lunes, 29 de febrero de 2016

Organizaciones que aprenden

Escribe 



Siempre sabemos más de lo que podemos decir y decimos más de lo que podemos escribir“, afirmabahace unos años el consultor galés Dave Snowden, fundador de Cognitive Edge, en un texto en el que establecía lo que eran, para él, las 7 reglas de la gestión del conocimiento. De las siete, la que Snowden consideraba más importante era precisamente con la que hemos abierto este post. Intentar expresar con palabras lo que pensamos, trasladar nuestro pensamiento de la cabeza al habla y del habla a la escritura implica siempre una pérdida de contenido y de contexto, decía. La regla de Snowden es, de hecho, una paráfrasis del “we can know more than we can tell” de Michael Polanyi en “The Tacit Dimension”.
Snowden
El problema que Snowden señala no solo nos afecta en tanto que individuos sino que es especialmente relevante hoy en el contexto de las organizaciones. Una de las principales necesidades de las organizaciones (y también una de sus principales carencias) es ser capaces de recoger, organizar, almacenar y distribuir el conocimiento (tanto implícito como explícito) generado por sus profesionales. El gran desafío de la gestión del conocimiento organizacional es ser capaces de aprovechar al máximo el conocimiento oculto o no estructurado que circula por la organización. Un conocimiento que puede llegar a representar hasta el 80% del total y que tiene que ver con todo aquello que no está explícitamente declarado o fijado en documentos o procesos formales.
El conocimiento organizacional es el conjunto de rutinas que resultan de la acumulación de la experiencia del pasado. Rutinas que incluyen reglas, procedimientos, normas, creencias y marcos que determinan cómo la organización está diseñada y opera. Y que se configuran en la interdependencia entre el conocimiento explícito y tácito.
Existe un importante debate sobre si el conocimiento es el resultado de la suma del conocimiento de sus integrantes (Nonaka & Takeuchi) o si como sugiere el primer Bruno Latour las organizaciones son sistemas capaces de generación de conocimientos (Ciencia en acción). Los primeros consideran que “el conocimiento se crea sólo por los individuos. Una organización no puede crear conocimiento sin individuos. La organización debe crear contextos que permitan crear conocimiento. La creación de conocimiento organizacional debe entenderse como un proceso que amplifica el conocimiento creado por los individuos y lo captura en la red de conocimiento de la organización.” Los segundos afirman que el conocimiento solo surge al compartirlo, en los procesos de interacción social.
Retro-futuristic Czech file storage room, 1937
Retro-futuristic Czech file storage room, 1937
Más allá del debate, las preguntas que nos interesa responder son del tipo ¿cómo reconocer, visualizar y transmitir el conocimiento tácito que vamos acumulando?, ¿Cómo podemos fomentar la creatividad, la innovación y la actitud emprendedora?, ¿Cómo pueden las organizaciones responder a los retos de una sociedad de la complejidad y la incertidumbre como la actual?
Vivimos en la sociedad del aprendizaje caracterizada por una enorme transformación precisamente en lo que entendemos por conocimiento y por aprendizaje. “Una sociedad que es cada vez más consciente de su no-saber y que progresa, más que aumentando sus conocimientos, aprendiendo a gestionar el desconocimiento en sus diversas manifestaciones: inseguridad, verosimilitud, riesgo e incertidumbre.” (Daniel Innerarity), donde “el aprendizaje no está limitado por la falta de información, sino por la capacidad de convertirla en conocimiento” dice Julio Carabaña hablando de las escuelas del futuro pero podría estar hablando sobre lasorganizaciones del futuro.
Hoy ya no nos basta con saber cosas o poder acceder al conocimiento. En un mundo tan cambiante como el actual lo relevante es ser capaces de encontrar soluciones a los constantes desafíos que enfrentamos. El éxito no está en lo que sabes sino en nuestra capacidad para pensar y hacer de manera creativa.
La informacion_JulioCarabaña
Necesitamos profesionales con nuevas competencias y sobre todo necesitamos nuevas organizaciones. Organizaciones más abiertas, más flexibles, más participativas y colaborativas, más activas y “dialogantes”. Organizaciones que deben “conversar” cada vez más con sus clientes (ciudadanos) y con sus empleados. Necesitamos organizaciones que aprendan, entendidas como “grupos de personas que buscan mejorar continuamente su capacidad de crear lo que quieren crear y que comparten una filosofía de anticipación, reacción y respuesta al cambio, la complejidad y la incertidumbre” (Peter Senge, La quinta disciplina).
