Escribe Javier Tourón
Siguiendo con el tema de las dos últimas entradas vamos a ampliar las siguientes estrategias, con el mismo criterio anterior. Pondré en cursiva el texto original traducido y en tipografía normal mis anotaciones y comentarios.
Como dice el refrán, la práctica hace la perfección. La práctica ayuda a los estudiantes a retener el conocimiento y las habilidades que han aprendido, mientras que también les permite otra oportunidad para comprobar su comprensión. Si deseas aprovechar el potente poder de la práctica, debes asegurarte de que tus estudiantes están practicando las cosas correctas. Tus estudiantes deben estar practicando lo que aprendieron durante tu "mostrar y decir" [estrategia 2], lo que a su vez debe reflejar la meta de la lección. La práctica no es trabajo ocupacional con poco sentido. Tampoco implica la asignación de tareas independientes que no se han modelado y enseñado previamente. Finalmente, la investigación muestra que los estudiantes hacen mejor su trabajo cuando su maestro les hace practicar las mismas cosas en un período de tiempo espaciado.
Pues poco que añadir. Decía Aristóteles que "para saber lo que queremos hacer, debemos hacer lo que queremos saber". Esto no está muy lejos, excepto en el tiempo claro, del "learning by doing". Me viene a la cabeza ahora aquel mito por el que algunas personas, demasiadas, creen que el talento o la alta capacidad son una cuestión de ser o no ser, olvidándose por completo de lo que nos enseñan las neurociencias y la psicología del desarrollo. Incluso los más capaces necesitan mucha práctica deliberada, resistencia a la frustración, motivación y coraje o determinación para desarrollar sus propias potencialidades. Son todos esos constructos que llamamos soft skills o variables psicosociales, que juegan un gran papel en nuestro desarrollo. No se debe olvidar, sin embargo, que la práctica no es "más de lo mismo", ni "terapia ocupacional", sino tareas con sentido y nivel de complejidad adecuado para llegar a dominar lo que queremos "saber y saber hacer".
El feedback es el desayuno de los campeones, y es el desayuno servido por los profesores extraordinarios alrededor del mundo. En pocas palabras, dar retroalimentación implica hacer que tus estudiantes sepan cómo han desempeñado una tarea en particular, junto con las maneras o modos con los que pueden mejorar. A diferencia de la alabanza, que se centra en el estudiante en lugar de en la tarea, la retroalimentación proporciona a tus estudiantes una comprensión tangible de lo que hicieron bien, de dónde están y de cómo pueden mejorar. En la visión de John Hattie, cualquier maestro que quiera seriamente aumentar los resultados de sus alumnos debería empezar dándoles dosis y dosis de feedback.
Pues te recomiendo, además, revisar el documento de cuya edición española soy responsable, sobre los 20 principios de la Psicología... editado por la APA. Sin ir más lejos el primero de los 20 puntos.
Si quieres ahondar en la importancia del feedback puedes revisar alguna de las entradas del blog donde trato este tema, como esta o esta o esta otra. Se menciona a Hattie, autor del metaanálisis más importante publicado hasta la fecha (hablaremos de esto otro día), en el que se pone de relieve que el feedback tiene una magnitud del efecto sobre el aprendizaje en torno a 0.74, lo que significa que la media de los grupos que reciben feedback está 0.74 unidades de desviación típica por encima de la media de los grupos de control. Dicho de una manera sencilla, el 50% de los alumnos que reciben feedback son superiores en su rendimiento al 77% de los que no lo reciben, lo cual no es un resultado menor precisamente.
La idea de dar el tiempo suficiente a cada estudiante para que pueda aprender no es tan revolucionario como suena. Apoya la forma en que enseñamos artes marciales, natación y baile. También es la premisa central detrás del aprendizaje para el dominio o mastery learning, una técnica que tiene el mismo efecto en los resultados de los estudiantes como el estatus socioeconómico y otros aspectos de la vida en el hogar. Cuando adoptas como estrategia el aprendizaje para el dominio, diferencias de una manera diferente. Mantienes tus objetivos de aprendizaje iguales, pero varías el tiempo que das a cada estudiante para que tenga éxito. Dentro de las limitaciones de un currículo tan extenso, esto puede ser más fácil decirlo que hacerlo. Sin embargo, todos podemos hacerlo hasta cierto punto.
El enfoque del mastery learning diseñado por Bloom y sus colaboradores merecerá varias entradas en cuanto sea posible. Baste ahora señalar esta cita: "La teoría del mastery learning se basa en la creencia de que todos los estudiantes pueden aprender cuando se les provee de las condiciones que son apropiadas para su aprendizaje. Las estrategias instructivas asociadas con el mastery learning están diseñadas para trasladar esta creencia a la práctica en las escuelas modernas (Guskey, 1987)". Si es así, cómo no se ha aplicado más. A mi juicio por falta de recursos, en este caso tecnológicos. La buena noticia es que ahora los tenemos.
Te recomiendo que leas, si te parece oportuno, esta entrada en este mismo blog. En particular te sugiero que estudies el vídeo que incluye. Es una lección extraordinaria sobre esta concepción del aprendizaje de Salman Khan, el fundador de Khan Academy.
Tampoco te arrepentirás de estudiar el artículo de Eduardo López que incluí esa misma entrada. Probablemente la referencia mejor que puedes encontrar en castellano sobre el tema: ¡y basada en evidencias!
