miércoles, 30 de enero de 2019

El modelo de los tres anillos

Escribe Javier Tourón


Me sirvo como base para este post de un texto escrito hace años sobre este particular con dos colegas (Peralta y Repáraz) de mi departamento en la Universidad. Como en el post siguiente voy a hablar del modelo de puerta giratoria, me parecía preciso abordar con un poco más de detalle que en el postdel mito de 3-5%, el modelo de este autor, que es tan citado habitualmente.
J. S. Renzulli concibe la alta capacidad (giftedness) desde una perspectiva decididamente educativa. Considera que la definición de este concepto ha de ser relevante y útil para los educadores. Su definición está también claramente relacionada con el proceso de identificación y de adscripción de los sujetos seleccionados a los programas, como veremos en el post siguiente. Según este autor, una definición debe reunir algunas condiciones como:
  • Estar basada en las características de los sujetos de alta capacidad, respaldadas por la investigación disponible, más que en opiniones o nociones insostenibles.
  • Proporcionar pautas para la selección y desarrollo de instrumentos y procedimientos adecuados para la identificación.
  • Dirigirse y relacionarse con la programación práctica (selección de materiales, métodos de instrucción, preparación de los profesores, etc.).
  • Ser capaz de generar investigación que confirme la validez de la definición.
Renzulli, como sabemos, habla de dos tipos de alta capacidad.
a) La "school-house giftedness" o capacidad ligada al rendimiento académico y habitualmente medida por el CI y otros tests de capacidad cognitiva; este tipo de medida, por ser más fácilmente evaluable, es la que se utiliza con más frecuencia en la selección de estudiantes para los programas; sin embargo, aunque hay una correlación positiva entre las puntuaciones en CI y el nivel escolar (.40 a .60, lo que explica solamente un 16-36% de la varianza común), no podemos concluir que las puntuaciones en los tests sean los únicos factores que contribuyen al éxito en la escuela.
b) La "creative-productive giftedness", capacidad ligada a la productividad creativa y que tiene un gran impacto social; en esta segunda categoría se enfatiza el uso y aplicación de la información y de los procesos de pensamiento en una forma inductiva, integrada y orientada a la resolución de problemas reales; este tipo de trabajo tiene una relevancia personal para el estudiante y puede incrementar niveles más altos de actividad investigadora.
Los dos tipos de categorías descritos son importantes, se da una constante interacción entre ambos, y deben ser susceptibles de recibir programas especiales. Así, las personas de alta capacidad identificadas a través de técnicas estandarizadas que tengan capacidad para cubrir el currículo regular en niveles avanzados de comprensión, tendrán modificaciones curriculares apropiadas como la compactación del currículo (curriculum compacting) (Renzulli, Smith, y Reis, 1982), y otras técnicas de aceleración dirigidas a respetar las diferencias individuales.
Las personas creativo-productivas tendrán un papel en el diseño de la situación de aprendizaje en la que su modus operandi sea el de un investigador de primera mano (a firsthand inquirer) y no un mero consumidor de conocimientos.
No obstante, Renzulli insiste en la necesidad de valorar en una persona de alta capacidad, algo más que sus capacidades medidas por los tests tradicionales de inteligencia, aptitudes y rendimiento; y no perder de vista que son los productores más que los consumidores de conocimiento, es decir, las personas que han hecho importantes contribuciones en el terreno de la productividad creativa, los que la sociedad ha reconocido como "verdaderamente superdotados", mientras que la historia no recuerda las personas que sólo destacaron por tener un CI alto.
En este sentido, hay que descartar la asunción respecto a que las personas de alta capacidad están más "orientadas a los procesos" (Renzulli, 1980), ya que lo que realmente ocurre es que autores, inventores, diseñadores y cualquiera que se dedique a los aspectos creativos del arte o la ciencia, acometen un problema porque están intentando llevar a cabo un "producto" nuevo e imaginativo.
Otra distinción importante que hace el autor es la que existe entre "alta capacidad" y "potencial". Esta diferenciación podría llevarnos a considerar de forma errónea que "ser superdotado" es una condición mágicamente concedida a una persona, cuando la investigación ha mostrado inequívocamente que la alta capacidad es una condición que puede ser desarrollada; es decir, la capacidad surge o se manifiesta en diferentes momentos y bajo diferentes circunstancias (Renzulli, 1986).
Dado que un único factor, como el CI, no puede explicar el fenómeno de la alta capacidad, y que la investigación sobre las personas productivo-creativas ha mostrado que poseen un conjunto de rasgos interrelacionados y relativamente bien definidos, Renzulli ha propuesto su concepción de los tres anillos (Renzulli, 1978, 1980):

