miércoles, 27 de enero de 2021

Horizonte Europa: universidad generadora de valor

 Escribe Teodoro Luque

El debate sobre hacia dónde debe ir la universidad siempre está ahí y se redefine periódicamente. En Europa tenemos a la vista un nuevo horizonte. Otro más. Tras la Estrategia de Lisboa del 2010 a la que más tarde seguiría el Horizonte 2020, se acaba de presentar el Horizonte Europa.

Para volver a redefinir cómo queremos que sean las universidades del futuro es necesario hacer una reflexión sobre la que edificar una arquitectura de objetivosmedidas y asignaciones presupuestarias. Y esto tiene consecuencias de una manera muy directa para las universidades.

Un buen ejemplo del momento para usar de referencia es el Programa Marco de Investigación e Innovación (2021-27). Está basado en tres pilares: ciencia excelente; los cambios globales y competitividad industrial europea; e innovación en Europa.

Towards a 2030 Vision on the Future of Universities in Europe

Recientemente, la Comisión Europea ha dado a conocer un documento denominado Towards a 2030 Vision on the Future of Universities in Europe. En él se define un conjunto de necesidades y objetivos para la transformación de las universidades en los ámbitos de investigación y desarrollo. También se establece la Visión 2030 de las universidades en estos ámbitos que está sustentada en los siguientes valores:

  • Libertad académica y autonomía universitaria, con responsabilidad
  • Excelencia en investigación, enseñanza y apoyo al aprendizaje
  • Ética, integridad y confianza
  • Igualdad y no discriminación
  • Transparencia y equidad en la asignación de recursos
  • Dignidad, igualdad de oportunidades e inclusión
  • Respeto por la diversidad, puesto que esto mejora la excelencia en la investigación y la educación (conectado a la dignidad y la igualdad de oportunidades).

Los objetivos relacionados con la investigación y la innovación para las universidades que plantea este documento de la Comisión Europea se pueden resumir en: apoyar la libre circulación de investigadores en todas las fases y fomentar la competitividad de la UE en el campo de la I+D. Esto incluye actividades no académicas teniendo en cuenta a la industria para fomentar la investigación abierta de alta calidad y las actividades de desarrollo tecnológico. Destaca el fomento de la cooperación y conexión entre empresas, centros de investigación y universidades. Por último, se presente promover las actividades de investigación que se consideren necesarias en virtud de los Tratados de la Unión.

Recomendaciones para la transformación

A partir de esto se definen siete módulos de transformación y un conjunto de recomendaciones estratégicas de las que destacamos de manera sintética lo siguiente:

El proceso de planificación estratégica.

Esta nueva estrategia es una continuación del H-2020 para mejorar la excelencia científica y la investigación. En ella se asume la necesidad de que las universidades se impliquen en procesos de planificación de I+D y de que adopten esta Visión 2030 para mejorar el desempeño en dicho ámbito. En este proceso deben tener en cuenta la necesidad de responder a los cambios en la sociedad europea. Algunos de ellos son el aumento de la diversidad e integrar los valores establecidos en los tratados europeos como la igualdad de oportunidades (incluida la igualdad de género) y la inclusión.

Se reconoce un claro protagonismo de las universidades.

Las universidades, cuya gobernanza se debe fortalecer, son actores principales en los ecosistemas de innovación.

Es necesario aumentar el número de instituciones de clase mundial, sobre la base de la cooperación y la creación de redes.

Al mismo tiempo, se persigue ampliar la gama de universidades que puedan tener acceso a la financiación competitiva para la investigación mediante la difusión de la excelencia y a la vez crear mejores infraestructuras de investigación. La gestión de estas infraestructuras de las universidades debe ser mejorada en Europa. También debe serlo el acceso a tales infraestructuras de investigación, ya sean internas ya sean externas (i.e. sector privado u otras), por parte de los investigadores, incluido el acceso remoto.

Cómo actuar

Hay una variedad de recomendaciones estratégicas como son fomentar la colaboración interdisciplinar y la cooperación transnacional entre las universidades en Europa. Se propone desarrollar mecanismos e incentivos incluso creando marcos de cooperación transnacional o repensando la movilidad. Otra línea es promover sinergias entre la investigación que surge por la curiosidad y la que viene dirigida/orientada por la agenda estratégica de la UE.

Se explicita la necesidad de un compromiso mayor con la ciencia ciudadana básica y de fortalecer una mayor interacción entre la academia y otros sectores.  Busca promover la adopción de los postulados de la Ciencia Abierta (Open Science) y perseguir el Open Access y las políticas de datos abiertos.

Es necesario acelerar la transformación digital de las universidades en Europa y el uso de la Inteligencia Artificial.

Esto tiene particulares implicaciones para la investigación. A tal efecto hay que atender la regulación del espacio digital en general y la Inteligencia Artificial en particular. Una mención especial merece las recomendaciones para reformar la carrera investigadora y sus características: selección, desarrollo, formación, valoración, reconocimiento, incentivo, estructuras o movilidad (extendida a la movilidad virtual).