“Una organización que aprende es aquella que busca crear su propio futuro y que  asume que el aprendizaje es un proceso continuo y creativo de sus integrantes; que se desarrolla, se adapta y se transforma en respuesta a las necesidades y aspiraciones de las personas, tanto dentro como fuera de la misma” (ZeeshaN.SyeD).
Como organizaciones no nos basta con que cada uno de nuestros miembros se convierta en una unidad que aprende (teniendo un PLE). Necesitamos poner en marcha procesos que nos permitan la conexión entre los miembros de la comunidad. Necesitamos instrumentos que nos conecten. Que conecten el conocimiento para generar nuevo conocimientoEl gran reto que os planteamos es conectar lo individual con lo colectivo.
Necesitamos también Entornos Organizacionales de Aprendizaje. Una organización que aprende y una organización inteligente es algo más que la suma de individuos que aprenden individualmente y de individuos inteligentes.
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Los procesos de gestión del conocimiento en las organizaciones (Organisational Learning) han estado tradicionalmente monopolizados por los llamados Sistemas de Gestión del Conocimiento (Knowledge Management Systems), es decir, muy vinculados a soluciones tecnológicas concretas y a procesos en muchos casos diseñados y dirigidos desde arriba, nada fluidos, rígidos, poco “naturales” y nada intuitivos.
En este contexto y ante la cada vez mayor urgencia por saber gestionar bien ese conocimiento interno pero también por la necesidad de incorporar el conocimiento y la innovación que se produce en otros entornos fuera de la organización, los conceptos de PLE y de PKM, mucho más ligeros y flexibles, mucho más naturales e intuitivos, mucho más “personales” y moldeables, parecen más adaptado a esta labor. Tanto el PLE como el PKM son maneras “sencillas” de desbloquear y hacer aflorar el conocimiento “tácito” existente. Son dos maneras de visibilizar las redes de conocimiento que existen dentro de las organizaciones. Y también de crear nuevas redes.
Linda Castañeda considera que además de las herramientas para buscar, crear y compartir que la organización utiliza el elemento clave en los Entornos Organizacionales de Aprendizaje es la la visión compartida que tenemos todos sobre cómo esos elementos se relacionan entre sí, funciona de una manera concreta y tienen una finalidad común. La visión compartida que si recuerdan era una de las cinco disciplinas(1.Pensamiento sistémico; 2.Dominio personal; 3.Modelos mentales; 4.Construcción de una visión compartida; 5.Aprendizaje en equipo) de Peter Senge. De las cinco, nos interesa especialmente el aprendizaje en equipo comienza con el “diálogo”, la capacidad de los miembros del equipo para “suspender los supuestos” e ingresar en un auténtico “pensamiento conjunto” y el pensamiento sistémico constituye la piedra angular del modo en que una organización inteligente piensa acerca del mundo.
PLE, WOL PKM
En este proceso, además de los conceptos de #PLE y #PKM, puede ser muy interesante la idea de Woking Out Loud (trabajar en voz alta) de John Stepper. Trabajar en voz alta sería hacer visible nuestro trabajo a los demás de tal manera que pueda ser útil a otros. WOL es trabajar de manera más abierta y conectada para construir entre todos una red que a la larga nos hace, como organización, más eficaces y nos da acceso a más oportunidades.
Las organizaciones deben apostar decididamente por sus personas, por el desarrollo de competencias tanto a nivel individual como a nivel de equipos, por la creación de estructuras en red, donde la clave estaría en potenciar la conexión entre sus nodos. Por la creación de comunidades de prácticas internas y externas donde se garantice la circulación fluida de la información.
Ken Whytock CC 2.0 by-nc https://flic.kr/p/feSVtP
Ken Whytock CC 2.0 by-nc https://flic.kr/p/feSVtP
No olvidemos que la información y el conocimiento son el combustible de la innovación. Y en ese sentido no se debe escatimar ningún esfuerzo para que esa información y ese conocimiento estén siempre accesibles y disponibles.  No olvidemos que “las organizaciones inteligentes son posibles porque en el fondo todos somos aprendices.”
Sabemos que la innovación nunca sucede mientras estamos hablando de ella. Pero en las organizaciones necesitamos hablar mucho para que haya innovación.
La semana pasada participé en la Universidad de Granada en el  Curso “Crear, innovar, emprender” #emprendeGrinUGR 2016 organizado por mi amigo Esteban Romero, director del Medialab de la Universidad de Granada.
Os dejo aquí el vídeo de la sesión y la presentación que utilicé:


Tomado de co.labora.red con permiso de su autor. 

viernes, 26 de febrero de 2016

Radio FIFI, una emisora grupal e innovadora

Escribe Carlos Bravo Reyes


En diversas ocasiones comenté en mi blog sobre la utilidad del trabajo grupal, las formas de organizarlo, sus ventajas y desventajas. En algunos de estos trabajos expuse las ideas que mis estudiantes universitarios tienen de dicha forma de organizar el aprendizaje. Ellos enfatizan en la poca responsabilidad de algunos de sus compañeros, las diferencias de horarios, la pérdida de tiempo y la dispersión de la atención en las reuniones. También señalan como elemento negativo las condiciones para realizar el trabajo, la información de los profesores, que no siempre es lo suficientemente precisa, entre otras razones que no ubican al trabajo colaborativo entre los métodos preferidos.

Tomando en cuenta estas opiniones y convencido de la necesidad de los estudiantes de aprender a trabajar en grupo, decidí modificar la forma en que empleaba estos métodos. Lo hice tratando de unir la concepción de las inteligencias múltiples de Howard Gardner con el uso de la tecnología educativa.

En el caso de las inteligencias múltiples mi objetivo se dirige a facilitar la conformación del grupo en función de los gustos y preferencias de los estudiantes, es decir en aquello que más le agrada, o en lo que se siente más seguro. El objetivo recae en emplear ese tipo de inteligencia para crear el grupo y no necesariamente en mejorar dicha inteligencia. 

Una vez formado el grupo, sus integrantes crean un documento en Google Drive, que es empleado para discutir en línea sus ideas, seleccionar la información y detallar las etapas del trabajo. Este documento también les sirve como informe final del trabajo grupal.  Como el documento se trabaja en línea se evitan las reuniones improductivas y la pérdida de tiempo además de mejorar su desempeño en el trabajo en línea. Otra ventaja es que en el documento todas las tareas y los aportes de cada uno quedan registrados siendo uno de los indicadores para la evaluación individual del trabajo. Todos conocemos que cuando se trabaja en grupo de la manera tradicional, el profesor no puede evaluar con objetividad las tareas individuales y por lo general todos tienen la misma calificación independiente del esfuerzo de uno y otro.

Otro elemento que introduje en la forma de emplear este tipo de métodos, fue establecer una exposición inicial de los integrantes de cada grupo. Consiste que en una fecha previamente establecida todos los grupos explican la organización de su trabajo, las tareas que van a cumplir y muestran el documento creado en Google Drive. Esta primera exposición es de gran utilidad para evitar que el grupo solo trabaje días antes de su exposición final, lo que es permanente en la organización tradicional.

Otra modificación que introduje está relacionada con la manera de crear el grupo. Por lo general los grupos se conforman principalmente por afinidad entre sus integrantes. A lo largo del tiempo de estadía en la universidad esta práctica puede resultar negativa, ya que algunos no matriculan el mismo curso, tienen diferentes horarios además de intervenir factores sociales, como nuevos amigos y otros tipos de relaciones, los que contribuyen a la disolución del grupo.

En la práctica laboral los grupos de trabajo pueden formarse de manera muy variada y no siempre es la afinidad personal la que prima. Por ello es necesario que los estudiantes universitarios, los futuros profesionales rompan con la costumbre de mantener los mismos grupos de trabajo y aprendan a compartir con otros de sus compañeros. Esta práctica es la que vengo incorporando desde hace varios años, con resultados aceptables. 

En cada semestre al terminar mis asignaturas pido a los estudiantes responder una encuesta de evaluación al trabajo del profesor y al suyo propio. Una de las preguntas valora la utilidad de la forma en que se desarrolló el trabajo grupal, la que es aprobada por cerca del  80%. En otra de las preguntas de la misma encuesta, pido que expresen cómo mejorar el trabajo grupal. Por lo general las respuestas son las mismas; mayor exigencia y responsabilidad a sus compañeros, elevar el interés en el trabajo, así como un mayor compromiso entre todos los integrantes.

Lo anterior significa que aunque se mejora la organización y la calificación de la tarea es más justa, aún perduran aspectos subjetivos, propios de la formación de los estudiantes, como es la responsabilidad individual y su influencia en el trabajo colectivo. Para reducir este problema permanente creé una rúbrica de evaluación de todas las etapas del trabajo grupal, además de alentar a todos en esta forma de trabajar. Además las exposiciones grupales se realizan a lo largo del semestre y no al final, así se mantiene siempre el recordatorio de las tareas. Algunos grupos tienen tareas a lo largo de todo el semestre, lo que es otro indicador para elevar la motivación de los estudiantes.

La selección del grupo se realiza en la plataforma Moodle, donde los estudiantes trabajan en el aula digital de la asignatura. Primeramente leen una síntesis del tipo de preferencia, por ejemplo al grupo Influyentes se les indica: “Te gusta escuchar las opiniones de los demás, analizarlas y después crear tu propia opinión que además compartes, influyendo en los restantes estudiantes”. Este grupo está relacionado con la inteligencia de tipo interpesonal y son aquellos estudiantes que muchas veces lideran actividades escolares. 

