lunes, 26 de octubre de 2020

Educar y educarnos a tiempo, pedagógica y socialmente

 Escribe José Antonio Caride  Universidad de Santiago de Compostela

La experiencia humana es inseparable del valor atribuido al tiempo como una categoría de alcance simbólico y material que afecta a muy diversos aspectos del pensamiento, del conocimiento y la acción social. Un tiempo de tiempos que lo alcanza todo y a todos, como una construcción social y cultural inherente a nuestros particulares modos de ser y estar en el mundo.

El tiempo es, entre muchas otras circunstancias, una condición necesaria para la vida, pero también para proyectarla en diferentes formas de vivir, individual y colectivamente. Somos el tiempo que vivimos, ya que nada ocurre fuera del tiempo y de las fronteras que trazan todos los tiempos posibles. Sin el tiempo, diría Fernando Savater, nos volvemos ininteligibles  e inexpresables, aunque con frecuencia contraríen la voluntad humana, acomodándose a formalidades que complican la transición del chronos (el tiempo absoluto y secuenciado) al kairós (el tiempo relativo y oportuno), como magistralmente -hace varias décadas- expresaba Antonio Machado en las palabras de Juan de Mairena, concibiendo la poesía como un diálogo del hombre con el tiempo: “Nuestros relojes no sólo nos miden el tiempo, también fabrican el tiempo, y en lugar de los ritmos naturales y de los ritmos interiores de cada uno, se nos impone la regularidad artificial del monótono e interminable tic tac. Hoy en día nuestras vidas se organizan según el tiempo de los relojes, y aceptamos esa servidumbre crónica, y apenas nos queda tiempo para reflexionar sobre qué es el tiempo y qué sentido queremos darle. El tiempo de la poesía, precisamente, es ese otro tiempo, el de retirarse de la carrera y topar con ámbitos más habitables” (Machado, 1971, pp. 71-72).

Con todo, las reflexiones sobre la naturaleza y el alcance del tiempo han ocupado a las ciencias desde siempre, alentando un diálogo multi e interdisciplinar al que están convocados todos los saberes. También las Ciencias de la Educación y, en particular, la Pedagogía, asumiendo el desafío que supone educar y educarnos a tiempo como un quehacer cívico en el que debe participar toda la sociedad.

Entre el deseo y la necesidad, en el texto que presentamos convergen -a modo de un ensayo- distintas lecturas acerca del tiempo, sembradas de metáforas y paradojas, con dos objetivos principales, con la que damos continuidad a trabajos previos (Caride, 2012 y 2018; Caride y Gradaílle, 2019; entre otros): a) identificar e integrar un amplio conjunto de miradas epistemológicas, teórico-conceptuales, metodológicas y empíricas a las que se remiten los estudios sobre el tiempo; b) afirmar y reivindicar la importancia del tiempo en la investigación educativa y social, en las políticas educativas y en la vida cotidiana de la gente, proyectando sus logros en concepciones y prácticas que extiendan los aprendizajes a todo el ciclo vital.

Asumiendo que el tiempo educa y nos educamos en él, ponemos énfasis en la necesidad de repensar -pedagógica y socialmente- sus significados en una sociedad abierta las 24 horas. La complejidad subyacente a los procesos de cambio y transformación social, cultural, tecnológica, económica, etc. de la globalización, nos sitúa ante el reto que supone imaginar una educación sin límites espaciales y temporales. También obliga a ampliar sus horizontes como un derecho al servicio de los pueblos y del planeta. Así se declara en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y en la Agenda 2030, cuyos marcos de acción pretenden garantizar una educación inclusiva y equitativa de calidad, promoviendo oportunidades de aprendizaje permanente para todos (UNESCO, 2016). Sin embargo, distanciándose de estos propósitos, en sus metas, enfoques estratégicos, medios de aplicación e indicadores, el tiempo -a diferencia de lo que sucede con el espacio y la comunicación- continúa ausente. Las alarmas y adversidades provocadas por la pandemia de la covid-19 obligan a que el tiempo -sin excusas- nos inquiete intelectual y emocionalmente, como una dimensión básica de la vida humana y del devenir del cosmos. Todas las educaciones deben contribuir a ello decisivamente.