Búsqueda de la excelencia y la calidad

Es necesario asegurar la calidad en todos los procesos de investigación, incluyendo el fortalecimiento de la investigación o la dotación de infraestructuras de investigación. En definitiva, esta orientación a la calidad se extiende a los recursos (humanos, infraestructuras), a los procesos y a la medida del desempeño.

Evaluación de los resultados y su comunicación.

En el texto se señala la necesidad de medir el desempeño y realizar benchmarking del progreso en las universidades europeas. Esto debe ocurrir más allá de los rankings existentes que presentan limitaciones importantes por lo que habría que implantar alternativas. La estrategia propugna una comunicación eficaz de los resultados de la investigación por parte de investigadores, universidades y/o entidades financiadoras.

Se ha de insistir que el documento se centra en la I+D, en esta misma línea habría que añadir los objetivos para la actividad docente y para las otras actividades universitarias. Así se completa la definición del Horizonte Europa para las universidades.

Factores que determinan el Horizonte Europa

El Horizonte Europa está condicionado por factores de contexto general como los demográficos (movilidad académica, envejecimiento, atracción de talento, acceso, entre otros) o económicos (financiación, tasas, contexto económico, consecuencias económicas de la pandemia,  son algunos ejemplos). También intervienen otros factores de carácter más disruptivo, como los que tienen que ver con el proceso de globalización (y las tensiones que de él se derivan) y el cambio tecnológico.

Finalmente,  se mencionan otros dos factores que cabría denominar de compromiso global. Uno es el compromiso de las universidades en el ejercicio de sus actividades con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). El otro, el compromiso con la situación de pandemia motivada por la COVID-19 que hace replantear el qué y el cómo de las actividades universitarias y pone en el centro de la atención conceptos como sanidad, seguridad, nuevas formas de interacción y de relaciones personales, incluido el proceso de enseñanza-aprendizaje.

La universidades generadoras de valor

Subyace en el diseño de este Horizonte Europa, y en el viaje hacia el mismo, el análisis del cumplimiento de estos objetivos y de la aportación de las universidades. Una propuesta es realizar dicho análisis desde la perspectiva de la generación de valor de la universidad para las personas, los diferentes stakeholders y la sociedad en su conjunto. Esta se manifiesta a través de las consecuencias estrictamente económicas de la actividad universitaria (sobre la producción, la renta, empleo, recaudación fiscal). También las relativas a la formación del capital humano, la actividad de I+D+i, la extensión universitaria tanto en su vertiente cultural, artística y técnica, como en su vertiente de responsabilidad social y de compromiso medio ambiental global. Todo ello tendrá repercusión en la propia reputación de la universidad, la ciudad o territorio en que se encuentra (Luque-Martínez, Del Barrio-García, Doña-Toledo y Faraoni, 2020).

Especialmente, ahora para el horizonte marcado interesa subrayar el grado de cumplimiento con los objetivos de la Visión 2030 y con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) establecidos para el mismo año. Para la medida de las manifestaciones de la actividad universitaria existen indicadores cuantitativos relativamente fáciles de obtener. Algunos de ellos son los relativos a impactos económicos en el entorno, actividad de I+D+i, formación de capital, actividades de extensión universitaria o la analítica sobre la actividad online y presencia en redes sociales de la universidad. Ahora bien, el análisis de la “cantidad” debiera ser completado por el análisis de la “calidad”, habría que añadir información sobre la calidad de los logros para ese Horizonte 2030.

Transparencia

Estrechamente unida a la medida está la necesidad de informar. En esta línea, acaba de ser presentado el Informe de transparencia voluntaria en la web de las universidades españolas 2019 de la Fundación Compromiso y Transparencia. No es momento ahora de entrar en detalles del mismo, pero contiene alguna pepita de información valiosa que viene a colación y conviene subrayar. Por un lado, la transparencia de las universidades ha aumentado y es más elevada que las de otras entidades (empresas, multinacionales, medios de comunicación, diócesis…). Por el otro, las universidades públicas tienen más nivel de transparencia que las privadas.

Conclusión

Esta nueva Visión 2030 de las universidades es un documento de gran interés. En primer lugar, ayuda al diagnóstico y a establecer un estado de la cuestión de la universidad a corto y medio plazo. En segundo lugar, es útil para diseñar objetivos, facilita la conexión de los objetivos de una universidad concreta con los del sistema universitario europeo. Se trata de un documento a incorporar en la planificación universitaria de la universidad con las adaptaciones pertinentes a la particularidad de cada universidad.

El seguimiento del proceso y la evaluación final del logro debe hacerse desde la perspectiva de la universidad como generadora de valor para personas, colectivos implicados y el conjunto de la sociedad. Esto implica incluir medidas de carácter cuantitativo y cualitativo que formen parte de la necesaria transparencia de las universidades.

Tomado del Blog de Studia XXI con permiso de sus editores

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