Escribe Beatriz
Fainholc (colaboración especial para el Blog)
La tecnología es sorprendente
y aterradora a la vez. Si bien quien suscribe fue y es muy entusiasta acerca de
lo que significa el desarrollo tecnológico, considera que no siempre coincide
con las promesas utópicas de un brillante futuro tecnológico. En realidad, no
hay techo para los avances tecnológicos. Todo ello inscripto en un tipo de
paradigma que transita hacia otro conocido hoy
como RUPT (Magellan Horth, David 2016), que en ingles es “rapid,
unpredictable, paradoxical y tangled”. En español seria rápido, impredecible,
paradójico e inter-lazado, que ojala´ sea para el entender y mejorar el mundo,
la vida y la persona en general.
Debemos ser realistas
y no cultivar criticas vacías y falsas ilusiones .Usar la tecnología que se
dice disruptiva, - es decir, de crecimiento exponencial, como es hoy
furiosamente la inteligencia artificial,
I.A.-, debería ser para cultivar innovaciones genuinas para cosas
pertinentes y prácticas.
El “punto de
ebullición” de la I.A[1]
con apoyo de las redes, se está convirtiendo en masiva, y esta
tendencia, no es algo nuevo, ya que fuera registrado por los estudios
sociológicos el 70 al enfatizar que los aspectos tecnológicos[2]
desconsideran las dimensiones sociales y culturales.
Los sistemas
tecnológicos, en realidad, deberían menos fomentar el consumo de equipos y
programas,- solo en honor a la velocidad de llegada de la información (que
sea)-, y más las situaciones y actores sociales, sus contextos y sus perfiles.
Por el contrario, aparecen descartando explícitamente las cargas metafísicas,
sociales y políticas que alguna vez implicaron los conceptos de “progreso” y
“modernidad”.
Esto significa que si
se trata de la dimensión educativa, ver si los alumnos (chicos y grandes) en
las escuelas y universidades y en cada clase, tienen suficientes libros,
cuadernos, y lápices, y enchufes para conectar los artefactos para se
necesitan.
Es tiempo de ser más críticos
(que lo fuimos y somos) respecto de la significancia de una innovación e
incluir otras ecuaciones que están ahora quedando fuera del sistema. Es decir,
pensar en los límites de computadoras y
programas (Lanier, 2012), - entre ellos, como es el crecimiento desmesurado
de la I.A., hoy concepto mágico y foco de un mega-discurso de la racionalidad
instrumental, que sostiene que de suyo, ayuda a un mejoramiento del progreso
humano requerido. Se trata de un tecno-triunfalismo, que recibe mucho apoyo de
empresas y universidades (mercantilizadas).
Sin embargo si bien
con la I.A. se puede pensar más rápido (procesar información velozmente) no
alcanza, para rasgos netamente humanos como la percepción, la sensibilidad y
otros (por ahora…)
A su vez, si se
analiza el concepto de innovación, se ve que
proviene de la voz latina innovare, que significa “renovar”. “Innovar”
significa comenzar o introducir algo nuevo. Así se piensa que es la implicación
de la I. A, considerada como una innovación tecnológica aplicable a todas y
diversas situaciones.
La
pregunta: será realmente una innovación?
Una innovación implica
creatividad y producción de ideas nuevas por parte de una persona, un grupo, una institución. Tiene
varios componentes: cognitivo (incluye lo ideológico), socio actitudinal-
cultural, ético y de management (gobernanza/gestión) .Entonces en toda persona,
grupo y organización hay pensamientos a
desenvolver y procedimientos que lo acompañan, valores y actitudes que lo
sustentan. También, creencias, estereotipos, mitos a desarmar, etc.
Sería un marco
explicativo y el sentido en el que apoya lo que es una “innovación”. Recordar
que: no todo cambio es una innovación pero una innovación es siempre cambio,
pero no solo de equipos y programas tecnológicos. Hay cosas en internet que son
muy conocidas, populares (Broussard,
2016) pero no implican innovaciones necesariamente.
Para que realmente lo
sea, se trata de un desafío intelectual enorme de óptica relacional y
transdisciplinaria, para analizar, interpretar, crear estrategias y
verificarlas en la acción. Se apelan así, a herramientas como del razonamiento metafórico, el pensamiento
integrado, formas de comprensión impensada anteriormente.
Los tiempos de la
economía de las plataformas digitales, o big economy, así como impacta en el
mercado sobretodo laboral [3]
(Hyman, 2018) también resalta oportunidades habilitadoras, si se cuenta con una
calificación especifica.
Volviendo al tema de
la I.A, daremos un ejemplo, para entender (y dudar) de la misma, como innovación. Los científicos
computacionales piensan en construir sistemas según los modelos centrales
autónomos y los human-in-the-loop . El
1ero opera sin ninguna intervención humana y el 2do presenta a lo humano como
parte integral del sistema. Sin embargo
se está viendo que un coche autónomo no
resuelve el tráfico y otros temas, es decir, no es una gran idea, pero un sistema
human-in-the-loop para coches, (u otros) puede serlo.