Estrategia 5. Proporciona muchas oportunidades para practicar
Como dice el refrán, la práctica hace la perfección. La práctica ayuda a los estudiantes a retener el conocimiento y las habilidades que han aprendido, mientras que también les permite otra oportunidad para comprobar su comprensión. Si deseas aprovechar el potente poder de la práctica, debes asegurarte de que tus estudiantes están practicando las cosas correctas. Tus estudiantes deben estar practicando lo que aprendieron durante tu "mostrar y decir" [estrategia 2], lo que a su vez debe reflejar la meta de la lección. La práctica no es trabajo ocupacional con poco sentido. Tampoco implica la asignación de tareas independientes que no se han modelado y enseñado previamente. Finalmente, la investigación muestra que los estudiantes hacen mejor su trabajo cuando su maestro les hace practicar las mismas cosas en un período de tiempo espaciado.
Pues poco que añadir. Decía Aristóteles que "para saber lo que queremos hacer, debemos hacer lo que queremos saber". Esto no está muy lejos, excepto en el tiempo claro, del "learning by doing". Me viene a la cabeza ahora aquel mito por el que algunas personas, demasiadas, creen que el talento o la alta capacidad son una cuestión de ser o no ser, olvidándose por completo de lo que nos enseñan las neurociencias y la psicología del desarrollo. Incluso los más capaces necesitan mucha práctica deliberada, resistencia a la frustración, motivación y coraje o determinación para desarrollar sus propias potencialidades. Son todos esos constructos que llamamos soft skills o variables psicosociales, que juegan un gran papel en nuestro desarrollo. No se debe olvidar, sin embargo, que la práctica no es "más de lo mismo", ni "terapia ocupacional", sino tareas con sentido y nivel de complejidad adecuado para llegar a dominar lo que queremos "saber y saber hacer".
Estrategia 6. Proporciona a tus estudiantes retroalimentación (feedback)
El feedback es el desayuno de los campeones, y es el desayuno servido por los profesores extraordinarios alrededor del mundo. En pocas palabras, dar retroalimentación implica hacer que tus estudiantes sepan cómo han desempeñado una tarea en particular, junto con las maneras o modos con los que pueden mejorar. A diferencia de la alabanza, que se centra en el estudiante en lugar de en la tarea, la retroalimentación proporciona a tus estudiantes una comprensión tangible de lo que hicieron bien, de dónde están y de cómo pueden mejorar. En la visión de John Hattie, cualquier maestro que quiera seriamente aumentar los resultados de sus alumnos debería empezar dándoles dosis y dosis de feedback.
Pues te recomiendo, además, revisar el documento de cuya edición española soy responsable, sobre los 20 principios de la Psicología... editado por la APA. Sin ir más lejos el primero de los 20 puntos.
Si quieres ahondar en la importancia del feedback puedes revisar alguna de las entradas del blog donde trato este tema, como esta o esta o esta otra. Se menciona a Hattie, autor del metaanálisis más importante publicado hasta la fecha (hablaremos de esto otro día), en el que se pone de relieve que el feedback tiene una magnitud del efecto sobre el aprendizaje en torno a 0.74, lo que significa que la media de los grupos que reciben feedback está 0.74 unidades de desviación típica por encima de la media de los grupos de control. Dicho de una manera sencilla, el 50% de los alumnos que reciben feedback son superiores en su rendimiento al 77% de los que no lo reciben, lo cual no es un resultado menor precisamente.
Estrategia 7. Se flexible respecto al tiempo de aprendizaje de cada alumno
La idea de dar el tiempo suficiente a cada estudiante para que pueda aprender no es tan revolucionario como suena. Apoya la forma en que enseñamos artes marciales, natación y baile. También es la premisa central detrás del aprendizaje para el dominio o mastery learning, una técnica que tiene el mismo efecto en los resultados de los estudiantes como el estatus socioeconómico y otros aspectos de la vida en el hogar. Cuando adoptas como estrategia el aprendizaje para el dominio, diferencias de una manera diferente. Mantienes tus objetivos de aprendizaje iguales, pero varías el tiempo que das a cada estudiante para que tenga éxito. Dentro de las limitaciones de un currículo tan extenso, esto puede ser más fácil decirlo que hacerlo. Sin embargo, todos podemos hacerlo hasta cierto punto.
El enfoque del mastery learning diseñado por Bloom y sus colaboradores merecerá varias entradas en cuanto sea posible. Baste ahora señalar esta cita: "La teoría del mastery learning se basa en la creencia de que todos los estudiantes pueden aprender cuando se les provee de las condiciones que son apropiadas para su aprendizaje. Las estrategias instructivas asociadas con el mastery learning están diseñadas para trasladar esta creencia a la práctica en las escuelas modernas (Guskey, 1987)". Si es así, cómo no se ha aplicado más. A mi juicio por falta de recursos, en este caso tecnológicos. La buena noticia es que ahora los tenemos.
Te recomiendo que leas, si te parece oportuno, esta entrada en este mismo blog. En particular te sugiero que estudies el vídeo que incluye. Es una lección extraordinaria sobre esta concepción del aprendizaje de Salman Khan, el fundador de Khan Academy.
Tampoco te arrepentirás de estudiar el artículo de Eduardo López que incluí esa misma entrada. Probablemente la referencia mejor que puedes encontrar en castellano sobre el tema: ¡y basada en evidencias!
Tomado de Javier Tourón. Talento Educación Tecnología con permiso de su autor
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