Ángeles Rebollo-Catalán y Rocío Jiménez-Cortés Editoras de sección de la Revista de Investigación Educativa Facultad de Ciencias de la Educación. Universidad de Sevilla
Con frecuencia oímos que es mucho más difícil publicar una investigación cualitativa que una cuantitativa. Esta dificultad reside, sin duda, en el desconocimiento y la falta de formación que tenemos en general sobre esta metodología y sus procedimientos, lo que se traduce a menudo en una deficiente o inadecuada forma de presentar los resultados de investigación y explicar cómo estos se han alcanzado. Pero también, en la exigencia de que la investigación cualitativa muestre su impacto al nivel de la cuantitativa. Y no nos referimos a un impacto académico (número de citas) sino social, económico, educativo… Esto hace que la investigación cualitativa esté retada continuamente a equipararse con los procedimientos metodológicos de la investigación cuantitativa. Adoptar esta forma de pensar constituye en sí misma un error de partida que fuerza el carácter y sentido de la investigación cualitativa.
Con esta entrada pretendemos plantear no solo la casuística concreta de la investigación cualitativa sino también subrayar los aspectos metodológicos que hay que cuidar para garantizar su publicación. Uno de los principales problemas a los que se enfrenta la investigación cualitativa es la falta de descripción minuciosa de las decisiones metodológicas adoptadas en cada fase de la investigación, originando trabajos muy vagos e inespecíficos, que dejan mucha cabida a la imaginación y poca a la demostración empírica. La investigación cualitativa de calidad es altamente específica y pormenorizada en el planteamiento y encuadre teórico y metodológico, aportando un conocimiento robusto y sólido sobre los fenómenos que aborda. Otro problema es la falta de conocimiento y aplicación práctica de diferentes procedimientos específicos que aseguren el rigor de la investigación cualitativa. En este artículo nos centraremos en algunos aspectos que resultan decisivos en la investigación cualitativa en torno a estos dos problemas.
1.- El primer gran déficit en la investigación cualitativa se refiere a la elección y descripción del método y diseño de la investigación. Es desgraciadamente muy frecuente esta carencia, encontrándonos así investigaciones cualitativas que dicen asumir el método biográfico narrativo, pero no especifican si se trata de un diseño de relatos cruzados o relatos paralelos. Lo mismo pasa si se adopta el método etnográfico, pero no se especifica el tipo de etnografía adoptada entre toda la variedad existente. O también sucede con el estudio de casos del que pocas veces se dice la modalidad adoptada y se describe la forma en que se ha realizado. Esta información resulta clave para entender la lógica con la que se ha realizado toda la investigación, siendo, en suma, lo que da coherencia y sentido a todo el trabajo y permitiendo valorar si con ello se responde adecuadamente a los objetivos planteados. Al proporcionar esta información, la persona que investiga fija su posición respecto al fenómeno que estudia dando sentido a todas sus decisiones posteriores.
2.- Otra de las grandes preguntas a las que se enfrenta la investigación cualitativa es cuál es la muestra mínima necesaria para extraer resultados concluyentes. Esta pregunta siempre surge. La respuesta no es simple, ya que depende del objetivo planteado y del tipo de aportación que queramos hacer respecto al fenómeno estudiado. Si lo que buscamos es aportar un conocimiento robusto y sólido sobre experiencias y vivencias compartidas por un colectivo o comunidad, buscando lo común y no lo diferencial, necesitamos menos muestra ya que se buscan casos típicos que muestren experiencias y discursos representativos del colectivo, mientras que si buscamos mostrar formas cualitativamente distintas de percibir, interpretar y experimentar la realidad es habitual que las muestras sean más amplias y variadas porque responden a un muestreo de casos discrepantes a partir de criterios que tienen sentido teórico (género, edad, etc.). En uno y otro caso, se procede por saturación teórica, lo que implica que la muestra está condicionada a que la información adicional que se obtiene con nuevos informantes resulte reiterativa y redundante, no aportando datos novedosos que aumenten la comprensión del fenómeno. No obstante, y salvo que se trate de un estudio de casos en profundidad del que se genera abundante información de naturaleza muy variada por diversos medios de uno o varios casos, no es habitual que un estudio cualitativo se apoye en menos de 12 informantes clave (Guest, Bunce y Johnson, 2006). En cualquier caso, es preceptivo indicar también si se alcanza la saturación, cómo se alcanza y a qué problemas se hace frente durante la selección de participantes (O’Reilly y Parker, 2013).