 Figura 1. Modelo de los tres anillos de Renzulli
Esta concepción da importancia por igual a las capacidades superiores y a los dos componentes de rasgos no intelectivos.
La Capacidad general por encima de la media (Above average ability), se puede definir de dos formas:
  • "capacidad general", o capacidad para procesar información, para integrar y recuperar selectivamente la información que permite ejecutar respuestas adaptativas y apropiadas frente a situaciones nuevas, y la capacidad para elaborar el pensamiento abstracto. Son ejemplos todas aquellas capacidades que son habitualmente medidas por los tests de inteligencia: razonamiento verbal y numérico, relaciones espaciales, memoria y fluencia verbal.
  • "aptitudes específicas", consisten en la capacidad para adquirir conocimiento o para rendir en una o más actividades en un ámbito específico y dentro de un rango restringido. Son aptitudes o habilidades que representan el modo en que los seres humanos se expresan en la vida real (no en los tests). Algunos ejemplos serían las aptitudes matemáticas (aunque esta área también puede determinarse desde los tests de inteligencia), musicales, o artísticas. Evidentemente cada una de estas aptitudes puede subdividirse en otras áreas específicas.

Compromiso con la tarea

Es una forma de motivación referida a la energía concentrada sobre un problema, tarea particular, o área específica de rendimiento. Los términos más frecuentemente usados para describir este componente son: perseverancia, resistencia, trabajo duro, dedicación, autoconfianza, y seguridad en sí mismo para llevar a cabo un trabajo importante. Uno de los ingredientes claves que caracteriza el trabajo de las personas más dotadas es su capacidad para involucrarse plenamente en un problema o centrarse en una área de estudio durante un extenso período de tiempo. Este componente es más difícil de identificar objetivamente, pero es muy importante y debe reflejarse en la definición de las personas de alta capacidad.

Creatividad

Bajo este término se incluyen una serie de factores agrupados, y se emplean como sinónimos palabras tales como: genios, creadores eminentes, personas altamente creativas. Como criterios se pueden  señalar la fluencia, flexibilidad y originalidad de pensamiento; la apertura y receptividad a la experiencia novedosa; la curiosidad y actividad especulativa, así como la sensibilidad hacia el detalle, las características estéticas de las cosas y de las ideas.
Es necesario insistir en que todos los rasgos o manifestaciones comportamentales que se incluyen en cada una de las tres categorías, no necesariamente deben estar presentes en un individuo para producir una manifestación de conductas propias de la alta capacidad.
Es por esto que el autor considera que las conductas propias de las personas de alta capacidad tienen lugar en determinadas personas, en determinados momentos y bajo ciertas circunstancias(Renzulli, 1986).
La capacidad por encima de la media es una categoría que tiene una influencia predominante en aquellos identificados a través de medidas estandarizadas (school-house), no obstante cuando nos referimos a los creativo-productivos, es necesaria una interacción entre los tres anillos para que se dé un nivel de ejecución alto. Lo cual no quiere decir que las tres categorías o conjuntos de rasgos estén presentes de un modo constante, o en la misma proporción, para la consecución de demandas creativo-productivas. Entender esto es crucial para enfocar adecuadamente la identificación. Como algunos han señalado con acierto, el modelo de los tres anillos no es unmodelo de identificación, sino un intento e explicar un constructo complejo como es la alta capacidad
A pesar de ello, para lograr altos niveles de productividad, los tres anillos deben estar presentes e interactuar en algún grado.
Como ya aludimos al principio, esta definición ha servido como fundamento y se ha desarrollado a partir de un sistema de identificación llamado Modelo de "puerta giratoria" (Revolving Door Identification Model, RDIM) que veremos en el siguiente post.
Sobre la cuestión, ya tan debatida en este blog, respecto a si un niño es o no es "superdotado", Renzulli considera que la clave no está en resolver esta pregunta, sino en proporcionar oportunidades y crear situaciones en las que los estudiantes puedan mostrar conductas superdotadas (gifted behaviors).
Pero téngase en cuenta que la manifestación de estas conductas no es automática, sino que profesores, mentores y recursos personales deberán proporcionar los materiales, fuentes y feedback que hagan posible una mejora en el rendimiento de los alumnos en niveles más altos de escolaridad y productividad creativa.
De hecho, el compromiso con la tarea, la creatividad y otras clases de comportamientos propios de las personas de alta capacidad, son considerados como los objetivos o resultados de los programas especiales más que como condiciones predeterminantes para entrar en estos niveles más avanzados de enriquecimiento dentro de un modelo de programación general (Renzulli, 1986).
Tomado de Javier Tourón con permiso de su autor. 