Otro grupo es el musical, donde se señala: “Te gusta la música, tienes en tu celular un largo repertorio de todo tipo de música, vas en el ómnibus escuchando tus canciones preferidas”. Este grupo se relaciona con la inteligencia musical. Así se organizan tantos grupos como sea necesario, en función del total de estudiantes matriculados. Por lo general los grupos se conforman por tres o cuatro integrantes y una vez lleno el grupo este se cierra automáticamente y los estudiantes deben seleccionar. Una vez que el estudiante se inscribe al grupo conoce la tarea a desarrollar y a los otros integrantes. De esta manera los estudiantes no conocen previamente los integrantes del grupo con lo que se logra el objetivo de crear grupos con otros de sus compañeros. 

Radio FIFI.

Día de entrega de premios por parte de las integrantes
de radio Fifi
El grupo musical estuvo integrado por cuatro estudiantes de la asignatura Tecnología educativa, de la carrera de Ciencias de la Educación de nuestra Universidad.

Su tarea fue crear una emisora radial en Facebook, con el objetivo de utilizar esta plataforma de otra manera diferente. En otras ocasiones empleamos la plataforma desarrollando varios Moocy también como “aula digital” en vez de Moodle.  Como Facebook es la red más empleada por los estudiantes y la mayoría accede desde sus dispositivos móviles, fue una garantía para el acceso a la emisora. 

Esta plataforma no incorpora un servicio como el que indicaba la tarea, por lo que fue necesario seleccionar un programa que permitiera la trasmisión en línea. Para esto se empleó Mixlr que en su versión gratuita permite cada día una hora de trasmisión. Se puede descargar tanto a la computadora de escritorio como a un dispositivo móvil y su instalación es sencilla.
Captura de pantalla de la
página en Facebook
Una vez instalado el programa en las computadoras de las estudiantes se dieron a la tarea de crear la página en Facebook a la que le llamaron Radio Fifi, que equivale a la inicial del nombre de cada una de las integrantes. Trasmitieron una hora diaria dos veces a la semana, durante tres meses consecutivos. Todos los martes y jueves sus compañeros y el profesor esperábamos la salida al aire de radio Fifi. 

El grupo tenía la dura tarea de mantener durante todo el semestre el interés de sus compañeros. Para lograrlo crearon concursos donde se debía identificar el nombre del cantante o del grupo y el de la canción. 

También pidieron a sus compañeros que interpretaran parte de la canción o repitieran su coro. Para estas tareas se empleó el grupo de Whastapp de la asignatura. Así los estudiantes accedían a Facebook la red donde estaba el enlace a la emisora e interactúan en Whatsapp. 

Captura de pantalla de una de
sesiones en Whastapp
Lo más significativo del trabajo, fue mantener durante todo el semestre su espíritu de superación, buscando nuevas formas de elevar la atención de sus compañeros y demostrando que el trabajo colaborativo siempre es posible cuando todos comparten la misma responsabilidad. 


Tomado de 366-días con permiso de su autor

miércoles, 24 de febrero de 2016

Avance: Investigación disruptiva!

Escribe Juandon


Después de un año de trabajo con profesores de universidades y de centros educativos de Polonia y de Vietnam del Sur (dos lugares del mundo con los que he colaborado en universidades, asesorado…, con docentes, policy makers,,,, ya puedo analizar la investigación que realizamos, y la cuál he LIDERADO, es más, lo tengo muy adelantada.



v0QAutP1_400x400Las hipótesis de trabajo y de análisis, son variadas, divergentes,…. vienen referidas a la apropiación de competencias educativas en el nuevo paradigma (para nada hablamos del antiguo y sus desfasadas maneras de aprender y de educarse), eso si, hacemos un impás, mejor dicho, nos y los cuestionamos sobre este espacio-tiempo de “puente” en el que la educación formal pervive y deambula por la sociedad de la información y la comunicación (SIC), así mismo en lo referido a la relación aprendizaje-trabajo (learning is the work), a su acomodación en una sociedad abierta, inclusiva y ubícua, por tanto en todo lo referido a lo que la envuelve…, en fin, compleja, divergente y de mucho calado “pasional”, tanto objetivamente como subjetivamente.

-(muestreo sobre 600 alumnos, 300 docentes, 600 familias, responsables de los sistemas educativas de dos países muy diferentes, con encuestas que podrían ser válidas en otros lugares del mundo, con intervención de internet, AI, en todo su desarrollo etc etc

Un trabajo ingente por medio de internet, sábados y domingos con mis compañeros ayudantes-implementadores, lunes con otros, en fin, una investigación moderna, crítica, transgresora y muy compleja (propia de un nuevo paradigma soial, educativo… que creo que va a gustar y mucho a unos, y “renegarán” de ella otros (puristas y gente del viejo paradigma, pero es lo que espero, por supuesto.