Referencias bibliográficas:

Caride, J. A. (2012). Lo que el tiempo educa: el ocio como construcción pedagógica y social. Arbor: Ciencia, pensamiento y Cultura, 188 (754), 301-313. DOI: 10.3989/arbor.2012.754n2004 
Caride, J. A. (2018). Lo que el tiempo esconde, o cuando lo social necesita de la Pedagogía. Pedagogía Social. Revista Interuniversitaria, 32, 17-29. DOI: https://10.7179/PSRI_2018.32.02
Caride, J. A. y Gradaílle, R. (2019). Social time, gender and education. En V. Pérez de Guzmán, E. Bas y M. Machado (Orgs.), Gender issues in Latin America and Spain: multidisciplinary perspectives (pp. 15-38). Peter Lang.
Machado, A. (1971). Juan de Mairena. Castalia (edición a cargo de José María Valverde).
Savater, F. (1999). Las preguntas de la vida. Ariel.
UNESCO (2016). Educación 2030: Declaración de Incheon y Marco de Acción para la realización del Objetivo de Desarrollo Sostenible 4. París: UNESCO. Recuperado de https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000245656_spa

Referencia original:

Caride, J. A. (2020). Educar y educarnos a tiempo, pedagógica y socialmente | To educate and educate ourselves in time, pedagogically and socially. Revista Española de Pedagogía, 78 (277), 395-413. https://doi.org/10.22550/REP78-3-2020-03

Cómo citar esta entrada:

 Caride, J.A. (2020). Educar y educarnos a tiempo, pedagógica y socialmente. Aula Magna 2.0. [Blog]. Recuperado de: https://cuedespyd.hypotheses.org/8539

(*) El artículo inscribe sus aportaciones en el proyecto de investigación «Educación y conciliación para la equidad: análisis de su incidencia en los tiempos escolares y sociales» (CON_TIEMPOs), del que son IPs las prof. Dras. M.ª Belén Caballo Villar y Rita Gradaílle Pernas del Grupo de Investigación en Pedagogía Social y Educación Ambiental (SEPA-interea) de la Universidad de Santiago de Compostela. El proyecto está financiado por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades del Gobierno de España (Plan Estatal de I+D Retos) y los Fondos FEDER de la Unión Europea (código RTI2018-094764-I00).


[i] Doctor en Filosofía y Ciencias de la Educación (Pedagogía) por la Universidad de Santiago de Compostela (USC). Catedrático de Pedagogía Social en el Departamento de Pedagogía y Didáctica de la Facultad de Ciencias de la Educación. Ha sido Comisionado de la USC para el proyecto “Campus da Cidadanía”, que integra las áreas de Ciencias Sociales y Jurídicas, Artes y Humanidades. Dirige el Grupo de Investigación “Pedagogía Social y Educación Ambiental” (SEPA-interea) y la Red de Grupos de Investigación en Educación y Formación para la Ciudadanía y la Sociedad del Conocimiento (RINEF-CISOC). Sus líneas de investigación y publicaciones se vinculan a: “Pedagogía Social, desarrollo comunitario e iniciativa cívica”, “Tiempos educativos y sociales”, “Educación Social, Ciudadanía y Derechos Humanos”, “Educación Ambiental, cultura de la sustentabilidad y desarrollo humano”. De 2002 a 2013 presidió la Sociedad Iberoamericana de Pedagogía Social (SIPS), de la que es miembro fundador. En 2004 le fue concedida la “Orden al Mérito Institucional” del Consejo Mundial da EducaciónWorld Council For Curriculum and Instruction, distinción a la que se añaden otros reconocimientos académicos y científicos.

Tomado de Aula Magna 2.0 con permiso de sus editores

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