Se
cree que sería bueno pensar en acudir a la tecnología para hacer mejores
conductores de coches en vez de reemplazar los conductores humanos por robots[4]. Es decir, parecería que se diseñan los
sistemas para acomodar los humanos a las máquinas (que es visto como lo mejor),
lo que es opuesto a que los diseños que
hacen los humanos (por no mucho tiempo!… ) sea para incluirlos,
Ello es realmente una innovación? Y siguen las preguntas: ¿Qué representaciones son mejores que otras, y cómo crear modelos para aprender de estas representaciones. ¿El Deep Learning es el modelo de todo aprendizaje maquinal? ¿Es posible conocer sin saber?
En estos casos, es
necesario siempre entender las proyecciones de las intervenciones tecnológicas
“innovadoras”. Es decir, si se ha sido ético, o si se están desencadenando
efectos colaterales a mitigar, en vez de resolver los reales problemas, y
otros.
Una pequeña conclusión.
Como se ha dicho al comienzo: se
debe ser realista y no cultivar vacías y falsas promesas para un brillante
futuro tecnológico. Usar la tecnología para cosas pertinentes y prácticas pero
al mismo tiempo, saber si los chicos en las escuelas y en cada clase, tienen
suficientes libros, cuadernos, y lápices,
y enchufes para conectar los artefactos con contenidos que realmente necesitan
los alumnos. Más allá que hay mucha gente que tiene poco acceso a la tecnología
que realmente necesita y que muchos sistemas informáticos están pobremente
diseñados, la data por la data misma, posee una efectividad reducida en la
aplicación concreta a algo[5]. Es decir, no se necesita tener un conocimiento del contenido cuando existe
big data. Esto también a su vez,
prioriza las respuestas populares o lo popular, que no siempre es bueno o lo
mejor. Esto ocurre con la I.A.
Tal vez, deberíamos usar la tecnología para disponer mejor y potenciar el
mundo con los sistemas que existen, se ajusten y renueven según las necesidades
históricas culturales. Y crear otros menos “revolucionarios” y más acordes a la
gente, en todo sentido.
REFERENCIAS
Broussard,
M. (2016) Artificial Unintelligence: How Computers Misunderstand
the World. MIT
Press. USA.
Hyman,
L (2018) How American Work, American Business, and the American Dream Became
Temporary. Consultado
20 /setiembre/2018. https://www.nytimes.com/2018/08/22/books/review-temp-louis-hyman.html
Lanier, J. (2012) No somos computadoras. Un manifiesto. Edit. Debate. Bs as.
Lanier, J. (2012) No somos computadoras. Un manifiesto. Edit. Debate. Bs as.
Magellan Horth, D. (2016), Navigating Dis-RUPT-ion https://www.linkedin.com/pulse/navigating-dis-rupt-ion-david-magellan-horth/ Consultado 15 de setiembre/2018.
[1] El
vocablo IA es debido a John McCarthy,(1956), como el conjunto
de algoritmos que persiguen imitar el
funcionamiento de la mente humana, es decir, reconocer su alrededor
procesando información, y sacando conclusiones. También inferir otras nuevas,
que no fueron pre programadas, o aplicar
enorme poder de computo de la informática – realizar operaciones aritméticas -,
para resolver[1] problemas. Esto no es algo nuevo, ya
que la neuro computación (desde 1943), apuntó a automatizar fábricas y demás.
La diferencia es que ahora la super computación se puede instalar en un
teléfono que se lleva en el bolsillo, o permite guardar información en el
clouding de internet.
[2] Un tecnochauvinismo, en palabras de Broussard, M. (2016) Artificial Unintelligence: How
Computers Misunderstand the World. MIT Press. USA.
[3]
Hyman, L (2018) How American Work,
American Business, and the American Dream Became Temporary. Consultado 20 /setiembre/2018. https://www.nytimes.com/2018/08/22/books/review-temp-louis-hyman.html
Asegura que la tecnología de la big data saca réditos de lo pre-existente pero ahora mas montado en las plataformas de Internet. Lo que ha llevado a múltiples reconocidas crisis en los trabajos.
Asegura que la tecnología de la big data saca réditos de lo pre-existente pero ahora mas montado en las plataformas de Internet. Lo que ha llevado a múltiples reconocidas crisis en los trabajos.
[4] Se
teme que la diferencia entre lo que se imaginaba y lo que los algoritmos de la
I.A. puede hacer, es hoy muy grande: hasta se enuncia desprenderse de
cierto software como las redes sociales, por sus efectos nocivos y
desenchufarse en honor a la salud humana.
[5] No
se requiere ser un experto en el tema que los datos cubren, porque se pueden
sacar conclusiones simplemente por la vastedad de los mismos. Por ejemplo,
saber cómo está el tiempo, cuántos grados de temperatura hace, el programa de reconocimiento de voz, toma la
secuencia fonética que “suena” a “tiempo/clima”
pegado/adosado al programa linkeado con la temperatura geológica, y hay
una respuesta acertada. Es un análisis matemático
de datos, y no un análisis del contenido de los datos.
Colaboración especial de su autora para el Blog CUED
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