Por Ramón Besonías
La irrupción de la IA generativa en la comunidad educativa es aún escasa, residual y difusa. El impacto real que tiene sobre la práctica educativa es aún minúsculo. Se reduce a un grupo reducido de docentes que empiezan a adoptarlo en su práctica habitual de una forma casi siempre anecdótica, prudente, cuando no recelosa, de cauta sospecha. Debido a esto y el proceso de desarrollo escalonado y vertiginoso de la IA generativa, en constante implementación de mejoras, aún no existe una evaluación seria y contrastada acerca de la utilidad didáctica de la IA generativa en las aulas. Estamos en una fase de descubrimiento y tanteo. No existen expertos en IA, solo exploradores de avanzadilla que analizan el terreno y prueban su viabilidad.
Hay que tener en cuenta que el ritmo que adoptará la integración de la IA en la vida cotidiana de nuestros alumnos y el resto de la comunidad educativa sucederá más rápido que su integración en las rutinas de aula. En un par de años, todos los móviles contarán con un sistema de asistencia mediante IA, que automatizará buena parte de las acciones que realizamos en nuestros dispositivos. Como ya viene sucediendo desde hace mucho tiempo con las herramientas digitales que precedieron a la IA, el uso cotidiano configurará la forma en la que nuestros alumnos perciben la realidad, conocen el mundo que les rodea y se comunican con sus iguales. La escuela suele llegar tarde y con recelo a los avances tecnológicos, sin conocimiento ni destrezas que le preparen para lo que viene. De ahí la importancia de comenzar a conocer la IA generativa y buscar fórmulas de integración que reflexionen acerca de su impacto y la utilicen de forma creativa, siempre poniendo al ser humano como centro del proceso de aprendizaje.
Integrar la IA generativa dentro del plan digital de los centros educativos es una reciente asignatura pendiente. Pero para ello es recomendable no abordar la irrupción de la IA de forma aislada, sino en diálogo con el contexto de cada comunidad educativa, reflexionando sobre su impacto y uso, y aplicando medidas educativas que la preparen para potenciales escenarios, cotidianos, educativos y profesionales. Cada centro debe hacer su camino, teniendo en cuenta las peculiaridades y necesidades de sus estudiantes, docentes y familias. A su vez, el plan digital tampoco puede realizarse de forma autónoma, sin dialogar con los objetivos curriculares, las necesidades didácticas, los déficits competenciales. El objetivo es abordar la IA como un elemento más de nuestro proceso de enseñanza, no como eje vertebrador del mismo. La IA debe supeditarse a nuestros objetivos, y no al revés.
Por eso, no es un reto baladí empezar a reflexionar y actuar desde cada contexto educativo y de forma ética y constructiva acerca de cómo integrar la IA en nuestras prácticas docentes, qué hacer y cómo hacerlo, desde qué edades, con qué herramientas, desde qué metodologías, cómo evaluar esas tareas... Cómo abordar la formación de toda la comunidad educativa, y no solo de los docentes, en este cambio de paradigma tecnológico invasivo. Prevenir los riesgos, conocer sus posibilidades y compartir retos que mejoren el aprendizaje. Y hacerlo juntos, dialogando con alumnos y familias.
He creado un asistente GPT que te guía y ayuda a diseñar un protocolo para la comunidad educativa, adaptándolo a las peculiaridades de cada centro. Te animo a probarlo y e ir pensando cómo integrarlo en tu propio contexto. Puedes acceder a él aquí o pinchando sobre la imagen inferior.
Aunque el asistente GPT que te propongo ya está alimentado con numerosos documentos, a modo soporte de lectura quizá te ayuden estos otros papers:
- Guía sobre el uso de la IA en el ámbito educativo. INTEF.
- Diseñando un protocolo sobre IA en el centro educativo. LaCaixa.
- Protocolo del uso de IA en los centros educativos. Texto original: Matthew Wemyss. Traducción y adaptación: Jordi Martí.
La propuesta que te hago sigue un modelo inclusivo, donde alumnos y familias sean parte del proyecto. La tecnología no debiera abordarse sin tener en cuenta sus implicaciones sobre la vida cotidiana de nuestros alumnos, implicaciones que a menudo condicionan la percepción de la tecnología en las aulas y su adaptación a las metodologías y modos de evaluar del docente.
