Por Emma Näslund-Hadley - Elena Arias Ortiz
La pandemia del COVID-19 ha causado casi 15 millones de muertes en exceso en todo el mundo. Aunque las tasas de mortalidad son más bajas entre los niños y los jóvenes, éstos se enfrentan a otra emergencia: la crisis de por la pérdida de aprendizaje. En todo el mundo, la interrupción de la educación ha supuesto que millones de niños hayan perdido el aprendizaje académico que habrían obtenido si hubieran asistido a las aulas, y fueron los más pequeños y marginados los que sufrieron las mayores pérdidas.
Los niños y jóvenes de América Latina y el Caribe (ALC) perdieron más días de clase que sus pares de cualquier otra región del mundo. Entre marzo de 2020 y marzo de 2021, las escuelas estuvieron cerradas a la educación presencial un promedio de 158 días (UNICEF), un 166% más de días que el promedio mundial de 95 días.
En 2022, la mayoría de los países de la región están reanudando el aprendizaje presencial, pero la gravedad de los efectos del virus en los niños y jóvenes es cada vez más evidente y alarmante.
Las tasas de matriculación cayeron en toda ALC. Aunque todavía se están evaluando las estimaciones de las pérdidas de aprendizaje, los datos disponibles son escalofriantes. En San Pablo, Brasil, durante el cierre de las escuelas los estudiantes aprendieron sólo un 27,5% respeto a cuando aprendían de manera presencial.
El cierre de las escuelas también aumenta el riesgo de desnutrición debido a la falta de comidas escolares. La violencia doméstica contra los estudiantes aumentó, al igual que los problemas de salud mental, como la ansiedad, el aislamiento y la depresión. Una encuesta de 2020 en ALC revela que una cuarta parte de los jóvenes de entre 13 y 29 años declararon tener ansiedad, y que el 43% de las mujeres y el 31% de los hombres se sienten pesimistas sobre el futuro.
Dada la magnitud de las pérdidas educativas, no basta con reabrir las escuelas. Todavía podemos evitar que se pierda una generación de estudiantes, pero es urgente actuar con decisión. Hay que prestar un apoyo intensivo para recuperar la educación perdida y reconstruir la salud física y mental, el desarrollo social y la nutrición de los niños. La cuestión es qué estrategias aplicar.
La respuesta no es sencilla: las estrategias deben tener como objetivo no sólo la recuperación, sino también abordar los problemas estructurales mediante reformas más ambiciosas. Al mismo tiempo, la región se enfrenta a importantes limitaciones fiscales en los próximos años.
En este contexto, los responsables políticos deben evaluar cuidadosamente las compensaciones, la eficacia y los costes de cualquier respuesta política, para dar prioridad a las que más se ajusten a sus objetivos política pública.
Tres estrategias basadas en la evidencia para abordar la pérdida de aprendizaje y transformar los sistemas educativos de ALC
1. Garantizar el aprendizaje presencial y aprovechar la tecnología para el aprendizaje
Cada vez hay más pruebas que sugieren que las escuelas pueden abrirse de forma segura con efectos limitados sobre la salud. Dado el papel fundamental de las escuelas en el desarrollo académico, social y emocional de los niños, la reapertura de las escuelas para la enseñanza presencial es una prioridad absoluta para todos los sistemas educativos de ALC.
Existe una gran variedad de guías, protocolos e informes sobre cómo reabrir las escuelas de forma segura y los requisitos mínimos para hacerlo, elaborados por países, organismos especializados y organizaciones multilaterales.
Las recomendaciones básicas son:
- Llevar la toma de decisiones a los funcionarios locales, que están más cerca del terreno y mejor situados para evaluar los riesgos de la comunidad.
- Promover un entorno seguro mejorando las infraestructuras escolares y los protocolos sanitarios (como la ventilación y el uso de mascarillas).
- Evitar los cierres masivos reduciendo los grupos con acceso al aprendizaje presencial.
Al mismo tiempo que se vuelve al aprendizaje presencial, los países deben aprovechar el enorme potencial de la tecnología para fomentar el aprendizaje. La transformación digital de la educación permite potenciar tanto la enseñanza tradicional en grupo como el aprendizaje a ritmo propio y las experiencias más personalizadas.
