¿Qué es la cibergogía?

Por Melissa Guerra Jáuregui 

La cibergogía emerge del entorno digital, a través de la tecnología y el internet, para integrar el aprendizaje activo y significativo dentro de los contextos educativos digitales, lo cual es fundamental para desarrollar habilidades clave dentro de una sociedad que siempre está conectada.

Imagen: iStock/Varijanta

Definición

La cibergogía (cybergogy) tiene sus inicios a principios de los 2000 con el desarrollo de las TIC, la cual ha tomado un gran impulso desde la postpandemia de COVID-19 (Amiruddin et al., 2023) debido a que los ambientes de aprendizaje en línea y virtuales fueron clave para impulsar la educación y evitar el rezago.

Inicialmente, Wang y Kang (2006), quienes acuñaron el término, propusieron que la cibergogía se refería al uso de la tecnología e internet para mejorar la educación mediante la integración de conexiones, redes, herramientas y plataformas digitales para el desarrollo de competencias, permitiendo que los estudiantes participaran activamente en actividades de aprendizaje relevantes. Además, este enfoque integra bases de la pedagogía y andragogía para fomentar el aprendizaje en línea activo.

En la actualidad, autores como Mafarja et al. (2025) la definen como una metodología de enseñanza-aprendizaje que aprovecha las bondades y oportunidades de las tecnologías digitales, tales como la realidad virtual (RV), las simulaciones, la gamificación, entre otros, para crear experiencias de aprendizaje inmersivas, con el fin de incrementar la motivación y promover las habilidades cognitivas superiores. En este sentido, este paradigma se centra en los procesos de enseñanza-aprendizaje que se llevan a cabo en espacios digitales y aulas virtuales, mismos que potencian la participación, la colaboración y la autonomía de los estudiantes.

El modelo de la cibergogía

Wang y Kang (2006) propusieron el modelo de la ciberpedagogía para el aprendizaje participativo, el cual toma en cuenta los tres factores clave de los entornos virtuales de aprendizaje: social, cognitivo y emotivo. El factor social se refiere a la interacción y colaboración como promotores del aprendizaje; el factor cognitivo es relativo a los procesos de aprendizaje y la construcción del conocimiento, mientras que el emotivo se refiere a las emociones durante los procesos de enseñanza-aprendizaje.

Principios clave

En la cibergogía se aplican principios y estrategias pedagógicas en entornos educativos que se llevan a cabo en línea o mediados por la tecnología, por tanto, implica el uso de herramientas y plataformas digitales como vehículo para el aprendizaje, con el fin de fomentar la participación y la colaboración de los estudiantes (Mafarja et al., 2025).

En este sentido, este enfoque tiene algunos principios clave, como los son 1) el uso de la tecnología como unaherramienta para mejorar los resultados del aprendizaje, por lo que no solo se trata de implementar tecnología para dar una ilusión de “innovación”, sino de un empleo consciente y responsable de la tecnología dentro del aula, más cuando se habla de herramientas con integraciones de inteligencia artificial (IA), puesto que existen factores éticos importantes que se deben tomar en consideración (como los datos sensibles y el uso de los mismos); 2) el carácter del aprendizaje es colaborativo, autónomo y centrado en el estudiante, esto se debe a que la cibergogía toma principios de la heutagogía para desarrollar un método de enseñanza que sea efectivo y que responda a las necesidades actuales mediante los medios digitales; 3) en la cibergogía, el currículo es de naturaleza flexible y personalizable, puesto que, como en la heutagogía, el estudiante puede decidir su ruta de aprendizaje según su contexto; 4) el estudiante tiene una participación activa y un alta colaboración, esto debido a que los ambientes de aprendizaje virtual requieren de estas características para que las lecciones sean efectivas; y 5) las experiencias de aprendizaje son significativas, las cuales generan participación, conexión y motivación, tal y como se describió en el punto anterior, los entornos de aprendizaje a distancia, en línea y virtuales exigen estas virtudes, ya que un aula sin estas características se vuelve monótono y aburrido, lo cual puede incentivar la desmotivación y el abandono.

Rol del docente

En tanto, el rol docente dentro de este enfoque no solo es ser un facilitador del aprendizaje, sino un creador de experiencias. Asimismo, existen retos que el profesorado debe tomar en cuenta a la hora de diseñar con el enfoque de la cibergogía (Mafarja et al., 2025):

• Entender los desafíos propios del aprendizaje en línea: distractores, sobrecarga de información y la necesidad de autonomía.
• Diseñar actividades que fomenten el pensamiento crítico, la resolución de problemas y la toma de decisiones.
• Promover la creatividad y la innovación.
• Ofrecer oportunidades en el aula para desarrollar el aprendizaje colaborativo y la retroalimentación.
• Utiliza herramientas digitales (recursos, simulaciones, etc.) para motivar y promover lecciones significativas.
• Crear experiencias inmersivas o gamificadas para fomentar habilidades creativas para la resolución de problemas.
• Conoce y entiende el término de alfabetización digital; tiene competencias digitales.

Rol del estudiante

Por su parte, el rol del estudiante se enfoca en los siguientes aspectos:

• Tiene un papel activo dentro de su proceso de aprendizaje.
• Es autónomo.
• Debe aprender colaborativamente en entornos educativos flexibles.
• Su conexión con el aprendizaje es emocional, cognitiva y social.
• Debe poseer alfabetización digital para poder desarrollarse plenamente.
• Es competente digitalmente.

