Si bien América Latina y el Caribe logró una alta expansión de la oferta de educación superior, el acceso continúa siendo inequitativo, una situación que se agravó para las poblaciones más vulnerables luego de la pandemia del Covid-19. En este contexto, las Modalidades Cortas de Educación y Formación Postsecundaria constituyen una opción educativa interesante para cerrar las brechas de acceso y potenciar el desarrollo de habilidades.
Andrés es un joven de 20 años en algún país de América Latina y el Caribe. Sus padres vienen de un pueblo en una zona rural, donde Andrés nació y creció hasta sus 12 años, cuando sus padres decidieron buscar mejor suerte en la ciudad. Fueron años llenos de dificultades económicas e incluso por un tiempo, Andrés tuvo que salirse de la escuela para ayudar a su familia económicamente. Finalmente, con mucho esfuerzo, terminó la secundaria y ahora quiere continuar sus estudios en la universidad, pero no cuenta con los recursos para financiar una carrera de cuatro años. Lo que le gustaría es desarrollar habilidades que le aseguren el rápido acceso a un buen trabajo, que genere el ingreso suficiente para que él y su familia puedan vivir dignamente.
Esta situación no es hipotética para muchos jóvenes de la región, sobre todo aquellos provenientes de los hogares más vulnerables. Si bien América Latina y el Caribe ha experimentado en las últimas décadas una alta expansión de la oferta de educación superior y la matrícula ha crecido de manera exponencial -pasando del 19% en 1999 al 52% en 2019 – el acceso a la educación superior continúa siendo inequitativo.
De hecho, la tasa neta de cobertura para el primer quintil de ingreso es de 13% mientras que para el quinto quintil es de 44%. La crisis económica y social generada a raíz de la pandemia del Covid-19 ha acentuado estas brechas, limitando la capacidad de financiamiento de las poblaciones más vulnerables para acceder a mayores niveles educativos, como en el caso de Andrés.
En este contexto, las Modalidades Cortas de Educación y Formación Postsecundaria constituyen una opción educativa interesante para cerrar las brechas de acceso a la educación superior y a la formación postsecundaria para las poblaciones más afectadas por la crisis.
¿Qué son las Modalidades Cortas de Educación y Formación Postsecundaria?
Alrededor del mundo existen diferentes tipos de educación y formación postsecundaria que son más cortos, flexibles y especializados que la educación superior universitaria tradicional. En el BID denominamos a esta gama de cursos y programas como Modalidades Cortas de Educación y Formación Postsecundaria.
Estas modalidades están destinadas a impartir conocimientos, habilidades y competencias, con un componente importante de aprendizaje práctico orientado hacia la preparación de los estudiantes para trabajar en áreas específicas.
Existe una amplia oferta de modalidades cortas en la región, por lo que su denominación varía entre los países, al igual que la titulación obtenida, duración, y la naturaleza de las entidades ofertantes.
Si estudiamos la clasificación de la UNESCO, encontramos que estas modalidades se ubican entre las categorías de educación CINE 4 de educación postsecundaria no terciaria (seis meses a dos a tres años) y CINE 5 de educación terciaria de ciclo corto (dos a tres años) (UNESCO, 2011). Dentro de este marco, nuestra definición abarca las modalidades que se ofertan por los sistemas de educación formal, así como por los no formales fuera del sistema educativo tradicional.
Hasta el momento, el enfoque de la literatura existente ha estado puesto en las modalidades de dos a tres años (CINE 5) y hay poca disponibilidad de datos para las de entre seis meses a dos años, si bien estas últimas también han experimentado una proliferación importante en los últimos años.
Como parte de su agenda, el BID concentrará sus esfuerzos en cerrar estas brechas de conocimiento asi como en explorar con mayor detalle las oportunidades de las modalidades más cortas, las inferiores a 2 años.
¿Qué sabemos de las Modalidades Cortas de Educación y Formación Postsecundaria en la región?
La expansión de la educación superior en América Latina y el Caribe está ligada, entre otras cosas, a la proliferación de estas modalidades cortas, formales o no, de calidad y pertinencia heterogénea, y al incremento de la matrícula privada en estas modalidades.
Sabemos que, en el caso de Panamá, por ejemplo, el 89% del crecimiento de la matrícula en educación superior se ha generado por el incremento de la matrícula en modalidades de dos a tres años. Lo mismo ha pasado en menor medida en países como Argentina (43%), Colombia (45%) y Chile (45%), de acuerdo con datos administrativos de cada país, correspondientes al año 2021.
Sin embargo, en comparación con otras regiones del mundo donde las Modalidades Cortas de Educación y Formación Postsecundaria juegan un papel más preponderante, la tasa de matrícula en nuestra región es aún baja con relación a la de la educación superior tradicional.
Estos programas representan el 10,8% del total de la matrícula en educación superior, en comparación con el 34,3% en Asia Oriental y el Pacífico y 30,2% en Europa Central y Oriental.
En cuanto a la caracterización de los estudiantes de las modalidades cortas en la región, se trata en su mayoría de jóvenes de entre 25 y 29 años, pertenecen a la población del extremo inferior de la distribución de ingresos y seis de cada 10 son mujeres. De ellas, la mayoría se concentra en disciplinas que tradicionalmente tienen menores expectativas económicas respecto a las de los hombres.
Por otro lado, las modalidades cortas de naturaleza STEM son los que conllevan a mayores ingresos y mejores niveles de empleabilidad para sus egresados (Banco Mundial, 2021).