martes, 29 de enero de 2019

Cuando Kafka no entra en las aulas

Escribe Juan Alfredo Obarrio

Hace apenas unos días, en una de mis clases de Derecho, utilicé varios textos de Kafka en los que el ámbito jurídico era más que evidente: En la colonia penitenciaria y El proceso. La respuesta de un alumno no me dejó indiferente: “¿Para qué me sirve Kafka?” Podría haberle contestado con una sencilla pregunta: ¿cómo quiere pensar sin haber leído a Platón, Descartes, Kant o Heidegger?, o bien, ¿cómo espera llegar a ser un buen jurista si no es capaz de valorar el pensamiento jurídico que anida en una Literatura que es, por su propia naturaleza, un discurso provocativo, heterodoxo, comprometido, desafiante, un veneno que carece de antídoto? Guardé silencio, y después de unos segundos de vacilación, comprendí que su respuesta se hallaba en consonancia con el pensamiento de no pocos colegas “positivistas”, afamados profesores que consideran que fuera del frío papel del Boletín Oficial del Estado, del Código civil o del penal, nada jurídico existe. Incluso consideran, sin sonrojo alguno, que la Cultura jurídica por antonomasia, el Derecho romano, debería estar desterrada de las aulas de Derecho. Proscrita la Cultura, ¿qué queda? La respuesta se antoja sencilla: una triste e insípida Escuela de Negocios. A este tren no esperen que me suba. Ni hoy, ni mañana.
Como docente, y como asiduo lector, nuestra obligación es reivindicar esa Cultura tan nuestra, y a la vez tan lejana, de los Clásicos, tanto, que por desgracia empezamos a verla perdida en ese océano sin norte ni rumbo que es, en el ámbito del Derecho, el Plan Bolonia, en el que lo que prima no es la Cultura, sino el saber práctico, el saber que va dirigido al mundo de la empresa, y no al mundo formativo. Cruel realidad, sin duda, pero ésta es la cruda verdad.
Como juristas, debemos señalar que la Literatura ha jugado un papel preponderante en la historia por la lucha de los Derechos Humanos. No en vano, la relación entre el Derecho y la Literatura goza de una salud envidiable. Como disciplina, se ha introducido en la vida académica en no pocas Universidades. Su producción científica, así como las conferencias, congresos y seminarios no dejan de crecer. El destierro del poeta de la ciudad ha quedado en un mero recuerdo, solo accesible para los lectores de Platón (República, Lib. III).
Como meros observadores de la realidad, vemos que vivimos en una época en la que si algo no cabe es el olvido o el desasimiento sobre los deberes y derechos a los que estamos llamados: la defensa de la libertad, la tolerancia y la dignidad. Principios que deberían inculcarse en todas las Facultades y en todas las aulas. Pero, desgraciadamente, no siempre ocurre. A este respecto, Ronald Dworkin advierte de un grave peligro: “A un abogado se le enseña a analizar las leyes y las opiniones judiciales para extraer de esas fuentes oficiales la doctrina jurídica. Se le enseña a analizar situaciones fácticas complejas a fin de resumir los hechos esenciales. Y se le enseña a pensar en términos tácticos, a diseñar leyes e instituciones legales que produzcan determinados cambios sociales decididos de antemano”. Pero, como señala este afamado catedrático del Derecho, el ámbito de las cuestiones fronterizas –o morales– suele dejarse en la trastienda, para que el polvo ceniciento los cubra de oprobio. La razón se antoja sencilla: solo el Derecho positivo basta, solo la Ley es materia de estudio. Y cuando esto ocurre –que no siempre–, nuestros alumnos no llegan a comprender que “los problemas de la jurisprudencia son, en lo más profundo, problemas de principios morales, no de hechos morales o de estrategia”. Y no lo comprenden porque cuando se les inculca que la única fuente de Derecho es ese código sagrado llamado Ley, les estamos obligando “a pasar por alto los importantes papeles de aquellos estándares que no son normas”.
Frente a esta difusa realidad nos revelamos. No desde la algarabía, sino a través de aquellas obras que la Literatura ha dejado para el goce y la reflexión, y a las que nosotros rendimos homenaje con su lectura y su interpretación. La tarea se nos antoja ardua, pero, sin duda, necesaria. Por esta razón, sentimos que debemos invitarles a que reflexionen o a que se acerquen a la lectura de los grandes libros, pero sin arrogancia ni coacción, porque si esta se produce, se condena definitivamente al libro, y el libro, todo libro, nos ayuda, en mayor o menor medida, a denunciar la bajeza del pensamiento bajo todas sus formas. Un pensamiento que se agudiza con las lecturas que leemos y compartimos; lecturas que, a buen seguro, nos acompañarán hasta el fin de nuestros días.
Ante esta realidad, no podemos perdernos en la vacía quietud del dolce far niente, en ese imputable silencio que destruye irreparablemente todo equilibrio, toda cordura. Si lo hiciéramos, traicionaríamos nuestra razón de ser, nuestra bitácora de viaje, que no es otra que la de enseñar a nuestros jóvenes alumnos a no caer en el desencanto, a advertirles que el hombre solo crece cuando es libre: libre para creer, pensar y expresar. Es ese ¡Sapere aude! que exclamara Kant. Es esa capacidad para asombrarse, y desde el asombro llegar a la duda que inquiere y enriquece. Si no lo hiciéramos, les cerraríamos las puertas a un futuro que no es una realidad muerta, sino un espacio que deben construir desde la razón, y no desde la ignorancia o la intolerancia; desde esa Cultura que no es sólo la suma de diversas actividades, sino un estilo de vida, el que nos señala que el saber no está al servicio de la profesión, sino al revés.
Quizá, un día de estos se lo pueda explicar a mi querido alumno en una distendida y amable charla por los soleados jardines de la Facultad.
Tomado del Blog de Studia XXI con permiso de sus editores

