viernes, 22 de junio de 2018

Estudio sobre una experiencia educativa con mujeres mayores en centros sociales. Implicaciones para el aprendizaje a lo largo de la vida

Por  Juan Antonio Salmerón Aroca, Andrés Escarbajal de Haro y Silvia Martínez de Miguel López
Universidad de Murcia
El artículo que se presenta expone los resultados de un estudio que se llevó a cabo sobre la trazabilidad de las acciones educativas que se ofrecen en el ámbito social para mujeres mayores. Desde una óptica y orientación cualitativa, se perseguía conocer los aspectos más relevantes que propicien alcanzar una mayor excelencia en las oportunidades de aprendizaje a lo largo de la vida.
El texto, que fue publicado durante el vigente año en la Revista Complutense de Educación (número 2, volumen 29), aborda el paradigma del aprendizaje a lo largo de la vida como un planteamiento teórico y empírico muy destacado para los procesos educativos.  Dicho paradigma supone para el rango etario de las personas mayores poder afrontar la senectud como una etapa del ciclo vital, con oportunidades que complementen su trayectoria educativa, enriqueciéndola con nuevas actividades pedagógicas, que hasta esos momentos no habían podido desarrollar. Esta situación se hace especialmente relevante para las mujeres mayores, que debido a su trayectoria vital, a las históricas condiciones sociales que atravesaron, y a las desigualdades estructurales del sistema educativo, no pudieron, en la gran mayoría de casos, finalizar un ciclo formativo de estudios superiores. Un grupo amplio de estas mujeres vive en zonas de áreas metropolitanas de grandes ciudades, en zonas de pequeños núcleos urbanos, o incluso en zonas rurales, con riesgo de quedar excluidas de las oportunidades educativas. Y, para ellas, el ámbito de la educación no reglada en el contexto social supone la oportunidad de manifestar su tenacidad, esfuerzo y entusiasmo, por seguir formándose bajo el modelo del aprendizaje a lo largo de la vida.
No obstante, hasta hoy, son pocos los estudios diferenciales sobre las dinámicas de este fenómeno desde la perspectiva de género, a pesar de que es sabido que las mujeres participan en mayor número que los hombres en esos programas, y que los centros sociales  están experimentando un cambio destacable en cuanto a su filosofía y orientación de trabajo, albergando múltiples actividades socioeducativas. Cuestiones éstas en las que indaga y profundiza esta investigación.
La potencia de los resultados obtenidos en este trabajo a través de entrevistas semiestructuradas y en profundidad, está sostenida en una doble estrategia cualitativa: cuenta con la opinión de sus protagonistas, a través del proyecto “Vivir su Edad Mujer”, de los centros sociales de la Región de Murcia, implementada con el punto de vista de los profesionales que trabajan con ese colectivo.
Pormenorizando los datos extraídos de su análisis, cabe subrayar que las mujeres mayores reclaman espacios socioeducativos para desarrollar una educación proactiva, diferente a la situación de inequidad del sistema educativo tradicional. En este sentido, es de gran importancia tener en cuenta las variables personales de las participantes (necesidades, limitaciones sensoriales, motivaciones, expectativas, capacidades, etc.), y educativas (tamaño de los grupos, recursos, formación de los profesionales, objetivos). Por ello, se requiere la participación de los profesionales educativos desde planteamientos pedagógicos abiertos y flexibles, que garanticen el uso de estrategias de trabajo cualitativo, actividades grupales significativas, reflexivas y de autocuestionamiento acerca de la identidad de las personas mayores, y de la experiencia particular de lo que supone envejecer en femenino. Lo que conduce a sostener que, en el modelo educativo del ámbito social, que defiende el paradigma del Aprendizaje a lo largo de la vida para el Envejecimiento Activo, la implicación durante todo el proceso educativo, tanto de los profesionales, como de las mujeres mayores, es una condición necesaria e ineludible. La concomitancia en las intervenciones entre el binomio mujeres mayores-profesionales debe incidir en el aumento de la autonomía en las participantes.
Desde una perspectiva diferencial de género, también es relevante destacar que, durante su participación, emergen en ellas de manera significativa los aspectos dialógicos, expresivos, vinculares y emocionales; de esta manera, las mujeres mayores adquieren estrategias de apoyo para el ámbito relacional, familiar y personal. Por su parte, los profesionales declaran que la organización de los programas educativos y socioculturales para mujeres mayores debe ir acompañada de estrategias educativas específicas de diversificación en función de sus necesidades, con actividades que tengan significado y sentido para ellas. Por eso, se aboga por un modelo educativo respetuoso y acorde con la particular idiosincrasia de las mujeres mayores. En ese sentido, los profesionales remarcan que se debe tener en cuenta cómo las experiencias educativas que han llevado a cabo en los centros sociales suponen para ellas, no sólo el hecho de aprender nuevos conocimientos, sino además, y sobre todo, representan la oportunidad de compartir vivencias y significados, verbalizar esquemas de pensamiento, construir visiones sobre el mundo, contrastar modos de comportarse socialmente, matizar los problemas del día a día, reconstruir modos de afrontar situaciones familiares difíciles, ganar autonomía personal, mejorar su autoestima, así como plantearse y reivindicar nuevos proyectos vitales.
Para finalizar la aportación a esta recensión, cabe concluir con lo que podría ser el argumentario motivado de las propuestas de mejora en el ámbito de la educación con mujeres mayores, y que tienden a la elaboración de un modelo educativo más acorde a sus necesidades: en el ámbito social las claves para la mejora de los programas educativos y socioculturales desarrollados con mujeres mayores en el marco del aprendizaje a lo largo de la vida consisten en favorecer su expresión y comunicación en grupo, a través de la dinamización de sus propias intervenciones, haciendo hincapié en contenidos emocionales y experienciales, adaptando los formatos a sus condiciones, y favoreciéndoles el protagonismo de la acción educativa. De esta manera se coadyuva a un envejecimiento más activo y autónomo, que posibilite vivir más años y con mayor calidad de vida.
Fuente original de la revista:
Salmerón Aroca, J. A.; Escarbajal de Haro, A; Martínez De Miguel López, S. (2018). Estudio sobre una experiencia educativa con mujeres mayores en centros sociales. Implicaciones para el aprendizaje a lo largo de la vida. Revista Complutense de Educación,29 (2), 317-334. http://dx.doi.org/10.5209/RCED.52381
Cómo citar esta entrada:
Salmerón Aroca, J. A.; Escarbajal de Haro, A; Martínez De Miguel López, S. (2018). Estudio sobre una experiencia educativa con mujeres mayores en centros sociales. Implicaciones para el aprendizaje a lo largo de la vida. Aula Magna 2.0. [Blog, 15 de junio de 2018]. Recuperado de: http://cuedespyd.hypotheses.org/3759 
Tomado de Aula Magna 2.0 con permiso de sus editores

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