miércoles, 17 de julio de 2019

Escribe Ángel Fidalgo
profinnova
Las agencias de calidad se basan principalmente en tres pasos para realizar la acreditación:
  1. Que el proyecto de innovación haya sido concedido a través de una convocatoria institucional.
  2. Que la institución organice jornadas internas de intercambio de buenas prácticas, donde se presente el proyecto concedido.
  3. Que la institución publique la memoria final del proyecto concedido en un repositorio institucional.
¿Qué es lo que quiere conseguir cada paso? ¿Realmente se consigue?
A continuación se presenta una tabla con lo que se pretende conseguir y la problemática real existente para conseguirlo.
¿Qué pretende?¿Cuál es el problema?
Convocatoria de proyectosEstablecer un control de calidad en una convocatoria competitiva y con revisiónCada institución tiene indicadores y criterios de calidad distintos
Jornadas internasIntercambio de información y experiencia entre el profesorado que ha realizado proyectos de innovaciónEscasa interrelación entre el profesorado y dificultad para poner en común las experiencias realizadas.
No suelen existir procesos para validar los resultados.
Repositorio institucionalTransferencia de la innovación tanto a profesorado de la institución como a profesorado externoNo se tiene en cuenta la estructura de divulgación de la buena práctica para que se pueda transferir. Suelen ser repositorios cementerio.
Es evidente que la intención es buena, el plan parece perfecto: control de calidad, intercambio de experiencia entre el profesorado de la institución y transferencia fuera de la misma. El problema es que para que la innovación educativa tenga impacto sobre la renovación metodológica, deben existir indicadores y criterios de calidad reconocidos de forma estándar. Debe existir un proceso más realista donde el profesorado pueda interactuar y transmitir la experiencia y, sobre todo, los repositorios de buenas prácticas institucionales deben estar preparados para transferir el conocimiento al resto del profesorado.
Otro gran problema es que actualmente parece que solo el profesorado que cumple esos procesos es el que hace innovación. Y esto sí que es un grave error ya que el profesorado innovador existe desde mucho antes de que se establecieran esos procesos de control.

Tomado de Innovación educativa con permiso de su autor

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