El uso de la tecnología en el entorno escolar también ayuda a superar las limitaciones de capacidad para ofrecer apoyo fuera del horario escolar y aprovechar el compromiso de los estudiantes al tiempo que se les dota de habilidades digitales.
Para utilizar con éxito la tecnología para el aprendizaje, los datos sugieren que es necesario:
- Ampliar el acceso, cerrando las disparidades socioeconómicas en el acceso a los dispositivos y la conectividad.
- Garantizar intervenciones de aprendizaje basadas en la tecnología que adapten las experiencias educativas a las necesidades y niveles de rendimiento de los estudiantes, ya que son más eficaces.
- Integrar la tecnología en la gestión escolar para registrar las actividades, los aportes y el rendimiento de los estudiantes, con el fin de proporcionar a los directores y al personal escolar información para tomar decisiones educativas y gestionar eficazmente los recursos escolares.
- Adoptar contenidos digitales y prácticas pedagógicas basadas en la evidencia que aprovechen las ventajas que ofrecen las tecnologías educativas en el aula y fuera del horario escolar. La tecnología por sí misma no tendrá un impacto automático en el aprendizaje de los alumnos si se utilizan las mismas prácticas pedagógicas.
2. Terminar el aprendizaje inacabado y proporcionar una vía para el éxito del aprendizaje
Con la reapertura de las escuelas, los administradores, directores y profesores se enfrentan al doble reto de mejorar el aprendizaje para todos y cerrar las brechas de aprendizaje. Para ello, es necesario diseñar un plan eficaz de recuperación del aprendizaje que garantice la coherencia entre las evaluaciones, los objetivos de aprendizaje y los enfoques pedagógicos.
Deben tenerse en cuenta las siguientes estrategias:
- Diagnosticar los contenidos perdidos y cuantificar las pérdidas de aprendizaje en las asignaturas troncales utilizando tanto evaluaciones formativas continuas, como evaluaciones acumulativas en los años de transición entre grados.
- Utilizar la promoción automática junto con el apoyo específico a los alumnos y sólo como medida temporal.
- Implementar programas específicos para cerrar la brecha de aprendizaje, incluyendo una combinación de enfoques de instrucción (como el aprendizaje acelerado y la instrucción adaptativa), así como tiempo de instrucción adicional durante los recesos escolares.
- Tutoría de alta intensidad para los estudiantes que necesitan apoyo más allá del aula general para frenar las pérdidas de aprendizaje (la tutoría virtual puede ayudar a reducir los costes).
3. Reintegrar a los estudiantes y prevenir el abandono escolar
La reincorporación de los estudiantes después de una interrupción escolar prolongada requiere un enfoque multisectorial y la participación de actores más allá de la escuela, incluidas las organizaciones comunitarias y los padres.
Existe una variedad de enfoques proactivos para encontrar y reconectar con los estudiantes con las esculas. Por ejemplo, en la Ciudad de Buenos Aires, Argentina, el programa “Deci Presente” realiza visitas a domicilio a los alumnos que no se conectaron a las clases a distancia o no se volvieron a matricular. El programa también hace un seguimiento del progreso del aprendizaje mediante evaluaciones pedagógicas bimensuales y proporciona apoyo académico.
Los mensajes de texto también han sido eficaces para reforzar el compromiso de los estudiantes con las actividades académicas. Los mensajes de texto enviados a los estudiantes de secundaria o a sus cuidadores redujeron el abandono escolar durante el cierre de la escuela en el Estado de Goiás, Brasil (Lichand y Christen 2021).
Puede que no haya una solución milagrosa para responder a los efectos devastadores de los cierres escolares prolongados relacionados con la pandemia. Sin embargo, la literatura ofrece ideas sobre políticas y modelos basados en la evidencia que los gobiernos y los sistemas escolares pueden utilizar para abordar los desafíos que enfrentan.
La nueva publicación insignia del BID “¿Cómo reconstruir la educación post-pandemia?: soluciones para cumplir con la promesa de un mejor futuro para la juventud” presenta recomendaciones más detalladas sobre modelos y políticas basados en la evidencia que son escalables y están disponibles para ser puestos en el contexto de las necesidades específicas de cada país.
Déjanos tu comentario y comparte las estrategias implementadas en tu país para reducir la pérdida de aprendizaje, el abandono escolar y construir un sistema educativo más inclusivo en la era pos pandemia.
Tomado de Enfoque educación
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