lunes, 28 de enero de 2019

DIALNET está de estreno: DIALNET Métricas

Joaquín León Marín. Director Técnico Fundación Dialnet
Tenemos el placer de presentaros Dialnet Métricas. El núcleo principal del portal es la elaboración del índice de impacto de las revistas españolas de las diversas disciplinas de Ciencias Sociales y Humanidades, pero se incluyen también indicadores de cada una de las publicaciones, de los investigadores y de las universidades.
Es el resultado de un proyecto que surgió gracias a la iniciativa de Andoni Calderón, director de la biblioteca de la Complutense, con el objetivo de dar continuidad a In-Recs. Se trata de recuperar el espíritu de aquel proyecto, y presentar además otros servicios y otros indicadores de valor añadido, que esperamos sean de vuestro agrado.
Los desarrollos tecnológicos y la coordinación del proyecto se han llevado a cabo en la Fundación Dialnet de la Universidad de La Rioja, el análisis de los contenidos se ha hecho en las bibliotecas universitarias de la Complutense y La Rioja, y se ha contado además con el asesoramiento académico de Evaristo Jiménez y Rafael Repiso, del Grupo EC3.
Esta primera fase se ha centrado en el ámbito temático de la Educación, pero en breve estarán disponibles otras dos materias, y a lo largo del año 2019 se van a incluir diversas disciplinas más.
Se han analizado las referencias bibliográficas que figuran en los artículos publicados en los años 2016 y 2017 en una amplia selección de revistas de Educación. Y a partir de ahí, se ha conformado un Índice de impacto para cada uno de estos años, en base al número de citas que han recibido los artículos publicados en los cinco años anteriores en todas las revistas españolas de educación que figuran en el catálogo Latindex. Para elaborar el índice de impacto partimos de las citas que se reciben desde las revistas españolas que tenemos en Dialnet y, al igual que se hacía en In-Recs, añadimos también las citas que se reciben desde revistas extranjeras a partir de búsquedas en otras bases de datos internacionales.
Hay un segundo apartado dedicado a los investigadores, a los que podemos llegar tanto a través de once áreas de conocimiento relacionadas con la Educación, como a través de las Universidades en la que éstos ejercen su actividad. En ambos casos nos encontramos con un directorio que podemos ordenar por diversos criterios (por número de publicaciones, por número de citas recibidas,…) En el perfil de cada uno de los investigadores se presentan unos cuadros cronológicos en relación con las citas que recibe, se indican las publicaciones más citadas, y en cada una se hace un enlace a los artículos que la han citado, distribuyendo éstos en base a la clasificación CIRC de las revistas donde se publican los artículos citantes. La distribución de las citas en relación con la clasificación CIRC de las revistas es algo que también se contempla a nivel de cada autor y de cada universidad.
Hay un último apartado dedicado a intentar definir el nivel de obsolescencia de la literatura científica de cada área temática, en este caso de las publicaciones de Educación. Para ello se presenta una distribución cronológica de las referencias bibliográficas que hacen los investigadores en sus trabajos, en unas tablas anuales y en un gráfico resumen.
Consideramos que Dialnet es un marco apropiado para albergar este proyecto, porque incluye casi el 100% de las revistas publicadas en España, y porque además también integra el resto de tipologías documentales que citan los investigadores de ciencias sociales y humanidades: libros, capítulos de libros, aportaciones a congresos y tesis doctorales. Esta integración permite también presentar métricas dentro de Dialnet, a nivel de cada documento citado, a nivel de cada investigador, y, potencialmente, a nivel de cada editor.
El portal está en una fase de pruebas y, al anunciarlo, lo hacemos para someterlo a vuestra evaluación, de manera que nos podéis hacer llegar cualquier comentario o sugerencia que tengáis, de cara a introducir mejoras en las futuras versiones que se vayan elaborando.
Tomado de Aula Magna 2.0 con permiso de sus editores

domingo, 27 de enero de 2019

Estar informado (semanal 26/1/2019)



