jueves, 12 de octubre de 2017

Epistemologías emergentes y Educación Virtual (final)

Escribe Beatriz Fainholc (especial para blog CUED)

Un giro  epistemológico 

Este giro epistemológico intenta también reconocer miradas, articula principios en sus comienzos de revisión, que sostienen y recogen de modo alternativo, observaciones de la coyuntura socio-política económico y cultural, en general (y en especial de América Latina[1] y todo el sur del mundo). "Es un debate (sin solución de continuidad a la vista) acerca de : a) de la ahistoricidad, forzocidad, universalidad, formalización y neutralidad ética del conocimiento científico, y b) de la responsabilidad moral, el origen epocal, contingente, sesgado, interpretativo y atravesado por lo político social, de ese conocimiento".[2]

Este giro epistemológico se sitúa en las “fronteras del conocimiento” [3], que se halla mas allá de la objetivación material, racional: se constituye en un nuevo espacio de diálogo epistemológico. Aquí, entre otros rasgos conceptuales y metodológicos, se rompe el dualismo entre las ciencias sociales y las ciencias naturales, según la utopía concreta de Marx, que sostenía que en el futuro habrá una sola ciencia: la ciencia del hombre.

Este entendimiento debería ser consciente de una concepción y práctica deseables inter-trans disciplinarias dinámicas, al estar inscripto en un mundo sociocultural e histórico cambiante e incierto.

Por ende, como no poseemos aun, parámetros de análisis de realidades tan nuevas y a su vez, precarias y cambiantes, la postura de la emergencia, se convierte en una propuesta epistemológica potente, en elaboración, aunque en progreso sostenido. Por ahora se cree que sería una consideración de la urgencia de entender los fenómenos y procesos educativos del tiempo presente de otro modo, dado lo insatisfactorio y las crisis interpretativas de los modelos vigentes.

La apropiación de la ubicuidad tecnológica por donde transcurre hoy el aprendizaje, y cada vez la enseñanza informal más que formal-, deberían rescatar y diseñar bases para este encuadres , donde la experimentación y la imaginación potencie la resolución de reales problemas[4], y el desarrollo del pensamiento constructivo, reflexivo y anticipador frente a lo desconocido. Que no debería reñirse con las tan en boga, propuestas efectivas y eficaces en cuanto a la reducción de los costos en general y en educación (gran preocupación en tiempos de crisis),entre muchas , conjuntando los análisis costo-beneficio económico, sin postergar los análisis filosófico- epistemológico-ético y socio-cultural.

Una epistemología reconceptualizada o reconcebida


Tal vez siguiendo esta línea provisoria de pensamiento, es interesante referirse a una epistemología reconceptualizada o reconcebida, que la llamo así por no tener una nomenclatura nueva, mas allá de las nombradas en este trabajo, por las que se optan.

No presenta los mismos pilares que la epistemología tradicional, ya que se intenta superar su raíz individualista y mono-disciplinar, entre muchos rasgos. No adhiere a las muchas miradas e interpretaciones reduccionistas que resultan fracturadas para una comprensión cabal de los procesos del conocer.

Podría ser visualizada más que como un enfoque y un conjunto de conceptos y principios, sino principalmente como un espíritu y cosmovisión.

Una epistemología re-concebida es teórica y prácticamente significativa por la revisita que supone de los marcos epistémicos y no epistémicos, y por el lugar en que recoloca la producción de conocimiento científico, tecnológico, cultural y por ende, educativo, para nuestro caso, electrónico. Enclavada en una cultura digital, supera ser una disciplina secundaria, derivada o reducida del concepto de cultura como campo teórico muy circunscrito, al aspirar a ser , desde nuestra perspectiva, una teoría de la cultura digital inscripta en la sociedad de la información, convertida en la de la Big data[5] y de la inteligencia artificial.

Re-concebida así, se emparenta con una filosofía de la cultura[6] que presenta una posición más esencial y radical. Problematiza el concepto y el ser de la cultura, y más profundamente, del concepto y el ser de la filosofía. Es decir, intenta concebir las relaciones entre filosofía y cultura como recíprocas y esenciales, y entender que ambos términos son en principio irreductibles entre sí.

Provocaría “fallas-pliegues” epistemológicos de /en los discursos y apunta a un carácter des-estructurador para repensar y reformular principios científico-tecnológico y educativos a la luz de una emergente cultura virtual.

No se crea que se está seguro que el diseño de interfaces comunicacionales y en general la construcción de programas educativos virtuales, hayan podido evadir los reduccionismos

La ineludible algoritmización de los software aplicados a entornos virtuales incluso abiertos (REA: recursos educativos abiertos), chocan, desafían, no resuelven (en realidad están en investigación acelerada) la captura de propuestas singulares auténticas para la elaboración de saber, del modo expuesto arriba. Es decir, se trata de reconocer que éstas se basan en lugares y espacios culturales virtuales específicos, que exacerbados por una racionalidad técnico-instrumental, se cree no ayudan per se a desencadenar aprendizajes profundos.

Una epistemología emergente considerada alternativa de la educación abierta y a distancia virtual conocida, tiene que ver y mucho con esta mirada crítica situacional, postdramática, holista- sistémica, comprehensiva, y ecológica-socio-cognitiva, para un cambio de óptica interpretativa.

Transformar el código tecnológico pedagógico que una conciencia reflexiva, histórica y coyuntural, desmontará contradicciones e incoherencias, desempolvará ciertas rigideces y anacronismos educativos conceptuales y metodológicos, en tiempos misteriosos y que nos desafian con cambios y novedades.



[1] Lo enunciado permanece en un plano de generalización, pero no se riñe en aplicarlo a las realidades educativas virtuales, en especial de América Latina.   En este marco epistemológico, político, económico, sociocultural y ético se inscribe la educación, las ciencias y la tecnología.
[2] Diaz Ester, (2016) La construccion de una epistemologia ampliada. Biblos, Bs As.
[3] La “frontera del conocimiento” se ubica hoy en  la trans-disciplina. Flexibiliza todos los órdenes mono-disciplinarios  e incursiona en campos  diferentes, extraños, o  no reconocidos (por interpretaciones reducidas, etc), que incluso impactan en los métodos y las técnicas de investigación. También reconoce  a los participantes, -científicos como usuarios en general-,  como actores de procesos de revisión  y transformación del saber. Es decir, la ciencia se halla en un nuevo espacio de diálogo epistemológico.
[4] Dewey, J. (1938) Experiencia y educación. Losada, Bs Aires.
Dewey, J. (1926)Democracy and education. McMillan.
[6] La Filosofía de la Cultura es la disciplina que trata de explicar el fenómeno de la cultura, al investigar las causas de su génesis, las normas de su transformación, las condiciones de su desarrollo y decadencia, los contenidos y las formas de su evolución. La Filosofía de la Cultura no crea la ciencia, ni la educación, ni el arte, ni el pensamiento científico y tecnológico. Todos estos fenómenos son productos de la conciencia humana  reflexiva sobre hechos los fenómenos naturales o culturales. En cuanto a los artificiales,  la filosofía de la Cultura los considera producidos por la mente, para tratar de describirlos, explicarlos y anticiparlos.

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