jueves, 14 de febrero de 2019

Qué es el Design Thinking y su relación con la innovación educativa.

Escribe Ángel Fidalgo

Design Thinking es un método para diseñar productos, procesos o servicios basándose en las necesidades reales de los futuros usuarios del diseño. El resultado final tiene un conjunto de características:
  • Es innovador. Mejora lo que ya existe en el mercado.
  • Es un negocio viable. Se gana más de lo que se invierte.
  • Genera valor para el usuario final. Consigue más y mejores resultados, trabajando lo mismo que antes.
¿Tiene esto algo que ver con la innovación educativa?
Pues la verdad es que básicamente es lo mismo: La innovación educativa diseña productos, procesos o servicios basándonos en las necesidades reales del profesorado y alumnado. El resultado final de la innovación educativa tiene las mismas características:
  • Mejora lo que ya existe. Si no fuese así no sería innovación.
  • La aplicación de la innovación obtiene más beneficios de lo que cuesta su implantación. Si no se hace así es que no se está gestionando de forma adecuada (mensaje dirigido a las instituciones)
  • El profesorado y alumnado consiguen mejores resultados invirtiendo el mismo esfuerzo que antes de realizar la innovación. Si eso no lo consigue no está aplicando bien la innovación (mensaje dirigido al profesorado)
Parece que la innovación educativa comparte los mismos objetivos que el Design Thinking, así pues, es interesante conocer su proceso de desarrollo:
Fase 1. Empatía. Hay que ponerse en la piel de los usuarios finales y hablar con ellos.
Fase 2. Identificar problemas cuyas soluciones producirán ese valor para el usuario final.
Fase 3. Generación de ideas. Generar opciones que solucionen los problemas y aportan la solución. No se descarta ninguna idea, no hay juicios de valor.
Fase 4. Prototipado. Se trata de obtener una versión del producto final que sea aplicable en el contexto del usuario al que va dirigido.
Fase 5. Testeo y validación. Se prueba el prototipo con los usuarios para identificar fallos, mejoras, fortalezas. Esta fase es crucial para convertir la innovación en solución.
Las fases no son secuenciales, por ejemplo si durante la fase 5 se identifican fallos es posible que haya que rehacer el prototipo, o incluso la generación de una nueva idea.
¿Se puede aplicar a la educación?
Tres ideas:
  • Diseñando los proyectos de innovación educativa bajo el método de Design Thinking. Es la más costosa. Implicaría cambiar todo el planteamiento que se realiza en las innovaciones en aula, las que aplica el profesorado en el día a día.
  • Formación para el emprendimiento. Requiere sumergirse en un contexto real (para que las fases sean reales). Es un método interesante para trabajar en base a proyectos, e incluso para la realización de determinados tipos de proyectos fin de grado.
  • Para desarrollar capacidades creativas, reflexivas y cooperativas. En este caso no es necesario un contexto real. Basta con realizar un trabajo para buscar ideas para utilizar, por ejemplo, una percha.
Tomado de Innovación educativa con permiso de su autor

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