Beneficios

De acuerdo con Gading et al., (2024) y Mafarja et al. (2025) estos son algunos de los beneficios de aplicar el enfoque de la cibergogía:

Retos

Según Odvina et al. (2024), este enfoque contempla cuatro riesgos importantes para su implementación en los procesos de enseñanza-aprendizaje: 1) uso excesivo e inadecuado de los dispositivos digitales, 2) habilidades básicas de lectura insuficientes; 3) el desafío del uso de la tecnología para estudiantes y docentes; y 4) el impacto dual de la tecnología.

1. Uso excesivo e inadecuado de los dispositivos digitales

Existen efectos contraproducentes por el uso sin medida de los dispositivos electrónicos, ya que estos pueden perjudicar las habilidades lectoras y de comprensión. Odvina et al. (2024) mencionan que «el uso excesivo de actividades digitales no educativas, como los videojuegos en línea y las redes sociales, distrae la atención de los estudiantes de las tareas de lectura, lo que reduce sus habilidades lectoras», agravándose con la adicción al celular que presentan las generaciones actuales, generando un foco de distracción importante.

Del mismo modo, estos autores explican que las instituciones deben tomar medidas proactivas, tales como seminarios sobre el uso responsable del internet o sobre el equilibrio que deben tener los estudiantes entre las actividades académicas, recreativas y digitales, esto con el fin de mitigar los efectos negativos y crear conciencia sobre el uso de los dispositivos digitales.

2. Habilidades básicas de lectura insuficientes

Idulog et al. (2023, como se citó en Odvina et al., 2024) mencionan que la falta de instrucción en habilidades esenciales, como lo son la decodificación, la comprensión lectora, etc., afectan el progreso, señalando la necesidad de programas específicos para abordar estas carencias, ya que esto evita que algunos estudiantes alcancen su máximo potencial debido a la falta de una alfabetización sólida, la cual es fundamental para formar estudiantes a lo largo de la vida.

Ellos señalan que se requieren intervenciones desde la primera infancia en el área lectora para que no solo cumplan con tareas generales, sino que mejoren su rendimiento académico para cumplir tareas avanzadas. Por tanto, el objetivo de dichas intervenciones es «fortalecer las habilidades básicas y mejorar la comprensión lectora, especialmente en entornos educativos que integran tecnología… los docentes pueden apoyar mejor la competencia lectora de los estudiantes, asegurando que la tecnología potencie, en lugar de obstaculizar, su desarrollo académico» (Urbano et al., 2021, como se citó en Odvina et al., 2024).

3. El desafío del uso de la tecnología para estudiantes y docentes

Algunos autores como Herdina y Nigrum (2023, como se citó en Odvina et al., 2024) señalan que existen desafíos referentes a la infraestructura tecnológica y a la formación docente, indicando que la falta de estos elementos repercute en la calidad de la enseñanza, así como en aspectos motivacionales de los estudiantes.

Widodo et al. (2020, como se citó en Odvina et al., 2024) refieren que, aunado a los problemas ya presentados, se suman errores de software, fallos en los dispositivos, internet inestable, falta de conectividad, entre otros, los cuales «generan barreras para el desarrollo de las habilidades de lectura de los estudiantes en entornos de aprendizaje con tecnología», por lo que se necesitan soluciones integrales para evitar que la tecnología obstaculice la calidad y el potencial de la educación.

4. El impacto dual de la tecnología

Un ejemplo del impacto dual de la tecnología en la educación es la lectura. Aunque los dispositivos digitales han beneficiado la experiencia de leer, también han repercutido negativamente en los hábitos de lectura, ya que disminuyen la lectura concentrada y aumentan los niveles de distracción al tener una conexión digital accesible. Diallo (2023, como se citó en Odvina et al., 2024) señala que «si bien la tecnología fomenta la independencia, la motivación y el aprendizaje colaborativo, también puede generar consecuencias negativas como la dependencia excesiva de los dispositivos, la fatiga visual y las distracciones en las tareas académicas». Por tanto, hay que tomar en cuenta los beneficios de la tecnología y sus repercusiones a la hora de planear e implementar tecnología en clase, puesto que también puede disminuir el pensamiento crítico, la capacidad de atención y el análisis reflexivo (Thapliyal, 2023, como se citó en Odvina et al., 2024).

Por ende, la cibergogía es un enfoque que, mediante el uso de la tecnología, el internet y la IA, puede transformar la educación digital para crear entornos inmersivos y colaborativos y desarrollar habilidades clave en una sociedad conectada, pero también supone desafíos importantes con el uso responsable de la tecnología. En este sentido, un ambiente de aprendizaje virtual debe ser diseñado y personalizado conforme a las necesidades, puesto que la misma fórmula (incluso con otros enfoques o metodologías) puede no ser eficiente para todos en general.

En consecuencia, este tipo de enfoques requieren tiempo y esfuerzo significativos, ya que, aunque la tecnología y la IA pueden ayudar a optimizar ciertos procesos, se debe tomar un tiempo para revisar actividades, analizar si el diseño instruccional es el adecuado para los objetivos institucionales y los de aprendizaje, etc. Asimismo, este tipo de enfoque no va dirigido hacia la educación básica, ya que requiere un nivel de autonomía considerable para su implementación, por lo que es algo que también hay que tomar en cuenta a la hora de escoger una metodología adecuada para la planeación.

Tomado de EDUNEWS del Tec de Monterrey