martes, 26 de junio de 2018

El triunfo de las stories (las redes instantáneas)

Escribe Dolors Reig
Las marcábamos como tendencia para este 2018: las que hace tiempo denominábamos “redes instantáneas” aumentarían su importancia en el panorama de los Social media.
Y ya no hablamos de Snapchat, en declive desde que otras redes han adoptado sus funciones: según datos actuales, las stories de WhatsApp son utilizadas por 450 millones de usuarios diarios, las de Instagram, por 300 millones.  Facebook Messenger acumulaba 70 millones en septiembre de 2017 y Snapchat, aunque como decíamos va a la baja en nuestro ámbito, 150 millones.
Lo comentan en Techcrunch: con 970 millones de cuentas posteando stories, puede que estemos ante el formato del futuro.  Un estudio de Block Party calculaba su crecimiento, 15 veces mayor que los feeds (los posteos tradicionales) en los últimos años.  Todos/as los grandes agentes, además, se preocupan de ello, con Mark Zuckerberg diciendo durante las últimas semanas que Facebook está trabajando en la monetización, de nuevo, de sus stories, también FB añadiendo posibilidades como la de compartir audiciones de Spotify, Google lanzando sus stories para news o  Netflix, Youtube, también trabajando en ello.
Es por todo ello que me planteaba durante los últimos días el porqué de su predominio creciente.
Y es que los Social media eran ya una ventana a las vanidades o méritos de quienes posteábamos en ellos.  Lo posteaba, en forma de stories y con afán de recolección de datos y opiniones esta mañana en varias de las redes que hemos mencionado:

¿Cuál es ese atractivo que las hace the next big thing? Hay mucho de “mirad lo interesante que es mi vida”, on steroids… nada nuevo en social media :) Parece algo así como un preferir mostrar lo interesantes que son nuestras vidas a vivirlas …
Y recogía interesantes opiniones y datos: En twitter @mireiagrange destacaba la fugacidad, el espíritu de “carpe diem”, de “vive el momento” en las stories.  Ester Villar (@gallisteas) añadía que constituyen, de algún modo, el triunfo de la cantidad sobre la calidad. Postea…. lo que sea, sin demasiado filtro ni edición, pero postea….
Pete the cat (@apedom), @donhammurabi añadían cómo se prioriza el contenido que se adapta mejor al formato breve, de impacto y lectura ágil. Lectura muy directa, como una señal de tráfico al passar a 100 km/h. Contenido pictográfico :)
@farodigitalok nos recordaba, por último, a Manu Chao, que destacaba con tristeza cómo grabar, convertir la experiencia en trofeo,  parecía más importante que disfrutar del concierto.
En Instagram, @agorabierta comentaba que las historias nos conectan emocionalmente. Y sí, eso siempre ha sido así, aunque no estoy segura de que lo que estamos llamando hoy “stories”,no  sean tanto historias entendidas en un sentido tradicional sinó  sucesiones de instantes encadenados y fragmentados como comentan otros lectores.
También podemos pensar que las stories son una consecuencia de la web móvil, el formato más afín a los usos actuales de internet desde nuestros smartphones.
Desde un punto de vista más socio-psicológico, sin embargo, vuelvo al tema de la vanidad. Creo que no es casual que sea, para el usuario de a pie (no cuentas de empresas), controlar con mayor facilidad, no solamente quién las comparte o marca con corazones sino también, directamente, quién ve sus stories en Instagram o Whatsapp. Se trata de exponer retales de nuestras interesantes vidas, cuantos más mejor, sí, probablemente para generar empatía y recibir feedback sobre a quien se la generamos, pero al precio cada vez más alto de compartir en mayor medida nuestra intimidad. En los feeds, en los posteos tradicionales, compartíamos solamente los titulares, con las stories tenemos la oportunidad de abrir ventanas, supuestamente más auténticas, a nuestros mundos cotidianos, aunque eso interrumpa, como destacaba Manu Chao, nuestras experiencias y las convierta, a la vez, en espectáculo.
Se trata, siendo benevolentes, de potenciar la autoestima, de democratizar la vanidad, la espectacularidad, de hacer interesante lo nuestro, lo cotidiano. Siempre que eso se traduzca en autoafirmación y bienestar y no en esclavitud y alienación de acuerdo a la norma de lo más fashion del momento en redes sociales, bienvenido sea.

En fin… observaremos el fenómeno…. Gracias a todos/as por vuestra inspiración.

Tomado del Caparazón con permiso de su autora

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