CUED: La formación en Empresas y Universidades, también a lo largo de la vida | https://t.co/EVp1fMOr52

10 cosas que los profesores quieren que los demás sepan sobre su trabajo | https://t.co/wb09ofzMem

Traditional Education Vs. eLearning: Does The Latter Prevail? | https://t.co/lsOCCxOqjC

Institutional Innovation - I Have a Dream | https://t.co/rdan83N4b9

Herramientas de gestión de equipos y docencia universitaria - INED21 | https://t.co/vedeshB9Zd

El “medio es el mensaje” o la mercantilización de la investigación educativa. Un negocio creciente | https://t.co/vQqF0TYcbN


Are classroom robots the NextGen of learning? | https://t.co/K3BpaxDEWf

Para qué podría haber usado Facebook el '10 year challenge' | https://t.co/oqy3sZzFaN

¿Cómo está cambiando la naturaleza del trabajo como resultado de los avances tecnológicos? | https://t.co/DB2LgosLDp

La inteligencia artificial vs la inteligencia humana: algunas apreciaciones :: TECNONEWS | https://t.co/G3lXdTjvQi

Los 4 beneficios de los mapas mentales para estudiantes universitarios | https://t.co/drr6BvZGbq

Duque sugiere que empresas y sindicatos puedan participar en la gestión de las universidades españolas | https://t.co/K00u82ah0L

Las mejores universidades de las economías emergentes 2019 — | https://t.co/7Dj8NnPl2y

¿Podrá Finlandia convertirse en líder mundial en inteligencia artificial? — | https://t.co/1S5UfzZIAg

Conoce a tus alumnos para una mejor enseñanza — | https://t.co/SVcMOELcUV

9 sectores donde la robotización y la IA ya se han hecho un hueco | https://t.co/LxDFBsxCn8

Fables of School Reform | Audrey Watters | https://t.co/XG3LwWjwXK

Study: Student resistance to curriculum innovation decreases over time as it becomes institutional norm | https://t.co/tf7SzNxziy

How To Use Microlearning To Train Your Multi-Generational Workforce | https://t.co/fibRTPLACU

Universidad Mayor de Chile: el proceso de adoptar tecnologías e-learning | https://t.co/ZP1xt3bxLB

El MOOC de Velázquez del Museo del Prado entra en el Top 5 | https://t.co/enOXvrgT6q

4 insights about higher-ed innovation | https://t.co/uuIq9dtOCU

8 Strategies to Engage Digital Learners | https://t.co/puBhszdXW6

What role will university libraries play in the future? | https://t.co/7hvb0naj9H

5 major online-learning challenges—and how to solve them, pt. 1 | https://t.co/QyStpl0c7h

ProFuturo y su Observatorio: Javier González Casado | https://t.co/Gv64nNFXEu

What to do when studying abroad goes wrong | Education | The Guardian | https://t.co/HP0B6IZseD

Curriculum, Tecnología y algo más....: La comprensión lectora en la era digital | https://t.co/cICKjcqdXp

"Hay niños que juegan en los recreos de la escuela con tizas rotas, a vender pasta base" - Educación - Información - Últimas noticias de Uruguay y el Mundo actualizadas | https://t.co/eW8wNqKjzB

Constructivism and connectivism in education technology: Active, situated, authentic, experiential, and anchored learning | https://t.co/wRbeYf3AK2

Online Learning vs Face to Face Learning | https://t.co/lbMajma0IB

Digital age challenges of recognising qualifications | https://t.co/bUfSDfHaFw

MOOC: valoración de un futuro | Callejo Gallego  | https://t.co/FFOSkepDtk

Massive Online Courses Find a New Audience With Continuing Medical Education | EdSurge News | https://t.co/VhjbwK9nLX

New Issues for OERs | https://t.co/KIMjyKPn2e

Paro, espionaje y populismo: el lado oscuro de la Cuarta Revolución Industrial | Historias | https://t.co/J1fikZcB8r

Study offers data to show MOOCs didn't achieve their goals | https://t.co/meMbiABBos

Now is the time to update our understanding of scientific impact in light of open scholarship | https://t.co/JAZIhSroHl

jueves, 24 de enero de 2019

Contribuciones de las revistas científicas a la identidad digital de los investigadores e investigadoras

