jueves, 25 de junio de 2015

El fenómeno Youtuber como expresión emocional

Escribe Dolors Reig


Llevo un tiempo pensando en ello. Y el 100 aniversario del nacimiento de Julio Córtázar, en concreto la cita que aparece en la imagen, me han decidido a lanzar este post.

Me inspira el fenómeno Youtuber, las conversaciones que he tenido alrededor del tema con iluminadoras personas. Ocurre frecuentemente en distintos congresos de Social Media en nuestros tiempos, los organizadores, participantes y colegas conferenciantes  estamos sorprendidos de cómo mueven determinadas masas.

Son masas de jóvenes de los que conocemos como Generación Z (lo explicaremos en un posteo en breve, para mi la Generación que marca el fin de las generaciones) que admiran, ya no a los responsables de las instituciones socialmente simbólicas, sino a sus iguales jóvenes, prosumiendo determinados tipos de contenido audiovisual en la nueva televisión social. 10641148_10152677554159882_38071511679125347_n

Chistes, bromas, insultos, sátiras emocionales, lo que a unos nos parece frescura, naturalidad en su máxima expresión por fin en los medios, a otros se les antoja mala educación.

En todo eso pienso últimamente, desde que a raíz de cosas tan terribles como la muerte de un profesor en Barcelona reforcé la idea de que vivimos en sociedades que han confundido en  ocasiones civilización con automatización y desapego, educación con represión de las emociones y vergüenza.

Y es que no es sano mentalmente reprimir en exceso las emociones, que cuando estallan después suelen ser explosivas. Las teorías de la asertividad  nos recuerdan que expresar justamente lo que se quiere, sin violencia pero con seguridad nos hará sentir mucho mejor y tendrá menos consecuencias de tipo psicosocial negativo que reprimirnos constantemente o reaccionar siempre de forma violenta.

Son en este sentido buenas noticias las que leíamos hace un tiempo sobre cómo Facebook facilitaba la expresión emocional, especialmente en el caso de chicos de género masculino, tradicionalmente reprimidos en ese sentido.  Es positivo también el reconocimiento del mismo aspecto en la cultura Youtuber, nueva forma de expresión emocional  adaptada al espíritu de nuestros tiempos.

Podemos aprender mucho de la psicología de las nuevas generaciones, del zeitgeist de nuestros tiempos conectados, observando desde una posición lo más abierta y libre de prejuicios posible las nuevas formas de expresión emocional que configuran esta nueva cultura.

Y sí, parece que avanzamos en la dirección que creo adecuada: la de un mundo más espontáneo y natural, más cercano a las temidas, olvidadas y vilipendiadas emociones. Sólo el arte (muchas veces controlado por los instrumentos de poder) se había atrevido históricamente a revelar, a publicar, a popularizarlas.

Hoy los Youtubers, cada uno de nosotros en nuestras redes sociales, en las nuevas´plazas públicas, nos desnudamos emocionalmente un poco más. Es una forma única de reconocernos iguales en la diversidad, de sembrar la empatía, la inclusión y el respeto,  de recuperar el espectro de la emoción como fundamental para una evolución que de verdad sea humana.


Tomado del Caparazón con permiso de su autora

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