Por Beatriz Fainholc
Estamos en una época en que la inteligencia artificial (IA) con la convergencia de tecnologías emergentes que transforman vertiginosamente todos los aspectos de nuestras vidas, en su forma estructural conocida. Profundizan nuevos significados en sus aristas socio- económicas políticas, ambientales (por la producción de carbono de las supercomputadoras) y éticas.
Incógnitas, dudas, miedos, discrepancias referidas a su aplicabilidad se han profundizado con las nuevas configuraciones de inteligencia artificial (IA).
Los inversores pensando en una alta rentabilidad, apuestan a la inteligencia artificial generativa, con velocísimos algoritmos que capturan millones de informaciones, que permiten reaccionar y generar respuestas escritas, en lenguaje natural, que incluyen audios, imágenes, etc.
Sin embargo, existe la preocupación de discutir en el sector educación de nivel superior, porque los estudiantes presentarían (y ya lo hacen) trabajos escritos hechos por los asistentes “inteligentes” y demás. Qué pensar en su formación, es decir de los futuros profesionales, líderes y demás.
El surgimiento en la forma contemporánea de IA,- por ejemplo, con los chatbot (chatGPT y los de reciente aparición, pronto pagos) presionan por conocerla más. Este campo distinto e incierto merece estudio e investigación epistemológica y metodológica, si interesa su relación con las humanidades en general y la educación en particular.
En todo caso, se trata de redefinir la racionalidad que la sostiene, ya que en el camino del postulado Antropoceno , - que supera al humanismo tradicional renacentista, que privilegia al ser humano racional y sapiente -, se opta por superar las antinomias de lo natural y lo artificial, lo humano y no humano, del cuerpo y la mente, la mente de lo emocional y otras.
Entonces, tiene y tendrá hondas consecuencias en las esferas educativas, de las estrategias de enseñanza y el aprendizaje formal cara a cara, virtual e hibrida. Del aprendizaje informal ya se escribieron ríos de tintas sobre la socialización cada vez más temprana de niños y niñas y de jóvenes en la interacción cotidiana con software de toda índole (con los riesgos que revisten) que hasta invalidan lo que se aprende en el sistema educativo. Es decir, se abre la discusión de sus consecuencias referidas entre muchas, a los cambios culturales, profesionales, ocupacionales, etc., que ponen en jaque y obsoletizan los trabajos acostumbrados, e incluso las ocupaciones calificadas de nuevas profesiones. También, se entorpece la toma de decisiones, aun cuando se trabaje democráticamente en equipos (bastante alineados) en las organizaciones, en general.
La pregunta es la de siempre: humanos vs maquinas ? Si bien (el conocimiento?) la información (enlatada programada) se puede llevar a cuestas y todo humano puede consultarla, todos los estamentos sociales tendrán acceso a la IA? ¿Tienen ya la oportunidad de una formación para exprimir una (supuesta) facilitada construcción de conocimiento? Se enseña en la educación formal, una programación experta (que se necesita mucho con un entrenamiento igualitario para todos y todas), más allá de la formación especializada existente para competir con la oferta de los chat GPT y otros más avanzados?
Se piensa en cómo se enseña o se va a impulsar más la enseñanza de la creatividad, la imaginación y la anticipación, para enfrentar futuros desconocidos, ya que las máquinas y los programas (secuenciales y lineales, aun siendo abiertos) no toleran discusiones contradictorias , que enriquecen la comprensión de la realidad.
Mas preguntas: La IA reduce la brecha del desenvolvimiento de las capacidades de la persona común o de un estudiante que interactúa con aquella? ¿Existe un facilitador/a, profesor/a que también debería estar ejerciendo/a en diseñar y seleccionar actividades pedagógicas para un desarrollo inclusivo y sustentable?. Que guie y evalué lo que está sucediendo en el proceso Individual y grupal de aprendizaje y del desarrollo del pensamiento superior de quien aprende?
Se percibe que la IA en sus variados software no puede contextualizar los problemas humanos serios a resolver. Por ejemplo, emocionales (por ahora, los software no están para ello, y demás, porque no se rigen por una hermenéutica (Gadamer, 1997), rizomática (Deleuze & Guattari, 1987) interpretativa.
El reclamo apunta a considerar si la IA requerida tiende a ello.
Pensamos que alrededor de estas propuestas por ahora, se percibe un “laissez faire”, al hacer referencia al concepto de “dejar hacer” o “dejar pasar”, -ASI ME DIJO EL CHATGPT.
Luego el agrega que, responde a la “filosofía económica y política que aboga por la no intervención…” y sigue refiriéndose al liberalismo.
Frente a lo cual se le preguntó qué pasaba con este liderazgo en una dinámica grupal, o en una indecisión sentimental personal: no tuvo respuesta. Sigue en otras palabras refiriéndose a la nula intervención activa del Estado en materia económica y del mercado…etc…etc…y nada más.
Se piensa que esta información estimulante, sorpresiva y sorprendente, es la que existe por ahora, y será aumentada, configurada, corregida a medida que las intervenciones humanas, asiduamente, aparecieron, ya que es la lógica que le subyace.
Parece que las propuestas e “intenciones” artificiales no son muy buenas, y no lo serán por algún tiempo, y no podrán reducir las brechas, por más toneladas de información que manejen y procesen y difundan.
Entonces, priva una búsqueda de nuevas categorías sociales culturales, sociales, expresivas, ambientales, educativas, de interpretación de los fenómenos y procesos en este cuarto (casi) del siglo XXI, que aun no se posee.
Referencias:
Deleuze, G and Guattari, F (1987) A Thousand Plateaus: Capitalism and Schizophrenia, trad. Brian Massumi. Minneapolis, EE.UU.: University of Minnesota Press.
Gadamer, H (1997) Verdad y método. Fundamentos de una hermenéutica filosófica, Salamanca, Sígueme. ISBN 978-84-301-0463-5
Por Beatriz Fainhol bfainhol@gmail.com
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