Por  José Sánchez-Santamaría1 y Francisco M. Aliaga2
El último informe de We Are Social (Hootsuite, 2018) señala que en el mundo hay más de 3.000 millones de personas usuarias de las redes sociales; en concreto, se estima que Facebook tiene 2.000 millones o Twitter alrededor 320 millones. Estos datos vienen a confirmar lo que ya sabemos, porque es una tendencia creciente cada año. Las redes sociales tienen una gran importancia en nuestras vidas, ya que los usos que hacemos de ellas nos brindan oportunidades de comunicación que han transformado nuestra forma de relacionarnos, y por tanto, de hablar y comunicar sobre nosotros y con los otros.
Los investigadores e investigadoras no hemos estado ajenos a estas posibilidades de las redes sociales, y nuestros usos con fines científicos son cada vez mayores y diversos (Harseim & Goodey, 2017; Sánchez-Santamaría & Aliaga, 2017). Las investigaciones recientes han puesto de relieve que los investigadores e investigadoras utilizamos las redes sociales (Van-Noorden, 2014; Meishar-Tal & Pieterse, 2017) para diversos usos:
  1. Gestionar la identidad digital y la reputación académica.
  2. Difundir investigaciones y estudios a colegas.
  3. Buscar la colaboración académica y de investigación basada en procesos de trabajo compartido.
  4. Compartir información, ideas, propuestas, borradores vinculados con líneas de investigación.
  5. Medir el impacto de la investigación, de acuerdo a citas y acceso o lecturas.
Añadiríamos una sexta: f) Aportar evidencias de investigación que permitan evaluar el perfil académico por agencias internacionales, nacionales y/o regionales de investigación, bien en propuestas de proyectos de investigación, becas posdoctorales, entre otras.
Estos usos son fruto de la preocupación creciente de los investigadores e investigadoras sobre la identidad digital, que implica darse a conocer, en el sentido de dar información relevante sobre quién eres en relación con tu docencia, investigación y gestión, básicamente; y una parte importante de esta identidad se nutre de la imagen que se proyecta a partir de qué, cuándo y cómo publicas, pero sobre todo dónde publicas tus  investigaciones (con todas las matizaciones  y replanteamientos que significa  la reciente sentencia 1281/2017 del Tribunal Supremo), y también dónde dar a conocer lo que has publicado (Tennant, 2017).
En este sentido, la identidad digital del investigador e investigadora puede ser definida como:
el resultado del esfuerzo consciente que realiza el investigador por y para ser identificado y reconocido en un contexto digital, distinguiéndose del conjunto de investigadores a través de la normalización, con el uso de identificadores, y la difusión de resultados de investigación en redes y plataformas de diversa naturaleza.” (Fernández-Marcial & González-Solar, 2015, p. 657).
En este contexto, las revistas científicas no han estado ajenas a las posibilidades de las redes sociales para (Sánchez-Santamaría & Aliaga, 2018):
  1. Aprovecharlas como aliadas en la mejora de la calidad de los procesos de difusión, visibilidad y comunicación científica.
  2. Dar proyección a los autores y autoras, dando respuesta a uno de los fines esenciales de las revistas vinculado con estar al servicio de la comunidad científica, y por tanto, de la sociedad. Esto tiene implicaciones directas sobre la identidad digital y el prestigio académico de los investigadores e investigadoras.
La combinación de ambas situaciones está creando una retroalimentación de calidad gracias a las oportunidades creadas con las redes sociales, de modo que se produce un escenario que estimula el trabajo editorial y el proceso de producción científica en su fase de difusión:  
  1. Redes sociales: aliadas para la calidad de la revista (Sánchez-Santamaría & Aliaga, 2018).
Esta primera situación es de gran relevancia, al beneficiarse las revistas científicas. Por ejemplo, los autores y autoras que publican sus trabajos en ellas, llegar a ser no solo conocidos en esos trabajos, sino que esa visibilidad puede incluso aumentar la probabilidad de ser citados, con las implicaciones personales e institucionales que ello significa. También puede servir porque, al aumentar la visibilización y aclarar el perfil de las revistas, éstas son valoradas y escogidas por los investigadores e investigadoras de una manera más adecuada para publicar sus trabajos.
Sabemos que la presión a la que están sometidos los y las investigadoras, desde luego en nuestro actual contexto español, hace que las decisiones que se toman estén sesgadas por la necesidad de publicar, para estar en condiciones reales de conseguir lo que se les pide en los procesos de acreditación o evaluación de la investigación.
  1. Redes sociales: aliadas para la identidad digital de los autores y autoras promovida desde las revistas científicas.
Esta segunda situación es la que nos interesa abordar, debido a que las revistas científicas están contribuyendo de forma decidida a la promoción de la identidad digital de sus autores y autoras, al ser conscientes los equipos editoriales del retorno que esa contribución tiene en la mejora de la calidad de la revista.