3.- Pero si hay un aspecto que resulta decisivo en la evaluación de la calidad de una investigación cualitativa es el análisis de datos. Y por desgracia nos encontramos con demasiada frecuencia un modelo de caja negra en la que sabemos lo que entra y lo que sale, pero no cómo se procede, siendo esta fase trascendental para obtener evidencia empírica. A menudo falta información en los estudios cualitativos sobre la categorización y la codificación, pero también sobre cómo se extraen los resultados, es decir cómo se opera con los datos una vez se ha concluido la codificación. Aquí resulta clave presentar el enfoque de análisis que ilumina el estudio puesto que no es lo mismo adoptar el análisis de contenido, la teoría fundamentada, el análisis conversacional o el análisis del discurso en sus diversas variantes. En el análisis de datos cualitativos desde la base de la teoría fundamentada uno de los mayores riesgos es no especificar los indicadores para aplicar categorías y códigos, lo que lleva a una falta de patrones de regularidad en la categorización y codificación de los extractos de información textual o visual. En investigación cualitativa se invisibiliza con frecuencia la emergencia de hipótesis y el proceso de contrastación de éstas. Una formación adecuada y el apoyo en programas informáticos permite gestionar indicadores y generar por ejemplo tablas de co-ocurrencia de códigos que permiten contrastar hipótesis cuando disponemos de información abundante y compleja.
4.- En cualquiera de sus modalidades, es importante despejar la posición y acercamiento de la persona analista e indicar los procesos de rigor (triangulación, comprobación con los participantes, reflexividad, etc.) que ha introducido diferenciando las perspectivas de investigadores y participantes en el proceso de codificación. La investigación cualitativa requiere que los investigadores reflexionemos y articulemos claramente nuestra posición y subjetividades (visión del mundo, perspectivas), para que los lectores puedan comprender mejor las perspectivas a través de las cuáles realizamos las preguntas, recopilamos y analizamos los datos y difundimos los hallazgos. Uno de los mayores riesgos a los que se enfrenta la investigación cualitativa reside en la posible adulteración de lo que presentamos como evidencias empíricas al estar éstas apoyadas en la interpretación y comprensión del analista de ahí que aportar información sobre las técnicas y procedimientos aplicados para asegurar el máximo rigor sea clave. La lectura del artículo de Antaki, Billig, Edwards y Potter (2003) resulta muy clarificadora y sugerente.
5.- En los resultados de investigación cualitativa es muy usual el uso de extractos de información textual, pero existe una variada gama de posibilidades de presentación de los hallazgos empleando estrategias visuales como redes semánticas y mapas. No basta con presentar extractos de la información codificada como evidencia empírica por muy buenos que sean estos extractos para ilustrar el tipo de resultados obtenidos. Es una condición necesaria pero no suficiente. Los resultados de investigación cualitativa a menudo son fruto de un proceso de “cruce” turbio de información que no atiende a un proceso sistemático de contraste de hipótesis emergentes y en numerosas ocasiones se realiza una síntesis del contenido no apoyada suficientemente en evidencias. La redacción de resultados ha de adoptar un enfoque respetuoso para los participantes y significativo para quien los lee. Independientemente de las formas de presentación de resultados elegidas cualquier conclusión debe estar respaldada por citas directas de los participantes. El proceso de llegar del dato a la interpretación tiene que ser nítido, fundamentado y minuciosamente explicado. Aconsejamos la lectura de Suárez-Relinque, Del Moral-Arroyo y González-Fernández (2013) para encontrar la forma de argumentación que mejor se ajusta al tipo de estudio que hemos hecho para exponer los resultados alcanzados.
A partir de este análisis derivado de nuestra experiencia, queremos ofrecer algunos consejos prácticos que faciliten la publicación de investigación cualitativa:
- Contribuya a la construcción de teoría. Los resultados deben contribuir a la articulación significativa de teoría (nueva o reelaboración de la existente). Mostrar descripciones de los datos de forma excesiva y no su interpretación hace que sea costosa la publicación en una revista de primer nivel. Recomendamos la lectura de Osses, Sánchez-Tapias e Ibáñez-Mansilla (2006).