Ha sido realizada con dos equipos de trabajo geniales, docentes universitarios, docentes de escuelas primarias y secundarias, familias, dirigentes…. con dos estructuras muy diferenciadas, ya lo verán, sin influencia alguna, en una parte y condicionados por DAFOS Y VUCAs, por otras, estableciendo COMPARATIVAS entre ambas (siempre teniendo en cuenta la disparidad de contextos.

Pretendemos con ello ver cómo la sociedad es capaz de absorber aún el viejo paradigma, pero que éste está dando sus últimos coletazos, aunque la influencia directa del viejo sistema y sus ejecutores, los docentes, está impidiendo el cambio definitivo que ésta necesita, y realmente lo está consiguiendo, lo cuál hace que la crisis sistémica, en todos los aspectos no puedan ser levantada, de una sociedad que quiere evolucionar pero que tiene muchas rémoras que se lo impiden…

Las primeras reacciones ya han empezado y digo “reacciones” sin salir nada de nada aun, pero de eso se trata de analizar las posiciones de un viejo paradigma que no se sustenta ni que se quiera y de uno de nuevo que no tiene aún la suficiente fuerza para tirar hacia delante ya que necesita no de posicionamientos aislados simplistas, si no de un trabajo muy complejo en todas las disciplinas de la sociedad (transdisciplinares) -tal como se venía haciendo hasta ahora, pequeñas innovaciones- y muchas veces por personas que en su vida han investigado nada y ni siquiera tienen idea de lo que significa eso.

Pero se trata de eso, de ver una comparación entre dos maneras de ver el mundo, ni mejores ni peores, una del pasado y otra del futuro, en la que el PRESENTE está en medio debatiendo una guerra que indecisa y que parece del nunca acabar. Personas, muchas veces que como dice el pueblo llano “no han salido de casa” y me refiero al plano educativo, que no conocen más allá de lo que normalmente hacen ellos y lo que se lleva a cabo delante de “sus narices”, en cambio otros, si, gente de ciencia que por supuesto pertenecen a la “reacción” pero que su opinión siempre es respetable por su trabajo a cuestas.

La ejecución de la misma no es para nada al uso de las investigaciones clásicas, como no podía ser de otra manera,ya que las TIC han estado presente ya no como herramientas en todo momento (obviamente) si no que las estrategias son completamente disruptivas, con personas trabajando de manera disruptiva, tanto en su diseño estratégico, su ideación, implementación directa, análisis….muy lejos de lo que se venía haciendo (lo digo en pasado porque estoy seguro que a este tipo ancestral de trabajo le queda poco tiempo) y además algo básico (disruptivo al 100%) no es una investigación cerrada por convencimiento, no abandonaremos la experiencia, estaremos pendientes de ellos de muchas maneras (gracias a las TIC, AI, intenet…)….

Estamos no por hacer cosas diferentes, si no acosas que la gente quiere, que se ve en la misma sociedad, por tanto somos servidores de esta sociedad, no de la anterior. La verdad es que ya “no discutimos” con “nuestros antecesores”, los clásicos de ayer, de ante ayer etc etc…ni siquiera discutimos en/con los centros, instituciones que se agarran al pasado por comodidad, desconocimiento, carencia de suficientes conocimientos de hoy, miedos a perder sus influencias….con estos, para que discutir, también ellos verán como las cosas suceden hasta por DECANTACIÓN….
Nota.- Ahora ya es trabajo de análisis y de explicación para que la sociedad pueda extrapolarlo para aquellas situaciones diversas que les interese.

