decisiones sobre dispositivos, que es donde tienden a focalizarse las políticas. Estas otras dimensiones mínimas incluyen los espacios físicos, condiciones de seguridad, alimentación eléctrica, soporte técnico y administrativo, reciclaje de residuos y, por supuesto, acceso a Internet de banda ancha de buena calidad. 
6. En un contexto de creciente consenso sobre la obligación de los Estados de garantizar el acceso a Internet y los derechos digitales de su población, especialmente la escolar, los gobiernos han implementado políticas de universalización que, en general, no han rendido los frutos esperados en la región; asimismo han dado creciente acceso a través de las escuelas, lo que ciertamente ayuda, pero también en cierta medida distorsiona, los usos educativos que se le debiera dar a la tecnología en su aulas. 
7. Está emergiendo un escenario de creciente presencia y uso de dispositivos móviles en las aulas, especialmente netbooks y tablets, lo que estaría facilitando un mayor uso de la tecnología en las escuelas. En particular, el uso de tablets se está haciendo crecientemente popular, pero no hay todavía evidencia de que esté teniendo algún impacto. Los teléfonos celulares también son objeto de mucho
interés pues están disponibles en los bolsillos de los estudiantes, pero su utilización es más acotada y está, en general, prohibida en las escuelas. 
8. Los países que distribuyen netbooks a sus estudiantes podrían tener que enfrentar una situación difícil de revertir: la salida de estos dispositivos del mercado. Ante este escenario, podría estudiarse políticas mixtas que focalicen la inversión pública en aquellos estudiantes que no puedan llevar sus propios dispositivos a la escuela (modelo BYOD). Sin embargo, este tipo de políticas obligaría a revisar el rol que deben tener los Estados para asegurar el derecho a una educación pública que incluye el acceso al conocimiento de Internet de manera igualitaria. 
9. Por último, es difícil saber cuáles de las diversas tendencias que emergen en el horizonte tecnológico lograrán instalarse en el contexto educativo, pero hay dos que cabe mencionar pues actualmente están entrando con fuerza a las escuelas. La primera es el uso de los servicios en la nube para compartir aplicaciones, documentos y trabajo colaborativo; y la segunda es la programación de computadores asociada a proyectos que desarrollan artefactos basados en kit de robótica y makers.
Siguiendo a María Teresa Lugo (2012), podemos agregar que la extensión de las experiencias educativas más allá de las aulas, la creación de comunidades educativas diversas, el fortalecimiento de las modalidades colaborativas y horizontales a través de redes para la construcción del conocimiento, como la accesibilidad a materiales didácticos en diversos formatos,  son elementos que la cultura digital, y en particular el aprendizaje móvil, aportan al diseño de nuevos modelos educativos. Estos factores son necesarios considerar en los sistemas educativos cuando hablamos de una integración tecnológica, pues no alcanza con la entrega de dispositivos.

A modo de síntesis, en Latinoamérica se evidencian políticas públicas de fuerte contenido tecnológico, pero estas transformaciones aún tiene que impactar en los ámbitos de educación formal, que asuman el desafío de planificar y gestionar políticas TIC, programar y evaluar los sistemas educativos, incorporar innovaciones didácticas en contexto que trasciendan el último hallazgo digital, y por supuesto, no olvidar la formación de recursos humanos que hace a la comunidad educativa en esta cultura digital.

Tomado de Aplicaciones educativas en entornos digitales con permiso de su autora