martes, 1 de enero de 2013

La individualización del aprendizaje, un nuevo paradigma de la educación superior para la sociedad postindustrial del conocimiento.

Escribe: Miguel Zapata Ros



The difficulty lies, not in the new ideas, but in escaping from the old ones, which ramify, for those of us brought up as most of us have been, into every corner of our minds. (John Maynard Keynes, in the preface to his path-breaking The General Theory of Employment, Interest and Money, 1936, p. viii) [1]


Me han encargado un capítulo de un libro sobre pensadores y su influencia en nuestra época. He elegido a Charles Reigeluth porque, además de tener la entidad propia suficiente, me da pie para abordar, desde un punto de vista personal y descargado de rigideces académicas, los cambios que se están produciendo en el mundo de la educación y de las teorías del aprendizaje ayudados con la tecnología. Eso es algo que puede verse desde el título y desde la cita que deberían encabezar el capítulo. Ni que decir tiene, como después se comprueba, que no rechazo entrar en asuntos como el de los MOOCs. Tema que, aunque posiblemente efímero, está inserto en una tendencia que marcará un ciclo y una modalidad de hacer y de organizar la Educación Superior.

Un resumen introductorio es el que sigue.

El título quizá llame a confusión. El término individualización no está utilizado en el sentido de aislar al individuo en los procesos de apropiación de los conocimientos, sino todo lo contrario: En el de utilizar los recursos que la tecnología nos proporciona para, a través de su socialización, conseguir una percepción lo más completa posible de cuáles son las preferencias y las representaciones que el individuo posee de la realidad y del mundo que le rodea, cuáles son las características de su andamiaje cognitivo, para a partir de él, y de su rol en él, presentar los nuevos conocimientos. Para que nos hagamos una idea, es lo que hacen los algoritmos de Google en sus búsquedas personalizadas: No solo utilizan una gran cantidad de información sino que la búsqueda va gobernada por la información que posee del individuo a través de su actividad tanto de procesamiento de la información que hace en su elaboración, como de su mundo de relaciones sociales sin cuyo concurso no se produciría con igual eficiencia lo anterior, o simplemente no sería posible.

La página de teorías y teóricos del aprendizaje y de la educación de la universidad de Arizona del Norte  señala a Charles Reigeluth como uno de los diez teóricos que más influyen en la educación moderna. El resto son Thomas Angelo, Alfred Bandura, Benjamin Bloom, John Dewey, Robert Gagné, Henry Giroux, David Jonassen, Maria Montessori y Lev Vygotsky. Y le dedica una página web con las referencias y las ideas más destacadas.

¿Qué justifica esta valoración de su influencia?

Como vamos a desarrollar en este trabajo, la obra de Reigeluth se sitúa a caballo entre dos épocas donde la configuración social, cultural, humana, de las sociedades cambia (de la era industrial a la era del conocimiento) y dos etapas muy diferenciadas del desarrollo de las teorías del aprendizaje: La primera donde las teorías están orientadas para describir y clasificar a los alumnos desde la perspectiva de sus capacidades, y la segunda caracterizada por las teorías orientadas a maximizar el aprendizaje de todos los alumnos. Con distintos valores: En unas el progreso se mide en función del tiempo (de pautas y ciclos temporales: Cursos, clases, etc.), en  otras se basa en los logros individuales (Reigeluth, 2012).

El último escenario donde se manifiesta esta pugna, esta tensión entre estas dos orientaciones teóricas, es el de la nueva configuración de los sistemas educativos, que en el caso de la Educación Superior se ven sometidos a una crisis que le afecta en los elementos más básicos de su estructura.

Varios hechos ponen de manifiesto esta honda crisis o marcan la agenda de las transformaciones en presencia: La devaluación de los títulos, y más aún la devaluación de la acreditación que presta la universidad como una inversión intangible, en un bien de promoción social, tal como se concedía en la sociedad industrial; La aparición de los MOOCs, modalidades de formación que en una línea continua desde los recursos educativos abiertos, el acceso abierto a los fondos de la producción científica, ponen al alcance de cualquier persona en cualquier lugar los mismos contenidos que disponen las universidades más prestigiosas, y los más reconocidos especialistas, para la formación reglada y para la obtención de títulos.
En contraposición nunca como ahora ha sido posible intervenir en la evaluación de los procesos de aprendizaje y adaptar la ayuda pedagógica a los estilos más singulares de aprender a partir del análisis de lo que se ha dado en llamar la huella digital de aprendizaje.

La primera tendencia supone el abandono de los estudiantes menos dotados, en aras de una autoselección de los más capacitados con una mínima inversión, o con el mínimo coste. Aunque la coartada moral y social está en que las oportunidades, con esta modalidad, llegan a todos en todos sitios y con las mejores ofertas formativas, y en su variante de promoción social. La segunda tendencia supone una línea de continuidad en la adaptación de las estrategias docentes, de la ayuda pedagógica, poniendo los bienes del conocimiento cerca de las distintas formas de aprender y de integrar los conocimientos en los esquemas y en las representaciones individuales. Esta línea arranca en los trabajos que hace Reigeluth, que le llevan a formular en sus distintas versiones la Teoría de la Elaboración, y en los trabajos previos sobre el andamiaje cognitivo, la significación de los contenidos de aprendizaje, los esquemas cognitivos, y las distintas teorías de secuenciación que realizaron Ausubel, Gagné, Merril y Novak, continúa en la definición de técnicas del diseño instruccional, a la luz de estas teorías, que permiten diseños de programas formativos centrados en los alumnos y en el aprendizaje, y culmina por ahora en investigaciones y desarrollos prácticos para transformar los sistemas de educación y de capacitación desde los vigentes, que fueron diseñados para seleccionar a los alumnos, a otros sistemas diseñados para maximizar el aprendizaje, desde aquellos en los cuales el progreso de los alumnos se mide en función de pautas o de referencias temporales, o cíclicas, a otros basados en los logros de los individuos. Y esta transformación es posible por los avances tanto de la teoría como de la tecnología instruccional. Y en su posibilidad de observar las “situaciones” que determinan las formas en las cuales la instrucción debe diferir de unos casos a otros en función de variables como son las similitudes y los agrupamientos por perfiles individuales.

Feliz año 2013.



Reigeluth, C. (2012).  Teoría instruccional y tecnología para el nuevo paradigma de la 
educación. RED, Revista de Educación a Distancia. Número 32. 30 de septiembre
de 2012. Consultado el (dd/mm/aaa) en http://www.um.es/ead/red/32



[1] La dificultad radica, no en las ideas, sino en escapar de las viejas ideas, que se ramifican, como consecuencia de la educación que hemos recibido la mayoría de nosotros, por todos los rincones de nuestra mente.(JM Keynes, Teoría General del Empleo, Interés y dinero)

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