Ni la Escuela, ni cualquier otra organización educativa, pueden permanecer de espaldas al mundo en el que viven, en el que se experimenta una fuerte digitalización, tanto en el acceso a la información como en los procesos y productos educativos o de cualquier otra naturaleza. Ello exige una seria apuesta por el cambio funcional de todo el sistema educativo. Ni la naturaleza del aprendizaje ni los procesos y productos que este conlleva puede verse ajenos a este movimiento necesario.
Pero algunos se preguntarán, ¿por qué hay que cambiar? "Lo hemos venido haciendo así por décadas y ha funcionado razonablemente". Esta visión, tan optimista como carente de fundamento, exige una dosis de realismo. Es cierto que el sistema educativo tiene una notable resistencia al cambio, algunos lo hemos comparado con un gran paquidermo, otros con un diplodocus. En cualquier caso, todos convendrán en que cualquier cambio es costoso, lento y no ajeno a una intensa formación.
El aprendizaje ha cambiado sus objetivos o, al menos, su foco operativo, por así decir. Del saber al saber hacer; de los conocimientos a los productos, a las competencias; del saber unas lecciones al fomento de la productividad creativa, por ejemplo. Naturalmente es poco probable que se sepa hacer sin saber previamente, pero esta es una cuestión de énfasis. Es cierto que no existe ninguna operación de orden superior sin memoria, por ejemplo. ¿Qué decir de la creatividad? ¿Cómo se puede ser creativo en la demostración del teorema de Pitágoras sin haber estudiado el asunto con profundidad? ¿Cómo se puede crear sin saber? Siendo esto cierto, también podemos preguntarnos: ¿de qué nos sirve saber si no sabemos hacer, crear, producir? Siempre me ha parecido una mala expresión lo de "la sociedad del conocimiento". Más bien habría que hablar de la sociedad de la información, porque el conocimiento no es algo ajeno al que aprende, al contrario, es una conquista personal. De ello que lo que se encuentra en la red es información y solo es conocimiento para el que lo posee. Información que hemos de hacer significativa y funcional para nosotros a través del aprendizaje: "ocupando el entendimiento con los conceptos, haciéndolos presentes en la conciencia".
Así, podríamos decir que el conocimiento, hoy en día, es casi instrumental y lo que más nos importa no es solo el saber, sino las habilidades que se desarrollan en el proceso de adquirir lo sabido: "aprender a pensar con hondura y creatividad". Esto sí debe ser un objetivo del aprendizaje actual, el desarrollo de hábitos intelectuales duraderos.
La funcionalidad del sistema educativo se dará si éste se adapta a los cambios necesarios para que la formación que adquieren los aprendices sea adecuada a sus necesidades presentes y futuras (al menos en el medio plazo).
Para que este cambio sea posible, tanto en los fines como en los procesos, es necesario el cambio, que exige un desarrollo competencial, digital, en todos los agentes implicados: las direcciones de los centros educativos, sus profesores, alumnos y familias.
Con este objeto, el equipo de investigación en "Metodologías activas y Mastery Learning" de la Facultad de Educación, con la colaboración de varios miembros de la Escuela de Formación de profesores han lanzado una nueva investigación sobre la "Transformación digital de las organizaciones educativas".
En primer lugar, se ha elaborado un marco conceptual de competencias digitales para la educación que abarca a los principales agentes implicados: centros educativos (dirección), profesores, alumnos y familias. A partir del mismo se han desarrollado los instrumentos de evaluación correspondientes que permitan a los diversos agentes evaluar sistemáticamente su situación, con el objeto de que puedan establecer planes de mejora de acuerdo con su situación.
Actualmente, se está llevando a cabo el proceso de validación de los instrumentos elaborados por el equipo. Para ello, es preciso que varios centenares de personas concernidas los respondan, para que se pueda analizar su bondad como instrumentos de evaluación (fiabilidad y validez) y, a partir, de los datos obtenidos se puedan hacer las correcciones oportunas.
Una vez validados preliminarmente los diversos cuestionarios se pondrán al servicio de la comunidad educativa para su uso y diseminación gratuita. También se desarrollarán itinerarios formativos que ayuden a las personas que lo deseen, mejorar sus competencias digitales y hacer así más funcionales y eficientes sus organizaciones.
Si quieres colaborar accede a esta dirección y responde a los cuestionarios en función de tu rol. Si haces llegar este enlace a todos los que te parezca que puedan tener interés en participar, te lo agradeceremos.
https://sites.google.com/escuelaprofesoresunir.net/competenciasdigitaleseducacion/fase-2
Tomado de Javier Tourón con permiso de su autor
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