Las ventajas de las Modalidades Cortas de Educación y Formación Postsecundaria como una alternativa de educación superior
Las modalidades cortas ofrecen alternativas viables para que los y las jóvenes de menores ingresos reciban una educación y formación postsecundaria. Es esperable que estas ventajas generales de las modalidades cortas sean más evidentes o sobresalientes en el caso de las más cortas.
Entre sus ventajas se encuentran las siguientes:
- Corta duración y por ende menor costo total: Su duración de seis meses a máximo tres años en comparación con la educación superior tradicional de típicamente cuatro años o más contribuye a la disminución del costo de la educación y formación postsecundaria, mitigando las barreras financieras que limitan el acceso. De hecho, en la mayor parte de la región, los estudiantes de modalidades cortas (dos a tres años) pertenecen a los dos quintiles más bajos de la distribución de ingresos.
- Flexibilidad y dinamismo: Su flexibilidad y dinamismo
,en cuanto a la creación de nuevos programas acordes con las demandas del mercado laboral, formas de entrega o modelos de provisión diversa, junto a su corta duración, los transforman en una opción atractiva para generar mayor acceso a oportunidades en el mercado laboral y por ende retornos en el corto plazo, siempre y cuando sean de buena calidad y pertinentes.
- Oportunidades laborales y salarios: Relacionado al punto anterior, los graduados de las modalidades cortas (específicamente las de dos a tres años de duración) muestran menores tasas de desempleo que los graduados de secundaria y los desertores de programas universitariossalarios por hora un 45% más altos que los de los graduados de secundaria.
- Pocas barreras de entrada: Sus bajas barreras de entrada en comparación con la educación superior tradicional permiten que jóvenes con insuficiente preparación académica puedan tener opciones para continuar sus trayectorias formativas e ingresar a la educación y formación postsecundaria, por lo que se constituyen como un mecanismo de inclusión social.
- Oportunidad para avanzar en balance de género: Las modalidades cortas atraen sobre todo a estudiantes mujeres, ya sea por las áreas de estudio que se ofrecen como por la flexibilidad de sus horarios. Así, ofrecen una valiosa oportunidad para avanzar en
¿Cómo promover las Modalidades Cortas de Educación y Formación Postsecundaria de calidad en la región?
A pesar de las ventajas relativas que presentan las modalidades cortas frente a la educación universitaria tradicional, estas siguen representando una proporción significativamente menor de la oferta de educación superior y de la formación postsecundaria.
Para ampliar la oferta de estas modalidades con calidad en la región, y potencialmente su impacto, algunas recomendaciones incluyen las siguientes:
- Implementar mecanismos innovadores de financiamiento a las instituciones que ofrecen Modalidades Cortas de Educación y Formación Postsecundaria y/o a la demanda, por desempeño o resultados. Es necesario fomentar nuevos mecanismos de financiamiento a las entidades ofertantes de estas modalidades que alineen mejor los incentivos hacia la calidad y pertinencia. Esto incluye ampliar las opciones de cofinanciamiento con el sector privado
- Enfocar el financiamiento de las Modalidades Cortas de Educación y Formación Postsecundaria en las poblaciones vulnerables. Debido a la brecha persistente en el acceso a la educación superior para las poblaciones vulnerables, es importante diversificar estrategias de financiamiento orientadas a estas poblaciones.
- Desarrollar sistemas de aseguramiento de la calidad y pertinencia pensados en la naturaleza específica de las Modalidades Cortas de Educación y Formación Postsecundaria. La región tiene experiencia en la implementación de sistemas de aseguramiento de la calidad para la educación superior y la formación postsecundaria, pero es necesario adaptar estos sistemas para que consideren indicadores propios de las modalidades cortas más allá de aprendizajes, sino también de empleabilidad. En este sentido, por su naturaleza formativa más enfocada en el ámbito vocacional, conexión con el mercado laboral y duración, las modalidades cortas deben contar con procesos particulares de autorización, acreditación y fiscalización que aseguren su calidad y pertinencia con las necesidades del mercado laboral y que al mismo tiempo permitan mantener su dinamismo.
- Incrementar la disponibilidad de información y estadística para la toma de decisiones. La selección de modalidades cortas por parte de las personas interesadas se torna difícil cuando no hay información sistematizada y de fácil acceso en la mayoría de los países de la región con respecto a su calidad y pertinencia, incluyendo los retornos y los resultados en cuanto a acceso y progresión en el mercado laboral. Es crucial que los tomadores de decisión sobre las políticas educativas incrementen la disponibilidad de información mediante la institucionalización de mecanismos de recolección de datos relevantes.
Con estas recomendaciones y otras más que exploraremos a futuro, se pueden ofrecer alternativas de calidad a más jóvenes de escasos recursos en América Latina y el Caribe para continuar sus trayectorias educativas y formativas después de terminar la secundaria. En otras palabras, impulsar estas modalidades pueden ser un camino para mejorar la vida de los estudiantes y sus familias.
¿Qué piensas sobre esta tendencia en expansión en materia de educación y formación postsecundaria? En nuestra próxima entrada, profundizaremos en el análisis de cuáles son las Modalidades Cortas de Educación y Formación Postsecundaria en América Latina y el Caribe.
Tomado de Enfoque Educación blog del BID
No hay comentarios:
Publicar un comentario