- No imite un artículo cuantitativo. A menudo los artículos cualitativos imitan la estructura de los cuantitativos (y sus dispositivos metodológicos) lo que lleva a cuantificar datos o a un uso de lenguajes inadecuados (eliminación, varianza…). Esto pone a los revisores en la necesidad de encontrar marcos de referencia que no son propios de la investigación cualitativa.
- Explique la naturaleza del contexto y el posicionamiento que adopta como investigador/a respecto al mismo y que otorga sentido a su investigación.
- Indique los criterios de selección muestral, las limitaciones para la incorporación de informantes clave a la muestra y los procesos por los que ha conseguido la saturación teórica.
- Especifique y muestre los instrumentos de recogida de datos y sus dimensiones. Hay que tener en cuenta que si se realiza una entrevista y no se incluyen sus preguntas difícilmente se puede valorar si los resultados se deben a las preguntas que se hicieron y cómo se hicieron.
- Use figuras visuales que capturen tanto la cadena de evidencias como incluso que representen cómo se desarrolló el proceso metodológico. Explique muy bien el proceso que se sigue desde los datos a los hallazgos que ofrece.
- Visibilice hipótesis y sus formas de contraste. Es decir, especifique qué patrones de regularidad observa en los datos y qué procedimientos emplea para comprobar estas apreciaciones.
- Muestre claramente las aportaciones y contribuciones de su investigación cualitativa.
- Lea otras investigaciones realizadas con metodología cualitativa que se hayan publicado previamente en las revistas científicas especializadas. Ver cómo otros investigadores han presentado su trabajo nos ahorra tiempo y esfuerzo, ayudándonos a orientar el informe de nuestro estudio para su divulgación de forma más certera.
Queremos terminar como hemos comenzado este artículo, apelando a la importancia de una adecuada y suficiente formación metodológica en investigación cualitativa. La mayor parte de los planes de estudio de grado y máster no incluyen estos contenidos y cuando lo hacen se le otorga un valor secundario y opcional, lo que lleva al personal investigador a formarse por otras vías alternativas que dificultan y encarecen su capacitación. Además, muchas veces cuando se ofertan estos contenidos, no siempre son impartidos por personal cualificado porque de cualitativa como de educación todo el mundo sabe. Por último, apelamos también a la responsabilidad de revisores y editores para que dispongan de esta formación con el fin de que realicen informes de calidad en la revisión de informes de investigación cualitativa que propicien su mejora.
Referencias bibliográficas:
Antaki, C., Billig, M., Edwards, D., y Potter, J. (2003). El análisis del discurso implica analizar: crítica de seis atajos analíticos. Athenea Digital, 3, 14-35. Recuperado de https://atheneadigital.net/article/view/n3-antaki-billig-potter/64-pdf-es
Guest, G., Bunce, A., y Johnson, L. (2006). How many interviews are enough?: An experiment with saturation and variability of data. Field Methods, 18(1), 59-82. doi: 10.1177/1525822X05279903
Morse, J.M., Barrett, M., Mayan, M., Olson, K. y Spiers, J. (2002) Verification strategies for establishing reliability and validity in qualitative research. International Journal of Qualitative Methods, 1(2), 13-22. doi: 10.1177/160940690200100202
O’Reilly, M., y Parker, N. (2012, May). Unsatisfactory saturation: A critical exploration of the notion of saturated sample sizes in qualitative research. Qualitative Research Journal, 13(2), 190-197. doi:10.1177/1468794112446106
Osses, S., Sánchez-Tapias, I. y Ibáñez-Mansilla, F. (2006). Investigación cualitativa en educación: hacia la generación de teoría a través del proceso analítico. Estudios pedagógicos, 32(1), 119-133. doi: 10.4067/S0718-07052006000100007
Suárez-Relinque, C., Del Moral-Arroyo, G. & González-Fernández, M.T. (2013). Consejos prácticos para escribir un artículo cualitativo publicable en Psicología.Psychosocial Intervention, 22(1), 71-79. doi: 10.5093/in2013a9
Cómo citar esta entrada:
Rebollo-Catalán, A. & Jiménez-Cortés, R. (2018). El rigor de la investigación cualitativa para garantizar su publicación. Aula Magna 2.0. [Blog]. Recuperado de: https://cuedespyd.hypotheses.org/5148
Tomado de Aula Magna 2.0 con permiso de sus editores
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