La investigación “Nuevas técnicas contra el fracaso escolar” se ha desarrollado durante el curso 2010-2011 a partir de un convenio de colaboración entre la empresa CASIO y el grupo de investigación “Didáctica y Multimedia” (DIM-UAB) de la Universidad Autónoma de Barcelona.
Han participado unos
100
profesores y 3.000 alumnos de 15 centros de ESO y primaria de toda España,donde
se
han aplicado diversas actividades de enseñanza y aprendizaje orientadas a la reducción
de fracaso escolar. Muchas de ellas consideran
la utilización de las TIC, especialmente la pizarra digital (videoproyector,
ordenador, PD) e Internet, y consisten en actividades
no memorísticas, de creación y aplicación de conocimiento, orientadas a dar más
autonomía a los estudiantes, que en muchos casos pueden consultar diversas
fuentes de información (apuntes, libros, Internet).
Del estudio se desprende que la
mayoría de los profesores han aplicado con buenos resultados estas
actividades prácticas “con apoyo documental” que se proponen, aunque al
realizar los exámenes generalmente solo permitían a los alumnos la consulta de
los apuntes.
Otras técnicas que también se han
utilizado mucho y con buenos resultados para evaluar a los estudiantes
han sido las presentaciones públicas de trabajos grupales o individuales, el
“dar
pistas” a los estudiantes sobre lo que puede salir en el examen y la
realización de exámenes previos “de entrenamiento”.
Por otra parte, hay unos principios de actuación
que el profesorado destaca como importantes para incidir más en estos alumnos
con problemas de aprendizaje: proponer más tareas prácticas que preguntas teóricas;
evaluar también los procesos
(de trabajo, de estudio…), no solamente el producto final que sean capaces de
realizar; la detección precoz de los estudiantes que
necesitan un apoyo especial; el contacto con las familias;
el apoyo entre compañeros;
trabajar técnicas de estudio
diversas… Y otras actividades también muy utilizadas han sido
la búsqueda de recursos por parte de los estudiantes en Internet, para
presentar y comentar luego a sus compañeros en la pizarra digital y la
corrección de ejercicios entre alumnos, siguiendo las instrucciones del
profesor.
Respecto al impacto de estas
técnicas en los aprendizajes de los estudiantes, un 94% de los profesores aprecia
que aplicando estas técnicas los alumnos sí aprenden más y un
72% también considera que mejoran las calificaciones académicas, es decir, se
reduce el fracaso escolar. Los mejores resultados se obtienen sobre todo con los alumnos trabajadores pero a los que les cuesta seguir la asignatura. En el grupo de alumnos que pese a trabajar normalmente suspenden porque no pueden con la asignatura se observa también un impacto positivo con la aplicación de estas técnicas, aunque en menor medida. Y lo mismo ocurre con los alumnos que van bien o muy bien en la asignatura. En cambio, en el grupo de alumnos desmotivados por la asignatura y que no trabajan, el impacto de estas técnicas es mucho menor.
A partir de los resultados positivos de esta investigación, el próximo curso 2011-2012 veremos de iniciar nuevas investigaciones con un mayor número de centros y de mayor duración, para poder medir con más precisión el impacto de estas técnicas en todos los estudiantes, y su eficacia para recuperar a los estudiantes con problemas de aprendizaje.
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