lunes, 7 de agosto de 2023

(Lo + de RIED-37). Educación universitaria con dispositivos móviles

Por Lorenzo García Aretio

Hoy exponemos una síntesis de aspectos esenciales del décimo artículo de RIED más citado de 2020, de entre todos los publicados (30) en ese año, Vols. 23(1) y 23(2). Es decir, uno de los artículos de RIED que más impacto han generado. Debajo aparece la referencia del trabajo y el enlace para poder consultarlo, junto a las fuentes bibliográficas del artículo. Las citas en este caso hasta el día de la fecha en Google Scholar, son un total de 50. Y, por otra parte, aquí se muestran todos los artículos resumidos en esta serie.

Sabemos bastante para qué sirven los teléfonos inteligentes y en particular, el uso que le dan los jóvenes a sus celulares. Son muchas las instituciones que están invirtiendo en tecnología y desarrollando contextos para su utilización. También existen nuevos estudios sobre la utilización de dispositivos móviles en las universidades, alguno de los cuales sirvieron de inspiración para el presente trabajo.

Varios especialistas en educación sostienen que existe una velocidad diferente entre la apropiación de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) en las universidades y su utilización por parte de los alumnos. Este fenómeno producido por los vertiginosos cambios operados en los últimos años, señalan los autores del trabajo, hacen necesario explorar, desde una perspectiva investigadora, cómo ellos están afectando a los actores del proceso de enseñanza y aprendizaje.

Los autores, en el presente trabajo buscan indagar sobre el uso que les dan a los dispositivos móviles los alumnos y profesores de la universidad, el contexto en que los enmarcan y las posibles acciones para un mayor aprovechamiento de los mismos.

En resumen, los autores señalan, entre tantos otros, diez posibles usos de celulares para impulsar una estrategia educativa:

  1. Comunicación: a través de correos electrónicos, WhatsApp, telefonía.
  2. Complemento: uso de aplicaciones de cálculos, tablas, laboratorios virtuales, noticias.
  3. Registro: uso de Word, grabadora, fotografía, filmadora.
  4. Exploración: uso de buscadores, Google Forms, encuestador en línea.
  5. Colaboración: sincrónica o asincrónica con el resto de los alumnos o con otras personas.
  6. Escucha y visualización: de audio y video.
  7. Acceso Virtual: a campus virtuales.
  8. Interactividad: por medio de aplicaciones como el Mentimeter.
  9. Juegos educativos: a través de estrategias de gamificación.
  10. Producción de contenidos y aplicaciones específicas por materia.

Los autores también describen algunas sugerencias de acciones de contexto que permitirán un mayor aprovechamiento de los dispositivos móviles como estrategia didáctica para actualizar la propuesta educativa a las exigencias del cambio tecnológico y la preocupación por la mejora continua:

  1. Afianzar la política estratégica en el área tecnológica.
  2. Reconvertir el 30 % permitido en la Resolución del Ministerio de Educación Nro. 2641/17 de todas las materias de todas las carreras al formato virtual.
  3. Promover el mayor uso y capacitar en la gestión del campus virtual a todos los docentes de la universidad.
  4. Fortalecer el área técnica y de soporte y ayuda a los docentes para implementar la educación virtual y el uso de dispositivos móviles en sus clases.
  5. Elaborar planes estratégicos que aceleren la implementación de celulares en las aulas.
  6. Profundizar la estrategia e incrementar las inversiones en el tendido de fibras ópticas y el equipamiento necesario que mejore sustancialmente la conectividad y el acceso a internet en todos los espacios del campus de la universidad.
  7. Crear mayor cantidad de espacios y momentos de encuentro y capacitación donde los docentes reciban los conocimientos pertinentes.
  8. Capacitación previa y certificación de competencias digitales en todos los docentes de la universidad.
  9. Generar experiencias piloto (leading case) en el desarrollo de educación con el uso de tecnologías a través de dispositivos móviles, primero con materias y después con carreras, que luego puedan extrapolarse a toda la estructura.
  10. Implementar un modelo de gestión de la calidad que permita garantizar la definición de una estrategia clara y realizar el seguimiento de la propuesta.
  11. Dar continuidad a la investigación para observar la evolución que producirán las acciones de mejora en el área tecnológica.
  12. Diseñar dentro de la universidad un área destinada a elaborar estrategias educativas focalizadas en el uso de teléfonos inteligentes, educación virtual y gestión de tecnologías en comunicación.En resumen, podría indicarse.

En conclusión, el proceso de aprendizaje ha cambiado en los últimos años y se ha vuelto dinámico y continuo, impulsado particularmente por la acelerada evolución de la tecnología, produciendo una transformación inevitable en los métodos de aprendizaje, especialmente en la universidad. Es un cambio que requiere una transformación digital completa. Hace falta adecuar la formación de los actuales universitarios en sintonía con las exigencias de los futuros trabajos y en concordancia con los contextos tecnológicos en los que ya hoy se mueve toda la sociedad. Resulta imperioso diseñar e implementar nuevos programas innovadores de educación y capacitación que se adapten mejor a estas exigencias.

Los dispositivos móviles (como se deduce en este trabajo) permiten acceder a una inmensa, variada y actualizada cantidad de información y conocimiento en forma inmediata. Casi toda la población de docentes y alumnos posee un teléfono inteligente con acceso a Internet y parece impensable prescindir de él en la vida privada. Por lo cual, ya no hay que preocuparse por la disponibilidad de la herramienta como una limitación para su aprovechamiento.

Por los datos aportados en la investigación se concluye que las universidades ya no necesitarían afectar tanto esfuerzo a la compra de computadoras o el armado de laboratorios de informática para permitir a sus estudiantes y docentes acceder masivamente a la valiosa e imprescindible información que se encuentra en Internet, o para interactuar con el mundo académico con el aprendizaje y gestionar el conocimiento. Por lo mismo parece imperativo priorizar en sus planes el uso de estas nuevas tecnologías privilegiando al estudiante como centro del proceso de enseñanza y aprendizaje.

Desde un punto de vista estrictamente técnico, resolviendo la conectividad, ya casi no existen más barreras tecnológicas que condicionen a las universidades para impulsar una transformación profunda en la forma de encarar los procesos de enseñanza y aprendizaje, aprovechando a los dispositivos móviles para el diseño de una renovada estrategia educativa. Sólo hace falta que, si no lo hicieron aún, los docentes y los que dirigen las universidades se animen a hacerlo.

Las propuestas de mejora que los autores sugieren en este trabajo pueden servir como inspiración o disparador para aquellos que acepten el desafío y aspiren a ser innovadores protagonistas del cambio, ayudando a orientar así el desarrollo de las nuevas tecnologías al servicio del hombre.

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