El beneficio para el investigador o investigadora no acaba con la publicación de su artículo, sino que se ve potenciado, entre otras cosas, por el trabajo de difusión y visibilidad que hace la revista en las redes sociales, impactando en la mejora de su reputación y prestigio científico, así como por la información de autoría que viene referenciada en el artículo. Sin duda, esto ofrece un aliciente más para que los futuros autores y autoras puedan decidir dónde publicar sus artículos en función, también, del impacto sobre su identidad digital.
Entonces, ¿en qué acciones se concreta la contribución de las revistas científicas a la identidad digital de los investigadores e investigadoras que publican sus trabajos en ellas?
Podemos establecer, como propuesta taxonómica, dos tipos de contribuciones:
  1. Contribución directa: acciones que la revista científica dispone para solicitar información al autor y autora de un artículo sobre su perfil de investigación.
Una de las principales acciones es la de enlazar a la información del o la autora sobre sus perfiles académicos en las redes sociales. Se deben diferenciar dos tipos:
  • Redes sociales no científicas. Plataformas tecnológicas on-line que integran a personas con intereses comunes para crear, diseminar y compartir información sobre un tema general o específico (Kapoor et al., 2018). Podemos encontrar Facebook, Twitter, Linkedin, You Tube, Pinterest, Google+, entre otras muchas. Estas redes son poco utilizadas como medida de contribución directa por las revistas, como veremos luego, tienen un uso indirecto, por el potencial que presentan en la difusión de la información.
  • Redes sociales científicas: Plataformas tecnológicas on-line que integran a investigadores e investigadoras, principalmente, aunque peuden haber otros perfiles de personas o entidades interesadas en la investigación, que comparten información sobre cuestiones directamente vinculadas con la investigación en sus respectivos ámbitos.
Existen multitud de espacios virtuales generados para este fin, entre ellos: Google ScholarResearchGateAcademia.eduFaculty of 100MendeleyScholarUniverse;MyScienceWorkLoopPlazaScienceDivulgaRed. Portales bibliográficos como DialnetDialnet plus, no siendo propiamente una red social, es considerado por algunas revistas españolas y juega un papel importante, aunque nada dinámico, sobre lo que publica un autor o autora. Así, a modo de ejemplo, la revista RELIEVE, en su información “sobre los autores” de cada artículo, incluye de manera sistemática enlaces a sus redes sociales académicas, a fin de que el lector pueda acceder a otra literatura de los autores, aumentando así su visibilidad.
El Open Researcher and Contributor ID (ORCID) es una de las que más solicitan las revistas cientifícias.  Esta plataforma de identidades (Carpenter, 2015), es enlazada en los datos de identificación de los autores y autoras en el artículo publicado en la revista, de modo que cualquier persona interesada puede consultar el perfil investigador. También nos encontramos revistas en las que el perfil de alta para realizar un envío de una propuestas de artículo se realiza con el ORCID. La importancia del ORCID, más allá de cuestiones económicas que es evidente que existen, lleva a que las editoriales informen a los autores y autoras sobre los beneficios de ORCID, por ejemplo, Routledge del Taylor & Francis Group: https://bit.ly/2DRbl1L Uno de los objetivos es que con este sistema se evitam situaciones ambigüas, errores de asignación o de identificación de los autores y autoras, de modo que el beneficio también es para la revistas y las bases de datos especializadas, principalmente.
Esto implica que el artículo puede ser recogido en ORCID sin que el investigador o investigadora tengan que introducir todos los datos del mismo de forma manual, minimizando los errores y mejorando la eficiencia de la comunicación científica del perfil de investigación.
  1. Contribución indirecta: acciones que la revista científica realiza desde sus propias redes sociales para comunicar y difundir los artículos publicados.
Siguiendo, el mismo esquema de antes, se pueden establecer dos tipos:
  • Redes sociales no científicas. Las utilizadas por las revistas son Facebook, Twitter, principalmente. Una parte importante de las revistas de Educación en nuestro contexto cuenta con perfil en alguna de estas dos redes, por ejemplo, un claro ejemplo son las revistas participantes del proyecto editorial Aula Magna 2.0(Arteaga-Martínez, 2018).
Estas redes en buena medida se utilizan para informar de la publicación de un nuevo volumen, y de una forma más particular, dedican entradas a presentar cada uno de sus artículos. También para difundir información vinculada con la política editorial de la revista. Lo interesante para la proyección de la identidad digital de los autores y autoras es, por una parte, están identificados y se asocian a su publicación en la revista, y por otra parte, en el caso de que tengan perfiles activados en la misma red social, la revista los suele enlazar, de modo que potencia las oportunidades que ofrece una identidad digital académica.
  • Redes sociales científicas. Muchas revistas tienen perfiles abiertos en redes sociales como por ejemplo Researchgate, donde los artículos son incorporados para que lleguen a todos y todas las integrantes de esta red.