Tomado de juandon. Innovación y conocimiento con permiso de su autor

martes, 23 de febrero de 2016

Innovamos para aliviar la enseñanza


Escribe Carlos Magro


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¿Cómo estudian tus alumnos?, ¿Cómo son tus clases?, ¿En torno a quién giran tus clases?, ¿Quién compone y cómo funciona el claustro?
La situación actual de nuestras universidades es de una crisis que apenas si se halla en sus comienzos.”
Las transformaciones profundas que han padecido o que están padeciendo las sociedades contemporáneas exigen transformaciones paralelas en la educación nacional. Ahora bien, aunque sentimos la necesidad de cambios, no sabemos exactamente cuáles han de ser éstos.”
Cualquiera de nosotros firmaría estas afirmaciones. Las dos encajan perfectamente con nuestra situación actual. La educación superior lleva años en medio de una profunda crisis y nuestra sociedad cambia tanto y tan rápido que nadie duda tampoco sobre la necesidad cada vez más urgente de que se produzcan cambios en la educación.
Cualquiera de nosotros pensaría que las dos frases son recientes y, sin embargo, las dos fueron dichas hace más de 100 años. La primera, por Francisco Giner de los Ríos hacia 1900 en sus Escritos sobre la universidad española (pdf), la segunda, por el sociólogo francés Emile Durkheim en su libro Pedagogía y sociología de 1902.
Desde entonces, el mundo ha cambiado mucho. Pero la educación también. Nada más lejos de mi intención aquí que defender la idea tan habitual hoy de que la educación no ha cambiado nada en los últimos cien años, de que seguimos educando de la misma manera que se educaron nuestros abuelos. Nada más lejos que alinearme junto a los abanderados del cambio disruptivo que alzan sus argumentos contra un supuestamente homogéneo sistema educativo tradicional, un modelo de educación industrialprusiano dicen unos, transmisivo otros. Contra una educación bancaria al estilo de Paulo Freire que aún hoy predominaría en la mayoría de las aulas del mundo cuando, en realidad, no tenemos muy claro qué significa eso de educación industrial. Ni siquiera si realmente existe.
Lo que sí es cierto es que estamos ante una de las grandes revoluciones de la historia de la humanidad y que debemos asumir, con Castells, que “hemos cambiado para siempre la forma en que nos comunicamos, nos informamos, trabajamos, nos relacionamos, amamos o protestamos”. También es cierto que “nuestra sociedad ha efectuado una radical transformación de la idea de saber, hasta el punto de que cabría denominarla con propiedad la sociedad del desconocimiento” (Innerarity), que hemos cambiado nuestra relación con la información y el conocimiento, que nos sobra información y que nos falta conocimiento y que saber significa “poder dar una respuesta a la pregunta acerca del qué y el porqué”(Innerarity). Algo que, por cierto, ya dijo en 1930 Ortega y Gasset hablando sobre la misión de la universidad. Para Ortega, la universidad debía transmitir “el sistema de ideas sobre el mundo y la humanidad que el hombre de entonces poseía” de cara a ayudarle a dirigir efectivamente su existencia.
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Más que en la sociedad del conocimiento, vivimos en la sociedad del aprendizaje y aunque el aprendizaje, elcómo aprendemos, ha cambiado enormemente en las últimas décadas, es verdad que el Sistema educativo y las instituciones educativas (el cómo enseñamos, qué enseñamos, dónde lo hacemos, a quién enseñamos, quién lo hace y quién gestiona el aprendizaje) lo ha hecho de manera bastante más lenta. La academia, decíanJim Groom y Brian Lamb hace unos años, “se muestra extrañamente complaciente en medio del tumulto…La innovación en la docencia es marginal, de modo que las estructuras básicas de currículo y evaluación no han sufrido variación alguna.” De alguna manera, sin ser cierta la afirmación de que nada ha cambiado en los últimos 100 años, si es verdad que se está produciendo un desajuste cada día mayor entre lo que necesitamos y lo que (ob)-tenemosEl cambio es más lento de lo que nos gustaría y, desde luego, mucho más de lo que necesitaríamos.
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Una de las razones de este lento cambio puede ser precisamente el gran éxito de nuestras instituciones de enseñanza al menos en términos de estabilidad y pervivencia. También es útil, como sostiene Larry Cuban, recurrir al concepto de conservadurismo dinámico para explicar cómo la educación en el último siglo es lamezcla permanente entre lo viejo y lo nuevo, la continuidad y el cambio. No es cierto que nada cambie. Cuban critica la ceguera de muchos reformadores educativos que ven las instituciones educativas como estructuras complicadas e ineficientes en lugar de verlas como las estructuras complejas que son y que como tales avanzan gracias a la tensión continua entre cambio y estabilidad. Tampoco podemos olvidar, como ha señalado George Couros recientemente que de lo que hablamos es de una profesión construida sobre la relación entre personas por lo que las variables con las que un profesor o un maestro se enfrenta cada día son infinitas. Para hablar de cambio y educación nos vale el dicho de que vamos lentos porque vamos lejos.
