martes, 18 de febrero de 2014

BYOT, aprendiendo con el móvil

Publicado por: Miguel Zapata-Ros (Universidad de Alcalá)

En el transcurso de la charla "El aprendizaje en la sociedad postindustrial del conocimiento. La individualización, una propuesta para la educación universitaria" impartida en las Jornadas de E-ciencia de RENATA, en Cali (Colombia) hay unos minutos en los que hablaba de la calidad en la docencia como un valor sustantivo, independiente de la tecnología, que es un valor relativo y condicionado a los objetivos de aprendizaje que en cada momento tengamos. Pero lo quiero traer ahora por el valor que tiene a idea de utilizar la tecnología que nos es familiar, en el caso de los alumnos la tecnología que usan con tanta destreza y familiaridad, el móvil (nadie distingue ya entre movil y smartphone, son la misma cosa).


Pero recordemos algo sobre BYOT.

Esta práctica consiste en que los alumnos utilicen los recursos personales, que ya les son familiares, y el principal es el smartphone. Esta tendencia procede de otros ámbitos de la actividad y es llamada BYOT (“Trae Tu Propia Tecnología” o “Bring Your Own Technology”). Se ha incorporado a la educación desde los niveles preuniversitarios y fue recogida en el suplemento de Educación del New York Times del 23 de marzo de 2013). Las generaciones últimas de dispositivos y aplicaciones, con las que están más familiarizados los alumnos, no necesitan aprendizaje y son casi como una prolongación de su anatomía. Curiosamente el NYT utiliza el ejemplo de las matemáticas, después veremos que ese fue el caso, el uso de Wofram, que experimenté con mis propios alumnos. De esta forma el maestro “por ejemplo, les enseña matemáticas, les pone pruebas con preguntas y les permite compartir y comentar con los demás el resultado de los ensayos”.

Evidentemente los defensores de la nueva tendencia aducen que hay otra ventaja: se ahorra dinero para las escuelas, que con los recortes siempre van cortas de efectivos.

Obviamente la resistencia cabe esperar que provenga de las empresas de instalaciones y de hardware de sobremesa y de redes de cables, incluso las de los portátiles..., y de profesores inseguros ante la destreza, exclusivamente motriz, de los alumnos.

El vídeo hace referencia a mi propia experiencia de uso de smartphney con Wolfram para el estudio de funciones matemáticas, hice un post sobre esto el SÁBADO, 24 DE DICIEMBRE DE 2011, hace algo más de dos años:

"En la imagen se puede ver la representación de la función x^3/(1-x^2) utilizando un smartphone LGde 3,2 pulgadas, con Andröid, de un alumno, y con Wolfram.

Se ven perfectamente los limites infinitos y las asíntotas, además de poder comprobar crecimiento, decrecimiento, concavidad, convexidad, puntos de inflexión, etc.

Pueden trabajar sin cables, ni enchufes, ni aulas de informática. Sin desplazamientos de alumnos y profesores por los pasillos entre clase, pueden trabajar en el aula de siempre con el material de siempre a mano. El centro ahorra espacio y en mantenimiento de aulas, instalaciones y equipos, sin virus y sin que desaparezcan los ratones. Los alumnos utilizan el equipo que utilizan para tantas cosas y que le es familiar.

En muchos centros, e incluso bastantes administraciones, prohiben los móviles. ¿Es lo adecuado o se trata de temores por no tener la respuesta adecuada, o por falta de decisión para afrontar el desafío y además hacerlo con provecho?

Hacen falta profesores adecuados y gestores que conozcan lo que llevan entre manos, y que se atrevan a ser audaces e innovadores.

Este post ha sido publicado originalmente en Redes Abiertas. Autorizada por el autor su publicación en este Blog CUED.

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