Por poner un ejemplo revelador, los hábitos de uso de audiovisuales en el alumnado están influyendo de forma determinante en sus métodos de estudio. Cada vez más alumnos prefieren recurrir a YouTube para comprender contenidos de aula que a las propias explicaciones del docente en el aula o el recurso habitual al libro de texto.
A su vez, los hábitos, a veces tóxicos y sin criterios de uso, dificultan el aprendizaje. Por ello, formar y aplicar la IA de forma crítica y eficiente es esencial si no queremos dejar a los alumnos a la deriva.
Integrar a las familias es esencial en este reto, ya que en el seno de relaciones familiares y entre iguales es donde se maceran hábitos que se asientan en las actitudes y conductas de los alumnos. Mi experiencia me indica que una reflexión-acción sobre la IA, y por extensión, sobre la tecnología en su conjunto, no puede disociarse de la triada móvil-alimentación-sueño. Un modelo integrativo, que incluya la salud como objetivo compatible con el aprendizaje, y no un elemento ajeno o residual, es esencial para abordar este asunto de forma real y constructiva.
Este curso pasado, como ITED de mi centro, ya empecé a dar algunos pasos en este sentido, con ayuda del departamento de orientación. Y tengo en mente implementar algunas acciones más para el próximo curso.
- Elaboración de un boletín informativo (en pdf) sobre uso educativo de la IA. Lo remitía por correo a todos mis compañeros docentes. Fue muy útil para aquellos compañeros que tenían curiosidad, pero sin atreverse aún a meter el diente a estas herramientas. En un documento sencillo tenías una guía breve y práctica de por dónde empezar.
- Creación de un grupo de Whatsapp para compañeros de centro que estén interesados en este asunto. Compartimos recursos y experiencias, resolvemos dudas y coordinamos acciones conjuntas.
- Encuentros presenciales, uno por trimestre, para iniciarse en la IA generativa. Eran voluntarios. El próximo curso lo convertiremos en un grupo de trabajo oficial, puntuable con créditos. La idea es que sea un taller práctico, con el objetivo de generar y compartir experiencias reales de aula.
- Hubo un intento de micro encuentro presencial con las familias, para iniciarles en el uso de la IA y reflexionar sobre asuntos de uso cotidiano de móviles, y su impacto sobre el sueño y la alimentación de sus hijos. No salió adelante, pero el próximo curso insistiremos, buscando un formato que funcione.
- Incluí en el plan digital de centro la integración de la IA como un elemento más. La idea es que el próximo curso los docentes lo incorporen en sus programaciones de aula y sus situaciones de aprendizaje.
- También para el próximo curso tengo pensado poner en marcha una mini formación inicial, al principio de curso, para alumnos y docentes, a través de las tutorías. Contenido: uso rudimentario de la IA generativa, límites y posibilidades. Con prácticas breves y adaptadas a su contexto y necesidades.
- A título personal, como docente de mi área (Filosofía), tengo pensado seguir implementando la IA en mi práctica habitual de aula. La mejora en los asistentes multimodales facilitarán su integración en determinadas tareas. Igualmente, la mejora en Chat GPT, con la posibilidad de que mis alumnos puedan usar asistentes, me abre un campo abonado a la creatividad. Desde la creación de asistentes de contenidos de área hasta guías para realizar determinados retos y proyectos, pasando por creación de contenidos audiovisuales de ayuda al estudio. Ni qué decir que la IA es una herramienta muy útil para ayudar al docente a elaborar los documentos prescriptivos (programación de aula, memorias, situaciones de aprendizaje, redacción de proyectos, actas...) Aligera mucho el trabajo tedioso de planificar y registrar.
Ponerse en marcha, pero no de forma kamikaze, sino en colaboración con el resto de docentes de nuestro centro, aprendiendo juntos. Ese es el reto.
Te invito a probar el asistente GPT e ir abriendo boca con ideas que se te ocurran y después lleves a tu centro para poner en marcha un plan compartido. Pocas ideas, accesibles, que inspiren confianza, que generen proyectos que mejoren la vida de nuestros alumnos.
Ya me contarás.
Tomado de IA educativa
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