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Ante esta situación las preguntas que debemos hacernos son del tipo ¿Cómo debe ser la educación cuando tanto el aprendizaje como el conocimiento están por todos lados?¿Cómo podemos transformar la educación para hacerla más relevante y adecuada a nuestro entorno y a nuestros tiempos?¿Cómo debe ser la educación en la sociedad del aprendizaje? o ¿Cómo debe ser la universidad en la sociedad del aprendizaje?.
Es claro que vivimos bajo el paradigma del cambio. En el ámbito de la educación superior los tres grandes desafíos son la presión de la globalización; los cambios en la oferta y la demanda los cambios en la financiación.
El sector se encuentra en un contexto caracterizado por el aumento de la competencia; la marketinización de la enseñanza; la madurez de las tecnologías, las infraestructuras y las herramientas; y una dinámica creciente de “consumerización”. Un contexto en donde es preciso atender a los cambios en las motivaciones personales para el aprendizaje, en las metodologías utilizadas, en los lugares donde aprendemos, en lo que es necesario aprender, en los contenidos, en los mecanismos de acreditación del aprendizaje.
La educación superior debe ser capaz de responder a la abundancia de recursos (y contenidos) y de redes de relación, al surgimiento de nuevas formas de evaluación y de acreditación, a las nuevas formas de aprendizaje formal, no formal e informal, al aprendizaje online e híbrido, a las tecnologías personales en el aprendizaje, a la relevancia de lo abierto, al impacto de los medios sociales y su capacidad para cambiar las formas e interaccionar, generar y disponer de ideas e información y al incremento del uso de los datos y del análisis de los mismos para mejorar la experiencia y la personalización del aprendizaje.
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La educación superior debe ser capaz de dar respuesta a los cambios en los procesos de aprendizaje. “Aprender hoy es ser capaces de buscar, recopilar y filtrar los datos, ser capaces de trabajar colaborativamente para sacarles el mejor provecho, ser capaces de compartirlos y comunicarlos” (Antonio Lafuente, Andoni Alonso y Joaquín Rodríguez. Todos sabios). Aprender hoy es aprender a pensar, a hacer y a conectar.
Más que respuestas debemos ser capaces de hacernos preguntas. ¿Para qué aprendemos?; ¿Qué aprendemos?; ¿Cómo aprendemos?; ¿De quién y con quién aprendemos?; ¿Quién aprende?; ¿Dónde aprendemos?; ¿Quién reconoce lo aprendido?.
Para adaptarse a las necesidades de la sociedad actual, las instituciones de educación superior deben flexibilizarse y desarrollar vías de integración de las tecnologías de la información y la comunicación en los procesos de formación”, dice Jesús Salinas. “Para entender estos procesos de cambio y sus efectos, así como las posibilidades que para los sistemas de enseñanza-aprendizaje conllevan los cambios y avances tecnológicos, conviene situarnos en el marco de los procesos de innovación” continúa. Necesitamos innovación, necesitamos innovarPero en educación siempre hemos necesitado innovarEn educación siempre hemos querido y hemos soñado con innovarDe hecho en educación siempre hemos innovado, pero en demasiadas ocasiones hemos equiparado esa innovación con innovación tecnológica.
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Desgraciadamente ha sido común entre muchos reformadores la idea de que si introducimos la tecnología en el aula, ésta sería utilizada y si es utilizada, entonces, transformaría la educación” (Seymour Papert)Y eso nos ha llevado al fracaso. Hemos fracasado cada vez que hemos creído que la innovación en educación era solo una cuestión tecnológica. Hemos fracasado cada vez que hemos creído que la palanca del cambio educativo era la tecnología. La innovación “sólo surge cuando los profesores ponen las Tecnologías de la Información al servicio de nuevas formas de aprendizaje abierto y colaborativo en lugar de conformarse con hacer lo mismo de siempre de manera diferente. La innovación exige un gran esfuerzo tanto individual como colectivo y requiere también del apoyo y el reconocimiento institucional” (Creative Classrooms).
Aún así y a pesar de la lecciones aprendidas, en los últimos años hemos asistido de nuevo a una explosión de innovación tecnológica en educación. Es difícil seguir el ritmo de aparición de nuevos retos tecnológicos, tendencias y tecnologías emergentes. La educación parece sometida a la urgencia de la novedad continua. Claramente nos sobran tendencias y corremos el riesgo de sucumbir a la parálisis por exceso. Corremos el riesgo de que al final nada cambie porque no sepamos decidirnos o porque continuemos haciendo lo mismo de siempre pero con otro aspecto. Parecería que nos sobra tecnología y nos falta pedagogía*Que nos sobra innovación y nos falta acción.
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Pero si innovar en educación no es sinónimo de innovación tecnológica…¿Qué es innovar entonces?. ¿Qué es innovación educativa?.
Aunque podríamos recurrir a definiciones más canónicas a mi me gusta mucho la de Joan Rué para quien “innovar significa conocer lo existente, pero también asumir el riesgo de pensar vías distintas, explorar e investigar. Significa también la habilidad de trabajar con otros, de saber comunicarse”.