El caso de Google Scholar, todo y no ser una red social sino un buscador específico de información bibliogáfica académica, también permite crear un perfil a las revistas, donde principalmente, les permite una mayor visiblidad y acceso a sus citas, aunque de forma inespecífica al incorporar todo tipo de documentos y formatos.
En el mismo sentido, y aunque centrada en el trabajo de los revisores Publons, viene a contribuir a la calidad de las publicaciones científicas, y de forma indirecta, verifica y muestra la calidad del investigador o investigadora, en su rol de revisión científica, que es otro de los roles que integran el prestigio académico y proyección profesional.
Otros espacios como los blogs, véase el caso de Aula Magna 2.0, también son utilizados por las revistas para comunicar sus contenidos. No menos importantes, aunque no son redes sí que son productos que emplean las revistas a través de sus redes sociales con las infografías y los vídeo-abstracts, altermativas que ofrecen más posibilidades para impactar sobre la mejora de la identidad digital de los autores y autoras. Todo ello, gracias a métricas alternativas como Altmetrics nos reportan información sobre dicho impacto, al menos en cuantos accesos, reacciones, etc.
En relación a todas estas contribuciones hay que tener en cuenta al menos cuatro situaciones que pueden limitar el sentido y función de esta intención de participar en promover la imagen digital del o la autora:
  1. Hay que priorizar de acuerdo a los objetivos editoriales de la revista.
No tiene sentido solicitar todas las redes en las que el autor o autora tengan perfil, más bien se trata de dar la opción a los autores y autoras para proyectar su identidad digital pero generando mayor proyección y visibilidad de la revista.
  1. Hay que establecer pautas comunes y criterios compartidos entre las revistas para promover la identidad digital de los autores y autoras.
Debería ser una medida global, es decir, que las revistas, especialmente, las del ámbito científico de referencia, como por ejemplo Educación, unificaran criterios sobre uso, tipos y fin de solicitar a los autores y autoras las redes sociales como información complementaria, en coherencia con los objetivos editoriales de la revista científica. Esto genera un problema de competencia, que debe ser también debatido.
  1. El entorno tecnológico 2.0 implica un uso meramente funcional del perfil académico por parte de las revistas científicas.
Esta información debe estar integrada en un entorno virtual de la revista que permitan una mayor interacción, es decir, las revistas científicas deben empezar a explorar las oportunidades que nos brindan las tecnologías 3.0, donde ya existen opciones como las de la evaluación pública para la revisión de un artículo que se quiere publicar en una revista o la posibilidad de que desde la revista se potencia la colaboración académica y científica entre los y las autoras y sus lectores y lectoras potenciales.
  1. El conflicto de intereses y la promoción del modelo de acceso abierto.
Todas las redes sociales tienen una base económica para su mantenimiento, y algunas de ellas incluso generan servicios complementarios de pago, como Academia.edu. Esto limita la capacidad de las revistas para cumplir uno de sus fines, en espacial, aquellas de acceso abierto, además de tener en cuenta las implicaciones de los mandatos que las universidades están estableciendo para volcar en sus repositorios las publicaciones, materiales, etc., de los investigadores e investigadoras.
En resumen, si se comparte la idea de que la identidad digital, entendida como “el resultado del esfuerzo consciente que realiza el inves­tigador por y para ser identificado y re­conocido en un contexto digital” (Fernández-Marcial & González-Solar, 2015, p. 675), cuando un investigadora o investigadora está pensando en qué revista publicar, junto a los criterios de tipo de política editorial, periodicidad, indexación, factor de impacto, acceso, audiencia potenciales, tiempos de revisión y edición, entre otros, debería considerar la contribución directa e indirecta de la revista a su identidad digital,  que en buena medida el prestigio académico está relacionado, también, en dónde se publica el artículo y qué medidas dispone para difundirlo y darle visibilidad.
Estamos convencidos que los avances tecnológicos y los usos que vayamos haciendo de las redes sociales van a generar cambios sobre el papel de las revistas científicas en la promoción de la identidad digital de los autores y autoras, dando paso ya a situaciones como los pre-prints o a un movimiento que está emergiendo y que nos parece sumamente interesante, y sobre el que hablaremos en otro momento, el Public Peer Review, por las implicaciones sobre la transparencia, algo en lo que las redes sociales han abierto nuevas posibilidades.
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 1 Responsable de Redes Sociales de RELIEVE Universidad de Castilla La Mancha
Director de RELIEVERevista ELectrónica de Investigación y EValuación Educativa. Universidad de Valencia (UV)
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Sánchez-Santamaría, J. & Aliaga, F. (2018). Contribuciones de las revistas científicas a la identidad digital de los investigadores e investigadoras. Aula Magna 2.0. [Blog]. Recuperado de: http://cuedespyd.hypotheses.org/5448
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