La innovación no sería tanto una cuestión de estar constantemente inventando cosas nuevas como de ser capaces de cambiar los modelos existentes para adaptarse a las condiciones cambiantes del entorno. En el caso de la educación, la innovación es nuestra capacidad de adaptar el aprendizaje a las cada vez más cambiantes demandas profesionales y vitales que todos experimentamos. Y debería llevarnos a un cambio que aporte valor y que solucione problemas concretos. La innovación debe además tener “beneficiarios”.
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En 2014, la Unión Europea publicó el informe Study on Innovation in Higher Education con el objetivo de analizar el impacto de la innovación sobre el sector de la Educación Superior. En concreto el estudio trata de identificar los principales desafíos del sector; las diferencias regionales y de contexto respecto a la innovación; los actores implicados; los principales resultados que se pueden esperar; y las barreras a la innovación. El estudio se ha articulado en torno a tres grandes ejes: 1. los cambios en la enseñanza y el aprendizaje; 2. la tecnología y las mejoras en los resultados de los estudiantes; 3. la globalización y la internacionalización. Los autores han identificado una serie de conclusiones: que la innovación necesita gestión, que es necesario formación en innovación, que la innovación es un círculo virtuoso y que los cambios provocados por la innovación no son radicales sino progresivos. Y también que en los procesos de cambio, la tecnológica facilita pero no es la innovación y ayuda a pasar de una visión centrada en la universidad, los departamentos, los profesores a otra centrada en los estudiantes y que la innovación nos permite tanto hacer cosas nuevas como hacer lo de siempre pero mejor.
Bien, pero ¿cómo lo hacemos?, podemos aún preguntarnos. Parece claro que es necesario un cambio integral de los procesos de aprendizaje. “Los objetivos de aprendizaje, los currículos, las estrategias docentes, la didáctica y la evaluación deben cambiar para que esta oportunidad tecnológica sea beneficiosa”, nos diceÓscar Valiente González. “La solución está en actuar simultáneamente desde el cambio pedagógico, el cambio tecnológico y la gestión del cambio organizacional”, dice por su parte Michael Fullan después de treinta años estudiando el cambio educativo. Para ser efectiva, la innovación en la Educación Superior, debe estar vinculada a las tecnologías de aprendizaje, las aproximaciones pedagógicas, los procesos y los cambios organizativos. “El cambio fundamental en el aprendizaje sólo se producirá si abordamos los cambios en las prácticas docentes y en la dotación de recursos a nivel institucional. En otras palabras, debemos esforzarnos por diseñar aulas y escuelas innovadoras, no sólo experiencias innovadoras de aprendizaje individuales” (Decoding learning)
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El cambio vendrá cuando comprendamos que éste debe ser pedagógico, tecnológico y cultural. Cuando el profesor actúe como un agente del cambio, impregnando el sistema con una actitud de visión con sentido. El cambio debe ser algo esperado y los maestros formados y empoderados para actuar como agentes del mismo.Con mentalidad innovadora. Trabajando en equipo. Liderando el cambio. Siendo la punta del lápiz (The pencil metaphor) pero también ayudando a aquellos que solo necesitan un empujón para embarcarse en el cambio.Creando una cultura de la innovación (Building a culture of innovation. pdf)
Y recuerden, que “lo innovador no está en la tecnología, sino en cómo afecta ésta al acceso, la generación y la aplicación del conocimiento (Manuel Castells)”, que la innovación nunca sucede mientras estamos hablando de ella y, sobre todo, que innovamos para aliviar la enseñanza (Ángela Ruiz Robles en una entrevista para TVE).
NOTA 1: Este texto se corresponde con la ponencia del pasado martes 23 de junio en el marco de las III Jornadas de Innovación de la Universidad Francisco de Vitoria. Aprovecho para felicitar por la iniciativa y dar la enhorabuena por el desarrollo a todo el equipo de Innovación educativa de la UFV. Dejo a continuación elvídeo de la ponencia y la presentación completa que utilicé.




*NOTA: Empieza a ser un lugar común el afirmar que la tecnología sin pedagogía no transforma la educación. Los últimos años de historia de la tecnología educativa y de los sucesivos fracasos al pretender cambiar la educación desde la palanca exclusiva de la tecnología dan validez a la afirmación. La situación, sin embargo, deja de ser tan clara. Cada vez es más difícil pretender cualquier cambio en la actividad que sea sin tecnología. En este sentido cada vez es más importante entender bien ambas, tecnología y pedagogía para impulsar el cambio. La tradicional incomprensión entre tecnólogos y pedagogos debe resolverse. Figuras como Seymour Papert es un buen ejemplo de este diálogo fructífero. En esta línea me parece muy recomendable la Guía de la tecnología educativa de Audrey Watters que intenta precisamente responder a tres preguntas. Qué deberían los tecnólogos saber sobre educación, qué deberían los pedagogos saber sobre tecnología, que deberían los estudiantes saber sobre tecnologías educativas.


Tomado de co.labora.red con permiso de su autor